Mañana comienza la realidad. La vuelta a la madre de todas las crisis. La masa forestal malagueña está raquítica y los médicos andaluces buscan nuevas fronteras salariales, pero el turismo y Pepiño nos salvarán.
La carrera municipal. Adiós a este verano de bochorno secular, que ha despedido agosto con el aire caliente marroquí, pasando por Melilla, y a ‘la mar en calma’. La marejada comenzará a partir de mañana, cuando se dé el pistoletazo de salida a la carrera municipal. Caballo viejo contra yegua joven y dispuesta, y curtido rocín comunista, gracias a Dios. Una carrera cantada, donde, si no ocurre un descalabro imprevisible, cosa improbable, el más viejo ganará en la recta final con varios cuerpos de ventaja. La política es como el amor, tiene sus rarezas. Los nuevos aspirantes saben que no ganarán, pero se embelesan con ese despacho municipal lleno de proyectos por concluir, por problemas por resolver, por peleas con la Junta y el Gobierno por sacudir, por críticas que encajar y por anhelos malagueños que cumplir. El amor, la política, esa dulce droga.
La margarita de las primarias. Mientras tanto las primarias en el PSOE son una buena medicina en Madrid, pero Velasco le huye como del agua el gato en Málaga. Si es tan fuerte María, la hija del farero, ¿cuál es el miedo? La democracia por arriba, dentro de los partidos, sería una buena forma de aclarar la turbia imagen de los políticos españoles. El adalid del medio ambiente, Trillo, sigue recabando firmas. Un capítulo de esta telenovela malagueña que está por escenificarse, lástima que no la emita la tele municipal.
Médicos andaluces sin fronteras. No son una nueva ONG, son los médicos andaluces que, tras unos diez años de formación a marcha martillo, optan por escapar a otra Comunidad o al exterior en busca de un sueldo acorde con la especialidad y el esfuerzo realizado. Con unos 30 años de edad, un médico se convierte en un temporero de la sanidad pública andaluza. Se acomoda a un contrato por vacaciones, a una temporalidad que se extiende en el tiempo, se convierte en un saltimbanqui de hospital en hospital, mientras que el salario temporal siempre es inferior al de, por ejemplo, un colega catalán. La solución, marcharse, emigrar con el título a otra parte. Un contrasentido, pues tras invertir en formar a un médico, los dejamos en la calle. Algo falla de manera profunda en el Servicio Andaluz de Salud, un SAS que está en la UVI.
Pepiño, ¡ese mago de las finanzas! Tras sacar cuentas, el ministro Blanco, se ha aclarado y ¡oh, asombro, gallego!, le sobraban 200 millones de euros; de los 500 pasaba, gracias a su lápiz mágico, a 700. El reajuste al alza beneficia, al menos en el papel, a cuatro grandes obras en construcción, y ahora paralizadas, en Málaga. Así, la hiperronda, el tercer carril de la ronda Este, el acceso sur al aeropuerto y el soterramiento de San Pedro de Alcántara, todas ellas casi a punto de estar terminadas, excepto la fase 1 y 2 de la hiperronda, que aún tiene miga, parece que verán pronto la cinta inaugural. Las elecciones mandan y la crisis aguanta todo. Los promotores dicen que necesitarán, al menos, 100 millones de euros para concluir todo. Si es así, Pepiño, tendrá que sacarle punta al lápiz de nuevo.
PGOU. Este Plan urbanístico da más vueltas que una volaera. Ahora, dicen, estará aprobado a finales de noviembre. Muchos proyectos para la ciudad, que han sido titulares de la prensa, esperan por el documento más estudiado del último decenio. Las tablas de Moisés tardaron mucho menos en ser redactadas y, hasta ahora, no han sufrido modificaciones sustanciales. El PGOU es un mandamiento definitivo.
Tapones para los oídos. En vez de aplicar a rajatabla la nueva ordenanza contra la contaminación acústica, quien produce ruidos molestos, paga; medio ambiente municipal, se inventa un paliativo, un pañito caliente para que los sufrientes ensordecidos no escuchen el ruido circundante en Málaga: ‘Ruido SOS’ reparte tapones para los oídos. A lo mejor se impone en las redes sociales como una nueva forma postmoderna de interactuar con el ruido molesto. ‘Ruido SOS’ prueba que “que los ciudadanos podrán comprobar la sensación de ausencia de ruido”, ha asegurado la concejala inventora del artilugio, pero el ruido no está ausente, está taponado. ¡Gran idea!
España, según Manolo. Me pregunta este funcionario vital y veterano: ¿De dónde sacan, los nuevos Borbones, pa’ tanto como destacan? Del presupuesto de la Casa Real, amigo Manolo. Y repregunta: ¿Y no le han rebajado el sueldo? Parece que no mucho, hasta tienen para regalos de boda para el primo y viajecito a Grecia, que está en quiebra. ¡Cómo está España, hasta se parece a Grecia!