Asombrosa Málaga

16 Oct

El súper se invoca como salvación del comercio del Muelle Uno

No hay que salir de la ciudad para asistir al teatro del mundo. Las obras y sus personajes dan el cante y reciben su aplauso. El público no sale de su asombro

Siguen sucediendo cosas insólitas. Mientras han descubierto un planeta de diamante dos veces mayor que la Tierra, el Muelle comercial del Puerto de Málaga está de capa caída. No brillan los negocios y piensan –otra vez– en montar un súper exclusivo, que atraiga a los consumidores. Esa esquina, que prometía ser una mina de diamantes, se ha quedado en un oasis de palmeras deprimidas. Los negocios de condumio van tirando, pero en las tiendas de moda crecen telarañas. Los cruceristas no cruzan por allí, así que ahora quieren una superficie que atraiga a los compradores. La crisis tiene eso.
En Limasa se asoman a la posibilidad de eliminar la cláusula del convenio, donde se garantiza heredar el puesto de trabajo. Familias de trabajadores de la limpieza, que tenían un empleo seguro de padres a hijos, siempre que el progenitor se acogiera a una jubilación anticipada o invalidez. Como las familias nobiliarias, éstos se ciñen la escoba y el camión recogedor por generaciones. Las aguas van más que turbias en la empresa mixta que se encarga de la limpieza de la ciudad. Se enfrentan a las negociaciones de un nuevo convenio laboral, que además de eliminar la citada norma hereditaria, tendrán que trabajar con 7 millones de euros menos, ya que el aporte del Ayuntamiento de Málaga bajará en esa cantidad para 2013. Un ERE no se descarta, mientras la limpieza de la capital se verá afectada de manera directa si se prescindiera de parte de la plantilla, cosa más que probable ya que esa nómina representa el 70% del presupuesto anual. Y aunque desde el Ayuntamiento niegan que vayan a municipalizar a Limasa, es una opción que está debajo de la mesa. La delegada municipal de Medio Ambiente, declara que no tiene esas instrucciones del alcalde, ‘pero es una opción’. Es decir, no, pero sí puede. Malos tiempos para barrer la casa ciudadana.
Precisamente, esta actividad ha sido blanco de la deprimida oposición socialista municipal, que también va de sorpresa en sorpresa. La bancada que dirige María Gámez parece signada por la ‘espantá’, que ha anidado en su grupo de la tercera planta del palacio municipal. Cuando se va uno de sus ediles, designado para dirigir el Puerto, se les pide el acta a otros dos y dejan sin funciones al, hasta ahora, vice-portavoz, el arquitecto Carlos Hernández Pezzi, quien se ha negado a entregar su carta de concejal. El aparato del PSOE en Málaga aparcó su aplanadora a las puertas del Consistorio. Es una película que vimos en la anterior jornada municipal, cuando era la capitana de aquello, Marisa Bustinduy. Con una oposición así, se gobierna mejor.
En la ciudad de la Justicia se enseñorea el exalcalde de Marbella, Julián Muñoz, quien por obra y gracia del gilismo se encumbró en la corrupción más oscura de la Costa del Sol. Fue pasto del corazoneo cuando se emparejó con la tonadillera más popular del aquellos momentos. Se paseó por los Rocíos, embelesándola bajo su sombrero cordobés. Mientras, su esposa se le enfrentaba y lo acusaba de llevar a su casa bolsas repletas de billetes de curso legal. Ahora, en los tribunales malagueños la imagen es esperpéntica. Muñoz declarando con seguridad de leguleyo; detrás, sin dirigirse las miradas, Isabel Pantoja con muy mala cara; Maite Zaldívar, la ex de Muñoz con su actual novio. La película podría llamarse ‘El ladrón, su mujer y su amante’. El espectáculo, en una sala de juicio serio, parece el plató de uno de esos programas de televisión, donde se ventilan las miserias, vilezas y mezquindades de los seres humanos, que se han convertido en famosos por el azar de la política y la copla.
La comedia humana se representa cada día en Málaga sin que se avise ninguna nueva función titulada ‘El fin de la crisis’. Hasta los taxistas anuncia su estreno en protesta a la congelación de las tarifas, seguramente una de las más altas de España. Amenazan con movilizaciones si no se les concede un 2,4 por ciento de aumento. Siempre nos quedará París cuando se pueda ir en AVE desde Málaga a la capital de Francia.

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