Información & Crisis

3 Abr

Periodista españoles en paro: La sangría que no cesa

La lectura a la baja, la difusión del papel periódico en caída libre, la publicidad restringida y el nuevo camino disperso de la prensa digital hacen peligrar la claridad informativa

La crisis, que no acaba, conspira de forma directa contra la transparencia informativa. Los periodista engrosan la lista del paro, sin que haya visos de que la sangría se reduzca. La cifra sobrepasa los 4.000, unos 2.500 de esos, sólo en Madrid. Desde el más reciente, Público, pasando por la mayoría de los gratuitos, cadenas de televisión locales de Prisa y Vocento, dos cabeceras locales andaluzas, Información Jerez e Información Bahía de Cádiz, ambos del grupo Publicaciones del Sur. Y esto no deja fuera a los Medios públicos, que se plantean drásticas reducciones, a fin de paliar sus déficits crónicos. Otros, en grandes y penosas dificultades económicas, han reducido sus plantillas de redacción a la mínima expresión.
Como consecuencia se hace un periodismo raquítico, donde la investigación de las fuentes se ha reducido o desaparecido y donde las noticias se van rellenando con boletines oficiales. Es imposible realizar un periodismo de calidad con 20 redactores, donde antes había 60. La publicidad, único sostén de los diarios impresos, se ha reducido más de un 4 por ciento. El año pasado, la caída, generalizada para todos los Medios, de la inversión publicitaria alcanzó los seis puntos porcentuales. Para la prensa de papel significó el doble. El Medio impreso ya no vende.
Según declaró a EFE, Ignacio M. Benito, director general de la Asociación Española de Editores (AEDE), «entre 2007 y 2010 la venta bruta de publicidad de los diarios se redujo un 42,9 por ciento». Esa sangría ha ido creciendo hasta la fecha. Paralelamente, los Medios todos se van abriendo sitios informativos e interactivos en el ciberespacio. Ahí, la publicidad va creciendo de manera lenta, aunque sostenida. Pero esa prensa digital está aún por inventarse, en el sentido de aprovechar a fondo todas las herramientas que ofrece el nuevo Medio. No es simplemente trasvasar las noticias publicadas en el papel, con más o menos enlaces, a la versión digital. Al mismo tiempo, rediseñar el papel del periódico, como Medio que va con retraso en relación a las Rede Sociales y al propio tráfico digital de noticias, es también tarea pendiente.
Los especialistas indican que el periodismo de papel debe profundizar en los hechos y rescatar el siempre socorrido género del reportaje. El papel aguanta mejor y es mucho más que un pitido tuitero, telegrama al uso, que queda en la superficie, donde se opina mucho y se informa poco. Del toque de atención al porqué, cómo y entresijos de las noticias y sus consecuencias tenemos a la prensa escrita sobre el papel como un protagonista necesario que hay que despertar. Lo ha dicho Gabriel García Márquez, periodista antes que Nobel, ‘no hay que decirlo antes, sino decirlo mejor’. El objetivo de la prensa en papel hoy es profundizar en las cosas que ocurren, y para eso necesita más, no menos periodistas.
Ante esta barahúnda que agita a la naturaleza de la información en todo el mundo, hay que poner el acento en el peligro que representa para la libertad de expresión la falta de transparencia que la amenaza. Con la merma de recursos profesionales que investiguen, procesen y hagan seguimiento de los poderes públicos y privados, las sociedades disminuyen su calidad democrática. Una información con mayor aptitud es directamente proporcional a la madurez de las libertades, empezando por la de expresión. Es claro, que si tal calidad está a la baja, las consecuencias se harán sentir en el estancamiento de la sociedad.
Hay otros factores que influyen en todo este tema, como es la altísima polarización política de los Medios. Aquella objetividad imposible del siglo XX ha pasado a la historia en España; pero el otro extremo, donde los intereses particulares de los Medios pasan por su cohabitación con el poder político de turno, sustituye de mala manera la indispensable ecuanimidad a la hora de dar informaciones, que van creando una opinión publicada y mermando la del público. Tal vez por eso, además de la propia crisis económica del sistema, los lectores ya casi no compran los periódicos de siempre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *