Una axila saluda al centro histórico de Málaga al llegar el mes de agosto. Algo así, sin querer transmitir tal cosa, ha ilustrado una respetabilísima señora de Castellón para anunciar la Feria de Málaga 2019.
Resulta paradójico pues, a una persona de fuera, se le presume poca información sobre la ciudad y sus costumbres pero la cosa ha cuajado.
Tirantillas, calor y axilas representan a la perfección una impronta clásica del casco histórico malacitano cuando los de fuera vienen a celebrar la feria de los de aquí.
Sin entrar en un análisis detallado de la obra, sí que llama la atención el acercamiento irreal a tradiciones locales como los lazos de colores –emulando a los verdiales– o algo en la cabeza que se asemeja a una red de pescar o madroñeras o madroños junto con una biznaga . En definitiva una hermosa fotografía coloreada y sobre ella una señorita que lo mismo ha presentado la unión del brazo y el trono al centro de Valladolid, Cuenca o Toledo pero que en la eterna ciudad de Málaga ha cuajado.
Esta elección es soberana. “El pueblo ha hablado”. Y de esta manera se lavan las manos inteligentemente los gestores pues, no es suya la elección sino de una Málaga libre. Libre de espantos. Como el de citado cartel.
Este método de selección lleva un aspecto previo de seguridad para que no se cuelen gazapos. Y es ahí donde, un grupo de expertos, selecciona lo mejorcito de cada casa.
El gusto es subjetivo pero la calidad debe no serlo jamás. Y para ello es bueno que, profesionales en la materia, valoren con solvencia las obras. En este grupo destacan nombres brillantes como el del pintor internacional Raúl Berzosa y otros que también destacan, pero por no entender bien su papel como el del Presidente de la Federación de Peñas (¿?).
En cualquier caso, el destino –y los votos por internet como en los realitis- han querido que una obra de un ilustrador de fuera sea la que ponga color a algo del todo descolorido. ¿Por qué seguir transmitiendo un mundo irreal? ¿Por qué hablar de verdiales en una feria donde nadie los consumen salvo las personas mayores en las caseta municipal que los promociona –y paga-? Es algo difícil de comprender.
Como también lo era, en este caso siendo bonito, el cartel que durante dos semanas pululó por los whatsapp de media Málaga donde unos y otros se felicitaban por ser bonito. ¡Por fin un cartel en condiciones! Decían unos y otros en grupos variados sin saber que, el cartel que aplaudían, no había sido seleccionado y ni siquiera se había abierto la votación al público.
En este caso nos topábamos con una obra que transmitía, de manera bastante acertada, una imagen costumbrista de una feria irreal por completo de Málaga pero que animaba a soñar con lo que no tenemos: una fiesta tradicional, con raíces y elegancia. Y eso y la feria de Málaga son aceite y agua.
Habrá que enterarse de dónde provenía aquella campaña. Quizá era un bulo. Quizá un intento de promocionar un cartel que, no llegó a pasar la criba de los expertos pero que, a efectos prácticos, era notoriamente más bonito que el finalmente escogido.
Y un año más, aquí estoy pidiendo que sean personas expertas en la materia las únicas que elijan al cartelista o cartel. Que sean artistas que conozcan Málaga. Aunque no sean de aquí. Pero que tengan una probada relación o conocimiento de lo que aquí se trata. O de lo contrario seguirá siendo un concurso más para profesionales del asunto que mandan lo mismo a medio mundo hasta que llega una ciudad y pica.Y aquí, válgame el Señor, ya hemos picado más de una y de dos veces.
Mientras tanto solamente podemos esperar a que llegue el día en el que nuestra feria se parezca a la de los carteles. Porque existe un divorcio entre realidad e irrealidad. Entre lo plasmado y vendido y lo que realmente sucede. Y quizá ahí venga la clave para el futuro. No quiere decir que ilustremos nuestra feria con una botella de plástico tirada en el suelo junto a una camiseta de tirantas y unas chanclas. Pero sí que seamos realistas y no sigamos vendiendo algo que no existe.
Llegan nuevas oportunidades para los que hacen la feria sigan mejorándola –o empeorándola- según se piense. Pero quizá el cartel, su resultado y la manera de elegirlo ya transmite fielmente lo que al final sucede. Electores de pinturas sin conocimiento en la materia. El pueblo “soberano” eligiendo para sentirse bien y saborear la “democracia”. Y un resultado a modo de cartel que dice que nuestra feria es estupenda, tradicional, llena de verdiales y con un centro histórico que brilla más que el sol.
El cartel fake de la Feria ha regresado. Pero si vas a mentir, por lo menos que sea bonito.
Viva Málaga.
No pusieron el cartel q nombra Gonzalo León. Era mi preferido.Lo vi antes q llegaran los ultimos 5. No se cómo vino a parar a la red. Seguro fue un castigo por ser publicado antes .
No lo aceptaron..Era más apto… para La feria de Málaga.
Me parece humillante para el pueblo de Málaga la gestión de estos ‘concursos’ si es que se pueden llamar así. Un jurado incompetente que parece que se esfuerza por cargarse cada intento de realzar la belleza de Málaga. Mis aplausos para el sistema de gestión por hacerlo cada vez más descaradamente. El cuadro que aparece vinculado al artículo es la del cuadro que debería haber sido el ganador.