Hay una cosa de Málaga que no llego a comprender bien. Aunque realmente no creo que sea algo innato en los que somos del sur sino que viene en los ingredientes básicos de todo ser humano: protestar por protestar.
Y la noria ha sido un ejemplo claro de ello. Poco se ha hablado del impacto real de la noria en la ciudad. Poco se ha hablado de que, ya que montas una noria, ponla grande y en condiciones y no una de tamaño medio que poco llama la atención.
No se han oído voces sobre lo raro de que se retrasara su apertura porque “los cimientos no estaban secos”. No se escuchaba a nadie decir que resultaba cutre la gestión de la obra. Poco se oía sobre el impacto lumínico en las viviendas de Muelle de Heredia. No se oía nada sobre lo rápido que se gestionan aquí algunas cosas y lo lentas que van otras. No se dijo que es feo el lugar en el que se ha puesto. Jamás se habló de la carencia de criterio sólido para poner una noria ahí. No se dice que la noria abrió tiempo antes al público cuando se supone que no estaba abierto pero se dijo que era de pruebas. Nadie dijo nada que no fuera vacío o interesado.
Pero la noria ya está girando. Y aquí solamente se habla de una cosa: ¿Diez euros? Qué caro, arcarde! Sí. El precio. El coste de la atracción. Ese es el elemento clave para la gente. Todo de nivel. Todo muy sensato. Pero claro, viene genial para entender el resto de cosas que suceden en la ciudad.
Pero lo mejor de todo es que la gente pide explicaciones y reclama al alcalde sobre el precio de las entradas de la noria. Una noria privada. Puesta en el puerto de Málaga. Y la gente, torpe y cutre, le echa las culpas al alcalde de Málaga del precio de la entrada para dar vueltas. Es absurdo. Es estúpido. Es realmente surrealista.
¿Qué pretende el ciudadano? ¿Qué la noria sea un servicio público? ¿Qué esté subvencionada? Quizá podrían hacer una Empresa Malagueña de Norias, EMN, con su director y sus cargos de confianza. Por ahí igual entraba el munícipe en conversaciones pero en cualquiera de los casos no tiene sentido alguno que la gente se centre solamente en chuminadas.
Es comprensible que el ciudadano malagueño proteste por cosas normales: El precio del agua, el coste de la luz o el dinero que cuesta la basura. Pero que salgan mil y una voces criticando el precio por montarse en una noria clama al cielo. Pero clama más aún cuando te das cuenta el doble o triple o séxtuple rasero que gasta el personal por aquí.
Y es que para criticar hay que tener criterio pues de lo contrario estás haciendo nada. No vale pedir, pedir y pedir sin poner límites. Pero resulta que si se une cada vez más gente, posiblemente se acabe acercando el político de turno para unirse a la causa y de camino intentar sacar algún voto.
Pero es que seguidamente aparecerá una mujer diciendo que su situación es difícil y que su criatura no se puede montar en la noria por tres euros, y pasará alguien y verá la situación y al final llegará a simpatizar con la señora y acabará maldiciendo al alcalde que nada tiene que ver y que encima pasaba por allí.
En Málaga somos expertos en tergiversar cosas y que se nos vayan de las manos. Y con el tema de la noria ha vuelto a quedar patente. Aquí se puede colocar un mamotreto en el puerto pero la cuestión es lo caro que vale montarse. Aquí se puede reventar el centro una semana pero la cuestión es que las casetas son muy caras. Aquí se pueden reventar fachadas y barrios históricos pero la cuestión es que no se hacen viviendas protegidas.
Equilibrio. Cordura. Mesura y sensatez. Es muy fácil caer siempre en el negocio de las carencias. Pero así nunca podremos vivir bien. Hay que ser el primero a la hora de luchar por la igualdad y el bien común pero hay que ser el último en pedir lo que no se necesita si no está a nuestro alcance. De lo contrario podremos conseguir cosas pero en la mayoría de los casos serán miguitas rapiñadas y mendicidad encubierta.
A mí me importa tres pepinos la noria. No sé si me montaré en ella o no porque me dan susto esos aparatos y teniendo en cuenta que la noria no es muy alta y el centro se está minando de terrazas de copitas, es fácil ver un plano parecido de la ciudad sin necesidad de montarse en el rosco de hierro. Pero si puedo iré. Y pagaré los diez euros. Diez euros oiga. Que tampoco cuesta cincuenta ni veinte. Que son diez euros. Que el futbol se llena cada dos semanas y cuesta cinco o seis veces lo que sale la atracción. Pero no. Ahí no. Eso es sagrado. Pero sacar un trono cuesta quince o veinte euros. Pero no. Ahí no. Eso es sagrado. Pero ser hermano de una Cofradía cuesta treinta o cuarenta. Pero no. Ahí no. Eso es sagrado. Pero un menú de McDonals cuesta siete u ocho. Pero no. Ahí no. Eso es sagrado. Y así hasta el infinito. La cuestión es criticar. Meterse con el bulto y si es posible usar la trampa de las limitaciones económicas para lo que no se debe y donde no se debe.
Ya mismo aparece en televisión una mujer llorando a los pies de una cama, sentada y gritando: Arcarde dame una noria. Arcarde ío por Dio, dame una noria.
Y encima la noria se llama “Princess”. Como las freidoras. Qué horror todo.
Viva Málaga.
Me ha parecido muy interesante tu publicación. A mi si me parece cara la Noria, y no voy a ver un partido de futbol, ni pago por salir en una cofradía, ni voy a comer al burguer king ni al mcdonald.
Pero supongo que los turitas si pagarán el precio por subirse a la noria.
A parte que hayan puesto una noria me parece una tontería muy grande.
El articulo me parece bien traído,pero la forma despectiva de escribir como podría hablar un ciudadano de Málaga no me parece la mejor.
Sr. León, da Vd., totalmente en la diana con su artículo. Seguro que los que comentan en Facebook ni se han parado en leerlo. De quién es la culpa? del Alcalde. De quién es la culpa de los excrementos caninos en aceras? del Alcalde y así podíamos estar hasta crear una lista interminable. Una lástima de quienes aprovechan la ocasión para desprestigiar a quién menos culpa tiene. A propósito, mi móvil está ya obsoleto, me gusta el S6, leñe cuesta más de 700€! Mañana acudo a los Servicios Sociales y que el Sr.Alcalde me facilite una subvención, ¿porqué no tenerlo? Si además estoy en el paro.
Vaya absurdo todo, no creo que quejarse por el precio de la noria sea una desfachatez como la pintas (aun así pienso montarme).
No debería estar subvencionado evidentemente, pero la noria ¿dónde a sido instalada? ¿han comprado un terreno para instalarla allí?
Si por el contrario esta instalada en suelo público se está lucrando del turismo de Málaga, turismo que no ha generado dicha noria, y como podrás saber nada de lo que un particular pueda lucrarse es gratís. De ahí la idea de que el ayuntamiento tenga tanto la potestad como la obligación de establecer un precio razonable para todos los públicos, al menos para los malagueños, que somos los que aportamos esta mina de oro que es el turismo, y no que vengan a lucrarse de ella desde el extranjero -como diría un malagueño- de gratis.
PD: La Rosaleda no se llena todos los domingos, y no vale ni 5 ni 6 veces más que la noria amigo.
Me parece muy acertada la critica del autor,y ni q nos fueramos a montar todos los dias ni aunqe costase 2€…así q x una vez n la vida pagar 10€ no esq sea un delito. Pero lo mas importante no es el precio como critican sino otras tantas necesidades q ni yegamos a pensar.
Personalmente este artículo me parece realmente despectivo. No me gusta.
Es completamente normal que la gente se queje de su alto precio. Yo soy uno de esas personas. Efectivamente me parece realmente cara y seguramente no me montaré por ello.
Desconozco si el alto precio es culpa del Alcalde o no. Esta claro que al ser de una empresa privada esta instalada únicamente para el beneficio económico de dicha empresa, pero pienso que debería de ser más accesible al ciudadano de a pie para que pueda ser disfrutada en familia o solo.
Saludos.
Creo que en este artículo se mezclan cosas que no tienen nada que ver …la gente protesta por un precio razonable y no se les tome el pelo, no hay mas ….