Buenos días señores pasajeros, les habla Francisco de la Torre de Control y vamos a realizar un viaje en aeronave cultural. La duración del trayecto será desde hoy y hasta las elecciones municipales. Abróchense los cinturones porque hay riesgo de estrellarnos. Nuestras azafatas, Del Corral y Porras les van a ir mostrando cómo ponerse el salvavidas de manera sencilla con simples aplausos a mi paso.
Llamando a Del Corral y Porras. Este es un mensaje desde Francisco de la Torre de control. Ocupen sus nuevos asientos. Repito, ocupen sus nuevos asientos. Eh, usted, deje el cigarrito que aquí no se fuma.
Resulta del todo sospechoso que, las labores que realizaba Damián Caneda en el Ayuntamiento de Málaga sean ahora repartidas entre ciento y la madre. Sí. Las diferentes funciones que el hasta ahora concejal de cultura gestionaba, serán repartidas entre distintos políticos que van a conseguir que se dispersen cada una de las funciones delegadas por el munícipe por antonomasia. -¡Viva!-.
Básicamente, al margen de subidas, bajadas y apeos varios, lo que sucede es que Cultura es ahora de Gemma del Corral y fiestas de Teresa Porras. ¡oh yeah!
No sabemos bien si es que Caneda podía con todo y los demás no dan para más y deben repartirse la caja de herramientas o si, por el contrario, no es más que una prueba evidente de que lo primero son las elecciones y el partido y después está cómo se gestione de bien o mal la ciudad.
En este caso todo apunta a lo segundo ya que, con la dispersión, serán más las voces y por lo tanto los anuncios publicitarios bajo cuerda de la gestión del partido popular en la hermosísima ciudad de Málaga.
No queda más que dar la bienvenida muy especialmente a Del Corral y Porras. Bienvenidas a vuestra nueva parcelilla. Les estábamos esperando. Sí. Les estábamos esperando con los brazos abiertos y con la ilusión propia del chiquillo cuando le regalan un plumier. A ver qué hay dentro.
Caneda era transparencia pura. Se conocían sus intenciones y su estilo. Sus armas y su política. Y aquí, ahora, con las nuevas concejalas de Cultura y Fiestas, puede que suceda algo parecido.
No tiene por qué, pero es probable que el estilo, las formas y la gestión de ambas en sus actuales funciones sean similares a las que realizarán en sus nuevos objetivos.
Sinceramente, sería del todo desolador que la Cultura malacitana, pasara a ser –aún más de lo que es- una moneda de cambio ultrajada para configurar mentes intachables y con el voto asegurado.
La ciudad observa desde hace tiempo cómo el adjetivo cultural se le impone a más de un centenar de asuntos que, ni de lejos, recrean ningún tipo de actividad instructiva. En cualquier caso, se ha incrementado en número descarado el panorama museístico local. Da miedo pensar que, una de las grandes defensoras y promotoras de algo tan cuestionable –y hasta ahora fracaso- como el Soho, sea la nueva responsable de la cultura local.
Quien sostuvo la bandera de la cultura, refiriéndose realmente a pavimentar unas cuantas calles y poner tres dibujos en las paredes, es ahora la responsable de los designios de nuestra ciudad desde el plano más profundo. La cultura es educación, civismo y amplitud de miras. Si se corta y corrompe, acabaremos creando ciudadanos adaptados a los nuevos métodos. Ciegos con vista y sin visión.
En el ámbito festivo regresa de nuevo Teresa Porras. Uno de los grandes personas de nuestro Ayuntamiento y alguien que, para muchos de nosotros, se ha convertido en una figura peculiar de nuestra ciudad.
Porras responde a los cánones clásicos de política local de la vieja escuela. No hay quien la supere en trato con la gran masa y en capacidad de seducción al público menos comprometido de hecho con la ciudad aunque de facto parezcan todo lo contrario. Allí donde va Teresa, triunfa. Es la San Miguel de los concejales. Barrios enteros rendidos a su peculiar manera de gestionar que, sin duda alguna, desprende ciertos tintes populistas pero que, al margen de ideas políticas, sabe gestionar con personalidad y rotundidad.
De siempre, un servidor ha preferido un lobo que dé la cara a una hormiga toreada. Al fin y al cabo, siempre es bueno saber a lo que uno se enfrenta.
Ahora toca esperar y presenciar cómo se desarrollan los acontecimientos. Aunque, por desgracia, en el plano cultural, puede que ya tengamos perfilada la hoja de ruta sin aún haber visto el coche por dentro. Esperamos cultura manipulada, por goteo y con miras a las elecciones. Atentos estamos a repetir casos como el de La Mundial o los infinitos derrumbes en Las Lagunillas con la sonrisa puesta, el saludo cordial pero la piqueta en el bolsillo. Ojo. A lo mejor me equivoco y se trata de un espejismo. A lo mejor es como Caneda o incluso mejor. Pero, fíjense qué cosas tiene uno, pero no imagino a Gemma del Corral discutiendo con el Sr. Alcalde y contraviniendo sus opiniones aunque éstas sean viejunas, equivocadas o inservibles.
Pero también esperamos a Teresa. La feria está cerca y no sabemos si esa primera medida de volver a retrasar la cosa del centro ha sido suya. En cualquier caso, puede que el cóctel funcione. Hablamos de alguien que maneja a la perfección a los grandes grupos de presión en el mundo feriante. Porras y la Federación de Peñas son uña y carne. Y la opinión de los peñistas sobre la feria es clara y rotunda. Igual vienen buenos tiempos para los agostos malacitanos.
Por cierto, que no tiene nada que ver con el asunto pero, observando la nueva lona que cubre La Equitativa os estaréis dando cuenta por qué defendí la anterior ¿Verdad? ¿Entendéis ahora lo que es una buena campaña de publicidad y lo que es una campaña mediocre con un diseño propio de pueblo costero en los años ochenta.
Finiquitando. Bienvenidas señoras. Están en su casa. Tomen asiento y disfruten del viaje. No hace falta que conduzcan. Está puesto el modo automático que ya guían desde la Francisco de la Torre de Control.
Viva Málaga.
Paco de la Torre de Control, o Paco Vendehumo, o Paco el Cochecito (oficial)Leré, o Paco el Careta, o Paco Vetetú, o Paco Sobresueldos, o Paco Pinrreles, o Paco Amo a la Gente (sobre todo en preelecciones), o Paco…¡ozú, qué pecha de Paco!