Nunca llueve a gusto de todos. Y en Semana Santa más aún.
Pero podemos estar tranquilos; esta vez, nos hemos librado. No hemos tenido la desgracia de empapar túnicas, de observar carreras inoportunas ni de lamentar decisiones equivocadas.
Hemos salido todos en nuestra hermandad. Hemos disfrutado del varal, del antifaz, del anonimato de un capillo o de la soledad que visita al penitente cuando se rodea de tanta gente. Todo ha salido. Eso era lo importante. Eso era lo que anhelábamos. Ahí estaba nuestra espinita. Todo a la calle. Un pleno. Y lo hemos conseguido. No ha llovido y ahora toca aplaudir al cielo. Porque del cielo parece que nos tiene que caer todo dado. Que caigan las cosas hechas y bien. Qué lastima cofrades, pues no siempre es así…
Hay que hacer balance de lo vivido y plantearse si verdaderamente ha llovido a gusto de todos. Si es cierto eso de que mejor que todo salga a la calle. No paro de pensar y conforme avanzo voy dándome cuenta de que no. Que no todo es bueno ni todo sirve. Quizá, en más de un caso, no hubiera venido mal un chaparrón para impedir que se enseñen las carencias.
Sol brillante y puro para el Domingo de la Humildad, con las Lágrimas de San Juan y la Salud preñada de frescura del eterno Padre Diego Ernesto. Y sigo sin entender al Prendimiento. No comprendo cómo lo hacen para llegar tan bien llevando lo que llevan. Pero tampoco entiendo al Huerto con sus varales anclados en el pasado y con el andar cojo a los pocos metros de salir. Tienen la nube encima. Toca hacer repaso y los de Los Mártires llevan décadas con el mismo problema. Hay que organizarse porque la casa está a medio recoger y el Domingo de Ramos del año que viene a lo mejor tenemos nuevo invitado.
Radiante Pasión con su firmeza en el estilo propio. Y Crucifixión, que consigue amarrar en la calle a quien busca unos tronos bien llevados. Estudiantes y Gitanos esperan al Lunes de la misma manera que lo hacemos los demás. Para ver lo mismo. Sin cambios –Por cierto, ¿Es necesario que Juan Rosén, en su magnífica participación en el encierro de los Gitanos, tenga que pedir un aplauso año tras año a una concejala con el Señor y la Virgen delante? “Y este aplauso va….para Teresa Porras!!!” En fin…-. Será que todo está hecho. O que por el contrario sabemos a dónde queremos ir. Y queremos ir a la Trinidad, a ver de vuelta a Dolores del Puente y acabar con el Cautivo a la hora en la que los fans han desaparecido y el Señor de Málaga vuelve a ser cercano.
El pleno ha llegado el Martes. Donde todo ha triunfado. Donde todo ha sido éxito y el día de la sombras se ha vuelto en luces. Luces de la preparación, el ensayo y el trabajo estricto. Luces de las petaladas, de la caoba y la plata y del Rocío del Cielo que ha dejado una tarjeta de visita del día de su coronación canónica. El Martes es de Las Penas. Cofradía unida. Ejemplo de hermandad, hermandad de los de dentro con los de dentro y los de fuera con los de fuera. Ojalá no permitan ninguno de los dos que unas elecciones borren el brillo de los verdaderos protagonistas.
Brillaba mucho mayor dolor. Todo el sol para ella. Y en la Plaza de San Francisco esperamos ya un nuevo trono donde se posen las palomas. Punto y a parte el Rico que ha sabido sacudirse los años de las hombreras asumiendo que cualquier tiempo pasado no fue mejor. Pues qué cosas, en la Sangre no se enteran. Y nos acostumbran mal. A cosas sin sentido. A encierros imposible y al desprecio más absoluto a unos nazarenos que acompañan a sus imágenes hasta el final. Antes de romper una procesión, se rompe una junta de gobierno. Algo pasa en Dos Aceras y se debe arreglar pronto. Acaba el Miércoles con la estampa clásica. El señor crucificado nos recuerda que Málaga es joven pero con papeles. Papeles que no se pueden perder aunque las modas te empujen. No me gusta la virgen de los dolores coronada dando izquierdos con La Esperanza de Triana. Un cristo con dos pistolas.
Ay Jueves Santo ¿Para qué volver a plantear el tema de la gente rara que mueve la legión? ¿Para qué hablar de la turba o del foco puesto en el fusil teniendo al Señor delante? Para qué, si ambos sabemos que mueve mucho dinero.
El Jueves es de la Esperanza. Porque la Esperanza puede y porque las demás quieren que así sea. Zamarrilla eterna. Eterna como la estela de Don Rafael Terol que ha ensanchado aún más la calle ancha del Carmen para que quepan tantos ejemplos de buen hacer. Ejemplos que Paco Fadón ha esperado para disfrutar y celebrar una junta extraordinaria hace unas horas con su amigo Rafael en el cielo.
De Dolores de San Juan no se habla, porque se disfruta en silencio. El mismo que te produce el Monte Calvario al ver en la calle a una Hermandad tan perfecta gestionada por gente joven. Tomen nota dinosaurios. Y el Descendimiento se nubla. Otro años más con falta de personal no debería estar permitido. Busquen soluciones porque mimbres hay de sobra. Para qué una casa de hermandad sin en un saloncito caben los que estáis durante todo el año.
Y el señor murió en calle Císter pero resucitó en San Julián. Y lo hizo con lluvia. Y a su alrededor florecieron al instante hierbas con olor a crítica de doble fondo y defensa a ultranza de la hermandad y el Cristo que durante el año nadie quiere. Esperemos que no pase, o sí, pero puede llegar el día en que se funde una hermandad independiente y el de San Julián vuelva a ser parte de un retablo.
Que nunca llueve a gusto de todos. Pero merece la pena lo malo con tal de sentir eso que saboreamos durante todo un año.
Yo me quedo con la alegría de quien encuentra un trabajo. Me quedo con el abrazo del desconocido al salir del trono. Me quedo con una estampita sostenida en un varal bajo el manto de una virgen. Me quedo con el infinito en la mirada de un nazareno. Me quedo con la Virgen del Rocío cercana a los pobres por serlo ella también. Me quedo con la Esperanza y me vuelvo con Salesianos.
A ver si somos capaces primero de ser buenos cristianos y después nos centramos en las procesiones. Amigos, levantemos a pulso el paraguas para no empaparnos de malas aguas aunque no llueva.
Viva Málaga.