Mensajes motivadores

31 Mar

El primer mensaje motivador nos llega de buena mañana con el azucarillo del café. Esos sobrecitos que llevan escrita alguna frase transcendente y estimulante de alguna celebridad  que nos invita, en definitiva, a vivir nuestra propia aventura y a alcanzar nuestros sueños. Cosa bastante paradójica, teniendo en cuenta que nos acabamos de tomar un café para despejarnos del sueño, precisamente.

En cualquier caso, a quien madruga Dios le ayuda, aunque sea por boca también de un ateo, como lo son muchos de los que suscriben estas frases, pero ¿qué son estos ateos sino sacerdotes de lo laico? El azucarillo filosófico, en fin, nos endulza el primer instante de la mañana, incluso a los que tomamos el café sin azúcar, pero coleccionamos los sobrecillos para luego meditarlos en casa y hacer fondo de armario existencial. Si no nos olvidamos de rescatarlos del bolso y acaban rotos, poniendo pegajosas las llaves y la cartera.

Sea como sea, conviene a la estimulación de la primera mañana el azucarillo motivador, se tome o no se tome, a ser posible sin cigarrito, porque quien se desayuna con cigarrito va a encontrar  el contrapunto al mensaje motivador de dicho azucarillo en esos mensajes tan desmotivadores que aparecen en las cajetilla de tabaco; fumar produce ceguera, fumar daña los pulmones, fumar daña los dientes y las encías, fumar es causa de múltiples cánceres y en plan más sinóptico y contundente; fumar mata, a ti, a tu hijo y a todo el que se te acerque. No es extraño, pues, que el fumador mañanero afronte ya la jornada laboral con una ración de pesimismo y sentimiento de culpa importante sobre su conciencia. Me hago cargo, por más que de mañana la única sustancia que tolero es la cafeína pura y dura sin compañía de nicotina ni glucosa.

Pero, pese a eso, tengo ya adicción al sobre de azucarillo y su sentencia iluminatoria como alimento espiritual en ayunas.

Hoy, para mi sorpresa, viene el azucarillo con una sentencia de Camilo José Cela:

“No es lo mismo estar dormido que estar durmiendo, porque no es lo mismo estar jodido que andar jodiendo”.

Esta frase ya celebre del Nobel español fue la respuesta que dio el autor cuando, siendo senador, se le vio dormitar en una de las sesiones de la Cámara Alta y fue reprendido por el Presidente:

-Señor Cela, está usted dormido.

-No, señor, no estoy dormido; sólo estoy durmiendo.

-¿Acaso no es lo mismo?- le replicó el presidente.

-¡Claro que no es lo mismo! Porque no es igual estar dormido que estar durmiendo, como tampoco es lo mismo estar jodido que estar jodiendo.

De modo que en la transcripción de la frase ha debido haber una modificación, no sé si censuratoria, porque tampoco es lo mismo estar jodiendo que andar jodiendo. La segunda expresión elimina el matiz sexual, al que Cela era tan aficionado, y también el matiz argentino, pues en argentino “joder” es “bromear”.

Me contaban mis primos, que estudiaron en Argentina, que los habían invitado allí a una fiesta, comentándoles que sería muy divertida:

-Nos la vamos a pasar muy bien, viste, allá vamos a chupar, a joder…

Chupar es beber y joder, ya sabéis, pero, sin traducción previa, como que se asustaron.

Valga la anécdota, aunque yo creo que el escritor gallego usó el término en el sentido más castellano de la palabra y en ese sentido también se le entendió. De ahí, la transcendencia y las risas.

Pero, en fin, los mensajes motivadores suelen ir por otros derroteros con menos sal y más azúcar. Vienen en sobrecitos con el café y luego en Facebook con letras muy cucas y colorcitos llamativos. También decoran las cubiertas de los cuadernos en blanco que venden las papelerías para que reescribamos nuestra vida, que, dependiendo de nuestra actitud positiva, será un sueño, una aventura y todas esas cosas, porque, en el fondo, valemos todos mucho y somos la pera.

La microfilosofía de la autoayuda con sus mensajes motivadores conforma un catecismo pijo, que se sigue con fe ciega, como todos los catecismos.

Y ciegos dejamos que el mundo gire a nuestras espaldas, a su aire, sin darnos bola, mientras volamos hacia nuestra aventura personal con alas de cera, cada vez más cerca del sol

 

9 respuestas a «Mensajes motivadores»

  1. ¡Eso era, la microfilosofía! ¡Euroeka! Tanto madrugar, tanto amanecer perdido, tanta cartera perdida (y encontrada por alguien menos madrugador que yo y algunos más, evidentemente) y esa ayudita de Dios va a parar al bien dormido, bien jodido (en positivo) bien comido y menos madrugador… O sea, al segundón, como si fuese la Liga Santander, avalada por la troupe arbitral. Aunque quizás la microfilosofía tenga que ver algo con esto último, de ahí el entusiasmo preliminar. ¿Acaso no era eso mismo lo que, preferentemente, te vendían…? Aquel apartamento en Tampico, cuyo contrato y condiciones estaban desglosados en letra tampiqueña que nadie se molestaba en leer y que, no por ello, de buena gana y fe, se firmaban, porque el personal se quedaba solamente con lo visible: la maqueta de la urbanización, la piscina, el coche estacionado junto al seto…eran la piedra, digo, el azucarillo filosofal, surgido de lo micro, casi de la nada…y motor del universo. Llegamos a Aristóteles.
    Obviamente, Lola, ese azucarillo, por mucha positividad que pretenda transmitir, se parece mucho a las alas del mito: cuanto más se obstinen ambos en aproximarse al calor del café o del sol, antes serán derretidos. Nada como continuar la búsqueda de la milenaria piedra filosofal…Y, como decía aquel teniente –capellán castrense a los reclutas: “chicos, habéis llegado a un lugar donde se está bien jodido. Pero, ya que los estamos, vamos a jodernos alegremente…”

    • Y es que la jodienda
      no tiene enmienda.
      Eran los sueños de ayer
      un apartamento en Torrevieja
      que te da el Un, Dos, Tres,
      luego ingresar en la cuenta
      créditos con interés
      y poner la vida en venta
      hasta alcanzar la vejez.
      Habrá que tomar la absenta
      en el plan Toulouse-Lautrec
      para olvidar esta afrenta.
      O mejor emborracharse
      con esas frases
      y darse al autohomenaje.
      Prometer hasta meter,
      porque, después de metido,
      se acabó lo prometido,
      que el jodido
      sabe bien lo que es joder
      y lo doy por entendido.

      • Los mismos que hoy te dicen
        no te invito a comer
        pues ya te doy por comido
        se afanaban en el beber
        tras la firma del oficio
        timbrado y de buen papel
        a la salud de tu piso
        es decir, de tu bolsillo
        Que la desgracia no es ser
        ciego – que al cabo lo es-
        sino llamarse Casimiro;
        si me apuro, casi fumo
        si no llego, casi vivo…
        Todo se resuelve en casi;
        así cuando falla el bus
        también tomamos un taxi
        el cual pagamos (o casi)
        Inmerso en dura campaña,
        poniendo a prueba su aguante
        con bocatas y unas cañas,
        como un soldado de Flandes
        avanza un bravo de España…

        • Quejarse ya es puro vicio,
          porque al cubo de basura
          arrojamos desperdicios
          y cuentan de un sabio
          que un día
          se comió las mondaduras
          y las regó con lejía
          y el sabio se preguntó
          acaso habrá por ventura
          otro más pobre que yo
          y cuando el rostro volvió
          halló la respuesta viendo
          de sabios un mogollón
          que la vez iban pidiendo
          para su contenedor…

          • Ésa es la contradicción
            ¿y aún os quejáis, cuitados?
            ¡si ya en tiempos de Franco
            estaba el pan tirado…!
            Faltaba el complemento;
            antaño fue leche en polvo,
            la carne de novecento,
            de entreguerras, de Corea
            Y del sargento de hierro
            Ahora te enseñan cachitos
            de las dotes de Medea,
            las ocurrencias y mitos
            de aquel esplendor de Atenas
            mezclados con rebujitos
            Así la visión del cosmos
            se parece a la de Ortega;
            pongamos mantel y mesa
            en el centro, una botella
            abramos algunos tomos
            filosóficos entre dos
            se los pasamos a otros
            ¿título de la película?
            digamos El Espectador…

          • Hartos de pan y cebolla
            sin meter nada en la olla
            como el niño del Poeta
            y quien no quiera esta dieta
            que vaya a hacer la maleta
            y en Nueva York
            o Alemania
            oiga «Suspiros de España»

          • Lo de aquí es leche y habas
            que suele decir la gente
            de Alfarnate y Periana
            cuando no se hinca el diente
            o cuando el valor es nada
            Luego no faltan motivos
            para seguir escuchando
            de España, los suspiros;
            de hacer más kilómetros
            que la famosa maleta
            que portaba El Fugitivo
            allá por los años sesenta,
            al que una vez por semana
            lo veías tras la cena
            sin cebolla planteada…
            Y después, a la mañana
            escuchar el Emigrante
            de Juanito Valderrama,
            más sentido que suspiro
            pues ya la cosa cambiaba;
            ya se nos daba un respiro
            de frontera franqueada
            llamado tardofranquismo…

            Y con vida renovada
            y porque el azar lo quiso
            ya demandabas el hechizo
            y el favor de una gitana…

  2. Genial, Lola. Lo tuyo es de matrícula de honor. Firmo, refrendo, doy fe y hago mío, desde «El» hasta «Alegremente». Se puede decir más alto, pero mejor, imposible, Me congratulo de tener una amiga así. Como siempre, saludos cordiales.

    • Muchas gracias, Santiago, tus congratulaciones me llegan al alma y las recibo como una extraordinario galardón, porque ya sé que no te congratulas tan fácilmente. Yo también me alegro de ser tu amiga y espero que firmes muchísimo en la Feria del Libro de la villa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.