Málaga es de cine

24 Mar

Llega de nuevo a Málaga el Festival de Cine Español, envuelto en el glamour de las alfombras rojas, las estrellas consagradas  con su sabia elegancia y las nuevas promesas en flor. Toda la belleza reunida de los guapos y guapas en los albores de la primavera. Hermosos vestidos, centelleantes de lentejuelas y trajes de etiqueta, coches fastuosos y boato oficial, ceremonia y aplausos, que sugieren que el cine es un sueño de lujo, regado de champán. Pero en el interior de las salas, cuando la oscuridad planea sobre las butacas, la realidad que recrean las grandes pantallas es totalmente opuesta. Predominan en escena los ambientes sórdidos, donde los desheredados del siglo XXI viven cada cual, a su manera, los efectos de una crisis letal que se ha instalado como leitmotiv de cada historia, replegada en un bucle de tragedia, sin el alivio de un desenlace que, al menos, prometa la esperanza, aplastada por todos los males en el fondo de la caja de Pandora. Y, cuando hablo de crisis no me refiero sólo a la económica, que precisamente afecta de modo directo a los cineastas; a productores, directores y actores, cuya apuesta por el cine sólo puede ya explicarse por una vocación muy tozuda a como pintan bastos en este sector profesional tan vapuleado en la actualidad que ha de autofinanciarse para subsistir o buscar en otros países mayores oportunidades. O algunas.

A este paso sólo quienes ya cuenten con una previa fortuna familiar podrán apostar por ponerse delante y detrás de las cámaras. Aunque tampoco han de faltar los temerarios que por mero entusiasmo se suscriban al estricto régimen de hambrunas de los legendarios cómicos de la legua. No olvidemos que los mejores actores de nuestra historia se hartaron de bocadillos de calamares y de pasar frío en pensiones de mala muerte, además de hacer pésimas películas por necesidades primarias antes de que vinieran a rescatarlos los prósperos 80. Cuando se le tribute homenaje al cine de esa década y la siguiente, que se recuerde cuál fue la fórmula que lo hizo posible.

Pero, en fin, ya dije que no me refería sólo a la crisis económica, sino también a la de valores, a la existencial y, en general, a la anímica de la que se resienten esas tramas donde no corre casi una brizna de aire; conflictos paterno-filiales, parejas en el abismo, familias desestructuradas, corruptelas políticas, mafias asesinas, ancianos que claman por la eutanasia, mujeres víctimas del maltrato, jóvenes sin futuro ni perspectiva ni ganas, adolescentes que quedan en un grupo de guasap para suicidarse, amenazas de catástrofes naturales por el calentamiento global. La realidad pura y dura que se llama sin ningún aditivo ni edulcorante. Eso muestran las películas españolas y también las del territorio latinoamericano que se suman a esta convocatoria. Como ya sabemos, en esos países hermanos, tampoco es que aten los perros con longaniza.

En medio de esta vorágine de negatividad aplastante, hay algún amago de comedia, aunque poca, muy poca. Y muy criticada por cierto. De alguna manera en estos momentos tan transcendentes parece ya que la risa fuese un delito. Aunque hay que decir que de esa rígida norma escapan ciertos cortos de la sección oficial y extraoficial de cortometrajes de Málaga que se permiten la guasa y la frikeada aparejada a la crítica social. Cito algunos, “Llueve en Bagdad”, “Área de descanso”, “Matar al presidente”, “Enamorado de ti”, “Ángel caído” MLG 3 Delicias”, “Una familia de verdad”, “Una china en el zapato”, “Gazpachuelo”…

A este tenor recuerdo un episodio en el que hablábamos en clase de la bohemia en París y la tendencia de los artistas al suicidio, salvando la excepción de Picasso que disfrutaba a lo grande cada minuto de la vida.

-Es que Picasso era malagueño- observó un alumno avezado.

El martes pasado tuve el honor de reunirme con un club de lectura en Baza y una de sus integrantes, llamada Dulce, me dijo un precioso piropo:

-Es que tus cuentos son muy crudos, pero tienen ese rollito del cachondeo malagueño.

Algo parecido me han dicho hace poco en Madrid y me siento muy orgullosa de ser partícipe de ese rollo guasón de mis paisanos que combate los males en las peores.

La conclusión es que hay que apoyar la creatividad malagueña, también en el cine que tanto le debe. Podría citar nombres para llenar dos páginas más, pero digo dos que ahora suenan; Fiorella Faltoyano y Antonio Banderas, qué arte, madre mía.

P.D: Antes de escribir este artículo, no había visto la comedia «El intercambio» del director malagueño, Ignacio Nacho; una frikeada malagueña 100% con muchos actores del terreno como Pepón Nieto. Acabo de asistir al estreno en el Teatro Cervantes y me lo he pasado genial.

22 respuestas a «Málaga es de cine»

  1. Lola, como siempre, vale la pena leerte. Dos precisiones: los bocatas suelen ser de esos guapas y de esas guapas, de atún en aceite de lata con pimiento rojo. Los de calamares son de otro nivel. Más alto. Y, por último, ya leo que a chovinista te ganan pocos. Te repito, malagueña salerosa, que da gusto leerte. Hasta más leer.

    • Pues, muy buena apreciación, porque a los actores y compañía se les ve con muchas lentejuelas, y provocan la envidia sin hacerse cargo del hambre que pasan. Y qué voy a decir, hay que protegerlos para que no sean una especie en extinción y nos sigan regalando buenísimos ratos…
      Y no soy chovinista, sino objetiva, basta con consultar la historia del cine español para hacerse una idea de cuántos malagueños han contribuido a hacerla grande y se han ido a Madrid con lo puesto para comer bocadillos de calamares o de atún de lata como tú dices. Si, a la postre, han triunfado algunos, que nadie se olvide de las miserias que han debido soportar. El éxito todo el mundo lo quiere, pero pocos se arriesgan a dejarse la piel por el camino.Creo que Antonio Banderas se fue a Madrid en un bus con 500 pesetas ¿cuántos guapos hubieran hecho lo mismo?

  2. Pues será la primavera – esto es más viejo que qué sé yo, quede claro – pero cuando escribías de aquel Festimal, hace seis años, no es que la euforia de la gente fuese como para sustituir con su chispa los farolillos de la feria, no; absolument, pas; pero no sé, sería la música ambiental, atronadora, eso sí, mas endulzada por esa brisa, marina y africana, que dejaba en el aire aquella impronta primaveral de revolución democrática árabe (de seis países implicados quedó uno con gobierno ya casi democrático, ánimo) sería la esperanza…El caso, carissima Lola C – entiéndase coloquial, familiar… además, está la C. JK no era necesariamente FJ Kafka, y mira que lo repite, el tío..- es que se te ve alegremente pesimista. Y tampoco es eso. O sí. (Esto debe ser presocrático por lo menos) Claro, se pone uno a pensar en aquellos mensajes que precedieron a los subliminales de actualidad…
    – Il marito : “ma, dove vai…?
    -La moglie: “parrucchiere”
    – Il marito: (Sodoma) e poi…?
    -La moglie: “a chiesa”
    -Il marito: (Gomorra) e poi…?
    -La moglie: “mercato”
    -Il marito: (Sodoma e Gomorra)
    A saber lo que hubiera pensado el buen hombre (igual sin maldad) si alguna hija le hubiese contestado que se iba con su novio al cine, cuando el cine era…

    https://www.youtube.com/watch?v=sjDHAe1wdsQ

    Venga Lola, que no se diga, ¡arriba ese rascacielos! (lo he escuchado por ahí y algo debe haber…)

    • Claro que sí, cuando el sexo era pecado, lo de menos en el cine era ver la película. Algo de eso se ve en Amarcord. Ahora, en fin, es otra cosa, pues le exigimos al producto calidad, también por cómo se ha puesto el precio de las entradas…
      Me hubiese gustado ver todo lo que se ha proyectado para opinar mejor, pero por lo que he visto, mucho, aunque no todo, y las sinopsis que he leído, creo que la originalidad de los paisanos destaca; que hay ganas de hacer cine, aunque escaseen los medios. Por eso, pongo mi granito de arena para apoyar a los cineastas, que no pueden vivir del aire…
      El arte es la mirada crítica que nos ayuda a interpretar el mundo y lo necesitamos. Así que vengan libros, cuadros y cine; cine, cine, cine, más cine, por favor!!!

      • El pueblo español siempre estuvo – ahora algo menos – con sus cineastas y artistas en general. Incluso en tiempos de otras crisis, el españolito de a pie, siempre e per sempre, fue fiel con su cine, en España y parte del extranjero….¿Entonces? Pues “mah de lo mihmo”; o mejor: “Felipe, quillo, dannoh mah de lo mihmo…” punto de inflexión inmortalizado entre risas por JM Serrat y cien más, en el ocaso del felipismo, durante un mitin a mediados de los noventa, en que F González debió sentirse muy a gusto, al albur de tanto venal, mientras la corrupción ya hacía estragos en sus filas (Roldán, Gal, Fondos Reservados de la Lucha Antiterrorista, el anti-OTAN y, por tanto, SG de la OTAN, J Solana, haciendo carrera en Los Balcanes, cuando se llevaba a cabo la mayor limpieza étnica en suelo europeo desde la SGM -la Krajina, Croacia, etc, etc..)
        Pero vale, aquello es pasado, plegado, pisado…Mas la política sigue ahí fuera, y los mismos afectos al “mah de lo mihmo”, políticos, actores, músicos… requieren, con fuerza, manifiesto tras manifiesto, que el PSOE, unido a no importa quién, vuelva a la palestra. Y tampoco es eso. Entre otras cosas porque, como se suele decir, “No me duele que me hayas engañado; lo que me abruma es que, en lo sucesivo, jamás volveré a creerte…”
        Con artistas, actores, escritores, intelectuales…siempre; y, de haberlo, que el cambio no sea para “mah de lo mihmo”, porque el resto está igualmente a dos velas y ya nos vale…

        • Cualquier gobierno sensato debería apoyar al cine y al arte en general y no favorecer el engendro de masas primarias que, sin el refinamiento de la cultura, vayan a por ellos con garrotes.Esto no debería depender de signos, sino sólo de sensatez, pero por alguna razón el cine y todas las otras manifestaciones culturales se siguen asociando a partidos políticos, como si todavía se ejerciese el realismo socialista de la época de Stalin o el futurismo del fascismo europeo. Y no es eso, no es eso.
          La cultura no requiere una atadura
          ni entra donde quieran
          imponerse dictaduras.
          Arte y no propaganda
          es lo que precisa España.

          • Al menos como cultura
            debería disentir
            y no tomar como arte,
            de la masa, formar parte
            ni engancharse al banderín
            Su bandera es toda y una
            en la tierra y en la luna
            multiplicada por cero
            que quiere decir ninguna
            ¿Qué importará el aguacero
            el frío, la insolación…?
            con ella te vas cubriendo
            pasito a paso, cediendo
            pasito a paso, avanzando
            pasito a paso, viviendo
            Aquí pasa; aquí pasó…
            Movimiento corto, breve
            del corazón, de la mente
            Y del cuerpo hasta donde
            los pies incansables lleven…

          • Pues la bandera del arte
            es la plena libertad,
            no es cosa que se suscriba
            a una mirada parcial,
            porque no admite mas ismos
            que el yo mismo,
            antes que el espectador
            lo libere de ese yo
            y lo vuelva universal.
            Que lo que tiene valor
            sirve como bien mayor
            y es la suma de las causas,
            sin facciones ni color
            y, a la sazón, planetaria.

          • En las humanas refriegas
            se puede bien constatar
            que cuando media el arte
            también aminora el mal
            Pongamos Guadalajara
            batalla de nuestra guerra
            como ejemplo a desterrar
            Las burlas republicanas
            a las fuerzas italianas
            por huir en desbandada
            fueron por diez superadas
            en la zona nacional
            Si los primeros entonaban
            (al son de Faccetta Nera)

            “Guadalajara no es Abisinia
            aquí los rojos tiran bombas
            como piñas: los italianos
            se marcharán y su recuerdo
            y su adiós nos dejarán…”

            Desde el bando nacional
            que era amigo y aliado
            decían así (y hubo más)

            “Los italianos, en la trinchera
            no se desprenden de sus camisas
            de seda; en el empeine llevan charol
            y por la calle van haciendo el maricón”

            Ante tanto disparate
            el arte vino al rescate:

          • Aquí es tocar la vaca
            intocable y sagrada
            y ponerte a parir,
            desde persona non grata
            a villano malandrín,
            tendrás esos tratamientos
            del poder establecido
            si se te ocurre opinar
            (sirva sólo como ejemplo)
            sobre el voto de los viejos
            y que se tome a mal
            no vaya esto a cambiar
            la política dé un vuelco
            y nos cambien de lugar
            Así tirando de labia
            mala uva y poca lacha
            enervaron viejos verdes
            item más a los añosos;
            tanto unos como otros
            devinieron cascarrabias…
            Si el tiempo todo lo cura
            y el cine se compromete
            versione Fuenteovejuna
            invirtiendo los papeles…

          • Opinar,
            ser lenguaraz,
            es lo que te pide el facebook,
            saber de tu pensamiento
            y quien se deja atrapar
            por esas redes,
            acaba hablando de más,
            que luegon le pintan bastos
            y todos sus comentarios
            van al oido global.
            La revolución será
            una causa silenciosa
            o no será.
            Hay que callar,
            no dar pistas,
            disimular,
            usar claves estilísticas,
            metáforas o parábolas,
            y si preguntan qué piensas,
            mejor, dejarlos en ascuas,
            que ya habrá otra manera
            más certera
            de hacer la pascua.
            No puedo pensar
            ni quiero
            en ser carne fácil
            de borrego,
            que voy a encontrar la clave
            en un tono más suave
            como me llamo Clavero.

          • Es decir que no me libro
            si no hago ópera bufa
            bebo horchata de chufa
            y pongo cara de libro
            a la berrea de astados
            que se contempla a diario
            en tentadero ordinario
            llamado de diputados,
            de guzmanes y matones,
            que a su lado el de Alfarache
            o un yankee de Fort Apache
            no pasan de Juan Cohone;
            cuando no llevan cuchillo
            metido en la faldriquera
            están afilando el colmillo
            de coyote en la pradera…
            Claro que no hay motivos
            y de resultas y de cajón
            te costará una multa…

            ¡Chitón!

  3. Lola, mi afirmación sobre el chovinismo de alguno o de alguna (Gila dixit) no es fruto de llevar la contraria a nadie. Se apoya en datos. Verás. Primero decirte que eso de las 500 pts y de la maleta se lo tengo yo grabado a 5 cantaores de Utrera cuando escribí el libro sobre Bambino. Es decir, que todo el que quiere ser artista o actor o torero o saltimbanqui, si proviene del mundo rural y cuasi mísero, tiene que hacer algo parecido. Los malagueños, los sevillanos, los de Pontevedra, los de San Sadurní de Noya y los de Segovia. En segundo lugar, tus anécdotas me recuerdan a un tío mío, que se fiaba más de lo que hablaban los pacientes antes de las consultas médicas que del tratamiento del facultativo. Decía que si estaban allí esperando es porque lo podían contar y, por tanto, había que actuar con los remedios utilizados por el primero que los aconsejaba en voz alta, y no con lo que le recetaba el «matasanos» (sic). Por consigiuiente, como diría Felipe González, lo que insertas como sentencias de tus escuchantes, son opiniones, sólo eso, pareceres, apuntes, creencias, leyendas urbanas, chascarrillos, chovinismos, pero sólo eso y nada más que eso. No constituyen doctrina ni datos fiables de ningún tipo. Y para ello te remito a la última estadística que he encontrado en la red. Año 2012. Tasa de suicidios en nivel nacional 7,5 personas por cada 100.000 habitantes. Tasa de 2014: 8,42 cada 100.000. Tasa de suicidios en Málaga: 2012: 10,5 por cada 100.000. En 2011, 8,7. En 2010 8,9. En 2009, 10,5 y en 2008, 11,8 personas por cada 100.000 habitantes. Como verás y leerás, parece que el cachondeíto no funciona del todo y en todos los casos. Cachondeíto lo hay en todos los sitios, provincias, pueblos, CC,AA., mancomunidades, villorrios, aldeas y lugares. Es propio del ser humano. Desde mi humilde opinión forma parte de las estrategias fantástica de nuestra especie que han ayudado, ayudan y ayudarán a su supervivencia y a su felicidad. Con mi mayor admiración y cordialidad.

    • Pues ahora que lo dices, también creo que hasta Bertín Osborne dijo que se fue a Madrid con una cantidad parecida y sin maleta ni nada. Y eso que la familia era de posibles…la vocación, que tira mucho.
      Claro que imagínate la birria que es una biografía, a ojos públicos, si cualquiera dijese, yo lo tuve siempre fácil, me costeó tal y cual, tenía contactos o así…para despertar simpatía, hay que alegar que la pasaste canutas, cuanto más canutas, mejor.
      Y bueno, que es verdad que tampoco vivamos aquí en Málaga, siempre entre flores, fandanguillos y alegrias. Sobre todo, en los últimos tiempos, porque no nos habremos inventado la guasa, pero tampoco el paro y nadie sobrevive del aire. Así que cuando se agotan los subsidios, se quitan las ganas de cachondeo. Normal ¿no? Porque el humor natural no es invulnerable a la crisis del ladrillo y se abren bares, pero ni siquiera puede ser todo el mundo camarero.
      La población ha crecido mucho y hay poca oferta para tanta demanda.
      Aún así, no se puede decir que escasee el genio creativo. En las peores se ha hecho cine, sacándole la gracia a este asunto, que ya es bastante meritorio, porque contar en las extremas la tragedia sale más fácil, pero intentar verle la gracia es, como mínimo de Goya en sus pinturas negras. De modo que de ahí también el orgullo chovinista…

      • Lola: ¿La vocación? Yo diría que lo que «tira» es vivir sin dar palo al agua (cantando, friendo huevos, jugando al futbolín, ligando señoritas en edad de merecer, haciendo gracias a presidentes o presumiendo de guaperas.) Mejor eso que gestionando bodegas, poniendo ladrillos o cogiendo naranjas. Del resto, me gusta todo y lo comparto. Aunque… Eso de que el cine intenta verle la gracia (son tus palabras)… Yo creo que el cine (los tipos que sean) se inventa gracias donde lo que reina es «maldita la gracia». Pero, en fin, es un negocio, van a por los cuartos y el embaucado bien embaucado queda, además de soltar el dinerito que les sirve para seguir inventando paraísos terrenales artificiales. Ya te digo, a veces «maldita la gracia». Con mi más cordial admiración.

        • Pues Bertín corta el jamón y descorcha botellas con mucho esfruerzo y lo de ligarse a las señoritas, a una edad, es un trabajo de mucho mérito, una carrera de fondo.
          En cuanto a los cortometrajes de crítica social que han hecho mis paisanos con la ayuda, tal vez, de la pensión de la abuela, no me creo yo que se hagan millonarios, que encima igual tendrán sus represalias por tocar los cataplines de los de por ahí arriba. O sea, que mucho me temo que se verán sin subvención y sin merienda, pero ole por ellos!!!

          • Ya sabes, Lola, se vive mejor haciendo cortometrajes que gestionando bodegas, poniendo ladrillos o cogiendo naranjas. Me da igual que me da lo mismo. La cuestión es mancharse poco las manos, aparecer como un «artista» y huir de los trabajos mecánicos como de la peste. Se lleva haciendo en este país desde los tiempos de El Cid. El trabajo manual está mal visto, «mola» más ir de crítico social o de represaliado o de antisistema o de no subvencionado. Antes nos llamábamos «progres». Y ahora «analistas» de nada y opinantes de todo. Así es la vida. Y ni tú ni yo vamos a cambiarla. Por tanto, a seguir cortando jamón y descorchando botellas. El resto, humo, vanidad y ganas de perder el tiempo. Que descanse vuesa merced.

          • Pues no sé qué decirte, yo no entiendo nada de trabajos manuales, porque tengo manos de oso. Y menos mal que se me entiende la letra, gracias al ordenador.
            O sea, que comprendo que a los inútiles como yo es bastante arriesgado meterlos a hacer de albañiles.Vamos, que ni siquiera a cortar jamón ni descorchar botellas. Ahora que tampoco hacer este tipo de trabajos, «menos duros», da para darse la gran vida. Eso le pasará a uno entre millones y ahora casi menos que nunca…

  4. Lola, no va por ti el comentario. Dios me libre. Que descanses, que mañana hay que levantarse pronto para seguir produciendo. Cordiales saludos.

    • Sería duro lo de poner ladrillos, pero aquí, cuando lo del boom, muchos alumnos abandonaron las aulas para irse a la obra. Su grito de guerra era; ahí te quedas, maestro pringao, que voy a ganar el doble que tú.
      Lo de la intelectualidad procurará trabajos más cómodos, pero no veo yo que despierte tantos entusiasmos. Y eso que estudiar se hace sentado…

  5. Lola, ¿dónde estarán ahora los que se fueron cuando el boom? ¿Se arrepentirán? Algunos engordarán estadísticas de lo que sea (paro, inmolados, sin techo…) Pero, alS menos fueron sinceros. ¿Pringao? ¿Maestro pringao? Pecata minuta. He escuchado insultos más redondos, cuadrados, parabólicos y hasta elípticos. ¿Intelectualidad? Aprendices «de», eso es lo que somos. Estamos empezando, querida Lola, Con mis saludos más cordiales.

    • Los suicidios, como tú dices, están a la orden del día. He aquí otra estadística.
      Y, bueno, intelectual yo le llamo a cualquier actividad que se hace con el intelecto. Algo que cuenta ahora con un fortísimo desprestigio social, dicho sea de paso.

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