Elvira Lindo es quizás la escritora más querida por los españoles. Por su estilo cercano y por su manera de contar la realidad más inmediata desde la grata perspectiva del humor. Como dice el célebre viñetista Gallego (el de Gallego & Rey), los españoles queremos, sobre todo, a aquel que nos hace reír y en eso, Elvira Lindo se hizo maestra en sus secciones de artículos “Don de gentes”, “Tinto de verano” y con la creación del personaje infantil más adorable de la literatura contemporánea patria; “Manolito Gafotas”. Un niño que, haciendo virtud de sus complejos y apología épica de su modo de vivir en positivo en uno de los barrios más pobres de Madrid (Carabanchel alto) ha llegado al corazón de los niños “de la infancia” y, no menos, de esos otros niños que seguimos siendo los adultos. No obstante, los títulos de la saga “Manolito” son los típicos que regalan los padres a los hijos con la clara intención de leerlos ellos mismos del tirón en cuanto las criaturas se queden dormidas.
Como la media de los españoles, soy una ferviente admiradora de Manolito y su autora. Por ello, cuando anunciaron que la escritora daba una charla sobre temas de actualidad, fui a verla en vivo junto con el ciento y la madre. En previsión de que el público sería masivo, procuré llegar con tiempo para conseguir un asiento y lo logré en un lugar preferente si bien con el inconveniente de que una señora que llegó a última hora tomó a empellones un hueco a mi lado que casi no existía, por lo que se me hacía imposible cruzar las piernas. Pese a la incomodidad, me concentré del todo en la conferencia que prometía muchísimo, ya que la autora se declaró muy interesada en el tema de la educación en España que, como saben mis pacientes lectores, es uno de mis favoritos; tanto de llevar casi veinte años dando la tabarra con lo mismo.
Puesto que la escritora afirmó que deseaba tener mayor información sobre el asunto, esperé al turno de preguntas para informarla de cabo a rabo. Una cuestión que se hizo difícil, ya que los asistentes eran docentes en su mayoría y todos dispuestos a informar a la autora con tal pujanza de hacerse casi invisible mi tímida mano alzada en el tupido y reñido bosque de los turnos de palabra si no es porque un alma compasiva se percata de que llevaba media hora intentando hablar. Dado lo cual, por fin, pude plantearle a la ponente algún punto de vista sobre la enseñanza en este país. Sólo alguno porque cuando quise replicar a la respuesta de la escritora, la señora que se me adhirió al lado, decidió que mi turno de palabra había concluido y llegaba el suyo y, por dejarlo claro, agarró el micrófono o, más bien lo cogió -en el sentido argentino de la palabra- pues se lo colocó en el chichi. Lo cual me pareció del todo inadecuado tratándose como se trataba de una charla sobre educación.
Pues Elvira Lindo insistía muy oportunamente en que en los temas de la enseñanza se tratan hoy día más cuestiones de forma que de fondo, me hubiera gustado comentarle el asunto del Colegio San Patricio que ha salpicado de polémica nuestra ciudad por el caso del niño transexual de seis años que quiere asistir con faldas a clase ante la oposición de la directiva de dicho colegio religioso con el resultado de que al colegio le ha abierto la Junta un expediente para retirarle el concierto económico por practicar la discriminación sexual. Tanto la directiva del colegio como el resto de los padres de alumnos del barrio obrero a los que podría perjudicar la gravosa medida argumentan que el asunto de la discriminación es muy improbable, ya que las mismas niñas, además de faldas, pueden llevar pantalones, que la distrofia sexual es imposible de diagnosticar a los seis años y que la madre del transexual si desea que su niño o niña vista faldas podría optar por llevarlo a otro colegio no religioso, pues descuadra bastante con el ideario del centro; razones muy obvias que, no obstante, desoídas a favor del expediente, han llevado a los padres desesperados a la movilización. Que este asunto haya llegado tan lejos me parece un síntoma de la frivolidad con la que se tratan hoy día los temas de educación y así lo hice ver en un artículo irónico que, como debí haber previsto, no entendió casi nadie.
Mi opinión entonces como ahora y siempre es que si ese énfasis que se derrocha en tales bagatelas, se emplease en afrontar los verdaderos y profundos problemas de la enseñanza, seríamos el país con mayor calidad educativa de “todo el mundo mundial”. Ya subiríamos bastantes enteros con que hubiera una seria iniciativa oficial que salvase a los profesores del desprestigio social en que han caído. Tal que la agresión verbal e incluso física se haya convertido en un gaje del oficio. Eso dicen los informes en los que ni siquiera están presentes todos los datos, ya que hay profesores que sufren la violencia en silencio como las almorranas, pues se sienten merecedores o culpables de las vejaciones como otrora las mujeres maltratadas. Mal pagados –otra vez sin complemento en la paga extra de Navidad- y nada reconocidos, muchos profesores acuden a su trabajo con miedo. Y, como dijo Elvira Lindo, los profesores son una pieza clave de la enseñanza. Sin empleados motivados, no hay empresa que funcione. Pocos problemas tienen tan clara solución.
Amor y pedagogía
20
Dic
Sra. Lola, ¿De verdad Ud. cree que superaremos algún día esos estereotipos del pasado?. Creo que no. Aún en mucho domicilio, hoy, se oye, en similar, la madre decirle a la hija, anda haz la cama de tu hermano. Ella, la hija, tal vez 15 años, y el niño 17. Que la haga él. Niñooo, ya sabes. Ay mamá, es que me tengo que ir al fútbol….
La escuela es solo una parte de la vivencia del niño. Si bien es cierto que solo en la etapa escolar se adquiere la estructura principal de los valores, y ésta será para toda la vida del individuo. El niño no solo coge valores -los buenos y malos- de sus maestros y compañeros del cole. Al fin y al cabo estas personas son casi extrañas para él, en relación con lo mucho que son su familia directa. De qué sirve, o mejor, sirve de poco, que la maestra se deje la garganta y el seso en clase tratando de educar, si cuando llega a casa papá y mamá están en los preámbulos de la avenida ruptura conyugal con sus evidentes alegorías emitidas a grito vivo en forma de insultos.
¿Y a quién culpar de estos comportamientos del padre y la madre delante del niño?. Si ambos dejaron la EGB, y con ello toda vida académico docente cuando cumplieron apenas 14 años. Y a su vez de los cuatro abuelos del niño, dos eran analbabetos y otros dos solo aprendieron a leer y escribir; uno de ellos por cierto en las trincheras del frente de Teruel en el 38.
Además que en este país, dicen que debido al buen tiempo, al temperamento altanero, y a lo buena que está la cerveza, se lee muy poco, y entonces de ella, de la lectura, la autodidáctica se va al traste, y no evolucionamos en valores, pues no tenemos más que los aportados por las últimas generaciones de mis veneradas/os espartanas/os maestras y profesoras/es de primaria, y los de algún extrañado profesor que anda por ahí en estudios de más nivel. Así andan, con unas depresiones de órdago y medio.
¿Soluciones?
Saludos.
Que yo sepa, antes era mayor el número de analfabetos y, sin embargo, había un respeto social sumo al profesor.
La falta de respeto e incluso las agresiones son de cuño más reciente, incluso el país entonces estaba ya en democracia ¿A qué se deben dices tú?
Le respondo, disculpe la tardanza.
La importancia del asunto me impide olvidarme sin más. Eso, no dejo de reconocer la importancia de la educación en valores de igualdad de género en la escuela. Más, hay que potenciarlos al máximo, pues otros métodos sobre otras edades y situaciones me parecen endebles y que caen por su propio peso debido a la dificultad de cambiar el «rol» cultural de un adulto. Al menos tenemos la escuela, porque si no apañados estábamos. Lástima que ésta solo se pueda actuar con resultados satisfactorios sobre el niño y no, con resultados de evidente efectividad, en adultos. Ello sin olvidar, como dije más arriba hace días, que al niño no lo podemos aislar de su entorno social y familiar directo; ay, si este entorno está contaminado; lo que nos lleva a evidenciar que lo que percibe el niño en la escuela es una mínima parte del total de información, actitudes y vivencias que recibe.
Pienso que el adulto, digamos de más de 18 años, digamos sin nombrar fuentes, ya se ha consolidado en su carácter y valores. Ahora su actitud ante los valores de igualdad de género son los que responden a su cultura, en el concepto que tomo aquí de la Dra. María G. Portugal Flores: » La cultura es la base y el fundamento de lo que somos. Esta existe en el momento en que nacemos y es el aporte moral e intelectual de nuestros progenitores en un inicio y de nuestro entorno posteriormente»
Me disculpe Ud. la brasa, Sra. Lola, pero ahora y más, digo, solo recapitulando, o preguntándome, ¿por qué ha aumentado de forma tan alarmante la violencia de género -al menos el maltrato físico- aquí en España últimamente, entre adultos?. Saco mis propias conclusiones. Hay un evidente desfase entre la cultura -en el concepto de cultura apuntado anterioremente- de nuestra sociedad y la legislación que la sustenta. En Afganistán y Arabia Saudí, mucha más diferencia en relación con los derechos internacionales reconocidos, en este caso, a la mujer. Pero aquí estamos en España, miremos nuestra historia. Nuestra cultura es nuestra historia también, ¿verdad Lola?. Dígame que sí, gracias. El individuo varón, y a veces hasta la misma mujer, aplican la norma de la costumbre -de lo que le han enseñado y vivido- siempre antes que la norma que le viene impuesta por el legislador en forma de Constitución Española y legislación que la desarrolla. Cuando la norma escrita contradice a la costumbre, surge el conflicto, y de este la guerra, y aquí, la guerra entre hombre y mujer.
En las guerras físicas de antaño, vencían los soldados más fuertes.
Ha cambiado infinitamente más rápido la forma de vida de la mujer en nuestra sociedad que el pensamiento del hombre, que parece algo estancado. Esa y no otra es la raíz de la violencia de género, que solo evidenciamos en los casos de más grave agresión física, llegando en ocasiones hasta lo peor, la muerte de la víctima. No descarto que siempre ha habido una injusta sumisión de la mujer al marido. Insisto, INJUSTA. Pero ambos sabían y consentían sus roles, y no había conflicto grave. No justifico en ningún momento y bajo ninguna excusa la sumisión de la mujer al hombre y, en toda su medida, la aberrante violencia de género, solo busco porqués, y como principal causa creo que ha sido la evolución más rápida de la responsabilidad de la mujer en la sociedad de lo que el hombre ha sido capaz de asumir. Consulten, consulten los datos universitarios, ad exemplum.
Soluciones. Al individuo adulto (machista), no lo podemos enviar de nuevo a la escuela. Y entonces, solo nos queda para corregir a este sujeto de su desacertado valor con respecto a la mujer, el mismo método que han adoptado todas las civilizaciones más avanzadas, en todos los ámbitos en los que el individuo no se adapta a la norma, EL PODER COERCITIVO DEL ESTADO. Los motivos son los que son, y están bien claros en la exposición de motivos de cualquier código sancionador o penal de cualquier sociedad o estado civilizado. Ya me gustaría saber de otros métodos. Pero para desgracia de la humanidad no funcionan. A todo lo más que podemos aspirar las sociedades modernas es a una atenuación o flexibilidad en la aplicación de la norma coercitiva de obligación, permitiendo la reinserción del sujeto bajo unos estrictos requisitos que aseguren su no reincidencia.
Feliz año nuevo, a toda persona que ande por aquí, bien leyendo, bien escribiendo.
Pero ¿Por qué la violencia de género entre adolescentes? Precisamente, cuando hay tanta publicidad disuasoria…¿A qué viene y de dónde?
Ya lo dije, pero no me importa decirlo de nuevo, total es solo copiar y pegar:
Ha cambiado infinitamente más rápido la forma de vida de la mujer en nuestra sociedad que el pensamiento del hombre, que parece algo estancado.
Hay un evidente desfase entre la cultura -en el concepto de cultura apuntado anterioremente- de nuestra sociedad y la legislación que la sustenta.
De qué sirve, o mejor, sirve de poco, que la maestra se deje la garganta y el seso en clase tratando de educar, si cuando llega a casa papá y mamá están en los preámbulos de la avenida ruptura conyugal con sus evidentes alegorías emitidas a grito vivo en forma de insultos.
¿Y a quién culpar de estos comportamientos del padre y la madre delante del niño?. Si ambos dejaron la EGB, y con ello toda vida académico docente cuando cumplieron apenas 14 años.
O dicho de otra forma, el niño/adolescente es una copia de lo que hay en casa. Si en casa ha aumentado en gran medida, el niño o adolescente no iba a salir indemne.
En mi opinión, no estaría de más tirar del ovillo hasta llegar a la misma Transición, donde se formaron muchos padres actuales, entonces adolescentes, para intentar averiguar algunas causas de este entramado. El dicho popular «tu libertad acaba donde empieza la de los demás» ya sonaba cutre y desfasado. Libertad era meterse en cualquier campo y coger lo que allí hubiera, desde aperos de labranza a cualquier producto hortofrutícola y reírse del propietario (delante de esos niños, hoy adultos y tal vez ligeros de mano y de vergüenza) cuando no lo tildaba de facha, en la seguridad de que no iba a pasarle nada por ello. Sois libres, repetían una y otra vez las voces petitorias de votos. Obviamente, el hoy de ellos era, tal vez, algo malo. Pero, qué duda cabe, el mañana fue suyo en gran parte. Hasta hoy mismo.
Saludos.