Llegado cierto punto de la vida, conviene hacer un alto en el camino para poner en orden los recuerdos, pues en el caos, tienden a acumularse como esos cachivaches que abarrotan una casa, robándoles el espacio y la clarividencia a sus propios inquilinos. Las memorias son un modo higiénico de hacer inventario. Y, como inventario, ningunas memorias tan impagables como las de Sara Montiel, de las que se dice que casi todo era invento. La Montiel percibía la realidad como le daba la gana porque para eso era una artista y además de la Mancha como Don Quijote. Fue a escribir su vida y le salió una novela a la inversa de la mayoría de los escritores que van a escribir una novela y terminan escribiendo su vida. (Casi) todas las novelas son autobiografías mas o menos disimuladas desde el mismo Quijote hasta “Cien años de soledad”, que son las novelas por excelencia. Del resto, ídem de ídem, porque ni Proust, ni Kafka ni Joyce ni nadie dejan de interpretar el mundo desde su propio yo y sus circunstancias. Por eso, cuando muere un narrador de la palabra o de la imagen –o sea, un escritor o un cineasta- se muere también un mundo entero, el suyo, y el universo se queda como una mesa a la que le falta una pata, renqueante y cojitranco. Cuando la luz de un sabio se apaga, el planeta se va quedando más a oscuras, desenfocado y borroso. En tinieblas totales, a este paso, habida cuenta de que a todos les está dando por morir en masa cuando más falta hacían; este siglo tiene cada vez menos luces.
Ya no más Jesús Franco, ni Bigas Luna, ni José Luis Sampedro, qué epidemia en plena primavera. Por fortuna, fueron longevos y su viaje estuvo cargado de experiencias que nos pudieron contar en primera persona, cual si Ulises hubiera tomado la palabra para narrar su propia Odisea, prescindiendo de intermediarios tal que Homero o ese ilustre pelmazo de James Joyce. Como todos los artistas, hicieron arte de su biografía que ocupó gran parte del siglo XX, un siglo interesante, revoluto y pintoresco que dio para tres siglos entre los tres porque cada cual lo re-creó a su manera. Para Jesús Franco fue pura alucinación y, en ocasiones, pura epidermis; y tal era la singularidad con la que resolvía cada una de sus muchísimas películas que, en un momento dado, hubo de marcharse del país a buscar fortuna en el extranjero. La originalidad extrema no es un valor que venda demasiado en este país amante de los retratos al natural, donde Unamuno no consiguió estrenar ni una sola de sus obras de teatro y se envió a Fernando Arrabal a tomar el fresco con sus experimentalismos vanguardistas. Tal vez, precisamente, por eso, pueda extrañar que el surrealismo onírico de Bigas Luna cuajara tan bien en el paladar compatriota, sobre todo, en su célebre trilogía ibérica; “Jamón, jamón”, “Huevos de oro” y “La teta y la luna”. Será que corrían tiempos más receptivos o que sus símbolos conectaban mejor con la emotividad subconsciente colectiva; el jamón, el ajo, la tortilla de patatas, el toro de Osborne; la España profunda, al fin; entera y verdadera. Eso y que algunas escenas eran del todo reales, como aquella de “Jamón, jamón” en la que Penélope Cruz entra en un bar con un vestidito empapado por la lluvia, más desnuda que desnuda, y se arroja en los brazos del semental Bardem sobre una máquina tragaperras. Secuencias de tal voltaje erótico que llegaron a caldear bastante los ánimos masculinos y femeninos del público presente en la sala y que lograron transmitir tal veracidad, gracias a que, según cuentan, la pareja lo era entonces también detrás de los focos.
La ficción es sólo una excusa para contar la verdad sin inhibiciones. Le permitió a Bigas Luna hablar sin trabas del complejo de Edipo, por ejemplo, y a José Luis Sampedro de sus miedos; a la vejez, al inmovilismo de la sociedad y la incapacidad del género humano para el amor.
Poner en orden la memoria es el recurso primordial del que se sirve el arte y un ejercicio reconfortante para las conciencias tranquilas, pero, en otro caso, puede ser una fuente de tormento. Así se me ocurre que Margaret Thatcher cayó en el whisky y el alzheimer para huir de sus recuerdos, entre los que se incluyen hazañas nada loables; retiró subsidios, cerró empresas, aplastó a los mineros, retiró a los niños la leche gratuita, empobreció al norte de Inglaterra frente al sur. En su país, hizo más pobres a los pobres y más ricos a los ricos y, fuera de él, ganó una guerra en las Malvinas que resolvió con la prepotencia de su Royal Navy. Se ganó el odio de muchos argentinos y la antipatía de Europa a la que se cerró y sólo se llevaba bien con Ronald Reagan, que era otro sieso de su calibre. Finalmente, no la aguantaban ni los miembros de su propio partido que le dieron puerta ni su propio marido que acabó largándose por la puerta de servicio; “ahí te quedas, Darling, ahora friégate tú sola las tazas del té”.
Empezó a escribir sus memorias, pero hubo de interrumpirlas ante la imposibilidad de justificar sus actuaciones en ciertos crudos asuntos y decidió olvidar, ayudada por el whisky; su última y única compañía. Luego vino el alzheimer, que le extirpó con alivio su pasado. Sólo pudo descansar en paz, cuando la abandonaron los recuerdos.
P.D: A cuento de la memoria, os recomiendo visitar la exposición de Mari García, «De lo fragmentario» en la Casa Fuerte de Bezmiliana (Rincón de la Victoria). En ella, la artista malagueña explica las luces y sobre todo, las sombras de la memoria, abriendo las secretas habitaciones prohibidas de la conciencia. Sin pudor, se explica a sí misma que es el modo irrenunciable de explicar el mundo y explicar a los demás, tomando como herramienta los recuerdos -fragmentarios como sabemos desde Proust y el psicoanalisis- y material de continua inspiración y reciclaje. Como lo son los instrumentos de su creación, unas viejas tijeras encontradas en el rastro y recortes de libros y periódicos amarillos de tiempo y misterio, sobre los que el lápiz y la acuarela trazan historias inquietantes que nos evocan y convocan con sus enigmáticas y confusas geografías a desatar la imaginación y recrear múltiples fabulaciones en un ejercicio narrativo inagotable. Mari Garcia nos lo cuenta todo en ese minucioso ejercicio de observación e inventario de experiencias y sensaciones, como las fachadas de las catedrales contaban desde la génesis hasta el apocalipsis del universo. Sólo tenemos que acercarnos a cada una de sus obras y observar, sobre todo, el detalle…
Lola, con todos mis respetos hacia tu persona, creo que juzgas demasiado a la ligera a Margaret Thacher. Me temo que no has analizado la situación económica y social de U.K. en el año 1979. Es injusto dar a todos igual, cuando no todos tenemos la misma inquietud por el trabajo y progreso. Así nos va en Andalucía.
A Joyce también le juzgas demasiado a la ligera. Mujer, creo que hay que tener más tablas para hacer estas afirmaciones.
Un saludo.
¿DE QUIÉN LA ILUSTRACIÓN?
REPITEN «EPÍLOGO» DE JOSÉ LUIS SAMPEDRO EL SÁBADO A LAS 14:50 EN CANAL PLUS 2,MERECE MUCHO LA PENA.
QUE LA REALIDAD NO TE ESTROPEE UN BUEN ARTÍCULO HAY ALGUNAS LIGEREZAS EN EL ARTÍCULO QUE NO IMPIDEN SU BONDAD,SU BRILLANTEZ Y CREATIVIDAD LITERARIA
Con todos los respetos hacia mi persona, percibo que me llamas mujer en un tono algo paternalista y presumes que no tengo tablas ¿será precisamento por eso?
Pues, hombre, yo te digo que desde la información que tengo, también, desde la formación, expreso una opinión que, a lo que se ve, no es la tuya y, sin embargo, puedo, afortunadamente, expresar gracias a que -todavía- vivimos en un país democrático y escribo en un periódico que da cabida a todos los puntos de vista. Sin excluir, como ves, el tuyo propio.
Por cierto, José Luis Sampedro era un librepensador. Su pensamiento, por tanto, no estaba al servicio de ninguna propaganda oportunista. Espero que así lo respeten y que, como se merece, lo dejen descansar en paz.
Me gustaría que el Sr. ó la Sra. Quintiliano y MONTORO le expliquen a la gente que lee el artículo y los comentarios del mismo en el blog acerca de las «ligerezas» que ha cometido la escritora en dicho artículo; con detalles reales e históricos redactados minuciosamente para esclarecer su(s) punto(s) de vista(s).
¡Gracias!…
Claro Lola, opiniones, las tuyas y las mías.
Karate, hay una máxima en periodismo que viene a decir que los hechos han de ser probados por quién los afirma, y no por quién los impugna. También esto ocurre en las democracias. No me pongas en el aprieto de sustituir a Lola….
Aún así, cuánto más leo lo escrito, más me afirmo en mi comentario. Afortunadamente las palabras son escritas, y aquí están. Que valoren los lectores, faltaría más.
Saludos.
Me ha gustado mucho el artículo por sus formas. En el contenido tengo que decir que no estoy de acuerdo con la visión de la actividad de Margaret Thacher.
Pero tampoco pasa nada. A mi edad me conformo con las formas, de escribir.
Saludos a todos y no os hagáis mala sangre. A fin de cuentas a Margaret Thacher nuestra opinión le importaba bien poco.
Habla usted de la memoria como si no tuviera olvidos, ya se le lee que no olvidará a Quintiliano por lo que dice, pero seguro que él lo olvidará pronto. Por cierto, cuando los intelectuales se van, el planeta se queda más a oscuras, pero así ha sido siempre, son oscuridades en nuestra mente contemporánea en nuestra mente, pero la naturaleza se impone siempre a cualquier óbito y olvidos. Un tomate o un pimiento siempre se imponen en su proyecto a cualquier filosofía o intelecto. Yo prefiero la cerveza, a coger una depresión por los recuerdos y la perfecta memoria o por leer artículos depresivos como éste suyo. Respecto al complejo de Edipo, ya está bien, eso no pega ni con cola, está anticuado. Complejos vitamínicos son los que hacen falta para levantarse mejor. AMEN.
El complejo de Edipo no está anticuado porque es un clásico y los clásicos son eternos. Precisamente, yo creo que los comportamientos edípicos determinan, en general, los conflictos del carácter masculino. Para mí, la mayoría se la pasan toda la vida buscando una mujer igual a la madre que los parió. Esto no es cosa que pueda demostrarse en unas líneas, necesita de todo un libro, por lo menos, y estoy en ello. A mí, por otra parte, los pimientos me importan un pimiento y la Thatcher, a estas alturas, también. La cerveza, en cambio, no, porque como dijo Tip (de Tip y Coll) es el pan y la sal de la vida y, como también dijo aquel gran poeta irlandés, en los momentos difíciles, cuando lo has perdido todo, «sólo una pinta es tu mejor amigo». Quintiliano no se olvidará de mí ni yo de él porque estamos en el mismo barco, o sea, en el mismo blog, como todos vosotros, mis queridos comentaristas, de los que no podría prescindir, pues sois para mí un alimento tan básico y espiritual como la cerveza. Tanto da, si compartís o discrepáis de mis opiniones. Este espacio no tendría sentido sin vosotros. Pidamos otra ronda, yo invito.
Los complejos de Edipo y Electra han sido objeto (o sujetos) de un coma inducido porque la cibertecnología ha hecho que los vástagos se enamoren de la «play», los «games» y otras lindezas. Así que fíjese si están anticuados eso complejos. Si acaso se les ve, será en alguna almoneda. Ah, se me olvidaba, a Freud le han quitado el pasaporte porque los niños se enamoran de afroditas de metal con luces destelladas y voces huecas. El ronronéo es un teclado y un ratón.
Tienen usted una cierta inclinación a maridar conflictividad y masculinidad, o conflicto y masculino, como si la problemática humana llevará colgado un apéndice a pie de página. Creo que está demasido absorta en la guerra de los sexos, en sus divisiones y cruzadas. No somos tan distintos como para clasificarnos con antonimia, como usted hace. Es más, somos demasido iguales. Los dos somos normales o no normales, por eso el repertorio de tíos raros se queda parcial, más bien diría yo personas raras y así entramos todos y todas. Que solos en el mundo también los hay, aunque no concuerden con su ringorango de explotación literaria.
Los hombres y mujeres no somos iguales ni siquiera entre nosotros. De mujeres raras ya hablé en mi libro «Sola en el Mundo» y ahora, por lógica, me tocaba hablar de hombres raros, que no es despectivo porque raro es extraordinario y original. Quiero desmontar ese tópico de que todos los hombres son iguales, que es simplista y castrador del género masculino y ahora ¿qué me dice?
Buenos días,
Manolo, puestos a recapitular no tengo tanta pasión por Margaret Thacher, y mucho menos interés en aguar el extraordinario artículo de Lola. Pasa, que se aficiona uno al inglés, tanto que se deja llevar hasta por lo que puedan pensar los que lo hablan en orígen.
Pasa, que cada uno asume su papel en la vida. Jesucristo el suyo. Don Camilo decía que el suyo era escribir para dar testimonio ante Dios de lo que pasa en la tierra. El mío no lo tengo claro, pero más o menos mi tarea es hacer sentir bien a la gente por análisis comparativo. Ergo, cuando alguién se reconcome pensando en la mala conciencia que tiene, solo con leer mi mala sangre, de seguido por comparación se cree un santo. Otra función de mi mala sangre es cabrear al personal, pero siempre intentado aportar un beneficio en el prójimo. El cabreo va divino para perder peso, aumenta la temperatura corporal y se acelera el metabolismo. Lo dicho, todo beneficios. Como soy un poco cobarde, es menos peligroso usarlo desde la distancia, con el teclado.
Holabonitos, con solo leer su nick me siento halagado, pues intuyo que debe ser Ud. una Sra. muy educada que nos piropea solo sabiendo del rastro de nuestras letras, excepto de Lola, que sí que la vemos. Menos mal que no ve Ud. mi cara, quedaría muy decepcionada.
Lola, acepto esa cerveza. Invito a la tercera que es la que está más buena, ¿a que sí?. Cavilar, cavilar.
Tomates y pimientos, me hierve la sangre. Los campos de la vega del Guadalhorse semiabandonados. Los ríos con abundantísima agua cristalina. Tenemos la mejor tierra del mundo para la agricultura. España es un país agrícola, eminentemente. Más del 50 % de paro juvenil en Andalucía. Y la gente montando bares y tiendas de compro oro. Toma castaña, me hierve la sangre……..Porque mi pasión es el maíz, que si no me hacía multimillonario a consta de las aptitudes/inaptitudes de mis conciudadanos.
Saludos
En mi anterior intervención quería decir que no estaba de acuerdo con visión, de Lola, sobre la actividad de Margaret Thacher.
Doy por sentado que todos mis comentaristas son muy guapos. La letra es el espejo del alma y por sus buenas letras, se ve que tienen buena cara. Su cara oculta es, a veces, descarada pero para qué sirve la escritura, sino para decir lo que uno no se atreve a cara descubierta. Por lo demás, la fealdad es un efecto de la parca visión. No existen rostros feos sino originales, raros, extraordinarios, qué es una larga nariz o unos ojos saltones o una boca torcida sino un desafío a la normalidad estética, a la mediocridad de la norma, siempre tan aburrida y adocenada.
No me gustan los pimientos y los tomates, así y así, pero aún así pienso reivindicarlos. Defendamos la España agrícola que dijo Unamuno y saquemos lo mejor de nosotros mismos por nuestro bien. Hay que españolizar Europa y no tanto europeizar España. Rajoy ya está en ello, le ha regalado al Papa una camiseta de la Selección Española y el santo padre nos ha dado su bendición. Por Dios que salimos de esta crisis. Ahora mismo voy a celebrarlo con una cerveza. Bebamos y vivamos, compañeros.
«…y ahora ¿que me dices?», me dices. Dimes y diretes, dijendas, al fin. ¿La igualdad de hombres como ecuación de castración del género masculino?. Joder, se ve que no consumes cerveza lo suficiente, si no la parida tendría menos camada, distinguida Lola. Empezando por que no existe el género masculino ni el femenino, eso es un mal atajo del lenguaje de adscripción interesada. Los que existen son el sexo femenino y el sexo masculino, pero no los géneros masculino y femenino, que sí, igual existen en la morfología gramatical, pero no en los roles. El sexo es la determinación biologica y el género es el rol social que se tiene, de manera que puede haber hombre femenino y mujer masculina en sus acciones y pensamientos. Pero claro, es mejor socializar la conducta y ponerle sexo al gesto y no a la entrepierna, así nos servimos de injustas generalizaciones.
Sobre que todos sus comentaristas son guapos, quiero adjudicarlo a una presbicia no diagnósticada o a vista cansada, porque si no, a contrario, debe ser un problema del escafoide, que lamentón te juega malas pasadas sobre el folio en blanco. Cuando miro mi belleza desamortizo el espejo,/ no es modestia, es lo que veo.
Aunque la verdadera belleza dicen que va por dentro no tengo intenciones de poner en manos de un forense mi exéresis estética.
Me anexo a Quintiliano y reto tu envite de invitida, que quedará en fabula de tentativa fallada tanto como de ingesta fallida. Un saludo.
Análisis del cometario del Sr. ó Sra. Quintiliano del día 13 Abril, 2013 a las 19:12
«Claro Lola, opiniones, las tuyas y las mías.»
_¿Me puede usted aclarar porqué?
«Karate, hay una máxima en periodismo que viene a decir que los hechos han de ser probados por quién los afirma, y no por quién los impugna. También esto ocurre en las democracias. No me pongas en el aprieto de sustituir a Lola….»
_¿Usted es periodista?
_¿Porqué escribe «También esto ocurre en las democracias.»?
_¿Porqué tendría usted que sustituir a la escritora del artículo?
«Aún así, cuánto más leo lo escrito, más me afirmo en mi comentario. Afortunadamente las palabras son escritas, y aquí están. Que valoren los lectores, faltaría más.»
-¿Porqué tiene que releerse y afirmarse en su comentario?
_¿Porqué tienen que valorar su comentario los lectores?
«Saludos.»
_Creo que no viene a cuento preguntar ¿a quién saluda usted?
Karate Slam (¿policía de paisano?)
fe de errata: comentario por cometario
No me rete, señor comosellame, no es necesario. Yo no entro ni a espada ni a garrote ni al trapo de insultos más o menos velados. Para ese tipo de jueguitos ya está la telebasura y una no es Belén Esteban. Se lleva la violencia, ya lo sé, pero no estoy en esa moda. Ni la del desahucio ni la del escrache ni la que divide, en general, a los ciudadanos para que destruyan y no construyan, que es lo que tendríamos que hacer si no queremos ver este país en la más completa ruina. Mire usted, no estamos en condiciones de perder el tiempo. Ahora, más que nunca, es oro.
¡Buenas noches!
Hacía mucho que no venía por aquí pero he empezado a leer y no he podido parar…
Tengo que deciros que una hora antes de que muriera esta mujer, mi profesor de griego nos habló de ella y ahora todos piensan que es gafe,pobrecillo…
Sobre los comentarios, todos sabemos que esto es un blog de OPINIÓN, así que no hay que pornerse así.
No me echéis mucho de menos!jajja
Saludos.
¿Qué mujer? ¿La Thatcher o Sara Montiel?
Paula, la opinión no es descalificación, por más que sea eso lo que promocionen en los foros de internet y la telebasura. Es lo que te intenté demostrar en las clases de ética. En fin, te espero en la Coracha. Anímate.
Buenos días,
Hola Paula. Dichosos los ojos que te leen, muy buena la anécdota del profesor.
¿Y Winspector, dónde anda?. Quizá huido de nuestro nada pacífico argot político.
Saludos.
¿Argot político? ¿Qué argot político? Me temo que esto sólo son ataques personales, resentimientos varios, o sea. ¿Hombres femeninos y mujeres masculinas? ¿Es usted homosexual? Dígalo claro, le aseguro que Lola no tiene la culpa de eso y que eso al mundo, además, le importa un pimiento. Líberese y disfrute…
Evidentemente por aquí andamos más de uno con un buen curriculum, aptos para que nos amarren al tronco de una higuera y nos echen coscurros de pan duro desde lejos. Saludos.
Sencillamente, porque es imposible acceder al blog estos días, Quinti. No sé si con dos líneas….Saludos.
Desmiento que el último comentario que aparece con mi nombre sea mío. Alguno juega a las identidades, mas no importa siendo los nombres fingidos, ya que no se cumplen los elementos típicos de la usurpación de la personalidad. Pero bueno, repito, lo último que aparece de «Holabonitos» no lo he dicho yo. Además, ha cometido el error de no hacer bien los papeles teatrales, pues lo de «¿Hombres femeninos y mujeres masculinas?» lo escribí yo en su momento, y el fingidor habla como si lo hubiera escrito otro; un fallito, debería de ver cómo actuaba Jose María Rodero, por poner un ejemplo. En todo caso, seas quien seas, hombre trasuntivo, decirte que su cognición debe tener corto recorrido si confude actitudes con sexo, hay mujeres como hombres y hombres como mujeres, si es que existe un rol dividido. Además, le recuerdo que hay homosexuales muy masculinos. Revísese su masculinidad y después apliquelé el rol, no vaya haber sorpresa.
A estas alturas de la noche, me hago un lío. A usted le han usurpado la identidad ¿Y cuál es ésa? ¿holabonitos? En fin, no se trata de un nombre con apellidos. Lo mismo si los da, podría tener derecho a hablar de usurpación.
Otra cosa que no entiendo es que tiene que ver mi artículo con los homosexuales, pero si quiere hablar de ello, no se corte. Todos los temas nos interesan, sobre todo, si quien los comenta tiene tantos datos al respecto. Hable sin trabas, somos todo oídos.
Perdón por salir al quite; sabido es que, allá enfrente, el que lo prueba, repite. Seguramente la habrá gustado el convita. Si estas líneas las aceptan tendré que gritar ¡Eureka!
Quintiliano rima con ano.
Si Dr Pop sacó «Sofía», como canción de verano, y la dejó en «Lucía», por no incomodar a su alteza – entonces era princesa – ¿será esto un país raro? No, es el rayo que no cesa, historias del otro lado, onírica realidad, sueño fácil… Ea, que me pongan otra birra y que venga José Luis Garci.