Ni pepe ni papa

22 Mar
Papas
Por más que sea el Papa sencillo, conviene no nombrarlo en minúsculas por evitar gravosas homografías No es lo mismo un papa que una papa, si bien la cercanía pueda llevar a juegos de palabras ingeniosos y, ciertamente, inocuos como el que formuló recientemente en Facebook mi compañero de diario, Juan Gaitán, con toda la gracia. Dijo él, “sin ánimo de ofender a nadie –a quién le ofende una agudeza, rara y grata cosa en estos tiempos- que Francisco es nombre de papa”, ilustrando el dicho con la imagen de una bolsa de patatas fritas “Casa Paco”, que, francamente, me conmovió, pues aquellas patatas son para mí lo que a Proust su magdalena. El retorno sacrosanto a mi infancia en Jaén con sus sabores festivos de domingo. Cuando la felicidad era tan perfecta y sencilla como un paseo en familia por el parque y el lujo de un almuerzo tardío con pollo asado y patatas de bolsa que aquel divino Paco asoció al paladar más íntimo de mis recuerdos. Hay, sin duda, paralelismos asociativos entre la papa y el Papa que vienen de América con la resolución de paliar la pobreza. Gracias a la papa, humilde y sabroso tubérculo, toda Europa se ha curado de muchísimas hambrunas por los siglos de los siglos y, concretamente, en España, hizo posible esa tortilla que salvó las cenas de tantas familias con pocos posibles pero muchas bocas y más apetito. Que ya en otras crisis peores nos ha visto la historia y todas nos las hemos comido con patatas. La patata comulga con esa idea de la Iglesia pobre para pobres que predica Francisco I, cuyo nombre emula a Francisco de Asís, que hizo de la pobreza una filosofía y un modo de alcanzar la beatitud y la santidad en un mundo más amable. Visto así, la papa y el Papa participan de serias concomitancias espirituales, pero respetemos las mayúsculas. No es lo mismo una papa que un Papa y ni siquiera es igual un papa que un Papa. Un papa, nombre con que un hijo llama a su padre gitano, nunca va a vivir en su chabola como el Papa en el Vaticano. Porque la pobreza, en su caso, no es una declaración de intenciones sino una condición casi irrenunciable. Incluso idiosincrásica. El gitano prefiere ser libre a ser rico y, sin duda, tiene sus razones que desarman y trascienden a las nuestras, “no estamos locos, que sabemos lo que queremos, vive la vida igual que si fuera un sueño”. La sabiduría de Diógenes, Calderón y Schopenhauer, se la inventaron ya los gitanos antes de que nacieran ninguno de ellos. Un papa nunca será un Papa, porque ni puede ni le interesa, pero tampoco un Papa será nunca como un papá, o sea, como cualquier padre de familia que no sea gitano, que lo lleva peor, por la falta de costumbre, cuando, después de sufrir el paro y el desahucio se ve en la calle con todas sus criaturas. Por supuesto, que tampoco se puede permitir el lujo de renunciar a su trabajo por degradante que sea para retirarse a un confortable monasterio y dedicar sus días a la oración y la vida contemplativa. Si lo hiciese, ni siquiera tendría derecho a una indemnización y menos aún a una pensión vitalicia (¿de qué vas tú, majaron?) y eso es un problema porque los hijos espirituales como comunidad abstracta, difuminan el cabreo ambiguo en su propia masa ante la renuncia del Papa, pero a los hijos, muchos menos pero bien concretos del papá, no los calla ni Dios. Que no es que les quites sólo el pan, sino el smartphone y el Ipod y el ordenata. Y el criaturo o la criatura, habituados a la prosperidad del bolsillo paterno-materno como un maná que fluye por natura sin que en ello vean implicado un sistema político-económico, del que han aprendido a desentenderse, lo único que les descoloca es que los viejos corten el chorro. Un Papa pobre ante sus fieles queda como Dios, pero un papá pobre ante sus hijos queda como un miserable.
No digo más, si el Papa va a estar al servicio de los pobres, va a tener muchísimo trabajo. Pues, además de los pobres de toda la vida del tercer mundo, que son cosa habitual, bregará con los nuevos pobres del primer mundo que, por deshabituados son mucho más latosos. Muy persuasivo tendrá que ser su discurso para que los convenza de las bondades de la pobreza, habiendo ya probado los privilegios de la riqueza. Por el momento, parece sospechoso que sean los ricos de toda la vida quienes más aplaudan la sencillez del Papa, su predisposición de acercarse a los pobres y a hacer una revolución dentro de la Iglesia ¿Por qué les iba a interesar algo así cuando siempre han apoyado todo lo contrario?
Seamos claros; las jerarquías no van a desaparecer por una campaña de imagen o por la errática ortografía de Internet, que convierte en nombres comunes los nombres propios. Si un hombre común tiene derecho a la mayúscula del nombre propio- aunque se llame Pepe, con lo común que es llamarse Pepe-, cómo no va a tenerlo el Papa que será siempre un hombre propio por sencillo que se le suponga. Inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas; llamemos al papa, Papa y al pepe –como al PP- Pepe. Es lo propio.

P.D: En este artículo hablo de hijos que no se merecen a sus padres, pero igual hubiera podido hablar de padres que no se merecen a sus hijos. La familia, como todo lo humano, no es una ciencia exacta y no depende de la sangre sino del corazón. Yo quiero dedicar este artículo a esas niñas y niños de mi corazón que son mi esperanza en el futuro y el motivo por el que cada día me levanto con ilusión.

9 respuestas a «Ni pepe ni papa»

  1. Extraordinario. Me he liado un poco con las mayúsculas, las minúsculas y las tildes pero lo que mas me ha chocado es eso de que el Papa sea sencillo. ¿Usted cree que siendo argentino puede ser sencillo?
    Ya veremos qué ocurre si empieza a psicoanalizar personajes bíblicos. Eso dará para muchos artículos, debates, e incluso alguna que otra bronca.
    Y, ahora que lo he sabido, ¡muchas felicidades!

  2. Aunque parece ardua tarea, por la dificultad que actualmente representa acceder al blog, también te felicito doblemente, Lola. Un saludo

  3. Muchas gracias, Javier, lo de ser santa, en efecto, fue una vocación infantil fallida. Es un asunto complicado y, además, también para eso hacen falta recomendaciones, pese a eso, si con ayuda de mi fe, consigo que alguna vez el Málaga C.F gane la liga, creo que el milagro podría constar en mi currículo para subir a los altares, bien considerado por Francisco I, de quien se dice que es un Papa futbolero.
    De acuerdo, Manolo, que, siendo el Papa argentino promete homilías de las floridas y está por ver cómo se las ingenia para resumirse a los 140 caracteres del Twitter. Los porteños no son, precisamente, escuetos y, bien, si le da por aplicar el psicoanálisis a la Biblia, va a tener el campo abonado. Dios, lo que puede salir de ahí, sobre todo, en el antiguo testamento, si bien el propio Jesucristo con el asunto de sus padres, ya tendría muchos días de diván. Algo tengo escrito de eso.
    Gracias, Montoro, eres un incondicional, ya formas parte de la familia de este blog como Winspector al que para entrar le tendrían que poner alfombra roja, en vez de tantas dificultades. Algo hay que hacer al respecto, sin Winspector Las Malas Lenguas cerrarían su chiringuito. Sin él, no somos nadie. Que conste.

  4. ¿”QUIÉN CON LA HUMILDAD LEVANTA
    A LOS CIELOS LA CABEZA”
    Y QUIÉN POR LOS CONTENEDORES
    CABIZCAJO VE DESPENSA?
    SÍ, SEÑORES, LA POBREZA.

    El Papa se ha puesto Francisco para ponerse la pobreza por nombre e indumentaria. No olvidemos que no todos los Franciscos son de Asís, más bien se diría que son así, y si no, hagan un cribado en la memoria de los Pacos que en las hemerotecas han sido.
    Qué bonito es ejercer de pobre con las coberturas en superávit. «Por todos los pobres de la tierra, que están tan lejos de mí», pidamos por ellos.
    Qué bonito reclinar la barbilla, arrugar los mofletes, cerrar los párpados y poner la pobreza en los neumones de nuestra respiración.
    Qué revolucionario es declamar. Pero hostias, Pedrín, de qué pobreza hablamos?: de la estomacal, de la hipotecaria, de la de sed de Dios, de la indigente extrema, de la estadística, de la tercermundista, de la buscadora de alimentos en los contenedores de las grandes ciudades, de la pobreza teórica, de la pobreza histórica, de la pobreza de ciencias, de la pobreza de letras, de la povreza mal escrita, de la pobreza del que reza, de la pobreza como actitud del que ayuda, de la pobreza…?
    Lola, cuánta gente ayuda a los demás para sentirse bien más que por dejar bien sentido al ayudado?
    Lola, cuánta gente vive en la pobreza teatral para no hacer ostentación de la riqueza?
    Lola, cuántos dan limosna para ayudar al pobre y de consuno inmediato intentan evitar pagar al fisco?
    Ruega por nosotros, Nuestra Señora Lola.
    Aparte el gracejo, lo cierto es que ponerse al lado de los pobres cumple, en muchos casos, la función de la instantánea fotográfica, tempo obligado para el revelado en papel (papel no papal, espero en este caso).
    Pobre Bárcenas y Bárcenas pobre; espero las dos cosas: lo primero, por la afición codiciosa; lo segundo, por la acción resarcitoria de la legalidad, si procede en Derecho, que todo apunta favorable.
    Hoy hay mucha gente con la cabeza caliente y el estómago frío. Los dos partidos mayoritarios no son una respuesta a la pobreza. Mucho tiempo llevamos viendo el divorcio entre los representantes políticos y la sociedad civil, por lo que la solución pasa por cambiar el modelo de relación entre unos y otros. Hace falta una orientación nueva del concepto de representación, y si el Papa innova, que arroje la primera piedra.

    ESCUCHA FRANCESCO PRIMO:
    NO PIDE EL POBRE POR VICIO,
    HAS RESCRIPTO PONTIFICIO.

  5. No se entienda el «has» úlitmo como tercera persona del verbo To Have, es simplemente un error. El que quiera que ponga la Haz y el martillo mártir.

  6. Oh la la, Lola, que me pones colorao. Muuuuchas gracias ancora una volta. Encima se me atribuye el don (o la capacidad) para cerrar chiringuitos. Bueno bueno, algo de eso hubo en tiempos, jajaj. Hala, que a los claros, Dios nos tenga en sus manos, que dijo Quevedo, qué diantres. E viva la pappa col pomodoro. Pero, ¿quién será el interfecto….?

    «Quién es aquél que su ser
    no fuera tal si se viera;
    pero al verse, aunque no quisiera,
    dejaba al punto de ser
    lo que antes de verse era»

    Un saludo para ti y para tod@s

  7. Dices ponerle el haz y el martillo que suena a ponerle la hoz y el martillo. Será que el Papa se está vendiendo como revolucionario, pero, de ahí a cambiarle el anillo del pescador por los símbolos comunistas…jolín, eso choca tanto como lo del santo con dos pistolas. A ver, si ahora nos toca creer que, por argentino y progresista, el nuevo Papa va a ser el propio Che Guevara redivivo y se nos va la olla con tan delirantes expectativas. Por más que corran nuevos aires, de Buenos Aires, no veo que el Vaticano haya de convertirse en una república bananera. Por el momento, conformémonos con algunos tímidos brotes de apertura -ojalá, si no es blasfemia- chi va piano, va sano e va lontano. Poco a poco, que son muchos siglos de lo contrario y a ver qué pasa, si pasa.
    Por lo pronto, os transmito mi emoción al encontrarme tan gratas piezas literarias, después de unos días de desconexión que tuve que recetarme por descanso del personal. Y, en fin, qué puedo decir, sois los comentaristas que todo bloguero quisiera para sí. No sé si os merezco pero, francamente, os necesito. Vuestras palabras son milagros en una era que propaga el semianalfabetismo en las redes. Sois unos santos y pediré a Francisco I que, como tales, os canonice.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.