El Paraíso

18 Ene

Más que a la patria, hay que aspirar al paraíso. La patria exige sacrificio, austeridad, impuestos fiscales; el paraíso nada, ni siquiera ropa. Por el paraíso, las criaturas andaban tan frescas, en pelotas. Estaban en la gloria –para hacerse una idea, basta con mirar un cuadro de El Bosco-. Con el fin del paraíso, llegó el pudor y el pecado y las criaturas se avergonzaron de sus cuerpos y los cubrieron, por vergüenza y porque, fuera del Edén, con sus sempiternos grados primaverales, se inventó también el frío. Que debía apretar bien fuerte el pasado domingo de enero cuando cuatro activistas ucranianas del colectivo feminista Femen se desnudaron en la plaza de San Pedro del Vaticano para reivindicar los derechos de los homosexuales mientras el Papa Benedicto XVI recitaba su tradicional Ángelus semanal. Con la rasca que hace y a la gente va y le da por salir del armario. También a. Jodie Foster en la gala de entrega de los Globos de Oro, aunque ella lo hizo con alguna ropa, como pudieron lamentar muchos de sus admiradores y admiradoras, que hubiesen preferido una imagen a mil palabras. Pero la diva a punto de retirarse del panorama público ya no necesita del impacto mediático ni encuentra motivos para reivindicar. Ha vivido libremente su homosexualidad, sospechada por todos, sin necesidad de legalizarla ante el mundo, como tantas otras estrellas que en Hollywood han sido. En su vida privada no se ha metido ni Dios y le ha importado un pijo que acepte su condición sexual el Vaticano. Pese a haber tenido dos mujeres, no se ha casado con nadie.
Otra cosa son las activistas ucranianas que precisan de la aprobación vaticana para liberarse de la discriminación, presentando su indignación en carne viva. El desnudo es un modo de nostalgia de ese Edén en el que la criatura humana no tenía aún conciencia de la vergüenza ni el pecado. Un invento que se atribuye a la severidad de las religiones, en especial, a la católica, tan intolerante por tradición con los asuntos sexuales. Pero hay que decir que en el paraíso, antes de que hubiera iglesia y sociedad, tampoco había sexo. El sexo, que lo complicó todo, llegó con la expulsión del paraíso, cuando Adán “conoció” a Eva y, acabada la fiesta, ella parió sus hijos con dolor y él tuvo que ganarse el pan con el sudor de su frente. En aquel momento, se crearon los roles y los géneros. Se dispuso que hubiese hombres y mujeres y matrimonios y se preparó el camino a los conflictos de pareja; las riñas, los divorcios, la violencia doméstica y, más allá, la discriminación sexual. Antes que el matrimonio, un invento complicado que vino con el pecado y la creación de los prejuicios sociales, los homosexuales y los que no, deberíamos reivindicar el regreso al paraíso; asexuado, inocente, primaveral y universal, sin conflictos de países y fronteras, donde no cabía ni el concepto de matrimonio ni el de patria, que también ha fastidiado lo suyo; los genocidios patrióticos, las muertes por la patria, las patrias grandes, las patrias chicas, los nacionalismos y la madre que los parió.
Un espíritu libre, un tamaño apátrida como Gerard Depardieu nos va animando con el ejemplo. A su criterio, uno no pertenece al país donde nace sino a aquel donde mejor lo tratan. Si en Francia le exigen pagar impuestos para ricos, se nacionaliza ruso, si le retiran el carné por conducir ebrio, se lo vuelve a sacar en Bélgica y así sucesivamente. Pudiendo ser ciudadano del mundo, quién quiere ser patriota de una patria tan estricta. La fortuna de un hombre se halla donde mejor se encuentre su fortuna. Mejor que en la patria, en un paraíso fiscal, según nos ilustran las noticias sobre el penúltimo gerifalte español que abrió una cuenta en Suiza, destino donde se hermanan las presuntas ideologías de los mangantes patrios, desde los muy patriotas hasta los independentistas, según se cuenta a cuenta de las cuentas del nacionalismo catalán, también nacionalizadas en la capital espiritual de nuestros evadidos capitales. Conviene que el dinero viaje, si uno se lo deja en casa puede que se lo confisquen como a Díaz Ferrán o se lo roben como a Camilo Sexto.
Pronto el concepto de patria quedará obsoleto y estaremos más cerca de la universalización. De España, después de los dineros, se irán los propios españoles a trabajar como esclavos a países más ricos, mientras en España se quedarán trabajando y cobrando en negro como esclavos los inmigrantes de países más pobres. Cada país se llenará de esclavos extranjeros como en el imperio romano y, a falta de himnos patrios, lo mismo les da por cantar la Internacional.
Si Depardieu no lo evita, capaz es de volver a ponerse en pie la momia de Lenin.

P.D: Acabo de ver de nuevo, «Salir del armario»; esa magnífica y divertidísima comedia de Francis Veber. Depardieu es un actor magistral, en todos los sentidos.

6 respuestas a «El Paraíso»

  1. Pues no deja de ser curioso verte ahora, más que romántica, soñadora. Y más pasa el tiempo y tanto más se añora el bíblico jardín, donde, no se olvide, tras la expulsión de Adán y Eva, puso Dios un querubín de flamígera espada para guardar el camino del Árbol de la Vida, no fuera que el hombre, ya conocedor del bien y del mal, tendiera su mano hacia él y viviera para siempre. Mas sabido es que Dios aprieta pero no ahoga (tampoco suelta, el tío) y nos deja la opción más terrenal, una amplia gama de “paraísos” ocasionales, sinónimos de solaz y relajación, desde clubes de alterne a garitos y lupanares con nombres edénicos o míticos, complejos hoteleros, saunas y aguas termales, repartidos por todo el mundo y asequibles, prácticamente, a cualquier bolsillo de contribuyente, exceptuando los llamados “paraísos fiscales”, reservados para uso y disfrute de los elegidos, cuya bolsa, al contrario que la del vulgo, no suele expirar y por tanto, ni serán señalados ni oirán el “réquiem aeternam”.
    Todo eso ante la imposibilidad de volver al Edén, ese lugar donde se podría gozar, consciente (e indebidamente, que los veo venir, que siguen ahí, por los siglos de los siglos) y definitivamente, de los pensiles soñados, de la naturaleza en su esplendor, considerada por Aristóteles el principio de lo que tiene movimiento. Es decir, de la vida.
    Otra cosa es que te dejen vivir. Pues nada, a soñar. Y si, como ahora mismo, empieza a chispear, entonces añadamos: “piove…porco governo!
    Levantarse la momia de Lenin, jaja. ¡Si será capaz…!
    Buen finde para tod@s.

  2. Hace un frío que pela en la Plaza Roja y están pensando en enterrar la momia de Lenin allí expuesta para que esté calentita y reciba «cristiana sepultura». ¿Lenin, «cristiana sepultura»? Jolín, sí que estamos perdiendo el norte. Del paraíso, ni hablamos. Lo que nos queda, todo lo más, es una semana con todo incluído en algún hotel del Caribe y eso; que nos coja allí un huracán con nombre de vampiresa. Pero, ante todo, fe y confianza. Contra las pesadillas, nos queda nuestra capacidad de soñar y ponerle fuerza a los deseos,que es la mejor estrategia para que se cumplan. Saldremos adelante.
    Winspector, tus comentarios superan el contenido de mis artículos, lo cual no digo que me produzca envidia, sino gran satisfacción. Poquísimos blogueros podrán jactarse de tener un comentarista de tamaña talla. Grazie mille ancora di stare qui e stare sù e un sacco dei buoni aguri per te e tuti quelli che non si arrendino mai!!!

  3. ¿Que se va a levantar la momia de Lenin? Eso te gustaría ¿no?
    Por cierto, no te parece que Esperanza Aguirre para haberse retirado de la política, sale demasiado en los medios?

  4. Muchas gracias a ti, Lola. ¡Ya era hora de que hicieras algo de provecho, so peazo gandul…! diría mi buen padre. Bromas aparte, cuando ya se torna difícil evitar ver el mundo como algo caótico y decadente, sin solución de continuidad, intentaremos, al menos, hacer abstracción del mismo. Luego, igual que hace cien años, pensar sigue siendo el equivalente a borrar primero para dibujar después ( y quien borrar no sabe, camina a cuatro pies, se añadía, mamma…!). Es de obligado cumplimiento, pues, seguir soñando y dibujando nuevas realidades cada vez….Y por supuesto, seguir viviendo.
    Un saludo.

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