¿Por qué lo llaman neo-nazi cuando quieren decir imbécil? “Intelijencia, dame el nombre exacto de las cosas”, que diría Juan Ramón Jiménez. Salvo rosas excepciones que nosotros no conocemos, un neo-nazi es un imbécil que, al resguardo de un dudoso amparo ideológico, encuentra una coartada para dar de sí toda la inmensa imbecilidad de la que es capaz. Y es capaz de mucha, muchísima, nos tememos. Como todo imbécil, el neo-nazi, atormentado por su propio complejo de inferioridad –no obstante, es el penúltimo peldaño de la inteligencia a la baja- busca obsesivamente a otro más inferior aún al que humillar para demostrar esa grandeza de la que carece por sino natural. Es comprensible –si lo fuese- que, siendo un inútil para crear algo admirable o meritorio a los ojos de la humanidad, emplee toda su energía en mostrar al mundo que, debajo de su bajeza, hay aún seres más bajos, a su escaso juicio, a los que se complacen en aplastar del modo más bajuno. Tal es la medida de su grandeza, tan improbable como incierta, ya que ni siquiera un idiota, último escalón en la escala de la inteligencia humana, es inferior al susodicho imbécil. Pues, si bien el idiota carece de las mínimas luces del raciocinio, al menos puede revestir cierta calidad como persona. Un idiota no tiene maldad y resulta inofensivo a no ser que, ejerciendo un cargo de relevancia social, haya de perjudicar al resto de la sociedad con sus irreflexivas decisiones. No obstante, el imbécil si es dañino en cualquier ámbito, ya que, no siendo mucho mayor su inteligencia, la emplea únicamente en satisfacer un congénito rencor insaciable contra cualquier víctima propiciatoria que le salga al paso, de manera que cuando encuentra una etiqueta que le autorice, vagamente, a ser el gran capullo que es –y se sabe- no se lo piensa dos veces, que es lo suyo, dando rienda suelta a sus instintos destructivos. Esto es un neo-nazi; un imbécil con la veda abierta para maltratar a los que, a sus paupérrimas luces, son sus inferiores; inmigrantes, prostitutas, homosexuales, mendigos o el tonto del pueblo. En realidad, su ideología no llega a mayor enjundia que la de raparse la cabeza para ponerla a juego con su cerebro también calvo de neuronas.
Por ignorarlo todo, el neonazi ni aún sabe qué significa ser neonazi, pues, si el Hitler en nombre del que, presuntamente, actúan, levantase la cabeza los mandaría a él y a sus colegas, en masa, a la cámara de gas, ahorrándose la molestia de afeitarles las cabezas ya rasuradas.
Esto haría el Führer con esos neonazis también extendidos en la población latinoamericana que, descendientes de indígenas, en nada emulan con sus rasgos aindiados a esa raza aria que el dictador alemán pretendía dejar como única pobladora del planeta.
Pero los asesinos chilenos de Daniel Zamudio, un joven homosexual de veinticuatro años, seguramente, no encontraron otro argumento de peso para torturar por diversión durante seis horas a quien, en sus nulas luces, consideraban un inferior. Con que ellos fuesen neonazis y su víctima gay se diría que sobrasen otras razones.
Desde esta orilla, el bárbaro suceso, denunciado y narrado al detalle por el reciente Nobel, Mario Vargas Llosa, nos llena de una aprensión –incluso algo xenófoba- contra las atrocidades que aún se llevan a cabo en ultramar. Quizá sin reparar demasiado en que ese cáncer homófobo todavía devora las entrañas de la madre patria. De no ser así, no tendrían cabida las palabras que el obispo de Alcalá de Henares pronunció en plena homilía de viernes santo, según las cuales, los homosexuales lo son por la desviación consecuente de una educación equívoca que los conduce a probar experiencias en los clubes de hombres y, luego, a ejercer la prostitución y hallar el infierno. Una barbaridad, en suma, tan grande como asegurar que los sacerdotes por el simple hecho de ser ordenados sacerdotes y asumir el voto de castidad, son todos unos pederastas.
Afortunadamente, por estos lares, ya estamos libres de que nos caiga otra ley como la que ahora en Rusia se ha puesto en vigor contra los homosexuales y aquella otra castradora por la que, en el régimen castrista de Cuba, los gays recibían el trato- maltrato- de delincuentes.
Ya no estamos bajo esa dictadura franquista que encarcelaba a los homosexuales y por cuya persecución, el artista malagueño, Miguel de Molina, tuvo que exiliarse a Argentina, después de haber recibido una paliza casi mortal. Esto, sin embargo, no quita para que sigamos respirando homofobia en el ambiente –en el que no es el suyo, digo-. Homofobia explícita en las palabras de un obispo e implícita y solapada en ciertas expresiones habituales como las de “tolerar” o “aceptar” a los gays, que no tendrían cabida si se contemplasen a estos individuos tal cual son; normales. Tampoco debería ser ya normal que las cadenas televisivas contraten para sus programas presentadores y contertulios que exageren su pluma para divertir a la concurrencia. Mal asunto sería que la homosexualidad siga siendo cosa de risa.
¿Por qué lo llaman neonazi?
12
Abr
Sí, es evidente que en el universo hay demasiados (uno, o más) imbéciles.
Besos
Juan Ramón Jimenez escribió «inteligencia» con J?? De nada.
En cuanto al contenido del fondo del post no comento nada. Para qué voy a tomarme la molestia de escribir un comentario y me lo van a censurar y borrar después, como ya me ha hecho con dos de ellos en otra entrada de este blog? Gracias.
No deja de ser curioso que a orillas del Mediterráneo o en Hispanoamérica, la milenaria svástica posea tanta influencia en esa parte de juventud, todo lo imbécil que se quiera, pero que alborota lo suyo y crea alarma por doquier. La serpiente desparramó bien sus huevos y ahora eclosionan en estos espontáneos nuestros, desconocedores, por otro lado, del odio que provocaron en su día esos ídolos, en cuyo espejo pretenden mirarse. Por ahora no son muy numerosos, faltos de disciplina militar, obediencia ciega y todo eso, pero van sobrados de violencia y fuerza bruta, que los hace muy peligrosos si, encima, han mezclado alcohol y droga. Hay motivos – ¿quién dijo eso? – para un posible endurecimiento del Código Penal, en relación al comportamiento de esta gente.
Pero en España convendría mantenerse en tierra firme – todavía, siglo XXI – y no lanzarnos a volar alocadamente porque, a la que te descuidas, te ponen música de cierre y la carcajada está asegurada, sin importar mucho la edad. Si La Gorda, de Los Payos o La Ramona, de F Esteso, hicieron furor en su día era hasta disculpable. Pero que me vengan con esta y a estas alturas, ya digo…
http://www.youtube.com/watch?v=EJ7gbod_Ypo
Saludos para tod@s
Perdonad que no haya dado antes señales de vida, pero es que estaba muerta…de risa. Con la lectura de la novela «El asesino hipocondriaco» del malagueño, Juan Jacinto Muñoz Rengel.
Es una auténtica chaladura, en el mejor sentido de la palabra, y te pone el ánimo a cien. Sobre todo, cuando pasas ya del capítulo diez, porque, a medida que avanzas, se pone más estupenda. De hecho, la empecé esta tarde y creo que no voy a parar hasta que la termine, pues estoy deseando leer las cincuenta páginas que me quedan. No me divertía tanto desde que leí lo último de Antonio Orejudo.
Mañana os hago un resumen, sin pifiar demasiado en detalles, ya que lo suyo es que la leáis. No lo digo por amiguismo, pues no conozco personalmente al autor, pese a ser paisano y de mi quinta. El chico, ya lo digo, por lo que leo, es mucho más que una promesa. Admirable y en estos tiempos…
Winspector, atinadísimo, como siempre, tu comentario. Ojalá que podamos proteger a la juventud de cualquier orilla de ciertas actitudes imbéciles. Leo a Rengel y concibo esperanzas. Vamos a luchar por que construyan y no destruyan. No todo está perdido; sólo hay que educarlos.
Juan Ramón Jiménez era famoso, entre otras cosas, por esta reivindicación de la j ante i y e. Por eso, tituló a uno de sus más célebres poemarios, «Poemas májicos y dolientes». Yo, señor o señora, nunca censuro comentarios a no ser que me insulten directamente. Este suyo no, pues sólo representa una presunción de ignorancia, por la que se señala a usted mismo o misma. Debería informarse mejor antes de intentar ofender…
que gente mas idiota! aqui donde vivo hay gente de esa! pintan las piedras del parque con el simbolo y van con navajas y echan a todo el que este en el parque y a los vagabundos ni os cuento vaya, que miedo.
Así es, Paula, pero, más que idiotas, son imbéciles. Eso supone un grado ínfimo en la escala de la inteligencia que conlleva maldad. Un idiota, sin embargo, pese a no tener luces, puede ser buena persona. Ellos no, de ahí su peligro.
Acabo de leer el libro de Muñoz Rengel y quiero opinar por daros una orientación cuando lo leáis.
Como dije, lo mejor no es el arranque, por lo cual, hay que avanzar en la lectura para que enganche. Merece la pena.
Sobre todo, cuando llegas al episodio donde el asesino, torpísimo, intenta acabar con su víctima de tan burda manera, que acaba perseguido por el propio susodicho. Y ese otro intento fallido en el dormitorio de Bleinstein; su objetivo huidizo.
Otros aciertos son las biografías chaladas de hombres ilustres, escritores y filósofos, paródicos todos, que se miran en un disparatado espejo cóncavo. Los capítulos breves son muy cómodos para la lectura.
Sólo una observación; por momentos, la narración carece de agilidad; lógico si se tiene en cuenta la juventud del autor, 37 años. Para que la narrativa de Rengel sea redonda, únicamente le falta experiencia. Un aliciente, en todo caso, ya que, si el paso de los años para otros supone una desgracia, para el buen escritor suponen una fortuna.
Esto explicará que Rengel no se haga más viejo, sino más grande al paso de las décadas. Apuesto por él, decididamente.
Leed la novela y comentamos.
Paula, te adjunto los niveles de inteligencia, según su escalafón, a saber;
Las personas se pueden clasificar, según su CI, en los siguentes niveles: 1. DEFICIENTES: En psiquiatría se les conoce como oligofrénicos. Su CI está por debajo de 70. Existen tres grupos o niveles: -Idiotas: Su CI está entre 0 y 24. Raramente aprenden a hablar. Son incapaces incluso de abrocharse el traje o los zapatos, y no pueden realizar los más sencillos procesos intelectuales. -Imbéciles: Tienen un CI entre 25 y 49. Aprenden a hablar, pero su vocabulario es muy limitado. Pueden vestirse por sí mismos y realizar tareas sencillas, pero tienen mucha dificultad para adquirir conocimientos escolares elementales. -Débiles mentales: Tienen un CI entre 50 y 69. Con mucho esfuerzo, pueden adquirir conocimientos escolares. 2. CASOS LÍMITE: Se les conoce también como border-lines. Su CI oscila entre 70 y 79. A pesar de su baja inteligencia, asimilan los conocimientos escolares elementales, pero fracasan en sus intentos de aprobar cursos de enseñanza media. 3. NORMALES/MEDIOCRES: Son personas algo torpes y lentas que, aunque con dificultad, pueden aprobar cursos de enseñanza media; en algunos casos, aunque a costa de mucho esfuerzo y retraso, pueden acabar estudios superiores. Su CI está entre 80 y 89. 4. NORMALES/MEDIOS: Su CI está entre 90 y 109. Esta población corresponde aproximadamente al 50% de la población. 5. NORMALES SUPERIORES: Su CI está entre 110 y 119. La mayoría de los que acaban sus estudios universitarios se incluyen en este grupo. 6. SUPERIORES: Su CI oscila entre 120 y 129. Es el nivel que suelen tener las personas que ejercen con éxito profesiones intelectuales y que ocupan cargos directivos. 7. MUY SUPERIORES: Son personas con muy buenas capacidades intelectuales. Su CI se sitúa entre 130 y 139. -Superdotados: Inteligencia brillante. CI superior a 140.
Aunque no siempre CI corresponde a éxito social ni es paralelo al espacio que cada cual ocupa. De ahí, que se retrase el progreso de los países.
También podríamos comentar, aquí, qué pinta una casa real, en el siglo XXI (o qué pintó en el I), en una sociedad (¿civilizada?). Es que es 14 de abril y la noticia me tiene un poco molesto. (Parece que el señor rey de España se ha fracturado una cadera ¡cazando en África!).
PD
A los 37 años se es joven, sin duda; y a nadie se le puede exigir que sea un genio. Pero otros a los 24 años ya habían escrito:
Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
Sé quién es usted; profesor de secundaria en un instituto de Málaga ¿Sabe que podría ser denunciado por acoso? Su IP lo delatará. Imagino que no habrá sido tan imprudente de usar su ordenador personal o el del centro…
Muy crispado veo el ambiente, Lobo, tú sabrás. Yo me quedo algo desconcertada, pues no me respondes a mis preguntas y prefieres permanecer en el enigma.
Lo que no parece tan enigmático es este turbio asunto que envuelve a la Casa Real, ya que la prensa ha hablado hoy muy explícitamente e incluso se ha aludido a que el pueblo repetirá la de Alfonso XIII. El asunto inquieta ¿no?
El affaire del rey, lo del 20% de aumento de alumnos por aula, los contratos basura, el aumento de edad de jubilación, los miserables sueldos, los precios inalcanzables de los combustibles (de estafa)… ¿Qué clase de país es éste?, ¿Qué clase de gente habita en él?, ¿Está inquieta? ¿Por qué? ¿Está ya muerta? ¿Sin luchar -en paz-?, ¿Tiene miedo? ¿A qué?
Muerta no. Estaba dormida «Una España que bosteza», pero empieza a despertar. Y, bueno, miedo sí, a todo lo que se derrumba,a salir sacudidos de ese ficticio equilibrio que ya es evidente que no lo era. Y, por supuesto, terror a esa policía que se multiplica para reprimir a los que se rebelen y que se sirve así de métodos tan poco propios de una democracia.
En términos económicos, es mucho más inquietante el “affaire” de la petrolera YPF. Todo el mundo agarrándose a lo que sea con tal de no caerse y nosotros allá que vamos, a rastras y adonde nos lleven. Argentina se cobra la “coimandita” en dinero negro, igual que sus funcionarios las horas extras en tiempos del corralito y la CE amaga con sacar pecho…A ver lo que alumbra todo esto; esperemos que sea algo menos malo que el presente, que ya es pedir en positivo. Lo del rey quedaría en mera anécdota un siglo atrás. Hoy ya no se tienen en pie ni el safari, ni la caza, ni la misma África. Por mi parte, deseo empezar el día imaginándome en alguna de esas tascas de Jesenjin, oliendo a comida casera y redactando una carta a mi madre. Por soñar que no quede.
Buenos días a tod@s
Dos dudas:
a) ¿En qué modo puede afectar lo de YPF a las relaciones diplomáticas entre España y Argentina? Hay muchos argentinos aún que viven en España y viceversa ¿Pueden despertarse recelos u hostilidades?
b) De haberse dado esta anecdótica cacería del Rey hace tres años habría salido a la luz pública?
Buenas tardes,
a) No pueden despertarse recelos u hostilidades entre argentinos y españoles. Por lo general, los argentinos no son gilipollas, los españoles tampoco.
b) Si hace tres años el rey se hubiese roto una cadera, la ‘anecdótica’ cacería habría salido a la luz pública. Ahora bien, siempre y cuando él no pueda evitarlo (cómo ahora ha ocurrido). A nadie, en su sano juicio, le gusta airear sus miserias.
Y, princesita Lola, no debes sentir miedo mas que durante el (los) instante necesario y suficiente. De hecho, un cobarde como yo hace tiempo que no lo siente.
Holden, estoy contigo en que los españoles no somos gilipollas, es decir, no “rotundamente gilipollas en masa”, que algunos se librarán, digo yo. En cuanto a los posibles piques y recelos entre la población, causados por esta crisis, no parece que vayan a ir a mucho, Lola, si se comparan con otros conflictos. Al poco tiempo de finalizar las hostilidades en Las Malvinas, Mundial del 82, unos desconocidos – según las malas lenguas, argentinos – prendieron fuego, durante la noche, a dos autocares de la selección de Escocia, estacionados en la parte alta de Torremolinos. Quedaron reducidos a cenizas. Pero aquello era diferente, porque, ¿acaso el embarco de los soldados expedicionarios británicos, al ritmo de los acordes de “No llores por mí Argentina” y que todo el mundo lo viese en televisión, no provocaba al personal…?
Tengo para mí que , tanto lo acaecido al monarca como el asunto YPF, más las finales de las competiciones deportivas, tienen el mismo efecto en la gente de a pie, normal, pueblo llano, (tan preocupado en su día a día) que las pipas de girasol (mirasol, decía la abuela): No mantienen, pero entretienen. Será.
Saludos
Winspector, sí, debí ser más preciso y decir: Por lo general, los argentinos y los españoles no son del todo gilipollas.
No creo en las generalizaciones; estoy de acuerdo. Ni los argentinos, en masa, son esto, ni los españoles, en bloque, somos lo otro. Eso sería una simpleza como englobar a hombres y mujeres en dos categorías.
No soy una princesita, sino más bien una amazona, aunque también con matizaciones. Lo cierto es que no he tenido miedo nunca ni lo voy a tener por fantasmas que quieran venir a asustarme. No es chulería, sino la verdad. No entiendo ni sé qué es la cobardía (Porque alguien tenía que decirlo)
Cobarde sí, Holden, y yo diría que mezquino, bajuno y de natural miserable. Como dicen de ti tus estrategias y métodos fascistas. Pero no te vas a ir de rositas. Vas a pagar por todo el daño que has hecho. Da igual donde vayas, te encontraré, así que espérame a cualquier hora del día o de la noche y no se te ocurra DORMIRTE NUNCA. si quieres un final digno, puedes arrojarte tú mismo sobre la espada.
Este es el tipo de comentarios que censuro, pero, en esta ocasión, se ha colado. Se trata de un comentarista habitual…
En principio, pues no es la primera vez que desliza tales insinuaciones, le quité importancia e incluso me lo tomé a risa. No obstante, tengo la impresión de que va en serio y me está empezando a parecer peligroso. Lo sé, por experiencia, ya que yo misma he recibido este tipo de anónimos y, además de sobrecoger, pueden llevar a padecer situaciones escalofriantes. Hay mucho loco que utiliza internet para dar salida a su Mister Hyde y nunca se sabe hasta dónde pueden llegar. Ahí está Breivik de actualidad, hablando de psicópatas y neonazis. Tal vez lo mejor sería responderle y demostrarle que no se le tiene miedo. Digo a éste…
Lola, ¿Te refieres a mi penúltimo comentario? ¿Qué insinuaciones hay en él? ¿Qué quieres decir con lo de “tengo la impresión de que va en serio? ¿Situaciones escalofriantes? ¿No se estará sacando las cosas de quicio y viendo paranoias donde no las hay?
Saludos
Me refiero al llamado Lobo feroz. Me temo que es feroz de verdad…