Si los seres humanos necesitan embriagarse de vez en cuando para olvidarse de los problemas, imaginemos los dioses. Es muy difícil ser un dios a palo seco, cuando se ha de sobrellevar la carga sobrehumana de tantos contratiempos terrenos y celestiales. Por lo que se explica que hasta Zeus, dios de dioses, hubiese de aligerar tal gravamen con alguna que otra copita.
Más aún, teniendo en cuenta la plantilla con la que cada día de la eternidad tenía que lidiar el célebre empresario del Olimpo. Un elenco de divinidades libertinas, conspiradoras, intrigantes, insubordinadas y belicosas que, con sus rivalidades internas, no dejaban ni un momento de dar guerra, poniendo al jefe en la sempiterna coyuntura de un actual secretario general del PSOE.
Los dioses griegos, como ya sabemos, no eran unos santos, sino de esa clase de empleados que pasan más tiempo en huelgas y manifestaciones que en el propio despacho y, contra los que no hay reformas laborales que valgan; a dicha tropa no la despedía ni dios. Ni el mismísimo Zeus al que, se entiende que traían de cabeza, sin que pudieran ya aliviarle las cefaleas siquiera las artes de Vulcano, quien, en una desdichada ocasión, se ofreció a sacarle con el martillo los dolores de la cabeza a lo bruto con la consecuente desgracia de extraer del dolorido melón omnipotente, una Atenea armada de pies a cabeza, cual suerte de Esperanza Aguirre, dispuesta a dar más guerra todavía. De modo que, cuando a Zeus, le volvían de modo irreversible las jaquecas no le quedaba otra que evadirse olímpicamente de tanto disgusto en esa única nube, donde ni aún su amantísima y muy histérica esposa pudiese localizarle.
Agotado de la impía jornada, se arrellanaba el divino ínclito entre brumas y llamaba a su apuesto camarero, el Garzón de Ida; lo suyo es que lo hiciere al elegante modo francés, dando una palmada y exclamando, “garçon”, pero al dios del águila y el rayo, el cansancio y el cabreo lo ponían merdellón y, muy de otro modo, convocaba la presencia del efebo celeste, “oyer, niño, porme un cacharro”, gritaba gruesamente el furibundo omnímodo un segundo antes de que su bello copero acudiese a servirle con pies ligeros un copón de néctar rebosante. No sabemos bien en qué consistía aquel néctar de dioses, pero aventuramos que podría tratarse de una bebida etílica de alta graduación con cierto aliño de sustancia anfetamínica, pues, en cuanto Zeus vaciaba su copa, se ponía hecho un toro y le daba, por ejemplo, por raptar Europa. Y en esas andamos todavía, que los griegos, de un modo u otro, terminan siempre liando la de Troya. Siendo su Olimpo, gobernado por dioses borrachos, cuna de nuestra civilización, será de ley que también sea símbolo de su mortaja. Y, sin embargo, tampoco sería justo culpar al solo Zeus por una copa de más. No hay dios que pueda tolerar el gobierno del cosmos sin el alivio de un trago oportuno. El hijo de Dios hecho hombre también tomaba vino en las cenas, por cuya ingesta, algunos agnósticos le atribuyen la presunta extravagancia de ciertas sentencias y parábolas como la del hijo pródigo. Bien está que, a lo que sabemos, Jesucristo bebía con moderación, pues era el hijo de Dios hecho hombre, pero también que, por tanto, entendamos que los hijos de hombre hechos dioses lo hagan con exceso, pues se trata de una condición completamente contra natura que no se sostiene sin la ayuda de alguna poción mágica. Sea alcohol, alucinógenos o ambos sendamente. Por ello, cuando vuelve a caer una diva, como, en este caso, Whitney Houston, víctima de sus abusos con las drogas y la botella, comprendo perfectamente el asunto. Y cómo no; si un humano de a pie necesita a veces de un traguito para consolarse del simple hecho de ser humano, qué no necesitará un humano que tenga que ser dios constantemente, ya sea en el terreno del arte o el deporte. El público denuncia el abuso de ciertas sustancias de sus divos, sin considerar el propio abuso al que someten a sus admiradas criaturas al pedirle cualidades sobrehumanas. Así pues, estaría dispuesta a entender que si los deportistas y atletas se dopasen no lo harían por vicio, sino por satisfacer las inabarcables expectativas de esos seguidores que les piden lo imposible; ser dioses por encima de su propia naturaleza. Dicho esto, no me declaro a favor del dopaje ni de sus sospechas, si bien me resultaría una falta comprensible y humana, dadas las presiones. No hay Dios que pueda soportar el peso de la bóveda celeste sin la ayuda de alguna poción mágica. Precisamente, se explica que Alá, siendo abstemio, no encarnase forma humana. Pero, en tanto, hasta Zeus el barbiluengo, dios de dioses, siendo la más olímpica de las divinidades, no pudo pasar por omnipotente sin su copón de néctar de vez en cuando. Fuese aquello alcohol o quizá viagra.
Borrachos de éxito
16
Feb
El dopaje nunca está justificado (como tampoco la borrachera o el traguito o la copita de a veces). Que sea habitual, u ocasional, es otra cosa.
Saludos
Querida clara:
Me encuentro solo, pero rodeado de personas. Todas hablan,pero solo escucho los suspiros de mi alma. Donde estas? Por que te has ido?
Todo esta tan vacio sin ti…
Mi vida era perfecta cuando tu estabas, soñaba despierto con los dos caminando sobre la hierba, por las flores y bañandonos en nuestro rio. Yo acariciaba tu pelo , hablabamos sobre el futuro…
Hasta que te fuiste. Fue rapido. Sin avisar. Ahora ni me queda la alegria de verte en el trabajo. Tu eras mi dicha diaria y me has abandonado como se abandona a un fiel perro.
ni tan siquiera cuando te declare mi amor me dijiste que me querias, aunque lo sentias,por ser mi jefa, a sabiendas de lo mal que lo estaba pasando. Podriamos haber sido felices porque teniamos lo mas importante, sin embargo, solo te importaba tu trabajo y reputacion. Ahora eres mi angel, pero yo no queria eso, no quiero pasar el resto de mi vida soñando y agonizando. Mi vida es un libro que se ha parado y ya no puede continuar, pues ha muerto la protagonista. Tendria que despertarme cada mañana sabiendo que no te volvere a ver, sin que me sonrias o me mandes mas trabajo solo para verme, sin el azucar de mi pastel. Por eso no volvere a la oscura soledad acompañada que es la vida sin ti, y como buen romeo tomare el camino facil. ahora qe no tienes que trabajar y nuestras almas son libres me reuno contigo. Para que tengamos un amor eterno. Un amor constante mas alla de la muerte.
No me critiqueis mucho, que la he tenido que liar para poder
Ponerlo. no puedi corregir las faltas ni la puntuacion.
Estoy completamente de acuerdo con holden.
Os aclaro. El texto que adjunta Paula es una carta de amor ficticia en la que un hombre se dirige a una mujer, adicta al trabajo, su jefa, que parece ser no le hace ningún caso.
Creo yo que ese personaje, emisor de la carta, lo ha creado basándose en Holden, quien ella piensa que es mi personaje del relato «Mi querido desamor» (véase en la sección de relatos del blog.) Pero hay una cierta discrepancia, sin embargo, entre ambos personajes, podéis comprobarlo -si no tenéis otra cosa que hacer-.
La epístola de Paula está muy bien, aunque creo que idealiza un sentimiento que es cualquier cosa menos amor, si es que se basa en el señor de «Mi querido desamor»…
Un amor que no obtiene respuesta, debe dirigirse a otro destinatario para que sea verdadero amor, pues el verdadero amor es siempre correspondido ¿o?
De ello hay también pruebas literarias; «La voz a ti debida» de Pedro Salinas y «Cántico» de Jorge Guillén. El mundo está bien hecho, a veces…
Le pedí a Paula que adjuntase el texto, pues seguro que le tendréis algo que decir.
Lola, mi carta no la he hecho basandome en Holden y tu, obviamente se puede ver que he cogido la idea esencial de la jefa y su empleado. Os aclaro las diferencias:
Ella es la jefa, y si que le daba esperanzas, porque le queria, igual que el, lo que pasa es que ella estaba solo pendiente de su trabajo. Ella esta muerta y decide suicidarse por eso, no porque no le haga caso.
Creo que no podeis ser Holden y tu por dos simples razones, que vosotros no teneis ninguna historia en común y que nunca he visto a Lola dando esperanzas a Holden.
Veo que aquí se está hablando de amor, sin duda mi especialidad; aunque tengo que reconocerlo: esto del amor parece un poco lioso, ¿No? Desde luego, después de leer los últimos comentarios yo me siento tan confuso que ya no entiendo nada.
Paula, si ella le quiere a él, ella no puede dedicar más tiempo al trabajo que a él, eso es imposible por mucha adición que tenga, ¿No será que quiere más al trabajo que a él?
Sobre el basamento de los relatos, o del paralelismo entre ellos, de eso sí que no tengo ni la más remota idea, ni nada que pueda decir.
Por lo demás, Lola, no estoy de acuerdo con lo de que el verdadero amor es siempre correspondido. Éste, además, puede marchitarse. Por el contrario, el amor no correspondido (sobre todo si es por falta de decisión o habilidad) permanece como latente, constante y expectante a la espera de estallar como estalla una flor.
Y por cierto, cómo puede saberse que un amor nunca será correspondido (y entonces, ¿Hay que tirar la toalla?), ¿Con el primer “no”? ¿Después de cinco noes, de mil quinientos quizás? ¿Cuándo ella ya nunca le sonríe? ¿Cuándo ella se echa un novio? ¿Cuándo se cambia de ciudad? ¿Cuándo se casa con otro?… Y, se me ocurre otra pregunta, ¿Es posible -intentar- cortejar y seducir durante toda la vida (si fuese necesario) a una mujer que dice no, una y otra vez, en sus distintas formas y maneras, sin que ella se sienta molesta nunca?
Maldita sea, estoy echo un lío, quizá sea por estar enamorado.
Paula, gracias por tu relato, y sigue escribiendo, seguro que tus siguiente escritos serán mejores (al menos les podrás corregir las faltas).
Saludos
¿Qué les pasará a los dioses, que siempre aparecen sedentes y repantingados en sus cátedras lejanas? ¿Cómo es que estos divos de la buena vida, han tenido inveteradamente un hatajo de subditos, que a lo más se han llevado una mejor vida indemostrada? Hay una norma de rango, oculta por supuesto, que consiste en que a mayor poder, mejor sillón; y si el nivel es de aupa, el culo es de buen asiento, porque nadie lo mueve de ahí(piénsese en tantos dioses pequeños o pseudodioses que pueblan ciertos organigramas) y parecen formar parte del mobiliario, divinamente, divino, claro. “Eh, tú, chaval, venga ese cacharrito para este Dios que te tutela y protege, tuitivo el mua, ahí te quiero ver”, y el barman, presto, copazo en ristre. Y ahí que está sentado Zeus, con esas barbas, y en ronroneo con efebo camarero de contrato en precario, servicial pues la reforma laboral de Zeus le puede poner en la calle, que no sé como serán éstas en el Olimpo, pero me imagino que trazadas para buenos y malos, como en la tierra, ya olímpica. El efebo va en cueros vivos, pero el Zeus vestido, ¿al prójimo como a ti mismo?, de cuándo, hombre. Es preferible el ritual de la bipedestación, del hieratismo de hincar codo en una barra de taberna, como aquella época de Campana, Quitapenas y Casa Flores que poblaron la geografía de Málaga, en donde cualquier hijo de vecino tras una breve ingesta alcanzaba la “graduación” de dios y a la misma altura que el camarero que te servía el chato, eso era democracia y no la griega. Además, el camarero iba vestido con camisa blanca y pantalón negro y a su espalda, el cielo prometido, una pirámide de barriles como fuente inagotable del maná. Y, por supuesto, un mostrador de madera para los pequeños dioses, nada de mármol funeral; todo un altar para un dios que se mide en arrobas. ¡Cuánto tienen que aprender los dioses de las tabernas!
y con media limeta de chiclana el güichi mutaba en casa madre.dios tan humano.humano,humano.y la peor pena resuelta con un apúntalo en la barralhielo,torres,que mañana será otro día y ajolá mos sigamos viendo.la limeta cabía en una botella de fanta y de ahí salían seis cañitas finas de vino duro;tres y tres:de allí,del güichi de torres, hacia los pubs de los modernos y el trapicheo.los notas aquellos iban de voldamm y anfetas.otros dioses,otros ritmos.zappa,clapton,gallagher.luego vino la fusión.camarón se había muerto.otros dioses,otros tiros.y que alá me guarde de los dioses que no beben.
Muy bueno tu texto, Pancho, me divierte ver cómo le has sacado a Zeus y Ganímedes la crítica social. Ahora también vamos de coperos algunos, aunque no sirvamos bebidas. En cualquier nombre de cualquier signo, hay más jerarquías que nunca y cómo se las gastan los dioses de ocasión tan repantingados. Menos mal, que, por el momento, no es decreto-ley besarlos, que también, para colmo, exigen cariños hasta carnales.
Oye, José Antonio, que de ese comentario bien desarrollado sale una novela, ¿para cuándo? Yo la espero.
El amor, qué pereza, sobre todo si es tan complicado. Mejor, nos pedimos otra cerveza. La mejor tirada en La Cueva de la Plaza de la Merced, que es Alhambra. Pero no pidas solomillo, que lo ponen muy seco. Alegría.
Paula, la jefa se suicida, eso me inquieta una barbaridad…
Como dice la amada coplilla,
“carnaval, carnaval, tú te vienes,
tú te vas, para el año venidero
sabe Dios quién te verá…”.
Mientras tanto y en tanto llega (¿?)
yo me quedo con Silvano,
que del final no nos libra
ni de Jehová, un testigo
o su Dios imaginario
que no tendrá más poder
que los dioses de ordinario.
Mas, no desdeñemos, oh amigos
esas cópulas grandiosas, fatales
trágicas, queridas de los poetas:
El Espíritu, con Wagner,
Primavera, con Dionissos,
el Potro, con la pradera
y los músculos de Herakles
con el León de Nemea.
Ah, jose antonio, que las cañas
de Sanlúcar me gustan a mí…
¡echarme un ferrocarrí…!
Y como cantaría el vates:
“¿do fueron de gardeles los eventos?
¡oh, perchelero farol…!
¿Qué se hicieron de aquellos Paco Gento:
se interna, chuta…gol!
Me voy en acabando este cuarteto,
pues llega la mañana.
Nos vemos – a mi ponme un cateto –
muy pronto en La Campana.”
Saludos y buen entierro del boquerón
¿a dormir por qué? la noche es joven 🙂
Nadie dijo de irse, precisamente, a «dormir», cara Paula. Evidentemente, la noche es joven, pero uno…jejej.
Bacioni per tutti e tutte!
Anda Winspector las horas que son y todavía despierto, no puede ser emm jaja. A dormir ya!
Jo-lines, os fuisteis de Carnaval y yo trabajando…Me ha dado una envidia de quedarme sin palabras. Pero, si me perdí algo, por favor, contádmelo. Con todo lujo de detalles, que es preciso.
Lola, fui al centro pero a las 10 estaba en casa. Lo que pasa es que se quedaron amigas a dormir y por eso trasnoché y no podía irme a dormir sin ver el blog, como ahora. Besos!
Buenos días.
Cada vez me gusta más este blog. Sus variopintos personajes me conmueven, cada uno a su forma. Sabemos como empieza un post, pero nunca imaginable como terminará. La directora Lola, el enamorado Holden, la escritora alevín Paula, el escritor consagrado Pancho, el escritor asperillo José Antonio, el Maestro (en el concepto sevillano de maestro) Winspector; tengo mucho que decir, pero sabéis que soy limitado en palabras, no me vienen fácil. A todas y todos, gracias una vez más.
Saludos.
BEBIÓ Y VIVIÓ.
– ¡Venga y desayuna hijo, que es tarde!.
– Madre, me encuentro mal, no tengo hambre. He tenido una pesadilla terrible, la raptaban a Usted unos hombres malos. Me encuentro mal, hoy no voy a la escuela.
– ¡Ya estás con tus mentiras para no ir!. ¡Vas a ser un burro de provecho, eso sí, con pantalones!.
– Solo de pensar me dan náuseas, estoy mal madre.
(La madre le toca la frente al niño).
– Estás temblando. ¡No vayas!.
Era de madrugada cuando el niño de diez años se levantaba, para antes de irse a la escuela, darle el biberón de leche de cabra al perro que estaba criando. Esta mañana, se asustó cuando desde el corral de las gallinas oyó el chillido extraño y a la vez gutural de un animal, algo así como “uuuaagg”, “uuuaagg”. De seguido se acordó de que hacía algunas noches había venido el zorro y matado al menos dos docenas de gallinas, su padre se enfadó y dijo que había que atraparlo y matarlo. Con la linterna en la mano y el miedo en las piernas, se acercó al gallinero. Allí estaba la fiera, atrapada de una pata delantera en el lazo hecho del cable de freno de una motocicleta. Mordisqueando sin cesar el cable de acero, con la boca ensangrentada del daño que se estaba haciendo para liberarse. Las ubres, una zorra, era una madre amamantando a sus cachorros, venía a por comida para ellos.
Las costumbres estaban establecidas, no por escrito, en la conciencia de las gentes. La lucha entre el ser humano y el depredador. Gana el más fuerte, o el más astuto, la difícil convivencia entre el humano y el salvaje. Pensaba el niño que cuando su padre volviese al atardecer de la lejana finca donde trabajaba, la zorra tendría su peor destino imaginable. Era una madre, era una madre, retumbaba en su interior, había que liberarla. Si se iba a la escuela esta mañana, al volver ya todo estaba perdido. Los cachorros sin su madre morirían, había que liberarla. Piensa, piensa, se decía.
– Mire madre, hoy no me tome por mentiroso, hoy no, hoy estoy triste. Hoy no me voy de aquí. Limpiaré el gallinero, allí estaré.
– Pero hijo, come algo antes.
– Después, cuando se me pase el mal rato que tengo.
– ¡Va, no será para tanto, ya eres un hombre!
A escondidas de su madre entró en la despensa y cogió una botella con líquido marrón transparente; ya sabía por alguna travesura, lo contento que se ponía con un solo sorbo de aquél líquido quemante. Buscó por el estercolero una pequeña lata de atún de las de antes, de las que se abrían con abrelatas y la tapa se quedaba adherida en la parte superior. Allí en el gallinero había cañas, buscó una larga y delgada. Ató la lata por la tapa a un extremo de la caña, de forma que quedase horizontal y así el líquido no se derramaría. Se acercó a la zorra con toda la indumentaria, ésta volvía a emitir los gritos “uuuaagg”, “uuuaagg”, encabritándose como podía, y mostrando sus blancos y afilados colmillos. Con el artilugio de caña y lata, desde la distancia, primero le acercó agua, no bebía. El niño se tumbó en el suelo, sujetando la caña con la lata rozando el hocico de la madre. Aquí el niño no pensaba en ella como zorra, ni como animal, pensaba en ella como de una madre, con toda la admiración que abarca la palabra madre. Le hablaba muy bajito y despacio. Le preguntaba por sus hijos, ¿cuántos tendría, ¿seis?, ¿ocho?.
Al rato ella bebió agua. Luego le acercó leche recién ordeñada de cabra, bebió. Luego le acercó leche de nuevo, esta vez con apenas unas gotas de líquido quemante de la botella, bebió. De nuevo más leche, ahora con unas gotas más que antes del líquido de la botella, bebió. Y así varias veces, cada vez añadiendo más líquido a la leche, hasta que la última de ellas, ya añadía un buen chorreón. Ya, a ella sentada en cuclillas, le caía espumosa baba ensangrentada. Los ojos se le entrecerraban, acercaba el hocico al suelo, la cabeza como rotando y perdida. Ahora era bella, no se le veían los dientes y colmillos, la cola voluminosa, espléndida, MADRE.
El niño esperó sentado. Ella se desplomó. Él se acercó, le acarició la frente, le pasó la mano por el lomo, la admiró en una asimilación que debería durar muchas décadas en su pensamiento, le cogió la pata con delicadeza, muy despacio aflojó el lazo del cable y la liberó. La cogió en brazos, él estaba muy delgado, ella pesaba mucho, y la dejó allá abajo, en el sitio más alejado de cualquier camino, dónde pudiera verla desde el gallinero. La veía en la distancia, estaba tumbada, serena, dormida, silenciosa, sola. Ya a mediodía despertó, y como mareada en su andar despacio, poco a poco se adentró en el monte de matorral y arbustos.
Ese día, por la noche en la cena:
– Qué extraño, ha caído un zorro en uno de los lazos que puse en el gallinero, y se ha escapado sin romperlo. ¡Lo nunca visto!.
– Padre, yo he estado allí toda la mañana, y no he visto nada.
((((((P.D.- Es una hecho real, ocurrido hace tiempo, antes de que existiese mi maizal.
P.D.- Me acordé de un amigo, que me dijo que posiblemente si hablaba de gallinas tendría menos enconos que si lo hacía sobre machos cabríos. Eso espero.))))))
Menuda fábula, Quintiliano, la zorra pesca una merluza y paradójicamente se salva de su cruel destino, pero, por favor, creo que no estaría de más que nos aclarases la moraleja. Estamos muy torpes los lunes.
Quería recomendaros una comedia francesa estupenda que emite hoy la 2 a las 22.00 «Come les autres» (Como los demás), ¿Por qué no la veis y comentamos luego?
Quintiliano, ese verídico texto rezuma humanidad, es extraordinario. Sin duda yo habría hecho lo mismo que ese niño; sólo un malnacido habría matado a esa zorra.
Gracias, Quintiliano.
No entiendo mucho de cine, pero, ¿Seguro que esta película (“Come les autres”) es una comedia?
Saludos
Si era una comedia, a mi no me lo ha parecido. Respecto al tema de la adopción de homosexuales, no me posiciono y tengo que admitir que me hubiese gustado que Fina y Manu acabaran juntos.
Parece que por esta vez, Quintiliano – y tirando de terminología ramboidea – el zorro NO estaba en el lugar equivocado. Otros zorros que conocí, en semejante circunstancia, no tuvieron tanta suerte y acabaron sus días molidos a palos, debido a la rudeza de la España campesina, esa de la que, todavía, nos quedan algunas muestras. Muchas gracias por lo de maestro, más quisiera serlo, manque fuese “a lo sevillano”: currobetis, curroromero, curroforo…wao! Pero claro, los más de los días, la lluvia de almohadillas estará también asegurada…, ¡huy, que me hago de un paraguas ya!
Por recordar que no quede, en aquellos maizales de la infancia se solían colocar los lazos destinados a la caza de las liebres, que caían con relativa facilidad porque siempre pasaban por el mismo sitio, una suerte de veredilla que ellas mismas hacían mordisqueando los tallos tiernos. Una vez atrapada, a la cocina, ah, “come la faceva la mamma mai più nessuno l’ha fatto”!!
Larga vida a ese maizal, Quintiliano. Un saludo para ti y para tod@s
Está clasificada como comedia y, como toda comedia, tiene su fondo trágico. El humor es un modo de relativizar el dolor, pero tiene un trasfondo terrible de amargura ¿No es trágico El Quijote y hace reír? Las palabras del humorista son hijas de su dolor, decía Kierkegaard.
Paula, si lo consideras, que te pareciese bien que el homosexual acabase siendo hetero para que haya final feliz, significa que el drama sigue candente. Y, sin embargo, los cuatro protagonistas acabaron sonriendo. Yo abogo por esa clase de finales felices y de que los homosexuales puedan ser, si quieren, como los demás. Conozco a demasiados que siguen sufriendo por culpa de los prejuicios sociales y ya es hora de que se desmonten esos rancios pre-juicios ¿O no?
Quintiliano, fabuloso el relato. ¿Cambiar gallinas por machos?, puede ser, pero también hay machos que son «gallinas», y gallinas que son machos. Digo esto último porque bajo el sustantivo «gallina» (o gallinas)se abarca, en nuestro lenguaje, tanto al macho como a la hembra, o sea, tanto al gallo como a la gallina. Cuando tomamos caldo de gallina, verbigracia, algún macho hemos de suponer que ha tenido finibusterre, aunque tildemos el caldo con género femenino, es decir, de gallina. En este caso, se impone el femenino, subsumiendo al macho y a la hembra en un mismo significante. Ahora bien, el niño de relato es macho biológicamente, pero femenino por sus afectividad con la zorra, y ésta, es hembra, pero todo una macho enfrentada a la crudeza de la trampa. El lenguaje es casi siempre una esclavitud que, además de limitar el pensamiento, impide la expresión objetiva. Hubo un tiempo, en que el DNI, para referir el sexo de su propietario, al sexo masculino le ponía una letra V, de varón, y a la mujer un H, de hembra. Esta nomenclatura también estaba en los códigos jurídicos. Fue una senador real, que no recuerdo que encabezara manifestaciones de género, ojo al dato, puse el punto en las íes. Se llamaba Camilo José Cela, y dijo en el Parlamento que macho y hembra son categorías del mundo animal, en tanto que varón h mujer, son humanas. Ergo, si decimos varón y hembra, hay una falta de equilibrio. Somos varones y mujeres, ni siquiera, creo, que está bien decir hombre y mujer, pues incluimos el género en la especie. Ahora bien, si nos decimos machos y hembras, que también animales somos, y a veces mucho, tampoco lo veo muy mal, que sólo espíritu no somos. Por supuesto, Quintiliano, que el macho al que aludías en tu escrito último, ese que era destetado con el palo oclusivo, no lo escribías contra la hembra, ni la hembra contra el macho. Los enfados que surgieron no tenían base empírica sino contexto temporal. El lenguaje, oh el lenguaje, Quintiliano, que bueno sería que en la memoria léxica hubiera algunos olvidos, y que la semántica no se quede sólo en biología, a veces, sin trifurcas ni apropiaciones de epítetos. El problema, Quintiliano, es que hay muchos oídos castos. Casto viene de casta, no a la inversa; pero macho y hembra vienen de mismo sitio, la unión de ambos. Espero que bajo el maizal inventen más historias, contemplando como la naturaleza no discrimina sexos ni los destruye (como hace nuestra especie), fiel al ritual de la continuidad. Eso sí, amigo, por si acaso, átate bien los machos, y a tirar de la yunta, tan yergo como el maizal. Un cordial saludo, a todos y todas, sin diferencias artificiales de lenguaje.
Disculpad, al releerlo, he visto errores de concordancia, cosas de la prisa. Espero que se entienda.Saludos.
Estoy de acuerdo y me parece muy interesante su comentario, señor Pancho Panchito. De los errores de concordancia no me he percatado, y de momento no me voy a entretener buscándolos.
Un saludo
Buenos días,
¿Fábula?, ¿Moraleja?. No sé. No era mi intención, o sí. Que cada uno saque las que vea. Me gustan los escritos dónde participa el lector. Quería decir que no todo es malo sin atenuantes; ni siquiera el alcohol (le salva la vida a la zorra), ni siquiera las mentiras (el niño miente la primera y última vez que habla). También se podría decir que es bueno no tomar prejuicios, pues hasta al más abstemio un día te lo puedes encontrar borracho. Y luego está el valor madre, por encima de todo.
Lola, el Sr. Pancho ( hoy me permito la licencia de llamarle Sr.), ya sacado un montón de moralejas. Decirle a él, que juro o prometo (como los ministros), conservar este su elocuente relato, justo, equitativo, real, verídico, pedagógico; para cuando la ocasión sexista lo requiera. Así, tome Ud. ésta mi opinión de él. Muchas gracias.
Winspector, aprendemos mucho de su experiencia de vida.
Holden, voy a Álora, sin pretensiones presuntuosas. Para no menos de 1 hora 45’, respirar el aire frío de la mañana en el Valle del Sol y sacarle la carbonilla a mis oxidados huesos. Dar vida a la ilusión de que alguna chica guapa me haga de liebre a la cuesta arriba en la llegada. Saludar algunas entrañables caras conocidas, y otras desconocidas. Comer un bocadillo en la plaza de Álora, cerca de donde vivió Cervantes..en fin. ¿Vas?
http://www.atletismoalora.es/
http://www.google.es/imgres?q=zorra+con+cachorros&um=1&hl=es&biw=1024&bih=673&tbm=isch&tbnid=yR0zOkef1ytrkM:&imgrefurl=http://www.remediando.com/2010/11/el-zorro-y-su-familia.h
Hoy estoy “borracho de éxito”, gracias a vosotros.
Lola, el Sr. Pancho ( hoy me permito la licencia de llamarle Sr.), ya ha sacado un montón de moralejas. Decirle a él, que juro o prometo (como los ministros), conservar este su elocuente relato, justo, equitativo, real, verídico, pedagógico; para cuando la ocasión sexista lo requiera. Así, tome Ud. Sr. Pancho ésta mi opinión de él, su escrito. Muchas gracias.
Seguro que, en plena naturaleza, te inspiras, Quintiliano, y nos traes otra fábula estupenda. Aunque tampoco estaría mal que nos trajeses unas tortas, que dicen que las de allí de Álora, son exquisitas. Una pena que no puedan acompañarse con una copita de aguardiente de Periana, pues ya no lo fabrican…
Quintiliano, sí, ya estoy inscrito para Álora, si ningún imprevisto lo impide allí nos veremos (aunque no nos reconozcamos). Confío en que este año vuelvan a poner esos exquisitos filetes, a la parrilla, que suelen poner tras la carrera. Por lo demás, también voy sin pretensiones presuntuosas, con bajar de 01:40:00 me conformaría.
Lola, por si Quintiliano no lo hace, yo traeré tortas, y también te traeré flores alegres, licores, avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos. Claro, que si tú vinieras con nosotros sería mucho mejor.
Por cierto, ¿Por qué ya no fabrican aguardiente en Periana? No es que me parezca mal que se deje de producir alcohol, lo que si me jode es que desaparezcan productos tradicionales no contraproducentes en sí mismo. Una pena.
Un saludo
José Manuel, conocido en Periana por Ceferino, tenía un manantial propio en su casa y lo elaboraba en su alambique. Y aquello no era alcohol, sino néctar de Dioses, que, como poción mágica, hizo del pueblo una aldea irreductible, de lugareños de rosadas mejillas y pies ligeros, siempre de buen humor.
Los costes de la elaboración, no obstante, eran carísimos y Ceferino hubo de dejar a los parroquianos sin su elixir. Ahora beben el de Rute, pero no hay color. Qué historia triste ¿Se os ocurre un final feliz?
¡Cuántas cosas se van perdiendo en Periana…! Y no es que lo diga yo, lo barruntaba desde hace tiempo el vates trinitario:
«Porque ya no hay agüilis ni siquiera en Periana,
ni desde calle Ancha se escucha «El Melillero»,
porque nadie en verano vende polos de pana,
en portugués te silbo, maestro, este bolero.
Porque te recolgabas del coche de caballos,
y un canequi en el troli te dabas del tranvía,
por aquellas rabonas llegando el mes de Mayo
(«Venid y vamos todos con flores a María»)…»
Porque, porque…, ay, campana de mi lugar, tú me quieres bien de veras: cantaste cuando nací, llorarás cuando me muera…En fin, un poco más arriba, allá en Alfarnate, creo que fabrican un licor, llamado «resoli» que tumba de espaldas. Salió en la tele, luego debe ser verdad. Ci vuole ritornare ancora una volta!
Buenas noches a todos y todas
Conozco el resoli, pues mi madre es de Alfarnate. Es un licor que se hacía en casa con café, pero más dulce que el aguardiente de Periana, que a mí me gustaba más, sin ofender a la patria chica materna, porque era seco, aromático y dejaba un gusto al final a regaliz. En exceso, podía matar a un caballo, sin embargo.
Aunque el resoli, por ser dulce, resultaba más traidor. Creo que mi madre una vez tomándolo por golosina, bebió tanto que se puso malísima y no lo volvió a probar…
También hacen un aguardiente con sus cerezas autóctonas que es una delicia. Emilio, en el bar frente a la iglesia, lo vende. Calienta de los fríos polares de aquel pueblo en invierno y alegra lo suyo, en su justa medida, que es un dedal.
Me encantan los versos del vate trinitario y perdona mi ignorancia, ¿quién es?
No es ningún secreto, Lola. Y como no eres ignorante, de nuevo, nada que perdonar. Vaya, ni que fuera cura, jajaj.
A ver si me sale:
Malagueño, igual que Piyayo,
aquel legionario del frente,
que vivió toda su vida
entre nubes de aguardiente:
“Si tú quieres que cante una copla
échale una moneda en el vaso,
beberá hasta la última gota
pagará con dinero mojado…”
Letrista del grupo Tabletom
y del querido Rockberto,
González del Pino, Juan Miguel,
poeta romántico, de vocación.
Dar o morir en el mundo: cierto.
Vates trinitario: ser o no ser.
Caramba con el resoli. Habrá que tener cuidado.
Un saludo para ti y para tod@s.