Casas inolvidables en el camino hispano belga

12 Dic

Al comienzo del Camino de Suárez –libre adaptación del apellido Swerts– hay una decena de viviendas de aires regionalistas que merece protección arquitectónica

Por mucho que indaguen, no se toparán con ningún Suárez entre los propietarios importantes de terrenos del Camino de Suárez ni de la Granja de Suárez a lo largo del XIX.

Como alguna vez hemos comentado en esta sección, los malagueños convirtieron en Suárez el apellido belga Swerts, un poco más complicado de pronunciar y retener. La familia Swerts fue la propietaria en el siglo XVII de una zona que entonces se llamaba El Tejarejo (el pequeño tejar) y que luego pasó a conocerse como el Camino y la Granja (y en el XIX Cortijo) de Suárez, donde por cierto los Swerts, entre ellos Juan Carlos Swerts Guerrero, uno de los primeros propietarios, se dedicaba a criar vacas y cabras.

Justo al inicio de este camino hispano-belga, nada más terminar la calle Velarde y cruzar Blas de Lezo-Eugenio Gross, el paseante se encontrará, en el lado de las impares, con uno de los grupos de casas más bonito de la ciudad.

Por su factura parecen del primer tercio del siglo XX y aunque modestas, exhiben un buen número de detalles artísticos muy dignos. Por supuesto no se molesten en buscarlas en el catálogo de edificios protegidos de nuestro Plan General de Ordenación Urbana. Como más de una vez hemos comentado, continúa siendo una lista escuálida y por tanto bastante incompleta.

Sin ir más lejos, esta decena de viviendas del Camino de Suárez merecería algún tipo de protección arquitectónica y sería una desgracia que se perdieran, como tantas otras viviendas de valor, por la falta de reflejos de nuestros políticos.

En un plano de Málaga de 1928 ya se menciona la «barriada de Suárez» de la que muy probablemente formaron parte estas viviendas de aires regionalistas, cuyos elementos más destacados son las piezas de madera que sostienen el alero y que recuerdan a un edificio de Guerrero Strachan en la plaza de Uncibay (el del Café de doña Mariquita), así como los ladrillos con los que quedan encuadrados las ventanas en arcos y las puertas, con un pequeño frontón triangular, sin olvidar los artísticos dibujos de las ventanas superiores y una pequeña capilla con la imagen de una virgen en la vivienda central.

Junto a la primera de las casas, la más grande de todas, cuyo lateral da la calle Eugenio Gross (el número 49), se encuentra además una capilla callejera con la talla de María Santísima de la Encarnación y Amor Divino.

A los ojos del PGOU, esta es una zona patrimonialmente insulsa. No se fíen, al menos en este caso, de la superioridad.

La circunvalación

En la calle Carretería, justo enfrente de la calle Andrés Pérez, se encuentra un edificio restaurado con la ayuda del plan de rehabilitación del Centro que es una muestra más de la recuperación de esta, durante tantos años, olvidada circunvalación del Centro Histórico. Sus dos cierros son de exposición.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.