Es verdad que el sindicalismo suena a algo del siglo XIX y de los mártires de Chicago. Pero acordarse hoy, frente a Cándido Méndez y Fernández Toxo, de los mártires de Chicago es como asociar nuestro Senado con el Soviet de Petrogrado. Cada vez que nos enfrentamos con una huelga chocamos con la contradicción que representa esta medida de fuerza de los trabajadores con un marco legal que pretende regular de un modo total la vida de la sociedad. Incrustar las acciones de lucha sindical en el andamiaje de las leyes es como poner en la entrada del colegio un cartel que anuncie: “Los alumnos que deseen no acudir a clase sin que sus padres se enteren ni se produzca ninguna sanción pueden hacerlo los martes y jueves de la primera semana de todos los meses pares” ¿Cómo se puede institucionalizar una acción de protesta que supone incumplir la primera y fundamental ‘cláusula’ de cualquier contrato laboral: la de acudir al lugar de trabajo?
Los piquetes eran una medida de autodefensa ante la presencia de ‘matones’ de la patronal que quitaban de en medio a los ‘agitadores’ (con brutales palizas que frecuentemente terminaban en la morgue); hoy, procuran cumplir una misión lejanamente parecida cuando a la puerta de los centros de trabajo hay unos señores –a veces agentes de empresas de seguridad- que procuran ‘empujar’ al personal hacia dentro. Cuando no hay ‘amigos’ de la empresa en la puerta, el monopolio de la presión –llegado el caso, de la violencia- lo tienen los piqueteros.
Los estrambóticos mecanismos inventados para incluir la libertad de huelga en la legislación de los llamados ‘países avanzados’ parten de la base de que todo se reduce a una votación democrática y al acatamiento o no de ese resultado por los trabajadores, sin presiones de ningún tipo. O sea: una realidad imaginaria que rara vez se presenta. Las verdaderas huelgas, las que estallan contra situaciones extremas, las que responden al modelo histórico, son las que hoy denominamos ‘salvajes’.
A esta contradicción básica hay que sumarle la actual debilidad estructural de los sindicatos: sólo los que tienen trabajo estable pueden cumplir una huelga y aún éstos cada vez más atemorizados por el abaratamiento de los despidos. Por fin, hay que tener en cuenta la corrupción generalizada: las subvenciones al movimiento sindical lo convierte en un rehén de los gobiernos. Uno se pregunta si pueden acumularse aún más contradicciones. La respuesta es: si. Porque resulta que los ‘grandes’ sindicatos vienen a ser los ‘aliados naturales’ del PSOE. Y es así a punto tal que el gobierno de Zapatero da por hecho que después de la huelga no va a ceder en nada a las exigencias sindicales pero aún así, misteriosamente, se ‘recuperará el diálogo social’.
En otras palabras: la huelga del 29 de septiembre es la guinda del pastel de las contradicciones. Con un apoyo popular casi nulo, con un gobierno que ya casi la da por hecha, con unos sindicatos que saben que, en definitiva, su significado es meramente simbólico… nada incita a tomarla como algo más que un trámite.
Y sin embargo, curiosamente, la congelada y gigantesca bolsa de paro, el inexorable crecimiento de la riqueza de los ricos, el ‘engorde’ de los bancos y cajas de ahorro a costa del empobrecimiento general…son todos elementos de la realidad que invitan a la protesta, a la resistencia, a abominar de la medicina feroz que nos hacen tragar.
Si quienes gobiernan tuvieran algún poder real para defenderse de los ‘embates de los mercados’; y si quienes dirigen los sindicatos quisieran realmente imponer una marcha atrás al Gobierno, tal vez habría muchos propagandistas militantes de esta huelga y ya se estaría hablando de medidas más prolongadas y más contundentes… pero nada de eso ocurre. Todo suena a montaje: ‘peazo invento’ la huelga.
Totalmente de acuerdo, es más, estoy convencido de que esta huelga nace del pacto entre sindicatos y gobierno…. «ayúdame a lavar mi deteriorada imagen que de lo contrario no voy a tener armas para seguir defendiendo tus políticas».
Peazo artículo pero yo amo a Zapatero del que se dice esto y lo contrario¿será tan complejo como unos dicen o tan simple como otros señalan?me inclino por su complejidad por que si nó no habría dudas
Yo también pienso, como dice el señor Cedrón, que hay un pacto, sea expreso o tácito. Si no fuera así, no se estaría discutiendo una huelga sino todo un ‘plan de lucha’ contra los recortes. En cuanto a lo que opina el señor Nicolás, la cuestión es peliaguda: puesto que Zapatero dice una cosa y la contraria, muchas veces de modo casi simultáneo, tiene lógica que nosotros pensemos de él, simétricamente, una cosa y su contraria: que es demasiado complejo o que es demasiado simple. Yo me inclino más por ésta última posibilidad. Gracias por sus aportaciones
Que Zapatero es un impresentable no cabe la más mínima duda. Ahora bien, hay que reconocer que hay una cosa que ha mejorado, en términos generales, durante su mandato, esa cosa es la RNA (Radio Nacional de España). Ahora hay programas muy buenos, y en algunos hasta se critica muchísimo al propio Zapatero y su gobierno, cosa nunca vista en España, que todo hay que decirlo. Este detalle es de agradecer. Pero, desde luego, no voy a ser yo quien le vote por un detalle. Saludos
Que Zapatero es un impresentable no cabe la más mínima duda. Ahora bien, hay que reconocer que hay una cosa que ha mejorado, en términos generales, durante su mandato, esa cosa es RNA (Radio Nacional de España). Ahora hay programas muy buenos, y en algunos hasta se critica muchísimo al propio Zapatero y su gobierno, cosa nunca vista en España, que todo hay que decirlo. Este detalle es de agradecer. Pero, desde luego, no voy a ser yo quien le vote por un detalle. Saludos
Estoy de acuerdo contigo, Rafael. Como hace tiempo que creo que prácticamente no existen diferencias entre los partidos, a veces se valorizan detalles como el que tu señalas o también, por ejemplo, la para mí estupenda eliminación de la publicidad en las televisiones estatales. Pero, como también tú lo dices, no dejan de ser detalles. Lo que intentaba Zapatero para diferenciarse era su política social, que acaba de echar por tierra de un solo golpe.
Muchas gracias por su respuesta señor Horacio, y perdone que le moleste con mis preguntas, pero, por qué cree usted que el gobierno de Zapatero no hace lo fácil (aquello que la inmensa mayoría de ciudadano/as aceptaría de buen grado y sin casi ninguna explicación), aquellas cosas que son de interés general, que probablemente de muchos votos, confianza, calidad de vida, e incluso ayude a sentar las bases de una sociedad más madura y menos expuesta a las crisis. Por ejemplo, ¿Por qué no se elimina mediante Real Decreto-Ley actividades como el toro alanceado de Tordecilla y demás salvajadas cometidas sobre los animales a lo largo y ancho de nuestro país? ¿No piensa usted que gran mayoría de la gente lo entendería?
Después de este Real Decreto-Ley, el gobierno podría acometer tareas no tan fáciles, pero tampoco tan difíciles (parece), como, acabar con los rentitas, acabar con la economía sumergida, acabar con todas las mafias y corrupciones, etc. Yo tengo «una» relativamente fácil solución para acabar con esos males: Eliminar el dinero metálico (monedas y billetes), y sólo permitirse utilizar tarjetas de plástico, como las de ahora, con nombre, apellidos y DNI. Así los gobiernos tendrían un total control sobre el dinero que entra y sale de los ‘bolsillos’. ¿Por qué cree usted que no se toma esta medida a nivel europeo o mundial? ¿Qué lo impide? ¿Qué problemas podría acarrear la medida? ¿No sería positivo el balance, soluciones/problemas?
Un saludo, y perdone por tanta pregunta e inocencia.
Algunos parecen tener la gran virtud de estar todo el dia diciendo tonterias a fuerza de creer ser inteligentes. Vaya, en el articulo y los comentarios tenemos pruebas de ello.
La Huelga General nace de la necesidad de los trabajadores de hacer frente al ataque que la gran patronal y banca, mediante su brazo ejecutivo (el gobierno) lanza para hacer que los costes de la crisis capitalista vaya a los hombros de los mas necesitados.
Cualquier huelga general, en el siglo XIX y en el XXI, viene a poner en el orden del dia social la lucha de clases y quien tiene el poder decisivo en la sociedad. Este 29 de septiembre tambien demostrara que sin el permiso de los trabajadores en la sociedad no funciona nada, ni se enciende una bombilla, ni gira una rueda.
Viva la huelga general, por una sociedad sin explotadores ni explotados.
Yo no voy a hacer huelga por: 1) La huelga llega muy tarde y no va a producir ningún efecto en el Gobierno: llevo 15 años perdiendo poder adquisitivo y estos sindicatos no movieron un dedo para evitarlo. 2) Es una huelga general pactada e impuesta por el propio Gobierno y los sindicatos “de clase”, los mismos que miran hacia otro lado ante las numerosas denuncias contra los abusos de la Administración. 3) Una huelga general que al Gobierno le va a reportar ahorro presupuestario, a costa de otro recorte más en la nómina de los funcionarios. 4) Una huelga general que no respalda la lucha contra los vergonzosos acuerdos retributivos funcionariales, firmados por los mismos que convocan la huelga, ni contra la histórica e ilegal bajada de salarios de los empleados públicos, ni contra el Decretazo de las Agencias (el Decretazo de privatización de la Administración Pública), etc. 5) Una huelga general cuya iniciativa laboral resulta poco convincente.