Se han celebrado las oposiciones al cuerpo de maestros y de maestras. Difícil tarea la que han tenido que realizar los miembros de las Comisiones de selección. Muchas personas que aspiran a una plaza y pocos puestos para ser ocupados por los angustiados aspirantes. Largas horas de estudio, sesiones de preparación en academias, ejercicios que no sé si demuestran mucho de lo más importante que habría que tener en cuenta. ¿Cómo debe ser el maestro?, ¿qué competencias tiene que dominar?, ¿cómo se puede discernir en esas pruebas si de verdad las posee?… Pero, sobre todo: ¿cómo saber quién es la persona que está dispuesta a trabajar de manera esforzada y amorosa año tras año, a pesar de las dificultades? ¿Cómo reconocer al que sólo busca un modus vivendi sin que le importen un comino los niños y las niñas, y mucho menos, la tarea que va a realizar en la escuela de por vida?…
El proceso de socialización de los maestros es un asunto de extraordinaria importancia. Desde mi punto de vista, habría que destinar a la educación a las personas más valiosas, más comprometidas, más equilibradas y más inteligentes de la sociedad. Habría que acabar con ese estado de opinión que viene a decir que quien no vale para otra cosa, vale para la enseñanza.
También sería conveniente revisar el estatus indefinido del funcionario. Hay quien piensa que, una vez superadas las oposiciones, todo ha terminado, que ya puede dedicarse a descansar. Hay quien piensa que ese aprobado es el final de una carrera, no el comienzo. En un momento de crisis como éste, tener un puesto de trabajo de por vida es una bicoca extraordinaria.
María del Mar Romera, magnífica pedagoga y estupenda amiga, me transmitía hace unas semanas su honda preocupación por el proceso de selección de maestros y maestras. No le faltaba razón. Ella conoce muy de cerca lo que sucede y sabe de injusticias y de limitaciones. No se puede olvidar que ese filtro deja pasar al sistema, de manera definitiva, a quienes van a realizar la tarea más delicada, más importante y más difícil que se e ha encomendado al ser humano en la historia: trabajar con la mente y con el corazón de los niños y de las niñas.
La formación inicial, que ahora pasará de tres a cuatro años, no mejora en calidad por el hecho aumentar su duración. Ni siquiera por el hecho de pasar de ser una Diplomatura a una Licenciatura. Lo importante es que cambie el currículum y, sobre todo, la forma de desarrollarlo. Lo importante es que cambien también las actitudes individualistas de los formadores. Acabar con la masificación, tener unas buenas prácticas, disfrutar de una tutoría eficaz requiere, además de mejorar el diseño, disponer de mejores condiciones. Me hace temer lo peor el hecho de que aparezca sobe los nuevos planes una etiqueta con la siguiente inscripción: “coste cero”.
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¿Cómo es posible que acabe obteniendo el título de maestro una persona con clamorosos síntomas de tener una patología gravísima? Cada uno aprueba una asignatura, pero no hay un proceso colegiado de formación y de evaluación. En efecto, la enseñanza pública, a la que se incorporan los nuevos funcionarios, no dispone de un eficaz sistema de formación, de selección y de seguimiento de los profesionales de la educación. ¿Cómo quedar impasible ante el hecho de que “se cuele” a la enseñanza una persona que va a convertir en víctimas a todos y todas los escolares que pasen por sus manos hasta la fecha en la que se jubile? ¿Cómo es posible que a esa persona se la pague para que pueda hacer daño?
Me gustaría que, de forma premonitoria, se pudiera felicitar a los alumnos y alumnas de aquellos que ahora vayan a conseguir una plaza. No solamente a ellos porque han conseguido un trabajo que buscaban sino a los destinatarios del mismo. Sería lamentable que se alegrase de haber alcanzado un puesto definitivo en un Hospital el candidato a cirujano, pero que se entristecieran aquellos que van a ser operados por él, ya que se van a convertir en sus víctimas.
Me cuenta el Director de un Colegio de Alicante que, durante el mes de julio del año pasado, una madre le preguntó si ya se sabía quiénes iban a ser los tutores de los niños. El Director le respondió que sí, que ya se sabía porque la planificación, en líneas generales, estaba cerrada.
– ¿Puedo saber quién va a ser el tutor de mi hijo?, preguntó la madre, que ya llevaba varios años en el Centro y, por consiguiente, conocía al personal docente.
El Director le dijo:
– Sí , señora, lo puede saber porque ya se han asignado las tutorías.
Cuando el Director le dijo a la mamá el nombre del tutor de su hijo, ella se echó a llorar.
Es fácil imaginar lo que sucedía. Lo difícil es explicar cómo es posible que, cobrando el mismo sueldo, trabajando en una misma escuela, obedeciendo las mismas leyes y trabajando en similares condiciones, haya esa diferencia tan abismal entre unos docentes y otros.
Mi interpelación se dirige hoy a los docentes por quienes las mamás y los papás, sabedores de quién les ha caído en suerte (mejor sería decir en desgracia) para enseñar a sus hijos, lloran sin consuelo. Porque un año es un tiempo muy lago en la vida de los estudiantes,. Estoy seguro de que, si le preguntásemos a la mamá por la causa de su llanto nos respondería con argumentos relativos a la actitud del tutor o de la tutora, más que a su capacidad intelectual o a su caudal de conocimientos.
Qué estupendo sería que, cuando la madre y el padre de un escolar conocieran el nombre del profesor de su hijo, reaccionasen como si les hubiera tocado la lotería.
¡Hola!!!!.Que concordancia tengo este día con Don Miguel!!Parece que esto es cuasi universal. En Argentina, Pcia de Córdoba, ciudad de Villa María, puedo decir que es un calco de lo que usted relata. Es importante aclarar que hay valía en algunos docentes y directivos, pero hay muchos que se dedican a la docencia por ser una salida de trabajo corta, dos años y medio y ya. El tema esta en los Institutos de Formación Docente por un lado, y por el otro no se mide la parte humana, ese sentido de la vocación de entrega, de tener la ilusión de ser maestro/a, a pesar de los sueldos magros, del alto número de horas de trabajo. Si, 4,30 Hs. en la escuela , pero en casa mucho más que eso. En el Equipo de gestión de nuestra Institución, siempre estamos debatiendo sobre esto, pero no le encontramos la punta al ovillo…Ahora con estas escrituras instantáneas, las docentes que se inician tienen una escritura primitiva, en cuanto a coherencia y cohesión, y ni quiero decir de las reglas ortográficas de uso común. Lo peor o más grave, es que se justifican que es la tecnología futurista, que los niños y/o jóvenes manejan esa escritura, por el chat, MMS, etc., etc. En fin veamos el medio vaso lleno de los que no son así, y hagamos cadenas contagiosas para la mejora..un besote a todos, y que pasen re bien sus vacaciones, nosotros acá con un frío a morir…un gran abrazo Noeliastang@hotmail.com
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Soy profesor de Matemáticas del IES Monterroso de Estepona, experto en Internet y sus aplicaciones y ponente en diversos foros y espacios sobre cuestiones relacionadas con el uso de las TIC. Llevo 21 años en la profesión, he sido tutor, secretario, jefe de estudios adjunto y jefe de departamento, por ello creo que tengo suficiente experiencia para decirle que he visto profesores llorar por sentirse acosados, impotentes, minusvalorados en su trabajo, etc. Nunca he visto ninguna madre o padre llorar. Por favor, seamos honestos con los profesionales que, día a día, entran en las aulas e intentan hacer su trabajo con la mayor dignidad posible. Ciertamente, el proceso de selección de los profesionales de la enseñanza debe ser riguroso y deben estar los mejor cualificados para tratar con los contenidos y las emociones, pero no olvidemos que las emociones tienen carácter bidireccional y los trabajadores deben sentirse acogidos, admirados y respetados para ejercer una labor tan importante como la que nos ocupa. Un año en la vida de un profesional de la enseñanza es muy largo. Gracias.
Estoy de acuerdo en que tanto la formación inicial como la formación continua de los maestros es escaso y muy fragmentado. En la Unión Europea cada vez son más los documentos, informes y propuestas destinados a reforzar y mejorar esta formación (p.ej. http://europa.eu/rapid/pressReleasesAction.do?aged=0&format=HTML&guiLanguage=en&language=ES&reference=IP/07/1210 )
España es de los pocos países europeos en los que la formación continua del profesorado no está regulada ni tiene carácter obligatorio.
Y, por supuesto, es muy triste que como padres/madres digamos a nuestros hijos que «bueno, tienes que aguantar con el profesor que te ha tocado», es como si fuéramos a hacernos una operación y «bueno, el cirujano no se ha estado formando los últimos 20 años pero como te ha tocado… ten paciencia»
Muchas cosas para hacer.
Hace un tiempo vengo siguiendo eso de las oposiciones para maestras y maestros en España. Y de verdad me da un poco de envidia ver el grado de exigencia que se tiene allí para acceder a esos lugares. Cosa que por cierto no sucede en Argentina. Aquí se accede por títulos y cursos con los cuales se va acumulando puntaje. En actos públicos se distribuyen los cargos según los puntos acumulados. No se evalúa si están presentes los conocimientos y capacidades necesarias y mucho menos si se es apto para desempeñar ese trabajo. Si hay exámenes psico físicos. Claro que con solo conocimientos no basta, pero sin ellos es imposible. Sin ninguna duda acá la formación docente también responde a políticas no solo educativas.
En este blog he conocido a Oscar Ortega. Buen escritor. Crítico implacable de si mismo y de los otros y excelente maestro. He visto sus programas con niños en la televisión española y enamora. Es el maestro que toda madre quisiera para sus hijos. Hace meses que está estudiando, en horas que le roba al sueño y hace meses que tiene esa angustia infinita de no saber si lo logrará.¨Él quiere un mundo mejor y lo quiere lograr desde el corazón de los niñas y las niños.
Ojalá en España y aquí en Argentina y en todos los lugares de la tierra haya muchas personas que pongan todas sus energías en cambiar el mundo a través de le educación.
Miguel; muchísimas gracias por este artículo. Como opositora, leer esto ha sido una bocanada de aire fresco. Es importante saber que personas de tan importante profesionalidad como tú, tengan esta visión del proceso selectivo y sobretodo que nos hagan ver a los que estamos intentando pasarlas, que hay cosas más importantes que aprobar la oposición. Estoy de acuerdo en que un buen indicador es que los alumnos/as o sus padres al final de curso te digan que ojalá el próximo curso volvieras a darles clase.Opino que los niños siempre son los mejores jueces, sobretodo con nuestra labor.
¿No cree que el director también estaría en condiciones de llorar al conocer a «su tutor»?
¿No es hora ya de replantearse a fondo y en serio las funciones y competencias de la dirección escolar y la supervisión educativa?
Un cordial saludo.
Qué estupendo sería que, cuando la madre y el padre de un escolar conocieran el nombre del profesor de su hijo, reaccionasen como si les hubiera tocado la lotería.
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Pues también pasa eso más a menudo de lo que parece. Y hay movimientos cuando alguien puede permitírselo, en el sentido de ir a pedirte que por favor, «cojas a su hijo».
Esto, mientras sigamos siendo funcionarios y funcionarias con doble jornada laboral (otro tema a tratar, ya que muchas maestras, a la hora de pedirles el «reciclado profesional», dicen que bastante tienen con el centrifugado de la lavadora), pues no cambiará.
Como no cambia el trato que pueda darte un médico que no puedes elegir, otra profesión que debería ser vocacional hasta lo más hondo de las tripas, y nunca mejor dicho.
Tenemos que acabar con el funcionariado, tenemos que acabar con la doble jornada laboral de las mujeres, y tenemos que acabar con la administración de pazguatos que dejan que la educación sea como la «farsa monea», que de mano en mano va, y ninguno se la quea.
Estoy estos días presidiendo un tribunal de oposiciones a maestros (aún no se llama a maestras, lo cual es una tremenda incoherencia) y estoy sintiendo muchas cosas, además de un cansancio que se va acumulando día a día. No se pueden disfrutar las exposiciones si son diez por día, aunque yo estoy aprendiendo muchísimo: unas cosas para hacerlas y otras para no llegar ni siquiera a pensarlas jamás.
Los tribunales, si no hay más remedio que seguir teniéndolos, han de tener algo más de tiempo, NO SER POR SORTEO, exigir a los componentes una buena labor y un mínimo de preparación.
Y más cosas que escribiré en mi blog, que empiezo a creerme que éste es el mío.
Perdón por extenderme tanto, y gracias por su trabajo.
Estoy mucho más cerca de la postura de Francisco José que de Míguel Ángel. La docencia es una actividad interactiva, dbe ser recíproco el respeto, el interés del profesor por el alumno y también el del alumno por el profesor. Porque el curso es larguísimo para todos, apoyemos sin condiciones a los dos actores de los colegios, profesores y alumnos. No echemos la culpa de todo a los docentes, que los problemas suelen estar muchísimo más cerca. Creo que no debemos meter a nuestros hijos en una burbuja, si le toca un mal tutor (que los hay) sería más conveniente enseñarle a saltear los obstáculos y que echarse a llorar.
Es penoso, después de unos veinte años, tener que recordar que queríamos una preparación larga y fecunda durante cinco años de licenciatura para poder ser maestro. Ahora se ponen la «flor» de los cuatro años de carrera, pero porque quieren ahorrar en todas las demás. Vaya desfachatez académica. No hubo voluntad política entonces ni la va a haber ahora, porque ya se nota.
Vaya modelo, el de antes, que consideraba a los maestros «cascarillas» de la Educación, mientras para los pediatras se exigía carrera larga más especialidad. Vaya inteligencia creadora.
Se habla mucho del bajo nivel de los esolares, pero no se dice nada del bajo nivel de doña «Política» que es quien siempre ha decidido, muy taimada y miedosa por miedo a aquello del «cuerpo único de enseñantes». Y ahora que se exigen más conocimientos y cualidades, los baremos están contaminados, ya que tiene muy poco valor el poseer una licenciatura además de la diplomatura de Magisterio. ¿Quién es Penélope? ¿Por dónde naufraga Ulises con su inteligencia, astucia y experiencia?
Anda que si es responsabilidad de todos, ya ni te cuento.
Suerte a todos y que no nos dañen a los mejores , ni a los futuros alumnos y alumnas, porque la verdad es que los queremos mucho.
No termino de entender, claro, otra vez las realidades diferentes. No sé si en verdad lo que allí se llama tutor es el maestro de aquí, supongo que lo será. He intentado ponerme en situación. ¿Por qué lloraba la madre? ¿Porque consideraba acaso que a su hijo lo iban a maltratar? ¿Es que acaso en esas latitudes no pueden los padres elegir las instituciones y los docentes que les darán clases a sus niños? ¿Será que acaso no participan ellos de la educación de sus niños apoyando al Centro Educativo, opinando, ayudando a tomar decisiones? Y los Consejos Escolares, ¿acaso allí no existen? ¿Qué sentiría ese niño mientras su madre lloraba? ¿Qué enseñanza le estaba dando la mdre al niño? ¿Sería ella capaz de dejar a su niño en una boca de lobo?. Da para pensar…
Y además, el que un maestro haya conseguido más títulos, diplomas y acreditaciones, ¿garantiza que sea éste el mejor maestro? La formación y el crecimiento personal están hoy y han estado siempre al alcance de todos aquellos que desean aprender…me parece… Y continuando con mis cavilaciones, ¿con qué vara se puede medir cuán buen maestro es un maestro?…
Son sólo interrogantes y reflexiones.
Un fuerte abrazo, Maerstro Miguel Ángel, y buenos días a todos.
Desde el interior de Córdoba, Argentina.
Es un tema que lleva a muchas reflexiones, por un lado pienso que todo parte de la responsabilidad y vocación de servicio de como cada uno tome su profesión, desde el político,pasando por el supervisor,director,maestro y alumnos de magisterio.No me cabe duda de que la educación debe ser aprendida y enseñada con PASIÓN.Son muchos los componentes que la enriquecen,y otros tantos que la opacan.Si seguimos alentándonos, ocupándonos,y vemos que no estamos tan solos como aveces nos sentimos,queridos docentes,tal vez dentro de un tiempo sean cada vez menos los padres angustiados por el maestro que le toque a sus hijos(ya que no podemos negar que así como hay docentes comprometidos, hay otros tantos totalmente irresponsables, donde solo valoran las licencias y el sueldo)y seamos muchos los que recibamos un gesto de cariño de los niños y sus familias, y porqué no que se valore nuestro trabajo y cambien los parametros en la forma de pago de los sueldos.SALUDOS A MIGUEL ANGEL de parte de una Argentina feliz de haber presensiado uno de sus cursos.
Hola Miguel Angel…después de escucharte muy atenta en un gimasio abarrotado, a unos cuantos grados de temperatura,después de emocionarme con tus palabras… hago inmersíón en tu blog para seguir alimentando mis inquietudes… Ahora que ya las aulas están vacías, que ya nadie se preocupa por poner notas, por preparar los deberes para el verano…ahora, es buen momento para la reflexión…para coger nuestro cuaderno de bitácora y empezar a hacer tachones, rectificaciones y sobre todo, propuestas…para transformar y transformarnos…pero entre tanto, no olvidemos tambíén disfrutar de todo la belleza del mundo y de las personas que caminan con nosotr@s…
a leer
La opinion de esto es que un docente deberia reflexionar sobre de que factor esta en juego cuando uno se lanza a la docencia,cual es la responsabilidad,que tan importante es la eficiencia en uno mismo para realizar la tarea encomendada,ser conciente de que tenemos en nuestras manos las bases de nuevas generaciones,y poder obrar de una manera buena sobre esto. si bien mucha veces algunos deciden tomar el camino de ser docente por que no queda otra,esta bien,es por la realidad que nos toca vivir y la falta de oportunidades para realizar lo que deseamos,pero tambien cabe destacar que debo enfrentar lo que desidi suguir de una manera seria y responsable,porque no es ningun juego.
Las oposiciones a maestros y maestras en Andalucía ha terminado y sabemos que se han quedado atrás muchos y muchas excelentes profesionales a cambio hemos ganado nuevos y nuevas funcionarios y funcionarias. Éste sistema de acceso (y anteriores) ¿No buscaba eso?
La dignificación de nuestra profesión depende de nosotros y nosotras, comenzando con una actitud de «tolerancia cero» ante ataques directos o subliminares que minen nuestro trabajo… también exigir una formación inicial que garantice que los y las profesionales que se titulan tengan la formación académica y humana necesaria para hecerles responsables de grupos de niños y niñas y que sea revisada (actualizada) periódicamente.
Hay profesiones cuyo valor reside en lo que no vemos.
Salud y paz
Jacinto
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