En tiempos de crisis como los que estamos viviendo, pocas venturas más grandes que la de ser funcionario. Sueldo seguro, aunque no sea desmesurado. Futuro tranquilo y esperanzador, aunque no sea deslumbrante. Si, para mayor fortuna, los dos miembros de la pareja son funcionarios, miel sobre hojuelas. Dos sueldos garantizados entran en casa para seguir haciendo frente a la hipoteca y a las necesidades cotidianas de la familia. Se puede incluso ahorrar.
Asomarse cada día a la prensa, es asomarse a un precipicio. Crisis económica, desempleo creciente, expedientes de regulación, empresas que cierran… Pero el funcionario está tranquilo porque su salario llegará puntualmente a final de mes. No es extraño, como acabo de leer en la prensa, que se duplique el número de aspirantes al funcionariado. Muchos jóvenes, que hace años preferían un trabajo más estimulante y arriesgado, deciden hoy optar a un puesto en la administración pública. En una etapa de la vida consustancial al riesgo, se opta por la seguridad. Los experimentos, con gaseosa.
La crisis no afecta a todos por igual. Los funcionarios gozamos de una situación de privilegio. Una situación que nos interpela y exige. No vale nunca hacer las cosas de cualquier modo. Y menos, no hacerlas. Pero, en tiempo de crisis, menos. Es cierto que nadie regala el funcionariado a nadie, pero la suerte de gozar de un sueldo vitalicio, pase lo que pase, debe ser compensado con una actitud renovada de exigencia y compromiso con el trabajo. Hay que acabar con el estereotipo del funcionario que falta, que sestea, que no trabaja porque le pagan lo mismo por hacerlo bien que por hacerlo mal. Las ausencias y las bajas, algunas veces tan mal justificadas, han de ser controladas con mayor rigor. Y vería con buenos ojos el establecimiento de procesos rigurosos y exigentes de evaluación del cumplimiento de las obligaciones contraídas con una sociedad que paga de forma puntual.
Mientras llega ese proceso de evaluación por el que abogo, son los funcionarios y funcionarias quienes han de ser conscientes de la responsabilidad que han contraído con todos los ciudadanos y, especialmente, con aquellos que lo están pasando mal. No me gusta el clásico estereotipo del funcionario. Aunque sé que no ha surgido de la nada. No me gusta que se meta a todos los funcionarios en un mismo saco porque, como en todos los oficios, hay funcionarios de todos los pelajes. Colocarle a cada uno la etiqueta de inútil o de perezoso es tan ridículo como injusto.
Se han multiplicado las bromas sobre esa postura indolente e irresponsable. Recuerdo ahora la conversación entre dos funcionarios a la hora del inevitable descansito:
– ¿Vienes a tomar café?
– No, que me espabilo.
Los beneficios no son sólo de seguridad laboral y económica. Imaginémonos la servidumbre que muchos trabajadores tienen que mostrar sistemáticamente respecto a algunos empresarios. Alguna vez he contado la historia de un empresario que convocó a sus trabajadores a una comida de fraternidad. Durante los postres, se puso de pie y pronunció un discurso. En un momento del mismo, contó un chiste. Todos los asistentes se rieron a carcajadas menos uno que se quedó impasible. El empresario se dirigió a él y le dijo:
– ¿Es que a usted no le ha hecho gracia?
El trabajador, impertérrito, contestó:
– A mí me ha hecho la misma gracia que a todos los demás, pero es que yo me jubilo mañana.
¿Cómo no valorar la libertad, la independencia, la autonomía respecto a la filosofía y a las exigencias del patrón? Lo que pasa es que no se valoran las situaciones a las que uno se acostumbra. Caemos en la cuenta de lo que tenemos cuando lo perdemos. O cuando otro lo pierde.
No es justo olvidarse de lo que disfrutamos gracias a los demás. No se puede ignorar que el dinero que percibimos sale del erario común y el erario común se nutre del bolsillo de los ciudadanos y ciudadanas. Muchos de ellos están pasando apuros para salir adelante. ¿Como sobrevive una familia cuyos dos miembros han perdido su trabajo y ya no cobran el desempleo? Hay que meterse en la piel de quien pasa necesidad para saber lo que es la angustia del no tener.
Tiene que resultar muy duro llamar a una puerta y a otra y a otra y recibir el rechazo a veces desconsiderado y hostil. Tiene que resultar insoportable comprobar cómo unos pueden disfrutar de todo mientras otros carecen de lo imprescindible. Hay que estar en la piel de quien tiene que alimentar, vestir y educar a los hijos para saber la angustia que se vive cuando no se puede hacer de una forma digna. ¿Dónde acudir a buscar trabajo si no lo hay? ¿Cómo afrontar esa situación cuando se va entrando en años y se ve difícil obtener un puesto de trabajo, aunque esté mal remunerado?
No es ético ese principio que se extiende y se profundiza en algunos ambientes y que consiste en gritar: ¡Sálvese el que pueda! Es la consigna que, en tiempos de crisis, repiten unos y otros, especialmente aquellos que tienen una situación ventajosa. Servir a la sociedad a través de un puesto público se convierte hoy en una exigencia todavía mayor de la que siempre supone, ya que la crisis nos recuerda de forma incesante que hay personas que se encuentran en situaciones límite. Sería una burla ver cómo otros que nos pagan pasan calamidades mientras nosotros dilapidamos el tiempo y el trabajo por el que recibimos un sueldo.
Quien es funcionario participó con suerte en la lotería de la vida. Una lotería en la que muchísimas personas no tuvieron oportunidad de comprar ni una sola papeleta. Es para estar contentos, para trabajar duro por los demás y para no ser tan exigentes pidiendo más cuando hay muchos que no tienen nada.
Buenos días Miguel Ángel. Buenos días amigos de este espacio.
No opinaré sobre los funcionarios hoy.
Sólo voy a contarles memorias de mi paso por la crisis económica más profunda que yo recuerdo se haya vivido en mi país, fue allá por los años ochenta y pico.
Teníamos dos de nuestros niños y yo esperaba la tercera de nuestros cuatro hijos. Mi esposo sin trabajo, yo suplente en una escuela rural, y mi sueldo alcanzaba apenas para el combustible que necesitaba diariamente para llegar a la escuela.
No renunciaba porque tenía la esperanza de que las cosas cambiaran, además un empleo público significaba un servicio prepago de salud al que no se podía renunciar, menos teniendo criaturas, y yo necesitaba acumular puntaje para llegar a la soñada titularidad.
La verdad no recuerdo muy bien como salimos de aquella crisis. Sé que no bajamos los brazos. Mi esposo hizo una huerta familiar, y mis hijos (uno de ellos hoy residente en Madrid), recuerdan siempre la crisis asociándola con ensalada de achicoria (amarga) y leche sin azúcar, pues nadie te vendía azúcar al fiado, porque a la mañana costaba un peso y a la tarde ya costaba dos con cincuenta.
Entonces, recuerdo que íbamos todos a pescar, eran aquellos días de regocijo, y luego comíamos manjares del río preparados por mi esposo, que se convirtió en chef verdadero, el mejor para nosotros.
Por las noches salíamos a cazar liebres por los caminos, todo una fiesta. Yo manejaba el rastrojerito viejo, mi hermana alumbraba y mi esposo tiraba. Los niños se bajaban corriendo a recoger las piezas con gran algarabía, hasta que en algún momento se quedaban dormidos abrazaditos a mi cuerpo.
Los recuerdos que guardamos de esa época son hermosos, y forman parte del anecdotario de oro de nuestra vida en familia.
Hoy nuestros hijos, sobre todo el que reside en España, añoran aquellas albóndigas de liebre y aquellos escabeches exquisitos que preparaba mi esposo, debe haber sido porque estaban hechas de carencias, coraje, solidaridad, ingenio, optimismo, pero sobre todo de amor.
Después los tiempos cambiaron, vino la titularidad, la estabilidad, todos crecieron y se CURTIERON, como ellos dicen. Pero los recuerdos de la crisis no son los más feos ni los peores en nuestra historia familiar.
Ánimo hermanos españoles. Con optimismo, valor, ingenio y amor, no hay crisis que no pueda superarse.
Perdón si me he ido por las ramas.
Feliz fin de semaa para todos. Un abarzo.
Desde Córdoba, Argentina.N.M.
Si quieren leer sobre crisis, con humor y buena onda, pueden entrar al blogg que tenemos en común con mi hermana:
http://lamayorylamenor-payadas.blogspot.com/
«Es para estar contentos, para trabajar duro por los demás y para no ser tan exigentes pidiendo más cuando hay muchos que no tienen nada.»
Permíteme subrayar tu última frase.
Muchas gracias.
A mi me provoca más de una sonrisa la palabra crisis. Creo que los españoles podrían pasar unos meses sin trabajo en Argentina y entonces sabrían que la palabra adquiere una connotación muy diferente según sea el lugar del mundo en donde se aplique. ¿Los españoles tienen idea de lo que significa vivir en un país del tercer mundo? Es como vivir la crisis que hoy viven SIEMPRE y en algunos tiempos mucho peor…
¿Se han dado, aunque sea vía Internet, una vuelta por los lugares más desprotegidos de este planeta? La crisis de ustedes llegaría a ser épocas de abundancia…
Que bueno que les toque. Quizás así comiencen a tener sentido social. Calidez y comprensión para los más pobres y más desprotegidos…
Veo que de todas maneras la preocupación sigue siendo económica. ¿No es más grave quizás la crisis que toca nuestros bolsillos culturales, emocionales, afectivos?
¿No es más peligrosa la crisis que arrasa con nuestros valores, nuestro sentido de la vida, con nuestros deseos y posibilidades de ser felices?
HERMANA!!!!! ME HAS HECHO LLORAR CON TUS MEMORIAS DE LA CRISIS…EN REALIDAD,EN ARGENTINA NO SE CONOCE OTRA FORMA DE VIDA QUE NO SEA EN CRISIS. SIEMPRE PASANDO DE UNA A OTRA CRISIS.TE QUIERO MUCHO.
Está claro que para los tiempos que corren ser funcionario es un privilegio a nivel económico por la estabilidad que supone a nivel de sueldo en estos momentos u horas bajas.
También debería estas situaciones concienciar a los trabajadores de la administración a ser más competentes con aquellos que permiten su estabilidad. Ser más generosos y acabar con la imagen tan denostada desde tiempos de Larra, del “vuelva usted mañana”. El funcionario debe ser un profesional que debe estar al servicio de lo publico, facilitar en todo lo posible o resolver los problemas de los ciudadanos en lo que les compete y para ello debe ser amable, cordial….y todo esto lo agradece mucho la ciudadanía. No es lo mismo decirte con malas formas y maneras que te falta un sello, que explicarte las cosas agradablemente.
El sistema ha permitido una burocracia donde lo único que importa es que los papeles estén en regla y para ello el ciudadano ha tenido que soportar en muchas de las ocasiones unas colas que no son dignas para el mismo. El no facilitar medios y mecanismos de atender correctamente al ciudadano ha hecho que también la imagen de estos profesionales sea negativa y todas las iras descarguen sobre ellos.
Yo como docente funcionario siempre he llevado muy mal esta parte de la burocracia en la que nos vemos inmersos, para tener que resolver ciertos asuntos. Nos atiborran a papeles que en muchas de las ocasiones nos descentran de nuestro cometido como docentes y además nos convocan a reuniones estériles que no sirven para nada y en las que hay que cumplimentar una serie de documentos, que no sé, quién de verdad se los lee.
Con respecto a lo de privilegiados, vale, pero en este mundo son muchos los que son privilegiados: los ricos frente a los pobres, o los que viven en Europa con respecto a los que lo hacen en África, o los del primer mundo con respecto a los del tercero, o los que tienen buena salud versus con los que no la tienen, o los que tienen una familia estructurada con respecto a los que no la tienen o los que son catedráticos frente a los que no lo son…. Y el futbolista que juega en el Rayo Vallecano dirá que los que juegan en el Real Madrid son unos privilegiados….y así podíamos seguir una lista interminable.
Hay funcionarios docentes de los que yo puedo hablar que dan la impresión de que no se hayan sacado ninguna lotería. Con respecto a los maestros quizás ahora tengamos vientos favorables en cuanto a sueldo en España, pero en otras épocas se decía “pasas más hambre que un maestro escuela”.
Con respecto a Argentina en otras épocas vivieron épocas de bonanza, muchos españoles emigraron allí y progresaron, ahora sucede lo contrario. La posguerra española fue un verdadero desastre para el país en todos los sentidos, económico, cultural….tuvimos 40 años de retraso a todos los niveles, secuelas que poco a poco van curando pero que todavía subyacen en muchos ámbitos de nuestra vida.
Soy funcionaria, maestra con veinticinco años de servicio. De acuerdo con lo esencial de tu art´iculo, Miguel Angel, y con los dem´as comentarios. Dicho esto, quiero añadir:
1º Que en 25 años he cogido la baja por maternidad y otra por una intervenci´´on quirurgica.He ido muchos dias a la escuela con gripe, con fiebre,con dolor de muelas, etc,etc.Y he conocido a muchos compañeros/as que han hecho lo mismo.
2º Que no me siento responsable de la crisis, que los funcionarios, incluso «los del vuelva Vd. mañana» que no digo que no haya alguno, no tenemos la culpa ni de la crisis ni de la burocracia. Que tambi´en somos ciudadanos y padecemos la burocracia .Por lo tanto no contribuyan a crearnos conciencia de culpas que no tenemos.
Que soy consciente de la responsabilidad que he contraido, con crisis y sin crisis. Pero la administraci´on p´ublica, entiendo yo, est´a formada por los cargos de designacion politica mas sus asesores y los funcionarios y estos suelen hacer lo que los primeros deciden, a esos si que les ha tocado la loteria.
En cuanto a pedir responsabilidades, que decir de las profesiones liberales que durante los años bonanza han hecho de su capa un sayo.
Para ir terminando una anecdota en cierta ocasi´on hablando a mis alumnos,de 6ª de primaria, sobre la necesidad de esforzarse en el estudio me contest´o uno que me dejara de sermones que «mi tito es arbañil y gana mas que tu, asi que para que hace falta estudiar».
En resumen, Miguel Angel,que tienes razon que «Es para estar contentos…cuando hay muchos que no tienen nada» pero que el funcionario del 2009,al menos los docentes de primaria, no es el mismo que el de hace 25 años y tu opinion sobre el funcionariado se sigue pareciendo mucho a la que tenias en el curso 82/83. Creo que ahora tocaba hablar de otras LOTERIAS de la adminsitraccion antes que la de los funcionarios.Que la adminstraccion publica dilapida el dinero de todos, parece ser cierto, pero por si sirve de algo, el sueldo BASE de un maestro es mileurista.
Seguramente,en epoca de crisis, no es el mejor momento para decir esto pero alguna vez habia que decirlo porque llevo muchos años oyendo lo mismo incluso sin crisis,que parece que tengamos que pedir perdon o estar dando las gracias diariamente por ser funcionarios.
Un saludo.
PD.Disculpad la falta de tildes, pero si intento ponerlas, no se porqu´´e sale as´´i, por eso he optado por no ponerlas.
Espero decir con claridad, a Vicente, lo siguiente :me alegra que al menos un español recuerde que en Argentina se recibiò miles de españoles, con los brazos abiertos, hacièndolos sentir en casa…cosa que ahora allì no pasa. Son discriminados en su mayorìa, a pesar de tener muy buena formaciòn , a la hora de elegir primero el español, aunque no le llegue a los talones…a ver Vivente, si ud. se puede encargar de hacer circular la buonomìa de los argentinos, para que en este caso, se haga lo propio.
Respecto a la administraciòn pùblica, creo que la corrupciòn es universal, ya que todos lo saben, pero lo disimulan muy bien…son los administradores pùblicos quienes debieran hacer cumplir , pero,NADIE ESTA OBLIGADO A DENUNCIARSE A SI MISMO…y eso sì lo cumplen al pie de la letra.
(Aclaro, cuando hablo de funcionarios pùblicos, no incluyo a los enseñantes de todos los niveles.) Nobleza obliga, hay unas pequeñas excepciones, en algunos casos, de buen trato, justo y equitativo. Noelia
Querida Josefina, no creo que nadie ande buscando los culpables de la crisis entre los miembros del funcionariado, pero si es verdad que si alguien se puede esperar un poco de solidaridad con esa gran parte de la poblacion a la que le afecta la crisis, es del funcionariado. Este puede ayudar, como dice Miguel Angel, realizando bien su trabajo, ya que este es un servicio publico que cuanto mejor se realice menores seran los costes y mayores los beneficios para la comunidad, no es momento para que los parados tengan que ir a un medico privado porque en la seguridad social no los atienden ni los curan, o para que tengan que pagar una academia privada porque en la escuela sus hijos no logran el nivel exigido, o un club privado para que estos puedan realizar las actividades culturales y deportivas que les gustaria porque el instituto cierra a las dos y manda a los chicos a casa. Hay personas y colectivos educativos que han tomado conciencia de estas necesidades y han promovido alternativas como las de poner un comedor escolar en el instituto y ampliar el programa y horario de actividades extraescolares para atender a los jovenes y reducir gastos a las familias.
En cuanto a lo de ser mileurista me parece que esa comparacion esta fuera de todo lugar en un pais de parados donde muchos de los privilegiados trabajadores cobran 700 euros al mes brutos sin pagas, sueldos bastante alejados de los de un profesor o maestro, que por ejemplo en canarias, oscilan entre los 2229 de un maestro y los 2486 euros al mes de un profesor (ese es el minimo del año 2008), y es que si bien el salario es de poco mas de mil euros a esto hay que sumarle todo el resto de complementos que estan consolidados como derechos.
Solo un ultimo apunte para la reflexion, los funcionarios cobraran sus salarios y las pensiones si hay trabajadores aportando dinero, que nadie se engañe pensando que el estado tiene una reserva para cubrir esos gastos, y si no preguntense porque nuestros politicos comienzan a plantear la necesidad de atrasar la edad de jubilacion o de recortar las prestaciones sociales devolviendo a los inmigrantes a sus paises de origen. Nos esperan tiempos aun mas dificiles en los que los politicos y funcionarios tendran que ponerse las pilas para demuestrar que su servicio es indispensable para la sociedad o la poblacion comenzara a demandar la supresion de plazas y puestos de trabajo en la administracion.
Me puse a sacar unas cuentas. Un docente argentino con 27 años de servicio cobra $ 2500, eso equivale a 500 Euros, ya que un Euro equivale a $ 5. Y podemos vivir, ¡qué no haríamos con MIL EUROS POR MES!
Pero en este nuestro amado país los docentes no somos FUNCIONARIOS. Esos (ocupan cargos políticos) sí ganan sueldos altos, me atrevería a decir que mucho más que cualquier funcionario español. Tenemos jubilaciones de más de $ 20.000 (alrededor de 4.000 Euros) La distribución de las riquezas es vergonzosa.
Los funcionarios son servidores públicos. En época de crisis deben redoblar su esfuerzo para que ese dinero que reciben de quienes tienen menos que ellosw no se convierta en una burla. Gracias por el ar´tículo.
soy de chile y estudio pedagogia general basica y sobr usted tengo q hacer un trabaj0 e leido algunos articulos y me encantarn su vison su amnera dde ver a educacion
necesito su colaboracion mi mail esta aqhi
un gusto agradesco comprension ojala vea este emnsaje adios
ana
Para Nancy y Silvia M. de Argentina:me he emocionado tanto con vuestro relato, sobre todo el de Nancy, que al lado de Esto, la crisis española es de risa.Pero uno en españa un tiempo…en el que los ciudadanos apenas tenïann para comer, para vestir, para educar, para jugar, para pensar, Solo podían sufrir y callar…A mi me pilló muy pequeña, pero sabía que no era eso lo que quería para el mundo.No debemos derrochar, pero la libertad de pensar, de andar, de soñar, de ser feliz, y de hablar SIN OFENDER, esa, no la teníamos.
Esto pasará, hay mentes BUENAS, que idearán algo para que tengamos vivienda digna, afecto y comida.Atraigamos la energí del universo para nuestro bienestar mental,físico,psíquico y emotivo.gracias hermanas Monsier, de Argentina, donde la crisis parece que les persigue.Luchad por La JUSTICIA.un fuerte abrazoooooo
¡Hola Miguel Angel:
Soy maestra jubilada por una «tontería» (lease leucemia, transplante de médula ósea etc) y ahora me dedico en plan voluntario a contar cuentos por las escuelas.Es una manera de no despegarme de los Colegegios y de sentir el afecto de tod@s los niñ@s.Soy joven aún y ésto me hace sentirme «maestra»hasta el día que me muera.
Acabo de ver un vídeo de su exposición en Abarán (Murcia) y me ha emocionado.(no lo pude ver personalmente)
En su intervención he visto algo poara mí primordial y es, en efecto, la necesidad de afectos que hay ahora mismo en la educaciónh diaria.
Después de pasar momentos traumáticos en tu vida, es cuando te das cuenta que esas cosas son las más importantes en la vida.
felicidades y gracias por su intervención.
Un Saludo
carmen
Funcionarios
«Llegar a ser funcionario en España sigue siendo un sueño a pesar de la mala reputación de nuestro colectivo.¿Por qué esta paradoja? Quizás porque conseguir ese puesto es una especie de patente de corso. Casi todo le está permitido al funcionario: absentismo, dejación de funciones, impuntualidad, poca eficiencia, etc. Ser funcionario se traduce habitualmente en una ausencia de control sobre el deber con el ciudadano y nuestro trabajo, lo que conlleva que algunos «trabajadores» de la función pública actuen con total irresponsabilidad e impunidad.
Esas personas, que con su actitud dagradan al mismo funcionariado, están estafando a todos los ciudadanos. Es otro reflejo del desapego por lo público que caracteriza a nuestro pais.
Si la Administración no fuese tan ingenua y estableciese auténticos mecanismos de control posiblemente el colectivo de funcionarios no tendría tan mala prensa ni tan mala reputación por culpa de unos pocos ineptos e irresponsables.
Es responsabilidad de la Administración, en aras de la máxima eficacia de la función pública, premiar al buen funcionario y reprobar, incluso con el despido, al funcionario indigno. El día que eso ocurra tendremos servicios públicos donde se trabaje con diligencia y donde no haya carencia o exceso de personal. Será el día en el que nuestro trabajo se someta a un control serio, efectivo y objetivo. Cuando se elimine el insano corporativismo,amiguismo y enchufismo que tanto daño hace a la función pública y cuando dejemos los funcionarios de ser intocables.»
Javier Hernández Andrés