El próximo día 25 de marzo se celebra el Día Internacional contra el maltrato a la Mujer. ¿Hasta cuándo necesitaremos este recordatorio? ¿Cuántos 25 de marzo tendremos que añadir a este calendario de la vergüenza? ¿Cuántos años, lustros, décadas, siglos tienen que pasar para poner fin a este horrible terrorismo que no cesa, a esta lacra que se ceba con saña en media parte de la humanidad? ¿Cuánto habrá que esperar para que termine tanto dolor, tanta humillación, tanto miedo, tanta crueldad, tantas muertes? ¿Cuándo se va a secar esa fuente de lágrimas que brota de los manantiales del patriarcado? ¿Cuántos cadáveres de mujeres tendremos que apilar para que toquemos el cielo de la cordura y de la justicia?
Claro que ese final no va a caer de lo alto en forma de dádiva, ni a surgir de las leyes de manera automática, ni a brotar por generación espontánea de la tierra de nuestras inveteradas costumbres. Mujeres y hombres hemos de decir ¡basta ya! Hombres y mujeres hemos de trabajar sin desmayo para poner el punto final. No se puede seguir ni un día más así. Nadie puede quedar al margen de las soluciones porque, entonces, será parte del problema.Hay algún rayo de esperanza. Hay muchas personas, mujeres y hombres, empeñadas en superar esta injusta situación que está presente en cada pueblo, en cada familia, en cada institución. Las mujeres, como dice Elena Simón, pisan un suelo pegajoso y tienen por encima un techo de cristal. No es justo. Es doloroso. Es insufrible.
Para quien no se haya enterado (me refiero a lectores y lectoras de otros países, porque en España el caso ha cobrado una notoriedad extraordinaria), el profesor universitario y periodista Jesús Neira, que paseaba con su hijo adolescente, medió en defensa de una mujer que estaba siendo maltratada por su novio. “La tenía como un guiñapo.. Ella se tambaleaba, pero él la seguía pegando”, dice el profesor. Como consecuencia de su intervención recibió una brutal paliza que le ha tenido 68 días en coma, al borde de la muerte y que le ha dejado unas secuelas de las que tardará mucho tiempo en reponerse. Le propinó la paliza el maltratador, agrediéndole por la espalda. Su propio hijo le salvo de una muerte segura.
Hace días, le han hecho una entrevista en televisión. Emocionaba ver su rostro demacrado y sufriente, sus ojos abiertos como luminarias y su invalidez funcional. Pero lo más importante de lo sucedido, a mi juicio, es que este profesor de 56 años, sabedor como nadie de lo que le ha sucedido, diga con la mayor convicción que volvería a repetir lo que hizo. Cuando los mensajes que se lanzan a los seres queridos giran sobre los ejes de la prudencia, de la inhibición y del egoísmo (“tú no te metas en líos”, tú, a lo tuyo”, “que cada uno saque sus castañas del fuego”, “por la caridad entró la peste”, “no te metas donde no te llaman”…) reconforta saber que hay personas que están dispuestas a dar la vida por defender a una mujer que está siendo violentamente maltratada.
Hermosa lección de humanidad. Lección magistral la del profesor Neira escrita en el libro de la vida, impartida en el aula de la historia. Su hijo Alejandro, que presenció los hechos, ha recibido –sin palabras- una profunda lección sobre los valores que hay que vivir y defender. Por lo visto no es la primera vez que el profesor salía en defensade una mujer maltratada.
Hay más lecciones en esta historia. Una muy dolorosa que es la reacción de Violeta Santander, la novia agredida por su pareja y a quien el profesor Neira defendió valientemente. Dice que se trataba de una discusión habitual. Y que el profesor se metió donde nadie le llamaba. La opinión pública la ha crucificado, la ha vapuleado, la ha convertido en el blanco de todos los desprecios. Sin caer en la cuenta de que ella es una víctima, una mujer que ha metido en su cabeza los esquemas del opresor. Ella defiende a su novio porque piensa que la quiere y que eso que estaba haciendo con ella es algo normal. No se ha percatado mucha gente de que esta pobre mujer es doblemente víctima. Primero, de la paliza. Y luego de su reacción. El propio profesor Neira, en la entrevista que cito, la califica de cucaracha. No me gustó esa actitud de desprecio, esa postura que divide a los seres humanos en dos clases: una inferior integrada por cucarachas y otra superior a la que pertenece la buena gente..
La reacción de la novia me lleva a reflexionar sobre esa terrible introyección del machismo que hacen algunas mujeres y que las lleva a disculparlo todo, a explicarlo todo y que las hace ver razonable la violencia porque es inevitable e incluso porque se la tienen bien merecida.
En la novela de Arto Paasilinna titulada “La dulce envenenadora” dice Raija Lasanen, una patética joven que era víctima de los malos tratos de su recientemente fallecido novio con el que hacía planes de boda:
– Era muy majo, cuando estaba sobrio, pero cuando bebía me zurraba de lo lindo. Siempre iba llena de cardenales… Estos se los debo al pobrecillo, que en paz descanse. No pienso disimularlos con maquillaje, que duren lo que duren, son su último recuerdo…
Día 25 de marzo. Debería ser el último de la historia. Porque ya no fuese necesario luchar contra la multiforme e insidiosa violencia de género, contra la opresión y la discriminación. Me temo que no va a ser así. Me temo que el próximo año tendremos otra vez que lamentar la muerte y el dolor de muchas mujeres. Y el aprendizaje del horror que los niños y las niñas realizan. Porque la violencia nos convierte a todos en víctimas, aunque de distinta naturaleza. A los verdugos porque se envilecen, a sus víctimas porque sufren o mueren y a los espectadores porque aprenden a practicar o a temer la violencia. Por eso es tan de agradecer la lección del profesor Neira. Una lección que se nos ofrece a través de la forma más bella y más eficaz de autoridad: el ejemplo.
Cada persona debería decir, para que la situación sea mejor el 25 de marzo del próximo año: “Por mí no quedará: Estaré en esa causa, en esa lucha, en esa noble tarea con toda mi rabia, con toda mi energía y con toda mi esperanza”.
Es una triste suerte lo acontecido al sr. Neira que pienso que ha sido víctima de dos agresiones: por un lado la del individuo que le atacó y por otro, con mayor incidencia, la de los medios de comunicación. Pienso que estos últimos, de forma precipitada quisieron ver en el caso antes de conocer todos los detalles al héroe social que finalmente no ha resultado, en la medida que la otra protagonista de esta triste historia, esa mujer en apariencia vapuleada, maltratada, humillada ha negado por activa y pasiva que en el momento que sucedieron los tristes acontecimientos estuviera sometida a situación alguna de maltrato. Y esta es la gran frustración social pienso y al mismo tiempo el lamentable espectáculo de insultos que dicha mujer está recibiendo (en la televisión y del propio Neira que la llamó «cucaracha»): en la medida que la presunta víctima niega que haya sido víctima en ningún momento, la sociedad se ha quedado sin su héroe, quedando todo reducido a un error de Neira y a una agresión del novio de la mujer por entrometido. ¿Quién tiene razón? ¿El sr. Neira o la mujer? A saber, pero lo cierto es que difícilmente se va a encontrar en este mediático caso el héroe que la sociedad necesita para tomar ejemplo del mismo en pro de la defensa de los derechos de la mujer.
Sin duda habrá muchos más 25 de marzo…
Desde lo personal y desde mi trabajo estoy empeñada en esta lucha. A través de la atención de familias y sus niñas y niños en mi Centro de Atención Temprana del Desarrollo infantil, puedo comprobar con dolor que para que haya un hombre golpeador, hay una mujer que se deja golpear. En muchos casos la imposibilidad de independencia económica juega en contra de la madre golpeada. El golpeador es el único recurso que tiene para la mantención de sus hijos. Pero impresiona ver también que hay una dependencia a los golpes recibidos. «Si me golpea, le importo, si me golpea es porque me quiere»… Y así otros muchos argumentos de parte de quién recibe los golpes a favor de quién golpea. He visto también que los golpeadores en una gran mayoría de casos son penrsonas agradables de trato y hasta seductoras. Cuesta creer que es un golpeador. Creo que hay muchas cuestiones culturales y psicológicas en estas manifestaciones de violencia. Y no solo suceden en las clases sociales bajas. Solo que en en niveles sociales más altos se oculta mejor. Es difícil lograr que una mujer denuncie a su hombre, y si lo hace, en la mayoría de los casos levanta la denuncia policial.
Pero los golpes físicos no son la única forma de maltrato que recibe la mujer en nuestra sociedad. Está esa mucho más sutil de la desvalorización. De esa consideración de inferioridad a la que es reducida por el género masculino. La simple frase: «mujer a lavar los platos» encierra una larga hidtoria de menosprecios. El trabajo que una mujer realiza en su casa no vale, aunque dicha mujer pueda trabajar 14 horas diarias lavando, cocinando, haciendo compras, ocupándose del colegio, pagando impuestos, etc, etc, etc… No es remunerativo, no vale nada.
Muchas veces pienso que si alguién me golpeara, no podría volver a repetirlo…
No son los hombres solamente los que deben dar el lugar a la mujer, es la mujer quién debe luchar por el lugar que le corresponde. Y siempre sabiendo que no luchamos por la igualdad. Hombres y mujeres somos diferentes y es precioso que esas diferencias existan. Luchamos por la libertad de ser mujeres en toda la plenitud de su expresión. Es una lucha de todas y todos.
Que no haya más golpes ni físicos ni emocionales. La mejor manera es cambiar los corazones de nuestras niñas y niños, llenarlos de afecto, enseñarles la paz, no con nuestras palabras, sino con nuestro ejemplo, para que ellos nunca, nunca sientan la necesidad de golpear.
¿Realmente la mujer estaba siendo agredida o todo fue un error de apreciación de Neira y la agresión que sufrió, la violenta respuesta del novio de la mujer por entrometido?
Pienso que deberíamos olvidarnos del caso Neira por la oscuridad que arroja el mismo y centrarnos en lo positivo: salvo brutalidades esporádicas por parte del varón, la mujer está hoy en absoluta equidad de derechos económicos y sociales respecto al hombre, si bien nuestro gobierno aún no ha hecho los deberes respecto a la conciliación de vida laboral y familiar: comparándonos con Europa, las ayudas económicas y los días de permiso por parto son absolutamente ridículos. Creo que este debería ser el tema central actualmente, cuando se habla de equidad de derechos.
En esta sociedad en la que vivimos está claro que la violencia en sus distintas manifestaciones nos condiciona a todos los que queremos vivir en comunidad de manera pacífica. La violencia está en muchos ámbitos de la sociedad: maltrato a los niños, a las personas mayores, a los animales, al medio ambiente…
En el caso que nos ocupa se refiere a la violencia hacia las mujeres, tan repudiable e indignante como las mencionadas anteriormente. Además hay datos escalofriantes como los que aporta la fundación Alares sobre el tema; entre un 35 y un 40% de las mujeres que vive con sus parejas sufre violencia de género, ya sea física o psicológica, lo que permite afirmar que son miles las mujeres que viven en un entorno de inseguridad, de miedo incluso bajo amenaza de muerte. Asimismo, de acuerdo con la entidad, la violencia de género es la primera causa de reducción de la esperanza de vida entre mujeres de 15 y 44 años, por encima de las guerras, el cáncer o los accidentes de tráfico, por no hablar de la pérdida de la calidad de vida.
Es un tema bastante serio cómo para que la sociedad se conciencie y tome cartas en el asunto a todos los niveles: justicia (mejores leyes y más amparo), educación ( formación, campañas de sensibilización ), seguridad y apoyo psicológico a las víctimas…
En cuanto a las acciones de ciudadanos en defensa de mujeres que están sufriendo maltrato, todas mis mejores palabras de elogio a tales actitudes. En cuanto a los comentarios realizados por el profesor Neira en torno a su caso, estoy de acuerdo en que sus formas quizás no fueron las mejores para expresar su indignación, pero teniendo en cuenta lo que pasó y lo que le puede quedar por sufrir, me cuesta mucho hacer juicios de valor sobre tales declaraciones. Yo no creo que se quisiera poner en una clase superior de ciudadanos quizás lo expresó no correctamente . Yo pienso que si hay ciudadanos que está en un estado a nivel moral y de otros valores, ya sean de solidaridad, compasión etc… con respecto a los demás en un nivel de la escalera permítanme el símil muy inferior a otros en cuanto a crecimiento y madurez personal.
Un saludo
¿Dónde va Vicente? Donde va la gente.
¿De qué escribe Vicente? De lo que escribe la gente.
Cientos, miles de adhesiones y escritos contra la violencia machista contra la mujer: lo políticamente correcto. Como borreguitos.
En una relación de pareja, nadie es 100% culpable ni 100% inocente. Ya basta de maniqueísmo, de hombres malvados y mujeres víctimas santas.
Mientras no nos dejemos de eufemismos y de escribir lugares comunes no llegaremos a ningún sitio: ¿qué pasa con las agresiones femeninas, sean o no violentas? ¿Qué sucede con una legislación injusta para los varones, que por no llevar 9 meses un feto ya no pueden tomar decisiones sobre cuestiones que afectan al resto de su vida? ¿Cuántos abogados y abogadas aconsejan la denuncia por malos tratos en caso de divorcio? ¿Qué sucede con el hombre que es inmediatamente detenido por una simple acusación, con o sin pruebas; una anticonstitucionalidad permitida a base de imágenes truculentas?
Seamos serios y hablemos claro: aquí sólo hay alguien verdaderamente inocente, y nadie habla de él, ni siquiera un catedrático que trabaja en educación.
Ese inocente es uno que se acuesta con papá y mamá y se levanta sin ninguno de los dos, y que la mayoría de las veces observa la carnicería desde un rincón.
Tanto hablar de las mujeres, cuando los únicos verdaderamente inocentes son los niños, de 2, 3, 4 ó los años que tengan, pocos casi siempre.
Para esos no hay un día internacional. Para esos no hay egregios textos de insignes catedráticos. Para esos no hay huecos en los medios, salvo una pequeña frase de vez en cuando: «en presencia de sus hijos».
Qué basura de educación les estamos dando con tanta corrección política y tanto pavo real que en realidad es un papagayo.
Prefiero no hacer comentarios de Neira y su triste suerte, en la medida que lo que le ha sucedido, socialmente hablando, está provocando el linchamiento público de la mujer que pretendió defender, linchamiento al que se ha sumado el propio Neira. Es más positivo hablar de la evolución de la mujer y su plena integración en el estado de derecho, en equidad absoluta en todos los niveles sociales y económicos con el hombre. Otra cuestión muy distinta son las políticas de conciliación de vida laboral y familiar, absolutamente paupérrimas en el pasado y en la actualidad. Ése es el gran reto sin duda y deja de ser una cuestión de conciencia indidivual para adquirir un matiz institucional y de Estado que pienso agradecerían absolutamente todos los ciudadanos y evidentemente las mujeres.
Vaya con el tema de Vicente. A algunos le da pie para intentar hacer el chiste fácil, utilizar el sarcasmo, para arremeter sin ton ni son con los que simplemente dan una opinión sobre el tema. Observo como algunos individuos intentar desde el rencor y el odio a las mujeres ponerse de parte de otras posibles víctimas intentando dar lecciones de compasión hacia los menores. Pura falacia y discurso demagógico, cuando no reconciendo el problema de las mujeres que sufren, intentan ponerse de parte de otras víctimas como los niños. No me creo nada de los que hablan de compasión hacia los menores cuando transmiten odio y rencor a las mujeres.
Hablar de hombres y mujeres en un mundo hipotéticamente igualitario es como hablar de pollos y pollas en una granja donde no se distingue el sexo de las víctimas dispuestas a la carnicería de cuatro meses después. Sí que tiene migas que hablen de rencor hacia las mujeres quienes no perciben que las relaciones de pareja son eso, de pareja, y lo demás son ni más ni menos que asesinatos, actos viles y totalmente condenables que nada tienen que ver con el sexo de quien los comete, sino con la actitud destructiva de quienes no saben conducir una relación de forma sana hasta el final.
¿Cómo aguantar una vida al lado de quien no te quiere bien? Da igual si eres hombre o mujer, da igual si eres perro o gato, o mascota de burdel.
A ver, amigo Vicente: ya que estamos en un foro de educación, trataré de explicar mi texto, porque deduzco que lo ha malinterpretado por completo.
En primer lugar, la referencia a Vicente tiene que ver con un texto anterior. Mi charla va directamente contra el autor del blog: nada contra usted.
En segundo lugar, considero a Miguel Ángel un educador con cultura. Coincido plenamente con él que en Polonia o Finlandia, por ejemplo, exigen a un futuro maestro más que a otro universitario. También Cuba me parece uno de los mejores sistemas educativos, no sólo por su desarrollo, sino porque el abanico de carreras está perfectamente asociado a lo que es la realidad del país.
En tercer lugar, si ataco directamente al autor es porque soy nuevo y vine ilusionado: si somos muy pocos los que entendemos el sistema y que la única solución pasa por la educación, lo suyo es educar cuando se puede: si se dispone de una tribuna como ésta no se puede perder el tiempo en bobadas, especialmente ahora. Si el tema es «la masa es así», se trata de mejorar a Ortega, simplemente porque él es nuestra referencia pero nosotros y nuestro tiempo no fuimos la suya. Tenemos ventaja. Si el tema es el Día contra la violencia sobre la mujer, se trata de globalizar el asunto, ya que no se nos ofrece más que una perspectiva parcial desde el entorno.
Así pues, un educador lo es en cuanto es capaz de enseñarnos la visión global, para que nosotros usemos el cerebro.
Por eso escribí que no es global la visión del autor sobre los malos tratos a otra persona (sea un hombre, una mujer o un niño). Al personalizar sobre la mujer, hemos tenido una nueva Ley, nuevos juzgados específicos y cientos de escenas truculentas de concienciación, además de miles de textos de apoyo. Bien. ¿Hemos conseguido algo? No. Los datos no han variado; los datos de muertes, claro, que son los que son bombardeados una y otra vez. Y, lo que es peor, sucede además todo lo que cuento en mi otro texto, que antes no sucedía.
Además, en el asunto de los malos tratos a otra persona, resulta que cuando se trata de un hombre no tiene importancia ninguna. ¿Conocemos algún caso por la televisión? ¿Recordamos alguna situación? ¿Sabemos cuántos hombres mueren al año por violencia de una mujer? No. Te voy a contar un caso simple: el primo de un amigo. Se casa y tiene un bebé. Al poco, su mujer pide el divorcio porque tiene un amante. El juez le da el uso de la casa a ella y el pago de la hipoteca a él, ya que ella no trabaja y hay un niño del que recibe la custodia. Tras la sentencia, el amante se va a la ex-casa de él a vivir con ella. Sin hijo, sin mujer y sin casa, pero pagando. ¿Alguien tiene la desfachatez de negar que esto son malos tratos al hombre?
Recordemos: en el asunto de los malos tratos, vemos la diferencia de tratamiento cuando se trata de un hombre o que cuando se trata de una mujer. Y, lo que es peor: pasemos, como en mi artículo anterior, al caso 3, los niños, los verdaderos inocentes.
Primero, en el caso directo de malos tratos. ¿Qué solemos pensar cuando escuchamos una noticia de unos padres contra su niño? Padres malvados, cárcel, justicia. Perfecto.
Pero para un niño pequeño, aunque sufra malos tratos, sus padres son sus padres. Así que de repente, justicia significa quedarse sin ellos. ¿Alguien se ha parado a pensar alguna vez en esta noticia, pero DESDE LA PERSPECTIVA DEL NIÑO?
Es lo mismo que en la violencia de género: un horror de puñaladas y un suicidio. Ahora los dos están muertos. Pero el niño de 4 años que estaba debajo de la mesa, que oyó los gritos, vio la sangre, a su madre caer al suelo y a su padre saltando por el balcón aún tiene que seguir viviendo.
Cambiamos la perspectiva: cerremos los ojos, volvamos a la infancia y seamos el niño.
Ahora por fin tenemos un enfoque global del asunto. Ahora es cuando se trata de leer de nuevo mi texto y buscar dónde «no reconozco el problema de las mujeres que sufren», o en qué frase exactamente está mi «odio y rencor contra las mujeres», ya que si el hablar de los malos tratos a los hombres (y a los niños) es odio a las mujeres, por la misma regla de tres hablar de malos tratos a las mujeres es odio a los hombres, ¿no? Se supone que buscamos la igualdad.
Así que no hay falacia ni discurso demagógico, sino una visión global para hacer pensar. El problema de los malos tratos es más grande, mucho más grande que el texto de Miguel Ángel.
Y, desgraciadamente, está íntimamente relacionado con el aumento del número de familias monoparentales: tantos siglos pensando que el estado natural del ser humano era la vida en pareja y cada vez más distanciados.
Pero esa es otra historia.
Comentaba Carmen Posadas que no le gustaba sentirse «especie protegida» en ningún sentido, por más que muchas mujeres exhibieran auténtica afición al respecto en desarrollo de las nuevas leyes sobre igualdad. Son interesantes las aportaciones en este sentido y no cabe duda que la mujer, por el hecho simple de ser mujer, goza de unos privilegios que en su mal uso puede destruir económica y socialmente hablando al varón. Sin embargo, no creo que la cuestión sea ésta, por más que sea un aspecto a considerar y sin duda anticonstitucional (que prevalezca un sexo sobre el otro, sin más): lo importante es celebrar, en el transcurso de pocos años de una sociedad como la española, analfabeta y de arraigados valores cristianos donde la mujer era la criada del hombre y sus funciones vitales eran sustancialmente parir y cuidar de su familia, que al día de hoy su papel en la sociedad sea exactamente el mismo que el del hombre en cuanto a derechos y deberes. Otra cosa distinta, tal como apuntaba un lúcido comentario más arriba, son las políticas de conciliación de vida laboral y familiar. Ningún gobierno, incluido el actual, parece haber tenido el más mínimo interés de homologar España con el resto de los países europeos en tal sentido. Esa es la auténtica razón del envejecimiento de la población en nuestro país. Espero que en la próxima legislatura, sea el gobierno que sea, los planteamientos sean otros.
Bueno, voy admitir que usted no quiso directamente referirse a mí, pero claro, con ese juego del lenguaje que utiliza: ¿De qué escribe Vicente?, De lo que escribe la gente. Cientos., miles, de adhesiones y escritos contra la violencia machista contra la mujer: lo políticamente correcto. Como borreguitos.
Mire Sr Oscar aunque uste diga ahora que no se refería a mí yo me siento aludido porque anteriormente a su escrito yo de alguna manera denunciaba la violencia contra las mujeres, cuestión que usted ha obviado en todos sus comentarios. No se puede entrar a opinar en un foro con las formas que usted expone, usando la descalificación, llamando borreguitos a los que opinan diferente a usted. Usted ha entrado a opinar en este tema como un “elefante en una cacharrería”.
Mire, yo no voy a entrar en quién tiene razón en las crisis de pareja, ¿en quién ha sido más malo?, o ¿quién ha puesto más cuernos?, para mí ese no es el tema. El tema y escalofriante asunto es que cada vez, mueren más mujeres víctimas de la sin razón machista, cuestión que usted no analiza ni se refiere en ningún momento. Usted que habla de analizar globalmente el tema, se queda analizando los daños colaterales de tal sin razón. Luego algunos hablan de que algunas mujeres maltratan a sus parejas o las matan , todo eso es igual de denezlable. “NO MEZCLEMOS LAS CHURRAS CON LAS MERINAS”.
Aquí lo que hay que DENUNCIAR, claramente, es que gente utilice la violencia de manera sistemática para dominar o subyugar a las mujeres, y luego pueden aparecer otros problemas, bien sean los menores, etc…,pero ¿quien origina todo esto…?, en muchos casos las mujeres, pero “en demasiados los hombres, utilizando una violencia brutal e indignante”.
Lo que es de sentido común es pensar que si hay problemas de pareja estos, se resuelvan, de MANERA CIVILIZADA y que no se haga utilizando la violencia…..es decir si tú no me concedes lo que yo quiero, o yo sospecho,,,, te pego….o te mato…..o ya rizando el rizo “la mate porque era mía…”
Hay que denunciar la violencia venga de donde venga..Sr Oscar, y en este artículo se refiere a la que más abunda en las relaciones de pareja la de los hombres en contra de las mujeres.
Un saludo
Buenos días.
También en mi país el maltrato está a la orden del día, pero no sólo a las mujeres, sino a los niños, a los hombres, en fin, maltrato entre personas, como si de pronto la especie humana involucionara, tratando de resolverlo todo sin diálogo, por la fuerza…
En nuestra provincia, del interior y bastante tranquila, estamos consternados por el caso de la niñita de 5 años que hace dos días se encontró muerta en un pozo de 50 metros de profundidad, que aún no se sabe si fue violada, si la mató este tipo antes de arrrojarla o la tiró allí aún con vida…luego de haber asesinado a su pareja (madre de la niña) y de suicidarse. Ya no se trata de violencia hacia la mujer, sino, simplemente de VIOLENCIA.
¿Cómo se revierte ésto?
Hablar de pena de muerte parece una locura…pero, ¿es que acaso no se condena a muerte diariamente a muchísimos inocentes, ya sean niños, mujeres, ancianos? A menudo son «crímenes pasionales», otras veces por un reloj, una bicicleta, 20 pesos, un par de zapatillas… Y duele mucho ver cómo hasta parece que eso ya va siendo aceptado así, es que es algo cotidiano..Y duele, duele…
Toda acción contra la violencia es bienvenida…pero no sabemos cómo luchar contra esta ola de violencia…
La violencia no es cultural. La violencia no es educacional. No es cuestion de endoculturación, ni de usos y costumbres. Está dentro de nosotros, de nuestra química y biología. Eso no tiene solución, somos sencillamente así, hombres y mujeres. Otra cosa distinta es que hagamos lo posible por aguantar nuestros instintos.
Efectivamente, Nancy, de eso se trata: de violencia.
La presión parcial contra una parte del problema, al menos en España, no ha conseguido otra cosa que efectos secundarios bastante desagradables, sin solucionar nada. Así que seguir incidiendo solamente en esa parte del problema, olvidando las otras, no tiene más que dos explicaciones: o bien se queda uno con lo que le dicen, o sea, borreguito, o bien se analiza de forma global y se prefiere decir lo que dice todo el mundo para no salirse de la norma, o sea, cínico.
Para luchar contra el problema de la violencia tenemos varias fórmulas, la mayoría basadas en la premisa máxima: «no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti». Para comprender esto tenemos desde la Ley del Talión hasta propuestas educativas innovadoras para evitar esta Ley.
Históricamente tenemos pruebas de que todos los métodos son válidos, por muy mal que le suenen a nuestra eufemística conciencia pequeño burguesa: si un niño le tira del pelo a otro, no hay mejor forma de hacerle entender el dolor que provoca que tirarle del pelo a él. Sin embargo, para nuestras mentes bienpensantes resulta chocante esta agresión, así que recurrimos a mil y una formas para que entienda el mal de su actuación.
Los resultados están a la vista: avances nulos o mínimos.
Pero, ¿existen otros caminos que no precisen del axioma inicial? Sí, existen: no se trata de no hacer lo que no quieres que te hagan, sino de empatizar a los niños con el sufrimiento ajeno. Así, si el dolor ajeno también nos duele, resulta innecesario explicar por qué no se debe provocar.
Competencia emocional, se llama, y ni la LOE ni la LEA han considerado apropiado recogerla como una de las básicas del currículo.
Ahora, eso sí, ya verás que montón de actividades hacen los colegios estos días para acabar con la violencia machista.
Como borreguitos.
Creo que para hablar globalmente del tema, si tenemos que referirnos en este caso a la violencia contra la mujer. Es el tema del artículo y por eso a ello se refieren los comentarios. Hay otras muchas formas de violencia, todas repudiables, pero no son las que se trata en este caso. La violencia no es cultural y si se tiene maneras de controlarla. Sino esta vida sería un desquicio. La violencia no es educacional, pero si podemos educar para la paz. El amor puede hacer que la violencia ocupe un lugar cada vez más insignificante en nuestro hacer cotidiano. Pegan los debiles, los que no pueden dominar sus pasiones y sus instintos…
La violencia no es cultural. Lo que si es cultural el lugar desfavorecedor de la mujer a través de los tiempos y que en la actualidad ha sido en muchos casos superado . Tiene un importante lugar la educación. Y no me refiero solo a la educación formal que imparten las instituciones escolares. A la educación que brinda la sociedad a través de todos sus medios, familia, grupos, arte, Etc, etc
La paz se puede aprender, la paz se puede enseñar.
Creo que quienes opinamos podemos empezarlo a hacer desde aquí. Ser capaces de defender las diferentes maneras de pensar sin necesidad de agredir. No es quién grita más fuerte el que tiene más razón, pero lamentablemente es a quién más se escucha.
Qué pocas voces de mujeres. Por los comentarios que he leído quedan muchos 25 de marzo que «celebrar»
Mujer… presente…
Creo que tienes razón, Pepe…
Por si alguien está verdaderamente interesado en el tema, unos cuantos datos:
1º) El ejemplo con las obras.
http://www.elpais.com/articulo/portada/existe/consigna/aguantar/maltrato/elpepusoceps/20090322elpepspor_6/Tes
2º) Los datos: desciende la edad media de agresores y víctimas. También desciende el número de denuncias previas de las fallecidas. ¡Caramba! Y eso que celebramos una y otra vez el 25 de marzo, y bombardeamos desde los medios, y se supone que educamos.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Desciende/edad/agresores/victimas/elpepisoc/20090228elpepisoc_2/Tes
3º) Ahora, un poco de tergiversación. La autora, naturalmente, no ha recorrido pueblos en sus horas libres poniendo manos a la obra.
http://www.elpais.com/articulo/opinion/mujeres/denuncian/falso/elpepiopi/20090309elpepiopi_5/Tes
Muy destacables los siguientes párrafos: «18 casos en toda España en los que se ha deducido testimonio contra mujeres para la investigación de hechos que podrían revestir los caracteres de acusación o de denuncia falsa, que también podrían ser de falso testimonio, toda vez que en ocasiones las denunciantes se retractan de su denuncia, por una errónea concepción del perdón al acusado o por el deseo de evitar su condena. No consta, sin embargo, ni siquiera el resultado final de estas actuaciones, que bien pudieron ser sobreseídas o acabar en sentencia absolutoria.» Dieciocho casos y lo más seguro es que ninguno sea. Qué condescendencia por un lado.
«43.048 juicios celebrados en ese año por violencia machista, que han terminado en 28.364 sentencias condenatorias.» O sea, que hay casi 15.000 sin sentencia condenatoria, lo que significa que la denuncia no era verdad judicialmente hablando. Aquí no hay condescendencia, porque probar que 15.000 denuncias no aceptadas son errores judiciales o falta de pruebas ya es un poco más complejo.
Da igual. El artículo, obviando el dato, sigue con un «Sobre quienes afirman que las mujeres interponen denuncias falsas recae la carga de probar su existencia». Caramba: ¿15.000 denuncias no aceptadas no prueban su existencia?
4º) Volviendo a los niños que, aunque no pueden acceder a puestos desde donde hacer proselitismo, siguen ahí.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/sistema/proteccion/ninos/deja/familia/14000/menores/elpepusoc/20090323elpepisoc_2/Tes
Por último, a todos aquellos que piensen que debemos hablar del maltrato a las mujeres sin hablar del maltrato a los hombres y, lo que es peor, sin preocuparnos de lo que ese maltrato supone para los hijos (¿qué pasa con los hijos de madres maltratadas? ¿Dónde van los niños que se han quedado sin padres traumáticamente? ¿Qué hace la sociedad para preocuparse por este «efecto colateral» del maltrato a la mujer?)
Termino con el temario de un curso sobre maltrato: ni una palabra sobre las consecuencias para los hijos.
http://www.ofertaformativa.com/curso-de-prevencion-y-asistencia-en-la-violencia-de-genero-idc782011.htm#temario
Ahora buscad alguna noticia de malos tratos donde se haga alguna referencia al horror para sus hijos, o alguna campaña que nombre el tema.
Qué cosas, ¿no?
Hasta cuando las mujeres,niños,los morenos,los pobres,los bajos en C.I.,los albinos,los timidos,los homosex.,los del norte,los del sur,tenemos que sufrir maltrato,golpes,vejaciones y hasta la muerte?es que aun no ha muerto Hitler?Es que lo clonaron antes de morir? ME INDIGNO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
He hecho retroalimentación o feedback sobre lo escrito con respecto al artículo «Lección magistral de humanidad». Y tengo que decir que ha sido desproporcionado o inadecuado comentar que Oscar odia a las mujeres, por ello pido disculpas.
un saludo…
Te honra tu disculpa, Vicente. Pero seguramente Óscar no va a hacer lo propio, ni siquiera para convertir la excepción en norma, para pretender ahora que el maltrato es un fenómeno ‘inter-generos’, que maltratan tanto los hombres a las mujeres como las mujeres a los hombres. A eso se le llama ‘poner el ventilador’, pretender que todo es lo mismo, cuando en realidad no lo es, ni mucho menos. Por supuesto, Vicente, tampoco te seguirá Oscar, un ejemplo preclaro de «educador sin ninguna educación» en tu actitud de ofrecer disculpas a la hora de disculparse por ponerse ocurrente y calificar, indirectamente, al autor de este blog de «pavo real que en realidad es un papagayo». No me cabe ninguna duda que las aportaciones del señor Óscar se publican y se seguirán publicando porque este siempre ha sido un espacio libre y tolerante: desde que yo lo sigo, hace ya años, siempre ha sido así. Habría que pedirle a todo el mundo que correspondiera con ese espíritu de tolerancia y libertad, criticando sin límite todo lo que a juicio de cada cual sea criticable, pero sin caer en descalificaciones que rozan con el insulto. Así los visitantes habituales de este maravilloso blog nos sentiríamos tan cómodos como nos hemos sentido todos los años que llevamos viniendo aquí para disfrutar de los artículos de Miguel Ángel y polemizar, sanamente, a partir de sus opiniones con las nuestas. Gracias.
Cada vez que una mujer es matratada,humillada,vejada,pegada o violada,incluso asesinada, todos recibimos un disparo en el corazon.que pasa con las mujers,niños o seres diferentes?Aun siguen los herederos de Hitler dictando las normas de la seleccion natural,del derecho a una vida digna?yo fui maltratada psicologicamente,y puedo asegurar que la herida es tan grande que tarde años en recuperar mi autoestima.Aunque ahora pienso: UNA Y NO MAS,SANTO TOMAS.UN ABRAZO A TODOS Y MI APOYO A TODO AQUEL QUE SUFRE…
Javier:
Este ejemplo preclaro de educador sin ninguna educación afirma que hay maltrato de hombres a mujeres y de mujeres a hombres, y que los más perjudicados son siempre los hijos que lo presencian, que son inocentes por completo: ellos no pudieron elegir. Si me extiendo en lo segundo y lo tercero es porque nadie habla de ellos: todos hablan del primero.
Lo fácil es escribir: «a ver cuando se termina la lacra del maltrato a la mujer. ¿Cuántos 25 de marzo harán falta? Ojalá cunda el ejemplo del profesor Neira. ¿Cuántas mujeres tienen que morir para que se acabe esta sinrazón y esta violencia sin sentido?»
Muy bien: todos nos aplaudimos, pero para eso prefiero leer el periódico.
¿Pretender que todo es lo mismo? Pues sí, lo es. Se llama maltrato familiar, o en el seno del hogar. Se divide en maltrato del hombre a la mujer, de la mujer al hombre, o de cualquiera de ellos hacia los hijos.
¿Qué quiere decir que «no es lo mismo»? Por favor, en lugar de un «no lo es, ni mucho menos» sin razones ningunas, me gustaría una explicación de por qué no es lo mismo. ¿Un hombre maltratado por una mujer no es lo mismo que una mujer maltratada por un hombre, o que un niño maltratado por sus padres? ¿Por qué? ¿Porque la mujer que asesina a su pareja sí tenía sus razones válidas y comprensibles? ¿Es menos asesinato?
Termino con mis disculpas por lo de «pavo real que en realidad es un papagayo». Después de leer el siguiente párrafo:
«Día 25 de marzo. Debería ser el último de la historia. Porque ya no fuese necesario luchar contra la multiforme e insidiosa violencia de género, contra la opresión y la discriminación. Me temo que no va a ser así. Me temo que el próximo año tendremos otra vez que lamentar la muerte y el dolor de muchas mujeres.»
debí haber sido un poco más políticamente correcto.
Nada de pavos reales, ni papagayos: digamos que esa frase está repetida hasta la saciedad, por mucha «multiforme e insidiosa» adjetivación que le añadamos.
Y así, pasemos por alto el «lamentar la muerte y el dolor de muchas mujeres», como si no hubiera también muerte y dolor de muchos hombres y dolor, mucho dolor, trauma y soledad, de los hijos que se quedan huérfanos delante de sus ojos.
Siento que un «pavo real» y un «papagayo» sean más importantes que el tema que nos ocupa, y creen tanta conmoción entre algunos visitantes habituales de este maravilloso blog en el que se encontraban tan cómodos.
PD: Gracias Vicente por releer los textos y entender lo que trato de decir: «Basta ya de tanto eufemismo, tanta visión parcial y tanto texto políticamente correcto». No tengo nada contra las mujeres en general, pero sí contra determinadas mujeres y determinados hombres: los que provocan dolor, o los que mantienen una situación partidista en su propio beneficio.
Así, ya que el profesor no lo hace, este educador sin educación se vio en la necesidad de mostrar la verdadera realidad, la que observa desde todos los puntos de vista y no desde uno sólo.
Y, gracias a este espacio libre y tolerante, la verdadera realidad queda al alcance de quien quiera prestarle atención.
El problema subyace en que al alterar los roles naturales en el hombre y la mujer, todo se ha alterado. La mujer era feliz en su casa, como creadora de vida y al igual que la hembra de las demás especies, receptora natural del orden doméstico, el cuidado de los hijos y el hogar, así como poseedora de esa virtud sin igual que era trazar las líneas maestras de la felicidad en el seno de un hogar, incluido su marido. La desintegración del núcleo familiar en pro de este feroz neoliberalismo está produciendo estragos y violencia.
lo me parece más terrible de todo esto, es la postura de los medios (y de quienes los mantenemos) que hacen espectaculo y sacan rédito de la parte mas mezquina de esta sociedad y convierten (*) en estrellas a los ladrones, a los asesinos y a los macarras
(*) convertimos, si es verdad aquello de que lo mejor para un hombre malo es el silencio de los supuesos buenos
un saludo
Siempre he considerado que la educación implica comunicación y que educar sin comunicar no es casi nada. Comunicar tiene que ver mucho con dialogar y comunicar sin dialogar se queda poco más que en dar “el parte” … y punto. Leí hace tiempo este blog y al no ver respuestas del autor en las secciones de comentarios dejó de interesarme. Escribir en un blog solamente para ser leído es como hacer un película solamente para ser vista, es decir, una película sin forum, válida en exposiciones comerciales pero insuficiente en entornos culturales o con intereses sociales.
El blog significó un paso de la web 1 a la web 2 , un giro de la web estática (exposición) a la web dinámica (comunicación) implementando las secciones de comentarios sobre las exposiciones iniciales de cada post o artículo que presenta el autor. El autor inicialmente “expone” y “presenta”, nada nuevo bajo el Sol, puro estilo web 1 estática. Si el autor no utiliza el factor específico blog dando relieve a su carácter diferencial (sección de comentarios), si el autor no comenta sobre lo que expone, no argumenta sobre lo que se le responde… no dialoga, queda a mitad de camino y para ese viaje no son necesarias abultadas alforjas ni hiperbólicas exposiciones con equidistancias focales (puntos de vista) constantes. Para algo así basta con la web 1, una página web común y, si se quiere fantasía se puede añadir algún fantástico PowerPoint_ergo_Impress que quede guay.
No me he leído todos los comentarios que por aquí circulan pero no he hallado ninguno del autor. Si el autor del blog considera que con exponer y publicar sus artículos hace un blog, con humildad le sugiero cualquier otra herramienta web, que las hay más sencillas, con más potencialidades expositivas… o un simple repositorio de PDF/s para descargar y leer a la luz de un candil.
Si en un blog hay algo nuevo es su sección de comentarios, sobre todo si la sección de comentarios se utiliza para algo más que para dar que hablar.
Señalo dos limitaciones “blog-educativas” frecuentes en muchos blog/s “educativos”…
1.- Leer y callar.
2.- Escribir y no responder.
…que desde mi perspectiva los invalida en cuanto tales. Para algo así basta con la prensa común.
Soy una mujer. Creo que el autor pretendía hablar del dolor de las mujeres. Lo cual no niega (aunque lo silencie) que haya otros muchos dolores. De niños, por ejemplo. Tampoco habla el comentarista Oscar de otros sufrimientos (minorías oprimidas, ancianos olvidados, homosexuales perseguidos…). ¿Es eso un motivo para agrederle? Un artículo no es un tratado que permita abordar un tema de forma estructural. Escribe el autor en un día que conmmemora o pretende explicitar un problema innegable. ¿Qué hay de malo?Hacen falta más artículos como ésta y sobra el comentario agresivo justamente de alguien que pretende denunciar todas las formas de violencia.
No hay que hacerse mala sangre: este es un blog como muchos otros, las personas comentan, expresan sus pensamientos (incluso los primeros que se le vienen a la cabeza) y en fin, en general no creo que tenga la mayor trascendencia como blog en sí mismo o foro de opinión salvo justamente dotar de una plataforma a las personas para que escriban lo que piensan, sin más. De aquí no van a salir tesis científicas ni argumentos muy originales: es un medio de comunicación, sin más. En este sentido, dejemos a la gente expresarse y que sea feliz por ello.
lo que creo es que alguien que se ha permitido hacer juicios de valor, y al margen de que pueda estar en lo cierto o no, lo que si es evidente es que de poco nos ha servido su paso por aquí, puesto que contraviniendo sus normas de como debe funcionar una web «tipo dos», nada ha comunicado aparte de la magistral leccion
un saludo
Josman, la pequeña gran diferencia que encuentro entre su blog “Akistamos” y este “Adarve”, es que usted, en su blog, responde en la sección de comentarios a las personas que se manifiestan acerca de sus artículos, es decir, “habla y escucha”, escribe y responde, lo cual para mí es muy importante en un blog referido a temas educativos y/o sociales.
Pido perdón si me he excedido dando explicaciones acerca de algo tan sencillo como esto. Reconozco que esta es una aportación mía (así la entiendo) fuera de tema pero no quiero entrar en el tema si no puedo esperar respuesta alguna del autor cuyo artículo pudiera comentar. Me basta con leerlo como leo un periódico, veo la tele o escucho la radio.
No quiero pecar de agrio, respeto todo lo que he leído por aquí, en este y algún otro artículo y de modo muy especial lo que va saliendo en los comentarios, no todo lo comparto pero no pienso entrar en nada que vaya más allá de la simple lectura. Me he sentido identificado con algunos comentarios de otros artículos que han quedado sin respuesta. ¿Para qué insistir?.
Olga:
En primer lugar, existe algo que se llama categorías. Con respecto a la educación, existen 3:
– El no educador
– El educador de no educadores (niños, por ejemplo)
– El educador de educadores
No se le puede exigir lo mismo a las 3 categorías.
Si uno se dirige a no educadores (padres, por ejemplo, que no saben exactamente cómo hacerlo bien, algo en lo que estamos casi todos), debe usar un tono y una disertación simple para ayudar y motivar. Como obras son amores, nada mejor que esta web que hice de forma completamente desinteresada, y que me llevó más de un mes elaborar, visitando más de 500 páginas distintas:
http://www.ampamijas.com/index2.php?id=7&ln=es&t=1
Si uno se dirige a educadores de no educadores, lo mejor, como siempre, vuelven a ser las obras, así que vuelvo a citar el enlace a la entrevista a la presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género. Recomiendo encarecidamente su lectura:
http://www.elpais.com/articulo/portada/existe/consigna/aguantar/maltrato/elpepusoceps/20090322elpepspor_6/Tes
Por último, si uno se dirige a un educador de educadores, aquí no valen las gaitas ni las palabras bonitas: estamos hablando de alguien que debe formar a los que van a formar a nuestros hijos, y que podrá hacerlo el resto de su vida si quiere, sin tener que rendir cuentas a nadie gracias a un sistema educativo funcionarial y obsoleto. Como ya dije, los mejores sistemas del mundo JAMÁS otorgan plaza de por vida a nadie: hay que ganárselo día a día.
En primer lugar, ¿qué educador de educadores abre una página para colocar sus textos y no entrar al debate? Una de dos (como muy bien apunta Javier): o te limitas a poner tu texto en el periódico y punto, o abres una web donde comentar y debatir el texto. No estamos hablando de un escritor, sino de un educador de educadores. El hecho de abrir la web sin molestarse en entrar a comentar sólo indica un interés porque te lea más gente, porque tus magníficos textos tengan más lectores: para mí, eso tiene un nombre y, lamentándolo mucho, se aproxima bastante a la expresión «pavo real».
En segundo lugar, uno lee el texto y no encuentra más que lugares comunes y cosas que ya se han dicho y repetido innumerables veces, junto a perlas del tipo «El propio profesor Neira, en la entrevista que cito, la califica de cucaracha. No me gustó esa actitud de desprecio, esa postura que divide a los seres humanos en dos clases: una inferior integrada por cucarachas y otra superior a la que pertenece la buena gente», en la que riza el rizo del absurdo para convertir un simple calificativo negativo (impulsado por la sensación de haber estropeado su vida para que la mujer por la que lo hizo encima no le dé las gracias) en una categorización de la humanidad en dos clases (¿cucarachas y no cucarachas?). De lo que se trata es de algo bastante más serio como el hecho de responsabilizarse de las propias decisiones (basta de disculpar a los que eligen un camino equivocado en lugar de educar a los demás para que no lo hagan).
Como resulta que no existe un día para hablar del maltrato a los hombres, ni existe un día para hablar del sufrimiento de los hijos que observan y padecen la violencia entre los progenitores, ni en los cursillos sobre maltrato se comentan estos otros dos aspectos del problema de la violencia doméstica, y además el autor es un educador de educadores, pues resulta que se le puede pedir algo más al hablar de este tema concreto. Por eso, como no lo hace, sino que repite lo que ya aparece en todos los artículos sobre el tema, la palabra más suave que se me vino a la cabeza fue «papagayo».
Es normal y natural que los no educadores o los educadores de no educadores encuentren ofensivos ambos adjetivos: naturalmente, cuando hay que dirigirse a no educadores o a futuros maestros jamás utilizaría ambos epítetos.
Pero no me dirijo a ellos, sino a alguien cuya responsabilidad es mucho mayor, inmensa. Aquí no valen los eufemismos ni las medias tintas: si tu misión es educar a educadores no puedes presentar este texto o el anterior y quedarte tan contento de ti mismo.
A ver si tenemos clara una cosa: a este señor le pago yo, le pagamos todos, para que eduque a los educadores. Exigirle cuentas es nuestra misión, aunque nadie nos lo recuerde. Nosotros somos sus jefes. Así, como suena: sus jefes, porque somos quienes le pagamos.
Si todo lo que tiene que decir sobre el tema de la violencia doméstica es este artículo parcial y manido, en un sistema educativo cuyo principio fundamental es la GLOBALIZACIÓN, yo, como jefe suyo, tengo que pedirle cuentas, aunque no tenga a bien contestar, comentar o mezclarse con los simples mortales que le pagamos el sueldo.
Oscar
Yo creo que tu puedes exigir cuentas a quién quieras, sobre todo si de tu dinero se trata… Pero lo que no puedes desde ningún lugar, y mucho menos aún si te consideras educador, en cualquiera de las categorías,usar epitetos agresivos como lo haces. Creo que las palabras «papagayo» y «pavo real» deberías retirarlas y con disculpas. Todo se puede decir y expresar con el vocabulario adecuado. Esto tambén es violencia, quizás sutil. No lleva al debate serio. Lleva a broncas y enojos.
Lamentable aportación la de Oscar. Hasta qué punto las frustraciones personales (sean cuáles sean en su caso) llevan a las personas que la padecen a usar la violencia, literaria en este caso. Y lamento profundamente que para variar, la víctima vuelva a ser el mundo de la educación y el profesorado en general, al que habría que levantar un monumento en España por la profesionalidad con la que trabajan dia a día, contra viento y marea incluidos individuos como el que nos ocupa. Buenas tardes.
A.F:
Hace ya tiempo que escribí «Termino con mis disculpas por lo de “pavo real que en realidad es un papagayo”
Allí también puse «Siento que un “pavo real” y un “papagayo” sean más importantes que el tema que nos ocupa, y creen tanta conmoción entre algunos visitantes habituales de este maravilloso blog»
Juanillo Calamity:
Buen ejemplo el criticar dos epítetos en el mismo texto en que me llamas «frustrado».
Muy interesante también que un «papagayo» y un «pavo real» creen víctimas, y que esas víctimas sean «el mundo de la educación y el profesorado en general».
Sobre el incluirme en el «contra viento y marea» con el que luchan los profesores día a día, pues no sabría decirte. Yo no imaginaba que escribir «papagayo» en lugar de «este texto se limita a repetir lo que dice todo el mundo», y «pavo real» en lugar de «este texto parece más un acto de presunción que un intento de aportar algo nuevo al problema» fuera un error tan grave como para anular 5 años de trabajo en apoyo de profesores, padres y centros educativos y colocarme en el otro platillo de la balanza.
Pero, claro, todos los días se aprende algo.
Oscar
no es lo que dices, es como lo dices
¿Que buscas al usar términos peyorativos?
Y también quiero decirte que no considero que hablar de manera global del tema sea traer a cuento todos los tipos de violencia. Ni creo que sea un enfoque parcial hablar de la violencia contra la mujer.Si podríamos decir que hay muchas y diversas formas, cuales son sus consecuencias, quiénes son los más perjudicados, etc, etc,pero el núcleo del tema es el maltrato a la mujer. Se podrían escribir varios libros si tomamos todos los temas que se desprenden de esta idea central. Creo que no es la idea de este periódico donde se inserta el blog. Si existe un día que nos pone a reflexionar sobre ello por algo será, ¿no te parece?
He pasado por tu blog y me pareces un educador estupendo. Pero cuando escribes aquí no se nota…
Oscar:
Cuánto lamento haber tenido que leer sus (iba a decir opiniones) insultos injustificados e incoherentes. Cuánto lamento percibir a través de lo que dice a una persona frustrada, caótica en su pensamiento y con pretensión de tapar la mediocridad con un estilo enrevesado y presuntamente erudito. En lugar de argumentar, insulta. En lugar de reflexionar, exige. En lugar de aprender de los demás, se autonombra jefe. En lugar de opinar, sienta cátedra. Repite una y otra vez los mismos argumentos como si nadie le hubiese replicado. Dice que retira los insultos pero los vuelve a repetir.
Siento preocupación por sus alumnos porque si esto hace con quien no es su súbdito (o paga usted los artículos?, ¿qué no podrá hacer con quien está realmente bajo su autoridad?
Esta será mi única respuesta a sus comentarios (¿podría llamarlos «destructarios»?). No merece más tiempo.
Dice usted en su blog que alguien le llamó «misógino machista», pero creo que odia a la humanidad. Ojalá me equivoque.
Lo único que ha aportado usted a este blog, a mi juicio, es prepotencia, falta de respeto, insensibilidad, obstinación y autoritarismo. Vaya maestro para dar les lecciones a los demás.
A.F:
«no es lo que dices, es como lo dices
¿Que buscas al usar términos peyorativos?»
Que el autor entre al trapo.
Lamento que se hayan sentido ofendidas tantas personas, pero mi mensaje inicial iba exclusivamente contra Miguel Ángel y sus dos últimos textos. A lo mejor no me expresé bien. De todas formas, igual que yo debo reflexionar sobre mi forma de acceder aquí (y lo hago, no lo dudes), algunas personas también deberían reflexionar sobre por qué se sintieron aludidas por mi texto contra el autor.
«Y también quiero decirte que no considero que hablar de manera global del tema sea traer a cuento todos los tipos de violencia. Ni creo que sea un enfoque parcial hablar de la violencia contra la mujer.»
¡¡¡¡POR FIN!!!!! Alguien que entra al debate que planteo después (todo lo mal que sea, pero que creo que es lo importante)y que es fundamental, porque nadie lo nombra nunca.
No traigo todos los tipos de violencia, sino sólo uno, el de la mujer contra el hombre (y lo que suponen para sus hijos ambos malos tratos). Podría estar de acuerdo en que el día contra la violencia sobre la mujer no es el momento de hacerlo, pero entonces, ¿cuándo? ¿Cuándo hablamos de la violencia de la mujer contra el hombre?
Uno de mis grandes amigos, y una persona maravillosa, es director de un centro educativo. Su mujer se fue con otro y, tras el divorcio posterior, se quedó con la custodia de los hijos. El ramillete de actuaciones de ella (no pasar llamadas, cambios inesperados de fecha, etc) ha sido paralelo a una labor de descrédito de él delante de los niños. El resultado ha sido que el niño ha pedido al juez irse a vivir con él, pero la niña hace meses que no le dirige la palabra.
Te podría contar muchos más casos: alguno he dicho ya antes aquí. Hay muchas asociaciones de hombres separados con historias similares.
El año pasado hubo casi 30.000 sentencias contra hombres por malos tratos. Es un magnífico avance pensando que hace 25 años apenas había algunas decenas. Eso demuestra que hemos progresado, y que hoy podemos afirmar con orgullo que la sociedad ha puesto una serie de frenos legales a una situación lamentable en la que nadie reparaba: los malos tratos a la mujer en el seno del hogar.
Pero también el año pasado hubo casi 15.000 sentencias de inocencia. Eso significa que 15.000 hombres pasaron por la detención, la acusación, el juicio y el rechazo social (detención delante de los vecinos, etc) siendo legalmente inocentes.
Además, hay situaciones como la que he contado arriba que se repiten con extraordinaria frecuencia.
¿Cuándo hablamos sobre esto, A.F? ¿Cuántos datos salen en los informativos sobre el número de hombres muertos que llevamos? Pues, aunque nadie lo diga, suelen morir entre 5 y 10 al año.
Te añado un fragmento de otro blog: «Y no solo eso sino que el mayor maltrato en el ámbito masculino suele darse de forma psicológica y las denuncias de hombres están aún más ocultas que las de las mujeres puesto que esta sociedad machista aún ve como un “calzonazos” a los hombres que son maltratados por sus mujeres por lo que tiende a esconderse avergonzado. Esta es una de las desigualdades que precisamente la llamada Ley de Igualdad no estudia, este es una aspecto que tanto las asociaciones de hombres como las de mujeres debieran abordar y exigir que se legisle y apoye. Sobre todo, como decía, el numero de suicidios de varones relacionados con procesos de separación, divorcio y custodias».
Si hace unos años era obligatorio el trabajar sobre el maltrato a la mujer, porque sucedía a menudo y nadie hablaba de ello ni había legislación, ¿por qué ahora no es obligatorio también pretender lo mismo pero en sentido contrario?
¿Qué mejor día para recordar esto que el día contra la violencia sobre la mujer, porque no hay otro momento a lo largo del año y llevamos muchos años sin hablar del tema a nivel social y de medios de comunicación?
¿Por qué al que pretende denunciar esto se le acusa de atacar a la mujer o de no preocuparse por el maltrato a la mujer?
No quiero más acusaciones ni más salidas por la tangente. ¿Qué me expreso mal? Vale. ¿Qué resulto cruel o virulento? Vale. Pido perdón por anticipado, pero hablemos de lo anterior, por favor, no sigamos escondiendo la cabeza: hace una semana la policía se presentó a detener a un amigo mío en su casa por la denuncia de su mujer (que tiene trastornos nerviosos). Pasó un calvario pero, en cuanto uno de sus hijos fue a declarar, le soltaron. En cuanto me enteré fui a la comisaría y, mientras esperábamos, estuve hablando con algunos policías y me contaron casos que prefiero no repetir, así como porcentajes.
Creo, honestamente, que ya va siendo hora de abordar este asunto en serio.
_______________________________
Olga:
«incoherentes», «persona frustrada», «caótica en su pensamiento», «mediocridad», «Siento preocupación por sus alumnos», «odia a la humanidad», «prepotencia, falta de respeto, insensibilidad, obstinación y autoritarismo», «Vaya maestro para dar les lecciones a los demás».
Supongo que las primeras mujeres y hombres que lucharon contra el maltrato machista se llevaron insultos parecidos.
Y supongo también que los que se escandalizaron tanto con el papagayo y el pavo real ahora saltarán también con 10 veces más fuerza, ¿no?
Dejemos los insultos de una vez, por favor, y vamos al debate.
El debate no lo fija usted, Óscar. Al menos del modo como intenta hacerlo. El debate aquí lo fija el autor del blog, Miguel Ángel Santos Guerra, los participantes que respetan a los otros participantes y autores de comentarios, y, por último, el marco del medio donde se inscribe, la edición digital de La Opinión de Málaga. Este espacio de libertad y debate llamado ‘El Adarve’, que ahora cumple cinco años en los que miles de personas han podido poner en común sus ideas, con discrepancias y acuerdos incluidos y sin ningún tipo de enfrentamientos hasta ahora, no va a admitir que nadie se sitúe por encima de las mínimas normas de respeto y educación exigibles a cualquiera que quiera participar en la vida de una comunidad. Y, desde luego, no va a consentir insultos ni descalificaciones. Posiblemente por tolerancia, Miguel Ángel no haya querido plantearse límites a la participación en su blog o, al menos, explicitarlos. Nunca hizo falta porque afortunadamente la inteligencia y la disposición de los cientos de personas que han participado durante estos cinco años en el blog han hecho que sea innecesario. Pero esos límites existen. Los fija, de acuerdo siempre con su autor, el medio de comunicación, La Opinión de Málaga en este caso, del que forma parte este espacio. Consecuentemente, y cómo esos límites pueden haber sido rebasados con las descalificaciones que Óscar ha vertido sobre el autor del blog, me veo obligado a advertirle que el que está antes de éste comentario será el último que incluya en este espacio si se muestra incapaz de afrontar un enfrentamiento de ideas sin minusvalorar a la persona que discrepan de las suyas. Siempre tendrá un lugar en este blog cuando sea capaz de no caer en actitudes que rompen la armonía de un lugar que, imagino que como usted en su casa, tiene unas reglas (pocas) propias para regir su funcionamiento. Espero que esto sirva para reconducir el debate y devolver la tranquilidad a este espacio de Internet donde cabe todo, pero donde no vale todo. Muchas gracias.
Oscar dijo:
“Dejemos los insultos de una vez y centrémonos en el debate”. Has terminado tú escrito con una buena frase.
A lo largo de este debate, tú has ido explicando mejor, lo que querías decir. Si este escrito, que expones ahora lo hubieras hecho al principio de tú intervención, y además sin insultar y descalificar a nadie: borreguitos, papagayo, pavo real…..hubieras aportado al tema una visión muy valiosa al debate desde otra óptica y hubiera sido muy enriquecedor; pero no lo hiciste así, te dedicaste a criticar el enfoque del autor sin explicar claramente tú punto de opinión. Has pedido perdón, por tus formas, y eso te honra. Pienso que tú último escrito has sido más justo contigo mismo y con los demás. Has sabido moderarte y exponer claramente tu opinión al blog y eso es de lo que se trata, según mi opinión, ni más ni menos…
Estimado webmaster:
En primer lugar, y lo repetiré por enésima vez, pido disculpas por las formas y por el «papagayo», «pavo real» y «borreguitos». Creo que ya he explicado suficientemente mi error.
En segundo lugar, me gustaría que me explicara por qué siguen siendo más importantes esos tres conceptos que la retahíla que me dirige Olga. ¿Acaso ella tiene patente de corso para dirigir «insultos y descalificaciones», o es que el «no va a consentir insultos ni descalificaciones» se refiere sólo a los dirigidos hacia Miguel Ángel?
En tercer lugar, me gustaría que me explicara qué significa «si se muestra incapaz de afrontar un enfrentamiento de ideas sin minusvalorar a la persona que discrepan de las suyas». Por un lado, las únicas personas que han discrepado de mis ideas han sido A.F. y Javier, y no creo haberles minusvalorados. Por otro lado, a lo largo de los comentarios me he dirigido a Vicente, a Nancy, a Olga, a A.F. y a Javier, y tampoco creo haberles minusvalorado por discrepar de mis ideas.
Por último, siento decirle que lo de «sin ningún tipo de enfrentamientos hasta ahora» no es cierto. Hace dos o tres textos, he leído como Olga llama «petulante» a otro interlocutor.
Lamento que la Opinión de Málaga, en la línea general de toda la prensa de este país, siga sin afrontar el problema del maltrato de mujeres a hombres en la misma medida en la que afronta el de hombres a mujeres, y que considere más importante una actitud reprobable y de la que ya he pedido disculpas que entrar abiertamente en el debate sobre una situación de injusta desigualdad de la que el diario es co-partícipe con su silencio.
Como bien afirma, es «su casa», y puede censurar libremente los comentarios que desee, así como reconducir el debate desde lo que, mal o bien, he venido exponiendo, hasta mi persona y su actitud.
Desgraciadamente, no soy tan importante como para que se hable sobre mí en lugar de sobre lo que importa.
Estimado Vicente:
Muchas gracias por tus comentarios y tu serenidad. Con tanta discusión sobre formas se me había olvidado decírtelo.
Un placer. Oscar.
Entro en esta «tertulia» para comunicar, no la opinión de un momento, sino para referenciar distintos momentos de este montaje. Por supuesto existen connotaciones; todos emitimos opinión de algo a lo que intentamos aproximarnos, en función de nuestras experiencias, y a lo que he puesto mucha atención: las grabaciones de las cámaras de seguridad del hotel, así como la entrevista de la «amiga» de la familia de la Sra. Violeta Santander.
Se le da un trato preferente al Profesor Neira, así como condecoraciones y premios, mientras que a otros que participaron en similares «gestas» han sido «olvidados» -en mi cabeza guardo dos casos-. Esta parcialidad, es la que me sorprende…
me remito a los comentarios que he realizado en su momento y que he dejado en mi Blog,
http://parejoherrera.blogspot.com (n.e.e.)
por supuesto desde una conciencia de educación, y desde la sensibilidad de tratarla con «especial» mimo y dedicación.
Este es uno de los artículos que más comentarios ha recibido, todos/as tenemos algo que decir.
Yo no puedo decir más de lo que ya se ha dicho y muy bien dicho, por cierto!.
Los hombres y las mujeres somos diferentes, afortunadamente,tenemos deferencias claras y visibles y como personas, hay de todo, cosas buenas y cosas malas.
Pero eso es maravilloso, la gran diversidad, es fantástica.
El problema está cuando no queremos asumir que dentro de nuestras diferencias, somos seres humanos que los dos sexos pensamos y los dos sexos tenemos necesidades para poder subsistir.
No somos mejores ni peores, somos y existimos, y es maravilloso que nos respetemos y nos amemos.
Hay hombres con fantásticas mentes,pero también hay mujeres que las tienen.
Hay mujeres que hacen mucho daño, también, esas salen menos en la tele.
El hombre tiene más fuerza y es capaz de hacer cosas muy crueles, las mujeres hacen maldades de otras formas.
No obstante, no es justo que nos hagamos tanto daño.
Temo por mis hijos, igualmente por el varón que por la hembra.