Habrá que frenar la euforia

25 Nov

Hace unos días hablábamos de problemas, aunque sería mejor decir que sobre el equipo de Joan Plaza había dudas, principalmente generadas por las derrotas encadenadas en Euroliga y ACB. Ahora, después de arreglar esa problemática de las tres derrotas con otras tantas victorias ante Iberostar Tenerife, Cedevita Zagreb y Valencia Básket, los habrá más que capaces de enviar al equipo arriba del todo, pensando que lo del título es cosa hecha, y que sólo habrá que elegir cual de los que se disputan se va a conseguir más fácil.

Un poquito de sinceridad, más de uno viendo el soberano partido que se marcan los chicos de Joan Plaza en Valencia, está pidiendo que pase el siguiente y pensando que la llegada del éxito es sólo cuestión de calendario, pero creo que ni Siberia ni Sáhara.

El encuentro de Valencia ha sido una gran demostración de poder. Como carta de presentación de lo que quiere hacer el plantel cajista es estupendo, seguro que se hablará de los problemas de los contrarios, que si lesiones, que si las dos competiciones, que si jugadores recién llegados… vamos, lo mismo que puede mencionar Unicaja, aunque aquí, las ausencias por lesión no se han cubierto con un descarte NBA, al menos de momento.

Y es que estar en la posición del Club Baloncesto Málaga no es fácil, si bien en años anteriores, y durante un periodo demasiado largo e indigno, especialmente para un club que contaba con un respaldo por parte de propietario y afición a años luz de los resultados obtenidos, el equipo de Los Guindos sólo contó con la reglamentación como soporte para mantenerse en la élite. Sobre si esto es justo o no, tengo mi opinión como sobre tantas cosas, pero el impartir justicia o colocar a cada uno en su sitio hay que hacerlo en el momento que se determinan las circunstancias de la competición, no cuando se tiene el viento a favor y se implora a los espíritus de Robin Hood, El Zorro o el justiciero de turno, dicho de otra manera, el día que vea a Valencia Básket, Bilbao Básket o cualquier otro aspirante a nuevo rico, defendiendo al Ford Burgos porque se ha quedado fuera dos años consecutivos del ascenso ACB por motivos no deportivos, me replantearé algunas cosas.

Aunque lo visto en los dos partidos de casa, ante canarios y croatas, no me hace creer que el equipo haya alcanzado el nivel de excelencia que se le espera, el partido de Valencia hace que crea y de manera más intensa en las posibilidades para alcanzar los objetivos. Pienso muy en serio que el marcador final se quedó corto para lo que pusieron uno y otro plantel sobre la cancha, y que el triunfo del Unicaja tendría que haber sido por una diferencia mayor.

Ahora no sería ni anormal que la euforia apareciera en muchos lugares del entorno del equipo, yo cuento con la tradicional muestra de mesura por parte del entrenador y la habitual crueldad de la competición para que nadie se confíe, aún es muy pronto, no sólo para cantar victoria, sino también para evaluar el potencial real del equipo. Cuento con la madurez que ha de mostrar la masa social y que a base de malos momentos ha hecho que tengamos claro lo difícil que es estar arriba.

Este Unicaja está demostrando que es competitivo, también que el trabajo que está desarrollando el cuerpo técnico y la plantilla le confiere la dureza necesaria para ser un rival a respetar en la competición que sea. Llevar ACB y Euroliga a la vez, estando arriba sin ser una de las grandes escuadras (casi todas vinculadas también al fútbol, hagan memoria) es muy complicado, remontar el vuelo tras los problemas vividos también tiene un gran mérito y estamos viendo ejemplos más que palpables en Valencia y Vitoria de lo complicado que resulta.

Por esto, hay que ser sensatos y tener paciencia. El encuentro de Valencia sólo ha de ser un escalón más a superar, lo mejor está por venir y cuento sobre todo con la evolución del equipo, para que los errores que se ven vayan erradicándose del rendimiento, para que la defensa tenga más dureza y mayor solidez, y sobre todo, para que la aportación de los jugadores siga creciendo y que cada día haya menos dudas en el ambiente sobre la aportación de este o aquel miembro del equipo.

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