La importancia del hermano de Ernesto.

29 Oct

Era de obligado cumplimiento en la temporada que llegaran las lesiones, aunque este año no es la primera ausencia del Unicaja (no hay que olvidar que ya faltaron en su día Deon Thompson y Axel Toupane). Lo que ocurre es que al igual que el curso pasado, en las que las faltas -entre otros- de Jaime Fernández, Carlos Suárez y Alberto Díaz, se notaron demasiado para el equipo.
El año pasado Fernández estuvo ausente 9 de los 57 partidos oficiales que disputó el equipo, Suárez, 19, y Díaz fue baja 30 encuentros, se terminó perdiendo el 52,6% de la temporada.
Para este curso, y aún con la incertidumbre de ver cómo iba reaccionando el plantel que entrena Luis Casimiro Palomo, el temor por una hipotética lesión se me centraba en Alberto Díaz, esto ha llegado tras una gran racha de la escuadra cajista y la traducción inmediata ha sido de dos derrotas consecutivas ante rivales que no están (y casi seguro que no estarán) entre los mejores a final del año, y que estaban señalados como “ganables” en la previa de ambas jornadas.
Seguro que la gran mayoría de las personas que me hacen el honor de seguirme han pasado por las canchas de Los Guindos, no me refiero siquiera al interior del pabellón cajista, lugar donde se trabajan multitud de proyectos e ilusiones que tienen entre sus deseos terminar jugando en el Martín Carpena, me refiero a la casa del EBG Málaga, esas canchas descubiertas de cemento, donde una cantidad innumerable de niños y niñas, literalmente dejan lo mejor en cada entrenamiento o en cada partido, da igual que vayan de locales o de visitantes.
Allí, fue donde apareció en su momento la figura de Alberto Díaz, aunque como en muchos casos, antes que ser él, fue parte de otro. Recuerdo cómo mi hijo Carlos me insistía en los ratos libres entre partido y/o entrenamiento en “ir a ver al hermano de Ernesto”, aunque el mayor de los Díaz no era compañero de equipo de mi hijo, era otro de los habituales por allí, y era bastante normal ver al equipo minibásket que comandaba el base pelirrojo que ya con nueve o diez años oficiaba de director de equipo, con pocas modificaciones sobre lo que ofrece a día de hoy, porque ejemplarizante en la actitud y generoso en el esfuerzo ya lo era en aquel momento.
Seguro que todo esto ya lo saben, lo que a mí me sigue sorprendiendo es lo capital que sigue siendo. Por desgracia para el Unicaja, parece que desde la pareja Jayson Granger-Stefan Markovic, lo único que ha ocurrido es que la figura de Díaz, ha crecido hasta ser importante o casi imprescindible, y no sé yo como tomarme todo esto.
Dejando aparte la alegría por ver como un chico de cantera sea un símbolo a seguir para tantos jóvenes, parece que está resultando complicado encontrar compañeros en la posición de base que den la talla. Tal vez tenga que ir pensando que eso del base no existe, que ahora, según dicen los modernos tenemos que hablar de finalizadores, generadores u otras posiciones novedosas e innovadoras. Lo que a mí me parece es que con estas cosas que estoy en proceso de aprender, el mejor “lector de juego” ante la ausencia del pelirrojo es Carlos Suárez, lo que antes diríamos que era un ala-pívot reconvertido desde el alero, que si a Jaime Fernández o Josh Adams se les quita eso de jugar uno contra uno-dos o tres, son más “mareadores de balón” cuando no son capaces de terminar el ataque ellos solos. La conclusión que saco es que el juego sin Alberto, está huérfano de lógica, y eso no es nada bueno.
Esperar que desaparezcan las lesiones es una solución, pero me parece un lujo que no se puede permitir, mientras tanto, y ya que he hablado de Los Guindos, no puedo dejar de pasar que un fruto del baloncesto malagueño, aunque nacido en Portland y lituano de nacionalidad, Domantas Sabonis está dejando claro tanto en la cancha como en el salario que es toda una estrella, y que otro de los nuestros, Pepe Pozas es historia por mérito propio en un clásico de la Liga ACB, el Monbús Obradoiro, al ser el capitán y el hombre que más veces ha vestido su camiseta. Y sí, digo que otro de los nuestros, porque aunque Pepe no jugara como local allí, lo hizo con las camisetas de Maristas y del CB El Palo, soy de los que considera que todos los equipos de Málaga no dejan de ser hermanos que un día llevan otro color de ropa, pero tienen el mismo objetivo: hacer nuestro baloncesto malagueño más grande.

2 respuestas a «La importancia del hermano de Ernesto.»

  1. Buenos días, Juan Carlos. Sigo tus publicaciones y análisis (por las que te transmito mi enhorabuena) con asiduidad, aunque hasta ahora no me había planteado participar comentándolas.
    No puedo estar más de acuerdo con tu apreciación. La ausencia de Alberto es fundamental en un equipo que desde hace varias temporadas se viene conformando sin valorar la figura del base. No es que no existan buenos bases, es que el club y su dirección deportiva no apuestan por contar con, al menos, dos directores de juego, en el error para mí incomprensible de asumir que en el baloncesto moderno lo que existen (y deben existir) son lo que indicas: finalizadores, mareadores, saltadores, etc… “polivalentes”.
    Tan sólo fijarnos en las plantillas de Real Madrid, Barcelona, Tau (para mí siempre será Tau, por lo clásico) o Valencia, revela que cuentan con, como mínimo, un par de directores de juego.
    A nuestro club le ha dado por abonarse a la figura del “combo”, que acaba no siendo ni una cosa ni la otra ni la contraria de ambas.
    Y no es oportunismo al que ahora me sume por la lesión de Alberto y las dos humillantes derrotas sufridas la semana pasada. Es algo que con quienes hablo de baloncesto no dejo de repetir.
    Toca ya dejar de tropezar no-sé-cuántas veces con la misma piedra y contar con dos bases, que los hay en el mercado y accesibles para Unicaja, para que situaciones como la actual dejen de repetirse.
    Es evidente que quienes entienden más que nosotros de baloncesto y toman las decisiones no tomarán nota de esta opinión, que es sólo compartida por cientos y cientos de profanos que tan sólo llevamos décadas siguiendo el apasionante deporte de la canasta, lo cual a lo mejor nos cualifica un poquito.
    Un saludo y… ¡ a seguir animando!

    • Muchas gracias por seguirme, es una alegría recibir comentarios y un honor contar con gente como tú para los que leerme es útil, aunque sea un poco. Agradecido nuevamente. Un saludo y espero que la cosa se enderece.

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