El domingo acaba la Copa del Mundo. Sería más que bonito escribir que España ha conseguido su segundo título continental y que el broche para la generación más talentosa del baloncesto patrio es el que se merecen por todo lo que han aportado al palmarés de nuestro deporte en los últimos años. Es algo que espero plasmar el domingo próximo y tener una alegría inmensa, como la gran mayoría de los que seguimos el baloncesto. La actuación del equipo nacional tiene muy pocos peros, que a fecha de hoy todos los partidos se traduzcan en victorias, y que la diferencia menor frente al adversario sea de 16 puntos (ante Serbia) habla de la tranquilidad que debe transmitir el plantel que maneja Juan Antonio Orenga para conseguir llegar todo lo arriba posible, algo que no debería extrañar tampoco. No obstante, y aunque el deseo de todos nosotros es verlos en lo más alto del podio, hay detalles y circunstancias que hacen que me pregunte cosas. Algunas vienen de lejos, tal vez desde la confección del grupo. Aún teniendo claro que la parte importante de la selección (los Gasol, los bases, Navarro, Fernández, Ibaka y Llull) son los que han de llevar su peso, me llama la atención que haya jugadores que se han caído de la rotación, como en el caso de Felipe Reyes; y que otros no tengamos idea de por qué han ido, como ocurre con Víctor Claver. He dejado de lado a Álex Abrines, porque el papel del balear en su debut con la selección no ha de ser el de protagonista, pero cada vez que leo en crónicas que el futuro del Barcelona y de España pasan por sus manos, un dolor se apodera de mi corazón de cajista veterano, por la malísima gestión que se hizo con alguien que no estaba por irse y que podría haber sido la imagen del club tan maltrecha estos últimos tiempos. Con respecto a la gestión de la selección, necesitaría que alguien, con paciencia y como si tuviera cuatro añitos, me explicara que la actuación de Claver y Felipe es mejor y netamente superior que la que hubieran aportado Carlos Suárez y Fran Vázquez. Aquí no tengo en cuenta colores ni nada, pero si el valenciano viene esta vez de alero alto (en el Eurobásket de Eslovenia venía de ala-pívot) y el cordobés ha quedado limitado a minutos residuales, con los dos cajistas España tendría un alero alto (que no tiene) y un pívot con una capacidad atlética similar a la de los tres titulares. No entiendo que con la situación de Claver de tres, la rotación de pívots quede resumida a Pau y Marc Gasol y Serge Ibaka, habiendo quedado Felipe casi desterrado. No me creo que llevar a tres bases con vitola NBA sirva para que Ricky Rubio siga sin anotar un triple, sobre todo cuando es el titular indiscutible. Sergio Rodríguez ha pasado de estar cómodo y plácido saliendo desde el banquillo en el Real Madrid a parecer estar fuera de sitio con su situación en la selección. Y con respecto a Juan Carlos (perdón, José Manuel) Calderón una de dos, o a Phil Jackson su pasado hippie le está pasando factura y le va a regalar un sueldo digno de ex ministro al nuevo base de New York Knicks, o la evolución es digna de la que tuvo que adoptar el bueno de Curro Ávalos, que pasó de ser un base brillante a tener que defender a aleros altos porque lo colocan con otros dos pequeños en cancha, y limitarse a tirar desde siete metros por necesidades del guión. Más o menos lo de Llull, pero en el caso del mahonés, no hay problema, porque no estamos hablando de un base puro. Con Juan Carlos Navarro no hay duda, aunque no esté en su mejor momento, es tan fiable como un reloj suizo y sigue siendo la mejor arma. Y con Rudy, las dudas que se tienen son las mismas que él provoca: el madridista todo lo que tiene de bueno lo tiene polémico, consiguiendo a veces llegar a ser odioso. Genera dudas saber si será el de la final olímpica de Londres o el de las finales en las que se mete en guerras ajenas y le duele el dedo o la espalda. Del entrenador es complicado hablar. Orenga no ha encontrado rivales que le pongan a prueba en cuanto a la dirección del equipo en cancha. De la gestión de minutos ya he hablado y sinceramente no me convence. El problema viene porque la conciencia general tiene claro que es el talento de los jugadores lo que hace magnífica a España. Del inquilino del banquillo se le tiene más dentro de aquel perfil bajo que reclamaba Jorge Valdano para los entrenadores del Real Madrid de fútbol, y bastó una mínima ocasión para entrar en una refriega contra los serbios que no aportó nada positivo. En cuanto a esto último, el tema de discutir y hablar ahí tenemos uno de nuestros puntos fuertes, lamentablemente. Da igual que arbitren un albanés, un zulú y un alhaurino, cualquiera de nuestros jugadores hablará con todos los árbitros, en plan colega, indicándole dónde les duele, si el otro le ha dicho tal o cual cosa, si se ha puesto en tal raya o si les ha pisado. La frase de Sasha Djordjevic diciendo que «España no necesita ayudas» es cierta. Sin pensar u opinar sobre arbitrajes que puedan ser tildados de caseros, lo cierto es que ganarte dos técnicas ganando de veinte en un partido que tienes decidido, significa que, o juegas frente a la familia Corleone o el nivel de concentración no es el que van a requerir las citas más inmediatas. No creo que España vaya a tener tan cerca en un futuro próximo la posibilidad de ganar un Mundial, pero el enemigo no sólo es Estados Unidos, el espíritu anterior a la victoria en Japón es el que se necesita.
La selección española
9
Sep
Excelente análisis y exposición de hechos desde un plano bastante imparcial, Juan Carlos. Felicidades. A mí también me fastidia tanta charlita y queja con los árbitros. No nos hace falta. Lo veo como una forma de estar en todo y no despistarse ganando de 20, pero no, no tiene sentido.
En cuanto a las rotaciones y jugadores creo que no se eligen a los jugadores por su técnica individual sino por el rol en el sistema de 12 jugadores, lo cual tiene cierto sentido. De ahí que estén un Claver si jugar, un Felipe siempre cumplidor aun no saliendo o un Calderón.
Muchas gracias por seguirme, es un honor que te guste lo que escribo.
Una selección tiene una dinámica diferente de un equipo de club, al tener un torneo con menor número de partidos y mayor incidencia de cada uno, por eso, la elección de jugadores tiene más trascendencia. Este grupo ha estado bien con jugadores como Víctor Sada en su momento con un rol totalmente secundario, pero bien definido. Creo que ahora, los que han ido ha sido por buenos (obvio) y otros por ser “amigos” del método FEB. Resumiendo: varias plazas útiles perdidas. Una pena.
Gracias otra vez y espero que continúes leyéndome.