Las palabras son como los bosques o como las piedras. Tienen raíces y se enraman, o se aglomeran. Y juntas forman bosques o montañas. O textos y discursos, poemas, relatos, diccionarios: porque son también como ríos, y pasando por sobre los tiempos y las generaciones, dicen algo hondo del hombre y sus avatares.
Hoy, asociadas al electrón y a las formas de transmisión cibernéticas, las palabras siguen siendo el cuerpo visible de escondidas o sólo disfrazadas formas, que son sus almas más lejanas : las raíces del idioma, nuestra patria visible más profunda.
En estos textos o entradas nos centraremos en ver de desentrañar eso : los sentidos más hondos, (¿oscuras noticias?), de las palabras, sus implicaciones semánticas, sus valores artísticos, poéticos, eufónicos. La música del lenguaje. Sin perder de vista el propósito último de toda comunicación, es decir, de toda “común unión”, (que “comunicar” y “comulgar” dicen lo mismo), que facilite maneras de diálogos en los senos vivos de todas las culturas.