El soporte financiero de la Junta de Andalucía, UNICAJA, advierte sobre la grave situación que esta advierte sobre la grave situación que esta Comunidad enfrentará durante 2013
Los datos son abrumadores. Baja hasta el turismo, uno de los muy principales sostenes de la economía andaluza. Las exportaciones son un horizonte previsor, aunque hay que tener cuidado con los chinos, que prevén producir más aceitunas que Jaén, principal proveedor mundial del producto con un 20 por ciento del total. En medio de este horizonte, los partidos políticos andaluces intentan proclamar un pacto, que ayude a salir de la UVI económica a una región desolada por el altísimo índice de paro y por la depresión continuada.
Los lobos chiquitos de Málaga no se ponen de acuerdo. El pequeño lobo del PSOE no quiere pactar con el del PP, prefiere que sean los lobos mayores, los que aúllan por Sevilla, los que tomen la iniciativa. Están en ello. El gran lobo socialista, Felipe González aboga por un pacto de Estado, que sería una primicia en la historia reciente de la democracia española tan despojada ahora de victorias consagradas. Si el alto jerarca lo dice será porque las cosas están negras, sin túnel, ni final; sino todo oscuridad e incertidumbre.
Por su parte, en su labor técnica y de aviso a navegantes, el grupo de economistas que arropa UNICAJA, el Banco, no el equipo; ha anunciado su más reciente análisis de la situación en Andalucía, previendo un 2013 escalofriante. El PIB caerá 1,6% -una décima más que el de España–; la actividad productiva en general cae en picada: 7,1% en la construcción; 0,4% los servicios y la guinda del pastel con un paro del 36,5%, el más alto del país, superando en 9,5 puntos la media nacional. La Comunidad andaluza como paradigma del caos económico. Parálisis del cuerpo productivo y del tejido empresarial público y privado. ¿Se puede estar peor?
No se salva ninguna provincia de esta contracción. Más en Jaén y Huelva, donde las caídas estarán entre el 2,9 y el 2,5%. Algo menos en Cádiz y Granada, y en Málaga, donde la caída del PIB será inferior con un 0,7%. Como consecuencia grave, el consumo en los hogares cederá un 2,4%, debido a la alta tasa de desempleo y las reducciones en los salarios de quienes aún tienen una nómina a la que aferrarse. Como colofón, la inversión pública se verá contraída en un 4,8%. Entre tanta numerología adversa, los expertos de UNICAJA señalan que las exportaciones vienen creciendo en un 5,2% por 11 trimestres consecutivos, algo es algo.
Aunque los que han dirigido este informe afirman que este año será levemente mejor que el pasado, recuerdan que no se puede crear empleo con un PIB negativo o que tan sólo crezca, en el mejor de los casos, medio punto. Austeridad, sí; pero con medidas que fomenten el crecimiento de todos los sectores económicos regionales. El turismo y el sector agrícola, aunque disminuido éste, siguen siendo la locomotora de la economía local. En la Costa del Sol y ahora también del Golf, subrayan los economistas de UNICAJA que se aprecia una leve caída en 2012 en relación a 2011, aunque la esperanza sigue puesta en la demanda de turistas europeos, principalmente del Reino Unido, Francia y Alemania, que siguen viniendo, pero restringiendo sus gastos.
Un apartado del informe dedicado al mercado inmobiliario, aquella burbuja que explosionó en pleno rostro de Andalucía, indica sobre las viviendas que están sin vender. De un parque de 97.127 casas, se han vendido 10.011, sólo algo más del 10%. El resto podrían ir vendiéndose en unos tres años más. Un suspiro si se compara con la situación de los inmuebles de otras Comunidades, donde las estimaciones señalan que, Cataluña, Valencia o Aragón les espera un largo paréntesis de seis años para colocar las suyas. La espiral es maligna, porque aunque han bajado los precios de los pisos de manera sensible en Andalucía, los créditos hipotecarios están represados en el sistema bancario español.
Los informes técnicos tienen eso. Dan cifras frías, pero indicativas de una realidad que, en menor o mayor grado, la gente percibe en sus casas, y a la hora de ir tirando en el día a día. Mientras, los lobos intentan poner en pie un acuerdo de mínimos, un pacto que deponga las piedras que se arrojan a diario, para encontrar juntos la solución a esta ecuación que nadie ha podido despejar hasta ahora.