Una investigación anglosajona dice que la humanidad es una sola familia, vaya. Los nazis estarían cabreados. Estamos conectados, aunque faltan los hispanos
Los científicos (estadounidenses e israelíes) lo llaman ‘genealogía colaborativa’. Se basan en el estudio del árbol genealógico de 13 millones de personas, aunque solo en el ámbito anglosajón. Los latinos pueden esperar, no sea que vayan a dar una sorpresa. Por tanto, esta ‘historia de la humanidad’, como la denominan ellos, es parcial, aunque reveladora sin duda. El trabajo, publicado en la revista Science, ha comprobado unas 11 generaciones, aportando nuevos detalles sobre la influencia de la cultura occidental en la diversificación genética de las poblaciones humanas. El equipo de investigación, que reúne a genetistas y científicos informáticos, también ha analizado el árbol para estimar la base hereditaria de la longevidad, que calculan en torno al 16%.
El director del equipo, Yaniv Elrich (genetista e informático de Columbia University), basándose en la teoría matemática usada por ellos, afirma que si cada persona pudiera proyectarse a 75 generaciones –es sólo una teoría– podría observar un árbol genealógico inmenso, es decir estaría conectado a toda la humanidad anterior a él. Apunta que 75 generaciones abarcan sólo unos 2.000 años, póngase a pensar por un instante solo, porque abruma, si se pudiera hacer hasta la prehistoria. Venimos de aquellas cavernas y allí comenzamos a ser primos. Mientras tanto, nos hemos estado matando por razones de supremacía racial, por esto o aquello. Guerras cainitas en todo caso. Elrich asegura: “Toda la humanidad es parte de la misma familia”. Faltan los primos latinos, que también debemos ser familia de los otros, seguramente. Como toda macro investigación, hay que poner el dinero por delante. Elrich, además de investigador de la citada universidad estadounidense, es el director científico de MyHeritage, que a su vez es la propietaria de Geni.com. Empresas que han avalado y sostenida el estudio referido. Pequeña diferencia que hace que EEUU sea país puntero en estos temas. España apenas se asoma a tales proporciones.
La investigación se centra en los últimos 500 años, cuando la Edad Moderna empezó con el descubrimiento del continente americano por España. Los investigadores precisan que el 85% de los perfiles de la empresa Geni.com está conformado por usuarios de Europa y EEUU. Donde se especifica lugar y fecha de nacimiento de cada persona. A partir de ahí, la investigación dio forma al concepto de ‘somos la misma familia’. Es una prueba evidente de que los resultados son sesgados. Inferir de esto que han descubierto la historia de Occidente, parece solo una visión anglosajona del asunto, sin quitar importancia a sus conclusiones. Francisco Ceballos, genetista de la Universidad de Witwatersrand de Sudáfrica, que no participó es esta investigación, echa en falta haber tomado en cuenta a los usuarios de España y todo el mundo iberoamericano. Esta historia de la humanidad estaría más completa. Elrich le ha contestado que efectivamente hay un sesgo. Se debe, dice, a que Geni.com tiene mayoría de usuarios de habla inglesa, con raíces en Reino Unido, y un sistema de apellidos que facilita la genealogía. Que le vamos a hacer el idioma inglés siempre tan por delante y solo toma las fuentes propias, que listos.
Con 550 millones de personas instalados en la lengua española es hora de exigir un lugar en el mundo. También en la genealogía de la humanidad. No es por aspirar a un territorio de primeras medallas, sino por el significado de una cultura universal. Que estos admirables investigadores anglosajones se hayan puestos a la ardua tarea de establecer nuestra hermandad mundial es más que loable. Olvidar al grupo hispano, parece un error de bulto o una dejadez impropia de la investigación académica, que después ocupa los primeros lugares en los ranking mundiales.
Ahora, el gobierno de España, siempre tarde y tan alejado secularmente del mundo hispánico, se apresta a promover el idioma español dentro de la llamada Marca España (no la venden en los supermercados). El invento tiene sublevadas a las Academias Hispanas de América y a los nacionalistas locales vascos y catalanes, como suelen. En Latinoamérica prefieren hablar de Marca Panhispánica, que incluiría a las 23 naciones en las que se habla en español. Desde allí, se recuerda el esfuerzo de dos décadas de diplomacia cultural, convergiendo todos los países en torno a nuestro idioma.
Desde aquí, incluida la RAE, se mira este intento como una centralización de la lengua común. Se critica la visión errada del gobierno por plantearse ser el centro del dominio lingüístico, en vez del policentrismo. Parece olvidar el ministro Íñigo Méndez de Vigo, que en América hay países con más habitantes que España, que hablan nuestra lengua. Sin contar a los 60 millones de hispano hablantes que viven en EEUU. Los académicos de Argentina, Colombia, México, Venezuela han alzado su voz contraria. No se trata de negar la idea, sino de afinar las formas para que tenga mayor fuerza en el mundo. Sostener el proyecto Panhispánico daría fortaleza, para que investigaciones como las comentadas nos tomen en cuenta o al menos se lo piensen.