Como las cabezas de la Hidra, si le cortas una, le crecen dos, el Puerto resurge en las noticias con defensores implacables de la verja, mientras se busca un Heracles que concluya el trabajo
Unas sorprendentes declaraciones del arquitecto del Puerto afirman que la verja debe quedarse para proteger a los peatones, mientras no se resuelva el raudo tráfico automotor del Paseo de los Curas. Una polémica da entrada a otra, mientras nos disponíamos a discutir qué hacer con la verja derribada, volvemos atrás, porque quien lo dice es el creador de las sorpresas. La Hidra del Puerto goza de buena salud. Ayer un fue un latigazo, ahora los cocodrilos.
Parece que todo este embrollo no se planteó bien desde el principio. Si el arquitecto pensaba lo que dice que piensa, ¿por qué no esbozó una solución al tráfico que dice que impide tirar la verja? Si construyó su proyecto pensando en el futuro enlace Parque-Paseo-Puerto, ¿por qué ese empeño ahora en dejar la verja en pie? “El palmeral se ha construido a la misma cota que el paseo del Parque, elevado sobre el paseo de los Curas, por si algún día se funden, para que puedan hacerlo a la misma altura”. Pareciera que ese desnivel es lo que impide quitar la verja ahora. Antes de derribarla, hay que eliminar el ‘foso de cocodrilos’ del Paseo de los Curas, dice este arquitecto de palmeras, que no parece saber que hay allí dos semáforos con sus pasos de cebras –no de cocodrilos–, y que siempre se puede aminorar la velocidad con badenes, u otro paso más para que los paseantes atraviesen sobre las rayas de las cebras, evitando los voraces cocodrilos. ¡Junquera, dé soluciones prácticas no soberbios impedimentos! Sepa que los malagueños queremos que ese Puerto pertenezca realmente a la ciudad, y que un solo metro de la verja en pie lo impide. Por ahora, ciudadanos 1 – Linde y Junquera 0.
Bicis. Como las bicicletas son para el verano, los forofos del vehículo menos contaminante, después de los propios pies, han levantado la voz contra una normativa de circulación, que les parece exagerada y sin consenso con ellos. Si se han extendido los carriles bicis, cosa de agradecer, todavía hay grandes superficies de la ciudad, todo el Este, sin un solo metro de tales viales específicos. De manera que si se quiere ir de El Palo al Parque, a menos que arriesgue su vida por la calzada automotriz, tendrá que circular por el paseo marítimo peatonal, con multa segura si se aplica la nueva norma. No se puede aplicar estrictamente esa normativa sin haber concluido la red de carriles, para que los ciclistas no recuerden la película de Juan Antonio Bardem, ‘Muerte de un ciclista’.
EMT. Medalla de oro para un servicio, que pierde pasajeros y piensa seriamente en subir las tarifas. No hay dudas al respecto, los autobuses urbanos malagueños sirven bien, han ganado en puntualidad, están relativamente limpios, ya se roban menos los martillos para romper los cristales, algunos conductores encienden el aire acondicionado si son jóvenes, pero los mayores no se llevan bien con el aire frío, la tecnología de las comunicaciones ha puesto a la red en los móviles y en las pantallas de la paradas, y todo eso se premia. Pero el billete que siga como está, ya es suficiente con las tarifas altas, altísimas de los parking municipales, a más de un euro por hora. Una cosa compensará a la otra, pues la caja es la misma.
Veranito. Se aproxima el acoso y derribo del ruso de Pinares. Se nos dice desde una Fuente solvente, creíble y seria, que van a por el ruso sin miramientos. Ya era hora. Esperaremos que caiga sobre su atalaya todo el peso de la legislación urbanística. Las cuentas del Festival de Málaga de cine español no cuadran. Dicen que le deben, pero los deudores dicen que no deben. Números que bailan desde 2008 en una pantalla desenfocada. Si el único certamen cultural de proyección nacional se cae, mal asunto para las pretensiones de la capitalidad europea. La voz de la ministra, González Sinde, avisa que aportará más presupuesto para esta cita del cine made in Spain, una ayuda bienvenida para el futuro, pero que no aclarará las cuentas del pasado. Las natas siguen flotando en las tranquilas aguas de la capital de la Costa del Sol o más bien la de las Natas. Otra noticia reiterativa y cansina de la que escribir titulares durante este período del año caliente, pero frío de noticias. Pobre, gran Mare Nostrum.