Las elecciones se ganan o se pierden en los barrios. Tras extraviar 6 concejales, Paco de la Torre se acuerda de esa regla de oro. Destina 6 millones de euros a maquillar distritos
Mientras se lamen las heridas de la gran pérdida de media docena de concejales, y a pesar de haber invertido en los barrios antes del proceso electoral otra tanda de millones para adecentarlos, ahora se distribuyen otros 6 millones euros en los once distritos de la capital, con el objetivo de recuperar el voto perdido, y de cara a la otra gran convocatoria a la urnas para el gobierno de la nación. Aunque nunca es demasiado el esfuerzo para paliar las necesidades de los malagueños, nada se habla aún del principal problema, que salta a la vista si se pasea por las calles de cualquier barrio de la ciudad (elija uno al azar), para comprobar que Málaga está, sigue sin estar limpia. En este plan nada se habla del monte Gibralfaro, que hace siete años duerme en un cajón, el proyecto semiolvidado, para ser convertido en un parque urbano y que deje de ser el basurero general en el que se ha convertido.
Tras descubrir que hay un dinerito sobrante, el gobierno municipal dedica seis millones de euros (tal vez uno por cada concejal perdido), a maquillar aceras, asfaltar calles, plantar arbolitos, enroscar bombillas de bajo consumo, reactivar fuentes, urbanizar, y otras actuaciones generales para intentar recuperar esos votos extraviados en los últimos cuatro años. En total han contabilizado 45 actuaciones a financiar con ese importe. La caja municipal ha aflorado unos 81 millones de remanente del pasado año, así que han apartado un 8 por ciento aproximadamente para devolver algo de lustre a esos barrios, que dijeron NO a Paco, Sí.
Para que nadie pueda señalarles de preferentes, han distribuido el plan-maquillaje en los once distritos a un promedio de 200.000 euros por cada actuación, aunque el grueso de la pasta se la lleva la pavimentación, un tercio del total presupuestado. Si aun con este tipo de mejoras el alcalde perdió su preciada y acostumbrada mayoría absoluta, ¿por qué ahora debería devolverle votos al PP/Rajoy en las generales? Habrá que esperar a finales de año para contrastar esos votos malagueños, una vez que estrenen sus nuevas aceras.
También es, cómo dudarlo, una respuesta política de apoyo a su partido. Tras las polémicas declaraciones acerca de su número dos en la lista municipal, había que tener un gesto de cariño y no sólo de palabra. Aquí está mi contribución: 6 millones de euros de los malagueños para ellos mismos, habrá pensado el regidor, que rige por la gracia de Cassá. Ese segundo compañero de partido, que no lo es tanto en la práctica, acaba de declarar el pasado domingo, que el hacha de guerra está enterrada, pero que le dolió escuchar a su alcalde decir que estaba arrepentido de haberlo llevado tras su espalda olfateando el ansia de ser alcalde a la vuelta de la esquina. Las malas relaciones están calmadas, pero no apagadas, el rescoldo arde bajo la cenizas. También es una forma de apoyar a Celia, que aspira a seguir en el Congreso, como diputada adicta a los jueguitos parlamentarios. Aunque la exalcaldesa, que tuvo a Paco de segundo y le dejó sentado en el sillón de primer edil, haya declarado con claridad, que su recomendación es que ha debido retirarse ya. Predica para Paco lo que ella no se aplica a sí misma. Cosas de casa, que ocurren en las mejores familias políticas de este y otros países.
Además de pagar facturas a los proveedores, ese remanente no parece dar para mucho más. El Consistorio de Paco tiene aparcado el adecentamiento de Gibralfaro, una proyecto para el que necesita 28 millones euros, y que dice no tener. El monte que mira al mar y da la espalda a la ciudad, puede esperar. Hay otras actuaciones, una vez consolidada la museitis, el enclave Moneo estacionado; el edificio de los antiguos cines de la plaza la Merced sin atisbo de solución; el trazado del Metro, que rompe ya calles del Centro de la ciudad, sin que se aclaren los permisos municipales a la Junta para tales obras, o la aparcada solución a la limpieza integral de la ciudad toda. Y así, viene la Feria, sin mayores sobresaltos y el verano transcurre entre la ola de la caló más larga de la historia y las promesas electorales de Rajoy, que van de bajar impuestos y devolver pagas a los funcionarios a crear empleo a millones, sin dejar de repetir que somos la primera potencia económica de la UE. Nadie se lo acaba de creer.
Con los barrios compuestos, se olvida de nuevo al monte del Castillo, que podría brindar una extensa zona de expansión (635.358 metros cuadrados) para el turismo local y visitante en un enclave histórico que, como el Puerto, continúa dando la espalda a la ciudad. Y junto al plan-maquillaje podría ser un hito de gran aprecio por parte de la ciudadanía. El cambio comienza por modificar las actitudes y fijar las prioridades con discernimiento de futuro. En la Casona del Parque se sigue gobernando con criterios cortoplacistas.