Rebajas

Málaga en rebajas. Un país en rebaja resiste mejor. La Bolsa pinta ases. La economía respira asistida. Los malagueños vuelven hoy a la realidad

Con las rebajas en pie, así empieza el año en Málaga.160 parados menos. La vivienda nueva sigue a la baja, compre sin pensarlo. La venta de automóviles aumenta un 8%. Los empleados públicos han perdido un 40% de capacidad adquisitiva, según el sindicato CSIF, y la rebaja salarial continuará en este año, anuncia la Junta. En esta Málaga de tabernas y tabernícolas, la asistencia a los museos se ha incrementado asombrosamente. El equipo de fútbol local anda a trompicones en la agonía de cada fin de semana futbolero, que no futbolístico. 27.800 hogares sin ningún ingreso en Málaga, según el PSOE y en cientos de miles no encienden la calefacción. Un año (2013) seco y cálido en esta tierra del sur mediterráneo, aunque no lo fue para chicos de fortuna, como Bill Gates o el señor de Zara. La cabalgata de Reyes en extrema seguridad, tras el accidente fatal del año pasado, que le costó la vida a un pequeño que buscaba caramelos, y que ahora, a un año vista, sigue en pie la querella judicial por parte de la familia del niño fallecido. Con el arranque de las rebajas hoy, los comerciantes malagueños esperan facturar unos 38 millones de euros, si es que los bolsillos agujereados aún resisten.
Los franceses del Pompidou vienen a revisar el ‘cubo’ de cristal, que daría albergue a su colección viajera. El espacio del Puerto, que quiere dedicarse al arte mayor de la plástica mundial, sigue en el entredicho por la tasa portuaria y del acondicionamiento, un pico que la Fundación Unicaja-Banco no termina de aclarar si cargará con su financiación o no. Estos elegantes emisarios del museo francés, saben que sus antepasados napoleónicos se inventaron el término, hoy tan malagueño, de merdellón. Se espera que hayan pasado página ante esta Málaga posmoderna y posconstructivista.
El invierno sigue apacible por aquí, aunque con viento racheado que reparte la humedad por los barrios. Eso aún es gratis, el soplo natural, aunque la luz eléctrica haya subido, una vez más, y los impuestos acosen al personal sin misericordia. Las colas largas y nutridas buscando la sopa cálida, que reparten cada noche junto al seco río Guadalmedina los ‘ángeles de la noche’, parecen un cuadro de Goya del siglo XXI, unos 3.000 desposeídos desfilaron en Nochebuena ante las marmitas calientes. Una medida sociológica que da la foto fija de una degradación humana insoportable. ¿Habrá que recordar a la joven y nueva dirigente de Andalucía que seguimos a la cola del desarrollo? No, lo sabe de sobra.
De telón de fondo el espinoso tema del aborto. Si las diputadas del PP tuvieran real libertad de voto, se lo podrían poner difícil a ese liberal de sotana antigua que es el ministro Gallardón. Las mayorías cerradas nunca han sido buenas consejeras en estos sistemas parlamentarios de democracia pacotillera. Nos queda leer. Este año que empieza nos ofrece un refugio en la literatura. Se va a recordar mucho a Julio Cortázar a Guillermo Cabrera Infante y a Albert Camus. Uno, argentino, fue fiel al castrismo cubano hasta el final; mientras el otro, cubano, huyó de la isla sin ver el fin de la dinastía estalinistas caribeña. Ambos dieron lustre a las letras, que aguanta siempre la carga de las ideas. Camus sabía de libertad. Hay mucho que leer, mientras esto se recupera de la larga sombra de la señora crisis.
Panamá queda muy a trasmano, un horizonte lejano en expansión, sino fuera porque la empresa que hace el nuevo tajo entre los dos océanos es española y está pidiendo un 50 por ciento más de lo presupuestado, algo más de un millar de millones de dólares. Y eso, aunque, como decía Lorca Andalucía termina en La Habana, que está casi frente a Panamá. Aquí en Málaga lo que conocemos de esa tierra son los sombreros, muy socorridos y elegantes para las cabezas veraniegas, un panamá luce siempre bien y tapa el rechinar solar sin peso y con gloria.
La marca España, sol, alegría y cachondeito del bueno sufre con temas de la prensa internacional como el de Panamá. La ministra del ramo está con sus pies en el Canal. Falta saber si el gobierno español correrá a socorrer a Sacyr, como si fuera un Banco en bancarrota. Sería una acción de libro Guinness. Mientras, Málaga se estira en un intento de dejar atrás tanta estrechez y desasosiego, tipo literatura portuguesa.