Los andaluces van a votar antes de tiempo. El marqués de Larios baja de su pedestal malagueño. Otro ‘marqués’, el bolivariano Iglesias, ya cogobierna España
Este país se bambolea de una idea a un globo sonda; de un anuncio a un contra anuncio (Bombas/Corbetas sauditas: 1.800 millones/€ y 6.000 empleos en juego); de un decreto-ley a un diálogo. Gobernar era eso: nada fácil. En la arquitectura electoral se vota cuando más conviene al partido que gobierna. Por eso, el de España las retrasa tanto como puede (dice tener un plan hasta 2030). Mientras en Andalucía se adelantan, porque es el momento que indican los sondeos internos. Todo sea por mantener en pie esta democracia de la Transición, que ahora parece un paño desgastado, hacia una ‘democracia bonita’. Pablo Iglesias, el que ha dejado grabada su admiración por la revolución bolivariana, acaba de anunciar, desde La Moncloa, que está en cogobierno con Pedro Sánchez. Lo que parecía es. Habla, en efecto, como si fuera un copresidente ante los micrófonos. Aquí está pasando algo grande. A pie de Málaga, el pedestal escultórico del benefactor de la ciudad en el siglo XIX va a ser restaurado. Por unos meses no vigilará la calle que lleva su nombre. Cuando vuelva, su nueva ubicación estará marcada por el progreso que él tanto propició. Las venas ocultas del Metro así lo han decidido.
El territorio hispano está que tiembla. La factura electrificada de la luz a punto de cortocircuito. Un 25% de incremento en un año. Amenaza con seguir electrocutando los bolsillos ciudadanos. Y el invierno aún no ha llegado. Al pairo, el gobierno anuncia que va desmantelar las centrales nucleares, que producen parte de ese fluido eléctrico. Más cortocircuito. Los alimentos básicos, sobre todo pescado y frutas, están al alza. Agosto ha sido el peor mes histórico de la serie estadística para el empleo, es decir el desempleo. La cifra global nacional sigue por encima de los 3 millones de parados. Un problema crónico enquistado en la economía nacional. Sigue estando en unos 10 puntos por encima de la media de la UE. Como referencia, la provincia de Málaga con una población de 1,7 millones de habitantes, los desempleados en agosto son casi 141.000 (9%). Los turistas a la baja este verano. Por estos lares, las clases comienzan con menos niños, aunque con más profesores. La tasa de natalidad en descenso constante, de las más deprimidas de Europa. Es que tener hijos cuesta dinero.
El territorio andaluz es socialista. Aun en las bajas horas electorales siempre termina gobernando. Desde que asomó la democracia española ha sido así. Con apoyos puntuales, como ahora con Ciudadanos, o cogobernando con aquel Partido Andalucista, que pasó como tormenta de verano, el PSOE andaluz ha sido amo y señor del cortijo. Las democracias desarrolladas, no es el caso de la española, los períodos de gobierno suelen ser de dos seguidos con el mismo candidato, siempre que obtenga mayoría. Aquí no se estila tal sana previsión. Los ha habido con más de veinte años en Sevilla, sentados sobre sus mandatos continuados. No soltar el sillón ha sido y es la consigna. ¿Ha progresado Andalucía?, comparada con los años oscuros de la dictadura o con los inicios del siglo XX, claro que sí. Tiene aún cuentas pendientes, también.
Con casi 9 millones de ciudadanos, el costo de la sanidad universal y la educación, tienen un precio altísimo. Por no hablar de 10 universidades públicas, que es una pesada carga para esos presupuestos andaluces. Se pecó de soberbia en su momento con aquel ‘café para todos’. Seguramente con 5 Academias hubiera sido más que suficiente. Pero la política no piensa en el futuro, sino en el presente electoral. Por eso, se adelantan las elecciones ahora. Por verse los resultados, seguramente en noviembre, el escenario de la gobernabilidad podría cambiar. El actual de Susana Díaz es con el aval de Ciudadanos. Si los resultados de éstos resultaran en un incremento, puede que suceda (están de actualidad en Cataluña y las teles recogen sus imágenes, como la derecha democrática, también señalados como señoritos fascistas), van a pedir cogobierno, que también está de moda. Fuentes consultadas de absoluta solvencia, dan por segura tal posibilidad. Una de las Consejerías que tendrían es la de Turismo Andaluz. No está mal para empezar. Para Ciudadanos ha llegado el momento de gobernar donde puedan. En el Ayuntamiento de Málaga sucederá lo mismo, ya sea con el PP o con PSOE, tema para otro artículo.
La cuesta arriba de septiembre se muestra inquieta. La vida está cara. El presente revuelto. Cataluña independentista en estado de rebelión permanente. Una patata caliente para Sánchez, que va cediendo terreno a un diálogo imposible, si su interlocutor no cede en su consigna: ‘Libertad sí o sí’. Libertad tienen dentro de la Constitución, les ha señalado el gobierno. Otra cosa es que Carles Puig Demont, el exiliado en su diván amarillo y su banda no se bajan del burro. Quieren no ser españoles nunca más. Si España se convierte en una nación de naciones, como también ha esbozado el presidente parlamentario, Pedro Sánchez, esto va a ser de verdad un país diferente. Que la fuerza y la suerte les acompañen, al menos hasta el gélido invierno que se avizora.