Una radiografía del ejercicio del periodismo en la región malagueña dice que hay un pequeño avance en la recuperación del empleo en el sector. Aunque todo en precario
Se ha realizado en el recién estrenado ‘Observatorio de la Prensa de Málaga’. Ha sido una tarea encargada por la Asociación de la Prensa de Málaga en combinación con el Colegio de Periodistas de Andalucía en su delegación de esta ciudad a la Fundación Madeca (Diputación Provincial). Asimismo ha contado con el asesoramiento del profesor Bernardo Díaz-Nosty de la UMA. Se ha pretendido con este informe (primero de su clase en la provincia) realizar una aproximación al estado del empleo periodístico. Quiénes, cuántos, dónde trabajan, cuál es su situación salarial, en qué Medios laboran. La metodología utilizada se ha basado en el cruce de varias fuentes: Encuestas directas, datos procedentes de la afiliación a la Seguridad Social y los referidos al paro registrado y contrataciones que aporta el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). El sondeo se realizó entre junio y septiembre de 2016. La muestra encuestada fue de 96 respuestas (50 hombres/46 mujeres).
Los indicadores internacionales, que miden la calidad de la información y su relación con los entornos democráticos en que se realizan, apuntan a que mientras más altos sean los índices de lectura de periódicos mayor es la fortaleza de esos Estados. Tal relación va unida a Medios de Comunicación verdaderamente independientes y sólidos. El panorama de la prensa local es deficitario en ese sentido. Redacciones disminuidas, presión por aumentar la difusión, pero con costes de producción al alza, inmersión digital que no alcanza aún los niveles de ingresos por la publicidad en papel. Un panorama que ha cogido a la prensa en general con el pie cambiado. Por una parte la crisis financiera y por otra la encrucijada digital, que no acaba de aclararse.
En medio de esta confusión generalizada, estudios como este, que se presenta el próximo jueves en la Diputación Provincial de Málaga, arrojan luz sobre la profesión periodística sobre quienes la ejercen y sobre los que han pasado al campo del desempleo o están buscando ingresar por primera vez en el ejercicio de este oficio. El estudio da una ‘visión aproximada de la situación laboral en la que se encuentran’. En el período de estudio el 80,2% de los encuestados tenía trabajo, el 14,6% estaba desempleado, mientras que sólo un 5,2 están jubilados. Destaca que, excepto un 4,2%, todos son titulados superiores. De éstos el 30,2% poseen un máster o doctorado. El análisis destaca que contar con una titulación doctoral no garantiza o facilita conseguir un puesto de trabajo.
El paro, dice este estudio, afecta mayormente a las mujeres. El 27,1% está en el desempleo, mientras que los hombres alcanzan solo el 8%. La situación de parado, se agrava con su duración. Los que llevan más de un año, es del 43%; entre 6 y 12 meses, 36% y menos de seis meses, 21%. Estos indicadores señalan visiblemente que encontrar trabajo en esta profesión es tarea difícil. Otra variable que llama la atención es el régimen del empleo. Los contratos temporales, a tiempo parcial se dan con mayor índice en mujeres que en hombres: 28,6%, 7,1% respectivamente. También es significativa la fórmula de ‘falso autónomo’, que están integrados en la estructura de la empresa. Aún la mayoría presta sus servicios en los medios de comunicación (51%), seguidos por los Gabinetes de prensa (21%) y un 14% en Agencias de Comunicación.
El análisis se desgrana en un pormenorizado paseo por la profesión, tales como las condiciones laborales, los tipos de contratación y las diversas ocupaciones que forman esta ocupación de la comunicación social. Es la primera vez que se realiza un estudio sobre la situación del empleo de los periodistas en la provincia en su conjunto. Se prevé que se siga haciendo periódicamente.
En la discusión mundial sobre la permanencia del periodismo tradicional, ese que llamamos de papel, destaca la voz de Martin Baron, director de The Washington Post, que asegura sin cortapisas que el papel tiene sus días contados. La situación de la economía, la política y la sociedad digital ha cambiado los parámetros de la lectura. El papel tiene que cambiar su objetivo hacia un panorama informativo en profundidad, mientras que el universo Internet está para consumir noticias, titulares, leads, la rapidez noticiosa es su cometido. Pero en esta disyuntiva la prensa tradicional tiene las de perder, según parece. El Informe Anual de la Profesión Periodística de 2015, que firma la Asociación de la Prensa de Madrid, dice que han cerrado en España 375 medios de comunicación desde 2008 y hay más de 12.000 periodistas en el paro. La caída en picado de la publicidad es la principal culpable. La disyuntiva, como siempre, es dónde está la verdad de las noticias. En las RRSS se suele mentir mucho y es fácil hacerlo. El periódico de papel tiene esa inmensa responsabilidad para que los lectores sigan creyendo en él o recuperen su credibilidad.