Garganta profunda

17 Feb

El paraíso suizo de HSBC es una caja fuerte libre de impuestos

El dinero no se esconde tras las sombras de un tal Grey, sino en las más seguras de la banca suiza. ‘Sigan el dinero’, que dijo Garganta profunda

‘Garganta profunda’ se llamaba William Mark Felt, quien era el segundo al mando del FBI en los días en que dos bisoños reporteros del Post comenzaron a tirar del hilo del caso Watergate. Nunca desvelaron su fuente, la más famosa del periodismo mundial, que siempre les recomendó ‘sigan el dinero’. Sus pistas off the record les pusieron en el camino de la comprobación informativa, que concluyó con la dimisión del presidente Nixon y llevó a la cárcel a Hadelman y Ehrlichman, jefe de personal y consejero presidencial, respectivamente en aquella Casa Blanca, plagada de micrófonos y cintas comprometedoras. Ahora, las fuentes secretas no están de moda, sale un tal Falciani y publica su SwissLeaks, para que el mundo sepa lo que sospechaba, que hay bancos que le guardan el dinero a los millonarios que no quieren pagar impuestos, incluidos gobiernos como el de Venezuela.
España es un país cercado por la corrupción. Desde el estrecho a los Pirineos y más allá, hasta los Alpes suizos o en otros paraísos fiscales, donde el dinero sucio es arropado por la embriagadora brisa caribeña. Salpica, según la lista Falciani (30.000 cuentas con más de 100 mil millones de euros y cien mil clientes), de probables evasores fiscales en todo el mundo, que han tenido cuentas o las tienen aún en la sucursal ginebrina del banco británico HSBC (la segunda mayor empresa del mundo por acciones), que se dedica a captar fondos sin hacer preguntas molestas e incluso a recomendar la ingeniera financiera capaz de evadir pagar los impuestos en las naciones origen de esos capitales. De estos, millonarios que esconden su dinero, hay unos 4.000 españoles de todas las profesiones, que se cobijaron a la acogedora sombra de esa gran banca con depósitos que asciende a 1.800 millones de euros. Es evidente que la principal causa para guardar tanto dinero fuera de las fronteras españolas es dejar de pagar a Hacienda.
Decía Alfred Hitchcock en sus declaraciones a François Truffaut (‘El cine según Hitchcock’), que si tuviera que filmar en Suiza había que tomar en cuenta el entorno: relojes, vacas/prados, Alpes nevados, chocolate, lácteos y bancos. Hoy, con tan sólo el banco HSBC, un Hitchcock posmoderno podría realizar una película de no-ficción como le hubiera gustado a Truman Capote. Podría comenzar con Hervé Falciani (Montecarlo 9/01/1972, ingeniero informático) trabajando en el banco en cuestión, copiando los miles de expedientes con nombres, apellidos, números cifrados de las cuentas, sus empresas relacionadas y rellenando un disco duro portátil. Un suspense asegurado desde el primer encuadre. La película se podría titular con la frase de Garganta profunda: ‘Sigan el dinero’. Seguramente ya hay alguien en Hollywood escribiendo el guion.
Ahora que está de moda Grecia, hay una conexión con Falciani, que sale a flote de nuevo. Es la lista Lagarde, extraída de la del informático, señalaba a 2.000 nombres griegos, y que, la entonces ministra de economía de Francia, Christine Lagarde, envió en octubre de 2010 a las autoridades griegas con el fin de ayudarlas a que obligaran a esos evasores a pagar lo que les correspondiera y contribuir así a aliviar las golpeadas finanzas de Grecia. Esto sólo se supo en 2012, cuando el periodista griego Kostas Vaxevanis la publicó en su revista Hot Doc, al comprobar que el gobierno de su país no había actuado con aquellos dos mil evasores. Las fortunas españolas, que aparecen en la lista de Falciani se conocen desde el gobierno Zapatero y, obviamente, del actual de Rajoy, y parece que hubo una especie de amnistía fiscal con los más señalados. Por tomar un ejemplo, de sus dos mil millones, el banquero Botín, solo abonó a Hacienda unos 200 millones, al parecer sin multa alguna.
En el patio electoral que se avecina, con los principales partidos gobernantes empaquetados por la justicia en corruptelas varias, se levanta la voz de los Robespierre incorruptibles, que claman por la guillotina electoral. No parece que la financiación de su Podemos esté libre de pecado. Todo apunta a que tras las asesorías personales de algunos de sus dirigentes, se oculta la financiación directa del emporio neocomunista por parte de los gobiernos populistas de América Latina, impulsados por su principal ideólogo: el de Venezuela. Aquí y allí se levantan voces en tal sentido y la investigación está en marcha en España y en Venezuela. Los documentos que prueben eso, tal vez no aparezcan tan fácilmente, pero la sospecha está fundada. Por ahora, en la SwissLeaks aparecen 12.000 millones de dólares del gobierno venezolano. Dinero hay para financiar esa pica en España que podría ser Podemos para la expansión del socialismo del siglo XXI, que ha proclamado el presidente de aquel Parlamento, Diosdado Cabello, celebrando el triunfo de sus colegas griegos y con Suiza en el corazón.

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