Aquí no se mueve nadie. Los alcaldes del PP se reacomodan en sus curules de cara a las elecciones municipales de mayo/15. La continuidad es marca de la casa
Entre los candidatos seleccionados para los grandes municipios de la provincia de Málaga, destacan los señores mayores. La edad media está en los 50 años. Un promedio que se eleva con los 71 años del alcalde de Torremolinos. Y que subirá aún más, cuando ratifiquen al de Málaga/capital, que supera también los setenta añitos. A éste no se le proclamó en la jornada del pasado sábado, cuestión que ha propiciado las inmediatas conjeturas. Siguiendo la línea mostrada seguramente lo será en octubre. La apuesta es no aventurarse con caras nuevas, en una contienda electoral que se promete agria y enconada.
Lo será porque la reforma electoral pretendida por el PP no se hará por ahora. Con lo cual puede no gobernar la lista más votada, como le pasó a Javier Arenas en las andaluzas. Porque la propuesta de Elías Bendodo de que los alcaldes no estén más que dos períodos a lo sumo, ha caído en saco roto. De eso no se dijo ni pío en el cónclave de los elegidos. Y porque el patio político está sucio. Las escobas no barren y el prestigio de los dos grandes partidos se ha ido por el sumidero. El panorama municipal se ensombrece, además, con la aparición de nuevos grupos que proclaman ‘todo el poder a los soviets’. Es previsible que en algunos de estos municipios, donde el PP se ha apoltronado, la dispersión del voto hacia la izquierda deje fuera de los gobiernos municipales a algunos de estos veteranos del bastón edilicio.
La batalla ha comenzado muy pronto, porque los objetivos van a ser difíciles de alcanzar. Para seguir gobernando ayuntamientos los votos del PP tienen que ser mayoritarios. Sólo con mayorías absolutas (16 concejales de 31 en el caso de Málaga/capital) podrán revalidar estos curtidos candidatos. Pero los sondeos son indicativos de ese esfuerzo. La crisis, con ayuntamientos decaídos, caninos del dinero ciudadano, con proyectos paralizados, con altos índices de desempleo crónico dan un horizonte proclive al cambio de ciclo. Ojo, no es que los que puedan desplazar al PP en estos municipios vayan a tenerlo fácil. Pero se puede oler la bruma del cambio en el horizonte.
Todos los ungidos como cabeza de lista para las municipales llevan aferrados a la legitimidad del voto, en algunos casos, hasta seis legislaturas seguidas. Aunque les asiste la práctica de lo legal, esa continuidad no es una experiencia democrática ejemplar. En un país que carga con tanta historia de caudillismo, lo prudente sería que esos mandatos se limitaran a dos seguidos y no más. No es un prurito de juventud, pero tanta tercera edad tampoco parece lo mejor. La misma gente sentada tantos años se anquilosa y empiezan a pensar que la cosa pública les pertenece. Ese es uno de los peligros a eliminar, pues engendra, en tantos casos, el mayor mal de la democracia: la corrupción.
El fantasma del ‘Frente Popular’ se pasea por los sondeos. Ya en el PSOE se plantea la cuestión con voces a favor y/o en contra sobre el caso Podemos. Se trasluce en ciertas encuestas que por aquí en Andalucía ya avanzan en tercer puesto. Si esos avisos se hacen ciertos en las próximas municipales de mayo (a ocho meses vista), la aritmética de las alianzas para gobernar municipios en el ahora diversificado espectro de la izquierda española será un panorama inédito. Porque se puede dar el caso de tres agrupaciones políticas formado gobierno, pero con muy disímiles programas, matices y puntos de vista. Desde la extrema visión del socialismo del siglo XXI, que no es otra cosa que la reedición bolchevique en plan posmoderno a la socialdemocracia del reformismo progresista.
Un panorama interesante, que está dando un adelanto vertiginoso a un proceso electoral cuyos vértices están afilándose. El PSOE, por su parte ya prepara la elección de sus candidatos principales a los ayuntamientos en que gobierna en la provincia malagueña y en donde aspira a gobernar. Eso sin dejar de mirar a un posible adelanto electoral de las autonómicas. Sería muy conveniente para los socialistas de toda la vida, pues asentaría a la presidenta, Susana Díaz, que aspira a dejar de cargar con el fardo pesado e incómodo de sus socios de IU, y éstos no quieren oír hablar de adelanto. Además, una victoria amplia, redundaría en pro de unas municipales proclives a su agrupación. No está decidido aún, las variables, algunas inéditas, dan que pensar. El escenario acaba de levantar el telón. El drama tendrá su final en el acto electoral de mayo.