La gran hipoteca

6 May

El ministro José Ignacio Wert, hipotecador de la Universidad pública española

España ha caído en una hipoteca honda y larga. Uno de los picos que se deben está en la Universidad. La educación superior está en agonía, dicen los rectores

La universidad pública española es un sistema de educación superior garantista, que dispone la seguridad y libre acceso a ese nivel de formación a cualquier ciudadano, aunque no tenga recursos para pagar la matrícula. Con todas sus debilidades, entre las que se encuentra el sistema de selección profesoral, acusado de endogámico, aunque podemos dar fe de que no es así en todos los casos. Este invento, como la sanidad, cuesta dinero, no es gratis. En medio de esta inestabilidad de la economía, España se ha convertido en un Estado de los ‘recortes’. Todo lo que huele a público se ha recortado y, por tanto, se le condena a rebajar aún más los niveles de excelencia, que si estaban bajos en relación a otras Universidades del entorno europeo y mundial, ahora están en el foso. La calidad cuesta dinero. La Conferencia Rectores Universidades Españolas (CRUE) ha dado la voz de alarma, un SOS por la supervivencia de la Academia española, cuya salvación está en manos del gobierno central. El próximo paso puede ser la huelga general en los campus.
La educación superior española pasa por el declive que supone rebajar sensiblemente los sueldos y bonificaciones (bonos comida, entre otros) a profesores; aumentar las matrículas a los estudiantes, rebajando las becas; aumentar desmedidamente las horas básicas de clases de 240 a 320 por curso; congelar todo el escalafón de plazas (un sustituto por cada 10 jubilados, por ejemplo); eliminación radical de rebajar horas de docencia a partir de los 60 años. Esto da un mazazo directo a la investigación, ya que los docentes, saturados de clases, se ven disminuidos en sus proyectos. Súmese la rebaja de los aportes presupuestarios a los grupos de investigación. La Academia española está hipotecada por las próximas décadas y con ella la élite de su juventud.
En la Universidad de Málaga, como en otras, no se ha podido reforzar la plantilla del profesorado, cuando desde hace dos o tres años, comenzó a implantarse el Plan Bolonia, aparentemente beneficioso en el papel, pero sin recursos reales. La imposición del actual gobierno de no poder sustituir a los profesores que se jubilan (en el caso de la UMA sólo 15 de los 150 jubilados recientemente) está en la base del problema. La excelencia está lejos de conseguirse en medio de este desierto académico. Antes que sacar dinero para rescatar autopistas por las que no transitan vehículos, hay que destinar dinero a la educación toda y especialmente a la superior. Hoy día, ya no sirve ‘que inventen ellos’. Porque ‘ellos’ somos también nosotros.
La rectora de la Calle, en sintonía con el comunicado de la CRUE, afirma que el sistema universitario público español está en peligro. El sistema de becas, cambiado el concepto ‘derecho’ por ‘ayuda’, que ahora premia a las calificaciones más altas, deja a un lado el otro baremo, como es la precariedad salarial de las familias. En el caso de becas para másteres, el corte mínimo es de 7 puntos promedio del expediente académico; un 6,7 (de un caso real en psicología de la Complutense) deja fuera a una alumna, que ha tenido que recurrir a la ayuda familiar con 3.900 euros. La excelencia se ha puesto cara.
Este Ministerio del señor Wert piensa que el dinero en investigación es un gasto más y no una inversión como creen en otros países del entorno europeo y, desde luego, en las universidades americanas. En Andalucía la situación laboral de los profesores acumula ya tres recortes consecutivos de las pagas extraordinarias: diciembre 2012 (total por el gobierno central); 2013 (verano y navidad al 50%, gobierno autonómico) y 2014 igual al año pasado. Recordando, que ya antes de este descalabro los sueldos de los profesores andaluces eran los más bajos de España.

Es cierto que el sistema puede ser mejorado, pero ahora mismo se hunde con el peso de tantos recortes. Bolonia es un objetivo brumoso. Si la macroeconomía está saliendo del bache financiero (ya la banca toca clarines de recuperación), habrá que revisar con urgencia el maltrato dado a la Academia pública española. ¿O es que el plan es debilitarla hasta que el otro sector tome el relevo? Pese a toda esta afrenta, los académicos no han chistado, ni han convocado huelga, ni han dejado su palestra docente ni un solo día. Un gremio tan vocacional, formado y serio merece que se le allane el terreno para seguir cumpliendo la función que es tradicional en la universidad española, de las más antiguas de Europa. De lo contrario, la hipoteca será impagable y los jóvenes no merecen que quienes gobiernen sean tan ciegos, sordos y mudos. Por si no lo ha leído, enlace al comunicado de la CRUE:

http://www.crue.org/Documents/2014.04/2014.04.30%20Comunicado%20CRUE.pdf

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