Andalucía ya tiene su Rosa Luxemburgo, se llama Elena Cortés y es la cabeza visible de IU que ha puesto en marcha el decreto sobre el parque de viviendas
La vivienda es una función social, un cúmulo de ladrillos donde viven personas, que ahora no pueden pagar las cuotas comprometidas con los bancos. Y estos no tienen conciencia, sólo miran que sus números no sean rojos, como los del decreto andaluz. La norma viene cogiendo titulares, que desplazan a los fastidiosos ERE, que la juez Alaya propone a diario. Se venden como ejemplo de acción de gobierno, desde un bipartito decaído, sin presupuesto y si ideas. Su eficacia, cuando comience a ser aplicado, será otra cosa. Por los momentos, IU, artífice de la idea radical, le planta cara a la banca y a las inmobiliarias, y si hay que expropiar, se hará.
Parece un balón de oxígeno a la deteriorada imagen del PSOE, que está cercado por sus propias contradicciones ideológicas internas y el asunto de los ERE. Nadie puede discutir que el espíritu de la ley sea el correcto. Se tiene enfrente a los organismos propietarios de los inmuebles, de donde se quieren echar a las personas por deber tres meses y el gran volumen de viviendas están ahí sin habitar, mientras los desahucios crecen. Los malos son los bancos e IU los buenos. Pero en política, como en casi todo, las cosas no son tan simples. Tras un primer año juntos, las iniciativas han sido nulas y los coaligados parecían noqueados ante la crisis, habiendo dejado en el camino un recorte presupuestario de 2.500 millones de euros en 2012. Ahora Griñán respira aliviados y recupera el barniz de una izquierda unida a una socialdemocracia decadente, pero contaminada del suspiro bolchevique de Elena Cortés.
Entre los socialistas, la iniciativa del gobierno andaluz tiene defensores entusiastas y moderados e incluso adversos que prefieren la ‘mediación’ a la expropiación de los pisos en riesgo de desahucio por la banca, como los asturianos. Griñán cree que el decreto andaluz debería extenderse a todos los españoles. Mientras el PP gobernante estudia el decreto para saber si lo recurre vía Constitucional. En todo caso, la norma se enfrenta a la sacrosanta propiedad privada, aunque la defensa del más débil está en el centro de la polémica. Los grupos bancarios han dado su aviso al PSOE, según se lee en www.economiadigital.es si el decreto coge cuerpo, no les temblará el pulso para exigir a Griñán que les pague los préstamos hipotecarios, unos 500 millones de euros en cuotas atrasadas y vencidas.
El tema es complejo. Si por un lado la banca ha recibido su rescate, inmerecido a todas luces, no parece dispuesta a soltar el flujo crediticio necesario para adquirir viviendas, con lo cual el parque de inmuebles sigue ahí, sin salida. Por otra parte, ¿quién tiene nómina fija para meterse en un crédito a larguísimo plazo?, pocos quedan ya en Andalucía, donde el paro supera el 35 por ciento. Y la mentalidad española del alquiler no abunda por aquí, se impuso la cultura de la propiedad de la casa-habitación y si se podían tener dos, mejor aún. Así que la aplicación del decreto de IU, que la Junta ha aprobado con entusiasmo, es más una medida política que eficaz. No cabe duda de que los gobiernos están para proteger al más débil, aunque lo hayan olvidado. Aunque es mejor tener una norma que ninguna, está por verse su aplicabilidad y lo que hace el gobierno central que tiene entre manos frenar los desahucios con una nueva ley por delante.
La observación sociológica no se explica cómo es posible que ante tanta presión: desahucios (unos 300.000), miles de persona estafadas con las llamadas inversiones ‘preferentes’ y el paro sostenido y creciente de 6 millones de españoles, no se produzca un estallido generalizado, cuyo blanco principal sean las oficinas bancarias. Puede que la economía sumergida sea una de las claves de la contención de las masas. Los escraches son ya foto diaria de la prensa. El ‘Stop desahucios’, se blande en las puertas de los pisos acosados por la banca, que prefiere quedarse con el piso impagado para después no poder venderlo. (Ver Informe Cáritas 2012)
El decreto andaluz parece más destinado al rédito en las urnas para IU como objetivo a largo plazo, pues a este bipartito aún le quedan tres años de gobierno. Si cumple su objetivo, respirarán con el aliento de que la izquierda sigue viva, aunque de vuelta a la nostalgia del ‘exprópiese’ que el camarada Hugo Chávez blandió en la Venezuela socialista del siglo XXI. @OraculoCharlie