En diez años de actividad, las responsables del Palacio de Ferias de Málaga dicen haber generado 1.000 millones de euros en negocios. ¿Será verdad?
No hay duda que el objetivo del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga (Fycma) es promover un movimiento en la ciudad, al colocarla en el mapa nacional y mundial de convenciones, cuyo tráfico de personas, empresas y servicios dan a esta comunidad un aliciente inversor y deja un flujo de dinero nada despreciable. El nuestro, acaba de publicar unas cifras halagadoras en cuanto a la fecha que le marca su primera década de vida comercial. Sin embargo, aunque acepta que cerró 2012 con un 25% menos de ingresos, nada sorprendente en medio de esta crisis sin fondo, calculan sus directivas una generación de 1.000 millones de euros, producto de sus ferias y congresos en estos diez años, lo cual ha producido, afirman, la creación de más de 4.000 puestos de trabajo directo e indirectos. Sorprendente, que con una recesión en sus actividades se hayan obtenido cifras tan halagadoras. ¿Dónde está el truco?
La base del cálculo no parece muy acertada, ya que establece un promedio, para una ciudad como Málaga, de 445,50 euros de gastos por persona/día. Si se toma en cuenta la crisis continuada desde 2009, dicho parámetro, que se fijó en ese mismo año por el Spain Convention Bureau (SCB), parece excesivo dado el actual escenario de la economía española. A los 1.000 millones de euros se llega al multiplicar por diez la facturación de estos primeros diez años, baremo tomado del criterio valorativo del European Major Exhibition Centres Association, agrupación de centros al que no pertenece el Fycma. Aquí parece también que tal criterio valorativo podría estar desfasado.
Una sencilla operación aritmética establece que 1.000 millones en diez años significan 100 millones anuales o 8,3 millones de euros cada mes. Si se comparan con el monto real que ha aportado el Ayuntamiento de Málaga al Fycma en estos diez años, tenemos la cifra cierta de 17,5 millones de euros, que han servido para taponar el déficit que esta institución pública genera cada año. El citado dato para 2012 así lo corrobora. Lo que significa que ya estarán preparando cubrirlo con unos 200 mil euros frescos de las arcas municipales, tal como ha sido necesario todos estos años. La verdad es que parece que el Fycma es una institución que no ha levantado cabeza, económicamente hablando, en estos diez años.
No obstante hay que saber qué ha hecho este Palacio a pesar de ser deficitario, es decir de haber fallado como negocio, que no llega ni a poder cubrir sus operaciones. Durante estos diez años, el Fycma ha organizado 1.300 encuentros: 184 Ferias, que acogieron 15.291 expositores con más de 6,5 millones de asistentes. En cuanto a los 4.000 empleos promocionados se refieren a las mil empresas malagueñas que prestan servicios al Fycma. El objetivo de que las operaciones del Fycma sea autofinanciable, la concejal se inclina por apoyarse en el Club de Empresas, un círculo que intenta crear un sistema de colaboración entre entidades públicas y privadas, para rentabilizar y optimizar este tipo de gestiones, y que podría ayudar, en teoría a que el Fycma dé el salto definitivo a ser una empresa pública rentable. Cosa nada fácil dada la situación precaria de las empresas que aún sobreviven a este caos llamado ‘crisis’.
No hay duda que los tiempos no acompañan para que una Palacio como este dé alegrías, pero con ejecutivas tan bien pagadas con dinero público (su directora gana unos 95 mil euros/año, tras dos reducciones), que no es que no haya que pagar bien a esos altos ejecutivos, pero se les presupone que deben responder en consecuencia. Y con el apoyo financiero del Ayuntamiento de Málaga, las cuentas deberían ser, no sólo más claras, sino ciertas.
La imagen del Fycma es que no ha logrado arrancar en diez años. Una de sus debilidades es su capacidad. 17.000 metros cuadrados de área expositiva parece insuficiente para albergar reuniones de gran envergadura. Desde su despegue ha quedado instalado en ferias y congresos más o menos locales, que le da a la institución un perfil provinciano. Durante los primeros cinco años no había crisis, aunque los cinco adicionales sí, no se pueden escudar en que la situación económica general no acompaña. La pregunta final es: ¿Si fuera una institución privada seguiría abierto? @oraculocharlie