Ya metidos en harina, tras el Rincón de la Victoria, se podría proponer incorporar a Torremolinos a Málaga, condonándoles la deuda, por ejemplo
Ocurrencias hay muchas en el teatro de la política. Ha saltado al patio una nueva propuesta de la Junta de Andalucía en relación a establecer un nuevo deslinde para los municipios de Málaga y su vecina población de Rincón de la Victoria. Se basan en la historia, un añejo acuerdo de 1873, que hace recordar que los documentos son implacables y no parecen envejecer. ¿A qué viene desempolvar esos legajos? Dicen que se deben agregar a la ciudad de Málaga lindes que se trazaron en aquel lejano año del siglo XIX, como si el tiempo no tuviera que ver con el desarrollo.
Esta propuesta, que raya en una absurda manera de hacer política, y que los surrealistas convirtieron en ‘cadáveres exquisitos’, viene a recordar que uno de los territorios pendiente de ajustes en España es el de los municipios. Con 8.112 ayuntamientos, 711 de los cuales están en Andalucía, hemos escalado una cumbre municipal difícil de igualar. Otros países del entorno europeo han bajado drásticamente sus municipios. Suecia ha ido de 2.281 a 278; Dinamarca, de 271 a 98 y Grecia en plena efervescencia crítica, han reducido sus ayuntamientos de 1.034 a 355.
Este entramado municipal tiene que ver también, en nuestro caso, con la organización territorial de las Diputaciones, a las que habría que reducir a la hora de reorganizar este dislate, a todas luces, excesivo campo local. Uno de los políticos más municipalistas de estas tierras es el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; su tesis se puede resumir en que aún no se ha realizado una ‘segunda descentralización’ desde las Comunidades Autónomas a los gobiernos más cercanos al ciudadano, como signo de avance en la democratización participativa de la transición española. Es un traspaso del poder político, que acumulan las autonomías, y no parece que estén dispuestas a otorgarlo a los ayuntamientos.
Además, en el marco de la crisis económica y la austeridad que se proclama, pero que se aplica con poca diligencia, está considerar el gasto excesivo que supone mantener a esos ocho mil y pico de consistorios. Se trata de aligerar los costos de mantenimientos sin perder de vista la eficiencia en la atención directa a los ciudadanos. El municipio es, por definición una sección territorial, que abarca a su vecinos para escucharlos, atenderlos y proteger sus intereses frente a afrentas que puedan venir de instancias superiores. Recordar Fuenteovejuna, como ejemplo de la significación histórica de los ayuntamientos españoles.
Dicen algunos especialistas en presupuestos municipales, que los gastos de 100 municipios de 1.000 habitantes son superiores a uno de 100.000 ciudadanos, ya que la dispersión del gasto incrementa considerablemente los costos de mantenimiento de los servicios y, desde luego, del personal administrativo y político. Según un estudio propiciado por UPyD, si se agruparan los municipios españoles con menos de 20.000 habitantes, se produciría un ahorro potencial de 16.000 millones de euros. El análisis apunta que si los 6.821 municipios de menos de 5.000 habitantes se fusionaran en 1.000 municipios de igual número de habitantes, de los 48.733 concejales actuales podría pasarse a sólo 13.000 ediles. Si se fusionaran en 1.000 municipios de 10.000 habitantes, podría pasarse a únicamente 7.500 concejales. De los 62.158 concejales que hay en los 7.727 municipios de menos de 20.000 habitantes, si se fusionaran en 1.000 municipios de más de 20.000 habitantes podría pasarse a 17.000 concejales. Una contabilidad contra la atomización y el despilfarro.
Esta situación toma carácter de urgencia si sabemos que con una actividad económica en recesión, la recaudación municipal se ha venido abajo. Esta es una parcela territorial, como hay otras, donde el dispendio debe ser parado, reestructurado y manejado con criterios de alta eficiencia. La clave es la fusión, para ello será necesario que la palabra ‘pacto’ que se oye, pero no se escucha se haga realidad. Italia, ese país aparentemente ingobernable, ya ha puesto en marcha una gran reunificación municipal, que supondrá un ahorro de unos 45.500 millones de euros para 2012/2013. Es lo que viene aquí: menos ayuntamientos, menos concejales.