Obama, avisa que el porvenir está por llegar. En España ni se le anuncia ni se le espera. Algunos lo ven negro. Un piso vale un suicidio
Los diarios españoles siempre han sido reacios a los titulares de suicidios. Ahora se han puesto al día. En Grecia el ritmo de suicidios ha aumentado en un 75 por ciento en relación a la tasa usual anterior a 2009. Esta Iberia contumaz parece seguir el mismo camino. En una España dividida hasta el extremo más impensable, los casos de desahucios están convulsionando a esta sociedad paciente, que ha propiciado que los dos grandes partidos gobernantes se sienten a pactar una presión a los bancos. Pero, ¿a cuáles bancos? ¿A todos o, especialmente, a uno ahora llamado Bankia?
Tirarse por la ventana del piso que le quitan es un grito ahogado, un ‘yo acuso’ al banco hipotecador. El que pierde el techo puede perder la cabeza, que es su propia vida. La voracidad de la banca española puede llegar a impulsar al deudor a dejar de pagar para siempre, total ahí está el seguro para que se haga cargo de la deuda hipotecada. Pero pagar esa deuda con la propia vida es demasiado pago, una cuota inadmisible.
Los políticos, los que gobiernan y los que se les oponen, están jugando con fuego, pero parecen que aún no se queman. Hay indicios. Algunos quemaron ya un banco, sin nadie dentro, en una pequeña localidad de Valencia, el coctel molotov no ha muerto, sigue encendido. Que tomen nota. La revolución francesa comenzó cuando se acabó el pan en París, el ‘que coman pasteles’ de María Antonieta le costó la cabeza.
Desde que comenzó esta crisis sin final la banca ha ejecutado (nunca mejor empleado el verbo) 350.000 hipotecas impagadas y siguen a la expectativa. Los jueces, la Defensora del Pueblo y la Iglesia Católica han levantado su voz. El presidente del gobierno anuncia una moratoria de dos años para los casos más extremos, pero sin efecto retroactivo. Las ejecuciones bancarias, que ya están en marcha, seguirán su camino judicial. Nuevos suicidas pueden optar por la ventana al vacío. ¿Habrá sumisión por parte de los jueces? El Sindicato de los policías, anuncia insumisión si se les obliga a actuar en los actos de desahucios.
En un país donde sobran miles de viviendas vacías, los bancos insisten en hacerse con más pisos para abultar su cartera que no podrán colocar. Una operación absurda ya que el negocio de esas empresas no es vender casas, sino dar créditos, pero cuando no cobran sus intereses sólo se les ocurre la vía del desahucio, una medida extrema que condena al hipotecado a tener que seguir pagando por un techo que ya no puede habitar. Un círculo que se autoalimenta sin salida. Es un tema legal de difícil solución.
En estos días de caos financiero, de acoso a los mercados internacionales, del expolio de los Estados nacionales, la banca española está en una encrucijada que deben resolver con imaginación y humanidad. Hay que decirlo con toda claridad: Tienen responsabilidad en eso suicidios. No las han empujado directamente con sus manos a la muerte, pero como si lo hubieran hecho. Están detrás del salto al final de esos deudores, que han decidido pagar con sus propias vidas la única propiedad que les quedaba. Ya en Baracaldo han escrito ‘banqueros asesinos’.
Mientras tanto Iberia anuncia despidos masivos. Sus conexiones a América han caído estrepitosamente. El Corte Inglés estudia una reducción del 25 por ciento de su personal de Viajes, efectos colaterales. El PSOE se mira el ombligo, mientras los viejos barones se abrazan con el puñal escondido. Pobrecitos los socialistas españoles tan lejos de Dios y tan cerca de Rubalcaba. Por Málaga soplan vientos peperos de cambios. Para 2013, la juventud, ya en el poder, quiera más. Los viejos al Senado, que es donde deben desplegar su sabiduría de años. La ciudad no se priva de proyectos que van distrayendo a la prensa. Un hotel, un súper de lujo, un centro cultural todo en el Puerto, para animar a las palmeras. El Metro puede esperar, total el tráfico ha disminuido, las bicis gastan ruedas. Las ventanas sólo esperan que sus propietarios se asomen, sin sobresaltos, a admirar el cielo español como siempre lo han pintando.