Comenzamos, desde EEUU, y por los martes que quedan de julio, esta serie de breves crónicas que extiende nuestro «Mare Nostrum» hacia estas orillas del globalizado mundo que sufrimos
El nivel del paro en EEUU se mantendrá por encima del 6%, que es el nivel aceptable para esta economía, durante, al menos, los próximos cuatro años. Aunque para el desempleo endémico español ese aparentemente bajo porcentaje puede sonar a gloria bendita, aquí es una preocupación añadida a la reelección de Barack Obama o incluso para el posible triunfo del republicano Mitt Romney. El vaticinio lo ha recogido The Associated Press AP tras encuestar a un grupo de economistas estadounidenses. El mercado laboral mantiene esta resistencia a bajar, desde que, la aquí llamada «Gran Recesión», finalizó oficialmente en junio de 2009; por tanto sería el período más largo con una tasa de paro mantenida tan alta, desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Es una pésima noticia para los asesores de Obama, que se enfrentan al principal terreno adverso para la reelección: El 6 de noviembre, el presidente tendrá ante sí la tasa de desempleo situada en el 8%, la más elevada que haya tenido un presidente americano desde esa posguerra y que buscara la reelección. Los datos oficiales no son alentadores. Los primeros meses del año han sido débiles en cuanto a crecimiento del empleo.
Las cifras que publica AP están basadas en la opinión técnica proporcionada por un sólido grupo de economistas representantes de empresas de análisis, corporaciones y académicos. Pronostican que el crecimiento del PIB no superará o lo hará con dificultad el 2%. El crecimiento del empleo será de poco más de 139 mil por mes en lo que resta de este año, cantidad muy inferior a la pronosticada (189 mil) e insuficiente como para poder hacer decrecer el desempleo.
Estos especialistas no han olvidado el significado que tiene Europa en el contexto de la economía local americana. Europa, dicen, tiene que conseguir aumentar y con rapidez la confianza en su sistema financiero. Para ello, recomiendan aplicar un programa de rescate similar al que aprobó el Congreso de los EEEUU en 2008, conocido como «Programa de Alivio por Activos Problemáticos», léase control férreo de activos tóxicos, y que tuvo el propósito de rescatar a los bancos caídos por la crisis.
Finalmente, llaman la atención sobre las medidas que también se están tomando en España, ya que consideran una amenaza para su propia economía el constante incremento de impuestos, los drásticos recortes en los gastos, que entrará en vigor el 1 de enero próximo si el Congreso no llega a un acuerdo. Tanto estos economistas, como el FMI han advertido de que ambas medidas (impuestos al alza más recortes presupuestarios) empujarán a EEUU hacia una hecatombe fiscal y de nuevo a la recesión.
Esto sin pasearse por la avalancha de protestas, para un ciudadano español de difícil explicación, contra la ley de la Salud, que la Corte Suprema americana acaba de bendecir y que ha sido una bandera del presidente Obama. Intenta dar asistencia sanitaria, bajo un sistema nacional de salud similar al español, a unos 30 millones de estadounidenses que carecen de ayuda sanitaria al no poder costearse un seguro privado.
Aprobado por dicho tribunal con cinco votos a favor, uno de estos de un juez reconocido republicano y cuatro en contra, como una ley que no transgrede la Constitución americana, tal decisión ha levantado una ola de protestas, entre los que consideran una grave intromisión en la sacrosanta vida privada de los americanos. Los gritos salen de las bocas de muchos cubanos de Miami, pero también de los ultra derechistas militantes de Tea-Party. La celebración del 4 de julio, qué mejor día, los juntó para reclamar que esa ley invade su derecho a tener o no seguro sanitario. La libertad del individuo por encima de todo en este país, que aunque pasa por serias dificultades, no parece, a simple vista, tan hundido en la desesperanza como nuestra querida campeona España.