Un culebrón precioso

15 May

La gran esmeralda ART NATURA nunca será exhibida

Art Natura tendrán que desalojar Tabacalera y devolver 6,3 millones de euros. Junquera, el arquitecto de las palmeras, ganó. Su valla sigue en pie

El último eslabón de aquel sueño malagueño de ser la ‘Capital de la Cultura de Europa 2016’, el Museo de las piedras preciosas, se ha convertido en una pesadilla. Se ha ido tejiendo como un ‘culebrón’, donde los personajes se han insultado usando artimañas propias de los seriales de televisión que apasionan al espectador. Habían prometido e incluso enseñado gemas fabulosas, colecciones nunca vistas, diamantes, esmeraldas y topacios, propios de las minas del rey Salomón. Todo, al final, resultó un montaje de escenografía de telenovela. Brillo reluciente de una bisutería cerebral que ha costado a la ciudad más de seis millones de euros dados a los guionista de Art Natura, que es como se titula esta farsa-comedia, para montar un espectáculo, que finalmente no se producirá.
Como en aquel cuento de Hans Christian Andersen ‘El traje nuevo del emperador’, publicado en 1837, donde el autor nos advierte que sólo porque todo el mundo crea que algo es verdad, no significa que lo sea o que no existen preguntas estúpidas –esto es el credo de los periodistas–, el cuento de Art Natura ha cogido a los malagueños en un mal sueño. Aquí, los sastres embaucadores, se transformaron en magos de las pedrerías. En lugar de un traje invisible, deslumbraron con una minería preciosa que nadie vio, pero que todos creyeron ver. Principalmente desde la visión del Ayuntamiento de Málaga, donde tanto brillo deslumbró ante la posibilidad de poseer un Museo único, ‘el mejor del mundo’, decían; capaz de atraer a muchos visitantes, ante aquel horizonte lejano e inalcanzable de la ‘capitalidad cultural europea 2016’.
Los que prometieron la Royal Collections tienen ahora 8 días para desalojar Tabacalera y dos meses para devolver a la ciudad 6,3 millones de euros. Las horas pasan, pero el culebrón no ha terminado aún. Respaldado por el Consejo Consultivo de Andalucía, el Consistorio se apoya en su veredicto positivo. Art Natura se ha rodeado de un equipo asesor conformado por representantes de la Cámara de Comercio, Ateneo y Universidad de Málaga, Confederación de Empresarios de Málaga, Aehcos, Fecoma, la Agrupación de Cofradías y Unicaja, al que ha manipulado para calificar a su oponente de mentir a los malagueños; tales entidades se han desmarcado públicamente. Aunque en pleitos de partes, cada una esgrime sus agravios, en esta ocasión ha sido la Casa municipal la que ha pecado de exceso de confianza. Mientras que los ‘agraviados’ le acusan de no haber cumplido con los plazos previstos de la rehabilitación del inmueble, por lo cual no pudieron abrir sus puertas el museo de las gemas. Todo se presta a la interpretación de las conveniencias.
Los 21 millones de euros invertidos en tal remodelación quedan ahí para otros usos, una vez este último episodio haya concluido. Art Natura planificó su negocio para abrir en 2008, pero las fechas se han prolongado hasta ahora, sin que las partes hayan podido gestionar tal apertura. Ni piedras, ni rehabilitación, ni capitalidad cultural, el ensueño brilla por su ausencia. Lo previsible es que el tema vaya por la vía judicial con la prolongación sine die de un final azaroso para ambos contendientes.
‘El traje nuevo del Emperador’ nunca se tejió, pero todos lo vieron lucir sobre el cuerpo desnudo de aquel monarca, excepto la voz de aquel niño, que dijo la verdad. Las piedras preciosas parecían relumbrar en el antiguo edificio de la Tabacalera, pero nadie las vio ni las verá. Otra oportunidad perdida para el avance cultural de esta ciudad, donde habría que preguntarse, ¿era necesario ese museo? ¿Pecaron por confiados los munícipes? Se proyectan cosas irrealizables, pero mientras se espera que se hagan, el pueblo mira ilusionado brillos, trajes, vallas tumbadas, para al cabo caer en cuenta que los sueños, sueños son. Ni relumbrones de piedras, ni traje alguno y la valla sigue en pie protegiendo las palmeras del arquitecto Junquera.

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