Al-Ándalus

28 Feb
 
 

En esta vieja tierra hoy se celebra su Autonomía. La situación no está para grandes festejos

Hoy se conmemora el Día de Andalucía. En este mismo día de 1980 un referéndum dio a luz a esta milenaria región como Comunidad Autónoma

El panorama no está para celebraciones pomposas. El paro casi en el 32%, contra el 23% de España. 1,2 millones de parados adornan esta festividad. Una economía que no crece y que no se desarrolla con el ímpetu, que podría ofrecer sus recursos agrícolas, agro-industriales, turísticos. La región autonómica más extensa y poblada del país se enfrentan a un escenario grave. Con las elecciones tocando a las puertas, el presente es incierto, el futuro nada claro y no es por falta de talento.
      Hemos cambiado, pero no al extremo de que no nos reconozca ni la madre que nos parió, como acuñó el machadiano socialista. En tres décadas largas el PER sustituyó a una verdadera reforma agraria, propiciando un clientelismo fijo y adocenado. El fondo de reptiles a la honestidad andaluza. El sector privado ha señalado, en estos días, que lo público asfixia en Andalucía cualquier iniciativa. Santiago Herrero, presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía –CEA– ha esgrimido sus críticas con datos. En 1982 la tasa de paro se situaba en 20,57 por ciento al casi 32 actual. Desequilibrio en la balanza comercial, excesivo peso del sector público, pérdida de competitividad, bajísima productividad. Andalucía a la cola de España y Europa en diversos ranking económicos. Es cierto, agrega Herrero, que Andalucía ha mejorado en muchos aspectos de su infraestructura física y equipamientos (colegios, hospitales, vías de comunicación, etc.), aunque no ve nada claro que lo haya hecho en aspectos productivos e institucionales.
      El progreso andaluz de estas tres décadas se ha visto soportado, desde 1986, por los fondos europeos. 80.000 millones de euros, que han hecho posible ese medio milagro andaluz de convergencia con el resto del país y Europa. Se consiguió, según las estadísticas, en 2008. Pero ahí mismo comenzó un estancamiento, ahora en evidente recesión. Todos los análisis indican que con sólo el turismo la región no saldrá del socavón. Ante la contundencia de las críticas del sector privado andaluz a sus gobernantes, es evidente que será necesario un adelgazamiento, sin llegar a la anorexia, del Estado Autonómico; mayor colaboración entre lo público y lo privado; exigencias claras de productividad; eficiencia en la gestión, que pasa por no tocar los dineros públicos y administrarlos con criterios de escasez.
      La crisis se ha cebado con Andalucía. 30.000 empresas de todo tipo y tamaño han cerrado. La densidad empresarial privada andaluza se sitúa diez puntos por debajo de la media española. Es un signo evidente de que el timón está trabado y hay que liberarlo. De lo que se trata no es entregar la administración del Estado Andaluz al sector privado, sino de una puesta al día de las formas de crecimiento que hubo en el pasado, y encarar el presente sin pensar en que el super-padre alemán/francés nos sacará de esto con más fondos FEDER.
      Las cuotas de crecimiento en cultura, educación son francamente mediocres. Deserción de colegiales, universitarios desorientados, diez universidades, en un café para todos, que no terminan de encontrar la ansiada excelencia. El flamenco ha desaparecido de Málaga, ni un tablao para turistas. Las tabernas, que ahora se llaman gin&tonic bar, siguen creciendo como hongos, mientras cinco o seis librerías a lo sumo, mantienen a flote el papel mojado de los libros. La ciudad cultural son estertores esporádicos de dos o tres festivales, que poco despierta del letargo a los malagueños. De tres convocatorias ajenas para presentar una conferencia, un libro, unas pinturas, un acto cultural sin emoción. Las oleadas de turistas navieros se suceden por el Centro de la ciudad, aunque los fines de semana, esta duerme en casa. La vida cultural es corta y raquítica. Dicen que es una industria en crecimiento en el mundo. Aquí no se escucha eso.
      No obstante, aunque estamos aún por hacer, hoy es nuestro día, no tenemos otro. Es lo que hay, Andalucía canta y espera por otro amanecer. Ha habido tanto descalabro en su historia y tanto renacer que sigue siendo una tierra de esperanzas. Y como el estribillo del himno andaluz reclama, y que hoy se cantará emocionado, recordando a Blas Infante, ‘Sea por Andalucía libre, España y la humanidad’.

Una respuesta a «Al-Ándalus»

  1. Amigo Charlie:
    Lo que relatas de Andalucía me hace preguntarte si por alguna terrible desventura se habrá asentado por allá ‘el innombrable’ de la Pequeña Venecia… El ‘mesmo aquel’ que don Juan Carlos mandó a callar. No otra razón imagino para que os vaya así de tan mal.
    Tu lector y amigo de siempre, aquende la mar océano,
    Simón

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