Mierda a flote

14 Jun

Las playas malagueñas estuvieron cuatro días cerradas al baño

Bañarse puede perjudicar la salud. Residuos fecales enturbian las aguas costeras de Málaga. El domingo levantaron la prohibición, el mar ha disuelto la mierda

La medida preventiva parece razonable si la medición realizada daba una altísima concentración de microorganismos (6.000 unidades por 100 mililitros, lo normal no debe sobrepasar las 200). Las causas ponen la sospecha en un vertido de aguas residuales sin depurar, aunque nadie ha asegurado aún nada en concreto; vamos, como la e-Coli alemana, más o menos; porque esta es de la misma familia. Hay mierda en el agua de las playas malagueñas, pero no sabemos de dónde ha venido. ¿De un barco, de las cañerías que descargan al mar? No es un secreto que el déficit de depuradoras en nuestra Costa del Sol viene de lejos.
      Esta es una prueba más de la desconfianza entre administraciones y de lo que este Estado Federal, no declarado, nos suele deparar. En Sevilla D.F. se cumple con la normativa de analizar las aguas costeras, y si hay que cerrar las playas de una zona que vive, principalmente, del turismo, pues se cierran. No se solucionan las causas, que sería terminar de tener las depuradoras que necesita esta región, cuya calidad de las aguas marítimas es deplorable, sobre todo en verano, cuando se incrementa considerablemente la población costera.
      Se cierran las playas de la costa urbana malagueña y a esperar unos días a que el mar haga el trabajo, que no cobra, nunca está en paro y siempre se regenera. Es la vía más fácil, pero la más costosa. El efecto sobre las contrataciones y reservas turísticas es inmediato. Como en la falsa acusación alemana a los pepinos españoles, esta prohibición de bañarse en dos playas de la ciudad, hace cundir el pánico entre los turistas del norte que se prometían bronceados apolíneos y cutis soleados. Los hoteleros comenzaron a recibir cancelaciones. Para un lector alemán, sueco o británico, el titular de la noticia no discrimina playas, lee que la Costa del Sol está contaminada, que sus playas están cerradas. Ya no valen las explicaciones de los touroperadores, de que son sólo 400 metros de playas de la ciudad de Málaga, que eso ha durado menos de cuatro días, que está todo bajo control, que no se extenderá. La alarma ya está instalada en los vecinos turistas que van cambiando sus planes.
      A los comerciantes del turismo se les exige cumplir las normativas de salubridad, higiene y distancia de la orilla del mar; ahora ellos reclaman posibles perjuicios por lo que la medida pueda provocar en la disminución del caudal de clientes este verano. Llevan cuarenta años reclamando el saneamiento integral del Costa del Sol, que los responsables políticos de la Junta de Andalucía no han sabido, no han querido o no han podido realizar al completo. Piedras para sus cabezas, pues la industria del turismo es la principal baza de esta región. Cuidarla, mimarla, expandirla con todas las garantías es fundamental en estos tiempos de depresión económica. Estos empresarios están más que cabreados. Pepino va, pepino viene, y ahora otra e-Coli también en las playas.
      Que la medición se haya hecho en días de tormenta no parece una excusa aceptable, pues la raíz del problema está en la red saneamiento, que es insuficiente. Se ha dejado de lado su puesta al día, su ampliación necesaria y suficiente para una costa repleta de viviendas y desbordada en los meses de veraneo. En cuatro décadas ha habido tiempo, la explosión demográfica de esta costa ha sido acelerada, precisamente, por la afluencia turística de la que tanta gente vive o sobrevive.
      La Empresa Municipal de Aguas (EMASA) realizó el viernes pasado el análisis de muestras en las playas de la Malagueta y Huelin, con resultados aceptables, pero la decisión de levantar la prohibición está en manos de la autoridad comunitaria andaluza. Puso en duda las hechas por EMASA, ya que no están equipadas para comprobar el agua salada, sino sólo la dulce, dijeron. Las administraciones de signos distintos están destinadas a no ponerse de acuerdo nunca. Mientras tanto, el mar, de agua salada, hace el trabajo por ellos.

2 respuestas a «Mierda a flote»

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