Prensa y libertad

3 May

Sin prensa libre no hay libertad

Hoy es el día mundial de la libertad de prensa, pero hay poco que conmemorar. Redacciones demacradas por los despidos son un signo de escasez de libertad

Si las estimaciones del informe anual de la profesión periodística 2010 son acertados, y así lo estima el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Fernando González Urbaneja, patrocinador del estudio; el año pasado se cerró con 5.564 periodistas en la cola del paro. Esta cifra cobra su siniestro significado por dos razones fundamentales. Una, la incidencia de esa merma en la calidad de la información y, por consiguiente, en su grado de ejercicio de la libertad de expresión consignada en la Constitución Española y de obligado cumplimiento por la prensa libre, al menos en la teoría del Estado democrático. Dos, en un mercado periodístico en contracción, las Facultades de periodismo de España gradúan este año a 6.000 mil nuevos licenciados, una cantidad que no podrá absorber. La contabilidad que emite el informe habla de 68.000 licenciados a la fecha, pero para un mercado laboral de unos 30.000 puestos de trabajo. La ecuación no cuadra. Medios que reducen a su personal, mientras los nuevos periodistas salen a un territorio plagado de cesados en paro.
Pero los que aún conservan su trabajo, ganan menos que al comienzo de la crisis. Si en 2009 el salario medio de un redactor era de unos 35.000 euros brutos/año, ahora ha bajado a 30.000. Los contratos temporales, al contrario, han subido: de 8 al 14 por ciento. Las sinergias de las empresas periodísticas en su afán por recortar gastos, pasa por cargarse a un canal solo noticias como CNN o dejar a una redacción local con 20 periodistas de los 60 iniciales. Así la calidad informativa no se puede garantizar, pero ¿a quién le importa eso? A nosotros sí nos importa.
González Urbaneja ha dicho que la situación del sector periodístico es muy grave y se complica aún más, ya que “tanto el gobierno como la oposición están dando un trato a la profesión que es una vergüenza”. Compara este desprecio por la actividad de la profesión informativa con la última etapa franquista, donde se atreve a afirmar que había más respeto que hoy. Se aprecia esto en el ‘hoy no toca’, frase que esgrimen ciertos políticos cuando se les pregunta por algún tema del que prefieren escabullirse. O en las ruedas de prensa estrictamente informativas, sin preguntas, de las cuales debemos huir como de la peste. Si no se puede preguntar, ¿qué hacemos allí? Decía Milan Kundera, que el periodista no sólo tiene la obligación de preguntar, sino la de exigir respuestas.
En medio de esta grave crisis de la que desconocemos aún toda su compleja dimensión y duración, se hace más que nunca necesario un periodismo valiente, comprometido con la verdad, como dijo Ernesto Sábato. http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Hay/nombrar/verdad/elpepisoc/20020510elpepisoc_12/Tes.           Desmenuzando redacciones, debilitando al mensajero, se apaga el mensaje. Los medios de comunicación tradicionales están en la encrucijada que los han colocado las nuevas tecnologías. Blogueros, redes, artilugios manuales de transmisión/recepción han convertido a cualquier ciudadano, sobre todo a los más jóvenes en nativos del espacio/tiempo cibernético. Ya nada es lo mismo. Los medios se rompen por lo más delgado, sus periodistas. Craso error. Los profesionales son los únicos valores que tiene una empresa para poder sacarla de este marasmo comercial en la que están metidas. La formula es la calidad de la información. Los periódicos, ya no pueden competir con la inmediatez y el feedback de las nuevas redes de información, que son más rápidas, pero no más confiables. Los diarios en papel y en formatos digitales, aún por encontrar; tienen la posibilidad de contar las historias, decirnos por qué, cómo y con cuáles consecuencias para la sociedad ocurren las noticias ciertas que corretean por las redes sociales. Y eso, no se consigue despidiendo a periodistas, sino adquiriendo una decisión difícil, arriesgada y valiente. Recoger el motivo de ser de la prensa, porque si no la libertad de expresión peligra y con ella el propio sistema. Feliz día mundial de la libertad de prensa.

Una respuesta a «Prensa y libertad»

  1. Pues está muy bonito hablar de libertad de expresión y de cualquier otro tipo de libertad, lo que habría que matizar es dónde el uso de mi libertad entra en conflicto con otras libertades o con la libertad de otras personas. Predicar con el ejemplo sería un buen comienzo, por ejemplo, cada día cuando escribo algún comentario en los mismos diarios que reclaman libertad de expresión, suelo leer a mas de un lector que se queja de que le han censurado o no le han publicado ( es igual ) un comentario, a mí también me ha ocurrido con frecuencia. Esto es hipocresía pura y dura. Saludos

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