El alcalde dimite

28 Dic

La noticia de su dimisión ha sorprendido a los malagueños

No, no es una filtración de Wikileaks, sino un rumor confirmado aquí mismo. Tras meses meditando, ha tomado la decisión. No se presentará y concluirá su periplo político en mayo del año que viene.

La existencia política, como la vida misma te da sorpresas. Pero a cinco meses de las elecciones municipales, el anuncio, aunque aún no es oficial, se convierte en un escalofrío. La decisión personal e intransferible de no acudir como cabeza de lista a la próxima convocatoria electoral, parece desproporcionada si se toma en cuenta los datos más que favorables de los sondeos. Y como regalo de Navidad a su partido es un mazazo, que ha dejado en estado catatónico a toda la cúpula local y andaluza del PP.
Al parecer, no está cansado ni falto de ilusión por su trabajo en perspectiva de cuatro años más de alcalde para completar catorce en el cargo. Aun cuando ya ha sobrepasado la edad de la jubilación, incluso si la alargara el actual gobierno nacional. Pero sí harto del constante desgaste con las autoridades varias de la Junta de Andalucía, cada vez que quiere poner en marcha una idea, un proyecto un plan de algo para su ciudad. Por poner un ejemplo, le ha llevado siete años conseguir poner a punto el PGOU, donde ha tenido que ceder en muchos puntos. Además de los descalabros varios, que ha tenido que encarar, a manos de sus delegados nombrados por él mismo y de algunos electos. Sin contar con la justicia mayor, que no le hizo caso en sus reclamaciones familiares, que se hicieron públicas al ser acusado por los portavoces socialistas del momento, Bustinduy y Salvo. Un garabato demasiado amargo de tragar, porque puso en incertidumbre su honorabilidad, de la cual se precia a todas luces.
Por otra parte, las relaciones con su partido han sufrido altas fricciones en el pasado y en las últimas semanas. Un Javier Arenas, dudando del triunfo malagueño o avalando a la Junta para que entre a formar parte del patronato del nuevo museo Thyssen, que ha sido un proyecto personal de él mismo y de su Ayuntamiento. En realidad nunca ha sido una ficha del aparato partidista. En su partido, siempre lo han visto como un tío que va por libre; un ‘yo gano elecciones, yo gobierno’. Además, está el tema de la nueva corriente en el PP local. Gente de las nuevas generaciones, jóvenes con menos de cuarenta años, pero con suficiente experiencia en las arenas políticas como para creer que llegó su hora. Y que las viejas glorias serán reverenciadas, pero desde el banquillo de los veteranos.
Están las razones estrictamente personales que nada tienen que ver con la edad física avanzada, pues el alcalde es un deportista capaz de atravesar el mar del puerto, esa casi milla marina en unos 30 minutos, que no es cualquier cosa. Se mantiene en forma en medio de una vida espartana de ejercicios casi diarios, escasa ingesta de alimentos magros y cero alcohol. Un aficionado a los refrescos anaranjados y a la menta-poleo, y que sólo sufre de afonía debido a sus frecuentes arengas a cielo raso. Pero con una salud a prueba de daños colaterales.
Tales razones más íntimas se desconocen con precisión, pero bien pueden ser de carácter familiar. Su señora ya jubilada, sus nietos que crecen, su finca no tan atendida como le gustaría a una persona amante del aire libre, del contacto con la naturaleza allende los montes. En fin, que un hombre público de las características del alcalde, poco o casi nada tiene de vida privada. A cierta edad, es lógico que se lo plantee. El poder enamora, su sentido del servicio público es y ha sido evidente, pero el tiempo no es eterno.
Si usted, querido lector, ha llegado hasta aquí debe recordar que un hombre como el alcalde, aunque todo lo dicho aquí fuera y es razonablemente cierto, nunca dimitiría y llegará hasta donde le dejen los votos ciudadanos. Hoy es 28, día de los Santos Inocentes y de Verdiales, por tanto nos hemos dado este pequeño lujo, que no es más que remitirnos a un periodismo de ficción, sólo permitido en este día, que nos pilla por inocentes que es lo que somos a veces. Feliz noche vieja.

12 respuestas a «El alcalde dimite»

  1. No me parece tanta inocentada. Creo que sí se presentará a las próximas elecciones, pero solo para ayudar a su partido a ganarlas. De alcanzar la alcaldía, en poco tiempo, dimitirá y será Elias Bendodo el que ocupe su lugar. Es decir, como el actual alcalde, entrar al sillón si ganarlo en sus primeras elecciones. Si se mira el debate del GazpachueloParty se da uno cuenta de que el próximo al que entrevistan tras la candidata María Gámez es él. Curioso, ¿no?

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