La mar en calma (II)

10 Ago
La quiniela manchada por los ganster del fútbol

Tras la marejada Obama & Family, vuelve la quietud informativa. La semana se prepara para los fuegos de la Feria de la palmera, no del palmeral y los candidatos municipales sus primeros maquillajes oficiales para la ocasión. ‘La caló no se pué aguantá’.

La ronda de Michelle. Nadie, desde la época dorada de la milla ídem, había acaparado tantos titulares de prensa como la señora Obama. En cinco días frenéticos, descansar no ha descansado. Desde los mercadillos top ten de Marbella, hasta la Alhambra a la hora mágica del ocaso; desde aquelarres flamencos hasta paseíllo por el albero de Ronda; desde playita privada ad hoc, hasta almuerzo real. No le faltó de nada. La publicidad mundial para la Costa del Sol, Marbella, España, es impagable. Nunca una First Lady hizo tanto por la economía española. La prensa cutre de lux ha estado dichosa. Las críticas a la actitud provinciana, cateta, de pueblo del tercer mundo, no se han callado. Las ofrendas a la ilustre visitante tampoco. Hasta Hollywood se trasladó al Hotel de Mrs. Obama para una gala benéfica de alfombra roja, aunque ella no apareció y dejó desolados a los 500 comensales. No faltó un detalle. Vuelva cuando quiera Michelle, y si trae a su Mr. President, mejor aún.
España, según Manolo. Es un amigo funcionario de toda la vida, que pregunta, porque no ha escuchado a ningún político gobernante aclararlo, ¿cuándo volverán a pagar lo que han quitado en junio? Este sacrificio personal que supone entre, digamos 1.000 y 3.000 euros anuales menos en la nómina, multiplicado por millones de funcionarios de todo tipo, supone una pasta gansa que se ahorra la administración central, autonómica y local. ¿Cuánto pone la banca para este callado sacrificio colectivo? Manolo, le digo, hazme unas preguntas más fáciles, que es verano.
Obras paradas. Aquí ya se paran hasta las grandes obras. Son cosas de la crisis. A los 4,5 millones de parados, se sumarán –10.000 sólo en Málaga– los que trabajan en las grandes obras públicas que están siendo detenidas. Súmele a eso todos los proyectos que no arrancarán por ahora: Macro Hospital, Arraijanal, Tren Litoral, Campamento Benítez, Museo Arqueológico, suma y sigue. El Metro avanza, pese a todo, centímetro a centímetro. Para 2016, año añorado, dicen que podría estar en funcionamiento el primer trayecto, crisis mediante. Un panorama apocalíptico hasta para los optimistas a toda prueba.
El Gran Oráculo. A propósito de apocalípticos. Como la película de Hitchcock, ‘De entre los muertos’ (Vértigo), reaparece el comandante Fidel Castro, tras cuatro años en la sombra, viendo la paja en el ojo de Obama, “que es una mezcla de blanco y negro, de cristiano y musulmán”; pero no la viga de cemento en el suyo propio. Habló del holocausto nuclear que se nos echa encima, esa sí que sería la madre de todas las crisis, pero no dijo nada acerca del holocausto que él ha originado en su isla, con más de dos millones de exiliados, miles de fusilados por no ser marxistas y millones de cubanos haciendo cola por medio kilo de pan desde hace cincuenta años. El próximo viernes cumple 84 años de edad, este longevo hijo de gallegos, que pasará a la historia, porque no lo absolverá, como el dictador más prolongado del mundo. Mientras tanto, su hermano Raúl, se dispone a jubilar a la mitad de los funcionarios públicos, porque no hay cómo pagarles el sueldo. Esos jubilados forzosos podrán ir a la Venezuela Bolivariana a ayudar a Chávez con su revolución de pacotilla.
Quinielas. La ilusión del fútbol se ensombrece, se hace humo corrupto al leer titulares de apaños en clubes como el Hércules y otros al que se sobornó a jugadores. Estar en Primera a toda costa cuesta dinero. Se sabía que eso sucedía en las peleas de boxeo, nos lo enseñó Hollywood. Pero el fútbol parecía inmaculado, ajeno a esas manipulaciones de gánster. No era así, en el balompié los goles también se compran. Los que ganaron en las quinielas por esos partidos arreglados o los que perdieron, por el contrario, se preguntan si seguirán jugando, y con qué garantías. España ha cambiado tanto que hasta el humilde jugador de quinielas se le hiela la sangre.
VPO. La cosa está tan grave que por primera vez hay más casas baratas sin vender que compradores. Los locales comerciales de Soliva se ofrecen en alquiler con derecho a compra y no se alquila ni uno, y en la zona hay unas 200 viviendas –VPO– sin que nadie pueda comprarlas. Signos de los tiempos.

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