![chaleco[1]](http://blogs.opinionmalaga.com/mare-nostrum/files/2010/05/chaleco11-288x300.jpg)
En España no matan a los periodistas, pero se les manda al paro, que es una muerte en vida profesional. Las cifras alcanzan ya los 4.000 y la estimación de la Asociación de la Prensa de Madrid, coloca la cifra en, más de 5.000 para este año, un 20 por ciento de los profesionales en activo. Ni que decir, que otra circunstancia que corroe la libertad de expresión es la precariedad del empleo en los Medios de Comunicación, donde un altísimo porcentaje trabaja por sueldos mínimos.
Esta fecha es adecuada para reflexionar sobre la situación de la profesión periodística, que sufre en España de intrusismo, que no tiene un Estatuto de la actividad, donde el secreto profesional sigue a la libre interpretación de los tribunales, a pesar de estar protegido en principio por la Constitución de 1978; ni agrupaciones gremiales sólidas que defiendan los intereses de los periodistas y del ejercicio del periodismo.
En los años cuarenta, decía un prominente director de periodistas estadounidense, que las dos principales causas de muerte de los reporteros eran el infarto y la violencia. Tras seis décadas este aserto no ha cambiado nada. Si hablas o escribes te mato y el estrés sigue llevando a la tumba a demasiados compañeros. Ahora, hay que sumar esa muerte en vida que llaman paro.
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