Pese al mal tiempo parece que clarea en la ciudad. Entramos en el ranking europeo de los aeropuertos. Los cruceros van a más y el Psoe milita en Málaga
La ampliación del aeropuerto de Málaga es un hecho desde hoy mismo. Es una obra singular, que se termina en plazo y adelantándose a las necesidades del futuro turístico. Falta la segunda parte, una nueva pista, que situará el presupuesto final en casi 2.000 millones de euros. Para 2013 tendremos un puerto aéreo de primer nivel, a la altura de los mejores de Europa. Ya era hora.
Se calcula, que la capacidad se situará en unos 30 millones de pasajeros por año. Actualmente sobrepasa en algo los 10 millones de viajeros. Este incremento que triplica la actual capacidad, supone un movimiento económico de más de 15.000 millones de euros, la cuarta parte del PIB de la provincia de Málaga. No es nada despreciable. Además, en esta crisis nada coyuntural, que pica y se extiende, su capacidad de atender a 9.000 pasajeros por hora y que podrá despachar 14.000 maletas en el mismo tiempo, será el motor de empleo directo o indirectamente para 200.000 trabajadores de toda categoría.
Actualmente, de cada diez aviones que toman tierra o despegan de Andalucía, siete lo hacen desde Málaga. Con este nuevo y verdadero aeropuerto internacional, ese porcentaje aumentará. Es también la oportunidad de abrir nuevas rutas desde la ciudad, sin tener que volar a Madrid o Barcelona previamente. El destino turístico de Andalucía pasa y seguirá pasando por Málaga. Una inmensa puerta a Andalucía y a España, que va dar un gran poder a la ciudad, situada en el horizonte de afianzarse como motor económico de la región y seguir aspirando a metas más altas, como obtener la capitalidad cultural de 2016.
Hay otros indicadores que hacen pensar en una Málaga del futuro, que se asoma ya a este presente. Los 600.000 cruceristas que está previsto desembarquen este año provenientes de 326 cruceros, un 8 por ciento más que en 2009, y su proyección a más en 2011, hacen prever un punto de atraque fijo para este tipo de viajes. La ciudad también debe prepararse para acoger a este turista rasante que baja, consume y embarca en cuestión de pocas horas. Un comercio más activo tiene que recibirle. Si se quiere vender hay que tener las puertas abiertas. También la recuperación del centro histórico es imprescindible, pues el paseo fugaz de esos visitantes es recorrer las calles del núcleo de la capital, que deja aún mucho que desear. Rehabilitación de edificios, seguridad y cara limpia es una tarea urgente.
También el PSOE reacciona y se reorganiza con malagueños en cargos claves. Si recibimos estas alegrías, no siempre en periodismo las noticias que se publican son malas, aunque el Málaga pasa de la gloria al ridículo, mientras la afición sigue aguardando poder gritar gol. Se inicia el macro proceso judicial, ‘Ballena Blanca’, donde el choriceo de alto vuelo marbellí ajusta cuentas. Y ojo con la Carretera, en la de Cádiz malagueña, los parados se manifiestan como una forma de gritar en la calle, que no pueden vivir así, ¿quién puede, con 450 euros de paro?
Circula una orden conminando a los mandos policiales a extremar el celo en la expulsión exprés de inmigrantes sin papeles. Las onegés denuncian y señalan los visos de racismo. Los policías también. Algunos ficus centenarios de la Alameda se han jubilado, cumplieron con su sombra suficientemente.