Carambolas

9 Mar

Un malabarista no lo tendría más difícil. Resolver, a la vez, el equipamiento cultural en la Merced y el Puerto, el bulevar sobre las vías del tren y Carretera de Cádiz

 

billarfrances_031

Los tiempos se echan encima. Las cuentas no salen, aunque se recortan gastos hasta en el cómodo transporte de los electos. Mal año este, sobre todo con el horizonte electoral municipal tan a la vista. Falta dinero y suelo, sobran proyectos. El pugilato Junta-Ayuntamiento se escenifica con un ojo puesto en las elecciones. El que antes comience una obra significativa se asegurará una mayor caudal de votos. Esa es, al menos, la aritmética sencilla que usan los políticos sumidos en sus divagaciones.
Carretera de Cádiz. Un espacio a considerar prioritario. Un caudal considerable de votantes ansiosos porque se les mejore su entorno, a propósito de la finalización de las obras del Metro. La Junta ha sacado sus cuentas, fáciles: si arreglamos esta zona que se sepa que somos nosotros, no los otros…asegurando votos. Se le cambia esa ‘estampita’ al Consistorio malagueño, que ellos se pongan con el bulevar, se lo dejamos, que no nos den el dinero del Metro, que lo usen en esa obra, que mientras se apañan con el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), le cogen las elecciones. Es el juego de los tiempos políticos. A veces fallan, pero hay que intentarlo.
Bulevar. El proyecto es incuestionable. Cerrar ese largo bache entre dos zonas de la ciudad, mejorando su entorno peatonal y circulatorio. Pero tiene dos inconvenientes: la financiación y Adif. Se calcula que costará unos 30 millones de euros. El Ayuntamiento contaba con que la Junta aportara la mitad. Ahora no. Así que el trueque propuesto por Sevilla tiene veneno. Además, está Adif instalado en la negativa de ceder los terrenos, si no se les paga, claro. Esta polémica lleva meses y, como es usual, se eterniza en los detalles técnicos, administrativos y, hasta judiciales, cuyo final puede dilatarse para congratulación de los renovadores de la Carretera de Cádiz.
Plaza de la Merced-Puerto. Aquí tenemos otro proyecto de remodelación del entorno picassiano, agregando un significativo nuevo enclave cultural en el edificio de los cines Astoria y Victoria. Se combina con la pretensión del Ayuntamiento de levantar otro equipamiento similar en la esquina este del Puerto. Aquí la situación es que hay demasiados actores para ponerse de acuerdo. Para desbloquear la deuda de los propietarios de los cines hay que contar con Unicaja, además de compensar ese suelo de propiedad privada. La autoridad portuaria no ve clara la operación y la entidad financiera tampoco.
Nadie duda de que Málaga necesite esos centros de cultura. Uno para que ponga en valor esa ruta del pintor, con la posibilidad de ampliar el espacio expositivo de la Casa Natal. Igualmente, que si, finalmente, la ciudad recupera el Puerto como espacio alternativo de ocio, haya allí también un lugar donde se respire cultura, además de la sal marina.
Lo único malo con todo este entramado de proyectos por resolver es que dependen de demasiadas carambolas. Que ese juego de billar consiga embocar a cada bola en su agujero y en orden. Y el reloj no se detiene. Porque de empezar mañana con estas obras, los tiempos políticos son ya imposibles de cuadrar. Mientras tanto este Mare Nostrum espera.

Una respuesta a «Carambolas»

  1. En definitiva: qué peor no lo podemos tener. Valga, sin embargo, que en Sevilla se nos conoce como \’la emprendedora Málaga\’ —Antonio Burgos dixit— y no es por gusto; nuestra provincia se retuerce sobre sus inconvenientes como un reptil para sacar provecho de los infortunios venidos u ocasionados. Y de ahí su grandeza. Se nos niega el pan y la sal y se nos golpea con maldad desacostumbrada desde el núcleo duro sevillano de la Junta andaluza y desde sus arietes destacados en la provincia. Sabidos son sus delegados, su partido y los dos Enriques, el del puerto y el del metro. Al que no habíamos echado en cuenta era al tapado Braulio Medel que ha irrumpido en escena con la fuerza descomunal que da el dinero. El dinero de los mismos malagueños a los que se les niega ese pan y esa sal. Málaga sabrá cómo salir también de ésta y ponerse por encima de tanta miseria sobrevenida; al menos ya conocemos a los nuevos adversarios. Javier Fernández

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *