Flores de temporada para los vecinos de calle Alta

28 Abr

Hace nueve años, vecinos de la calle Alta pedían un parquecito infantil y bancos en un solar en su mayoría municipal que, en nuestros días, sigue criando malvas en modo industrial.

En diciembre de 2009,dos jóvenes, los hermanos Santiago, posaban para el periódico delante de un solar de casi mil metros cuadrados, en su mayoría municipal, en la calle Alta. Los hermanos, que entonces vivían en el vecino pasaje de la Brisa, se unían a otros vecinos de la zona para proponer que el terreno, en lugar de destinarse a uso residencial, como señala el PGOU, se convirtiera en una plaza.

Argumentaban los vecinos que, pese a que pareciera cercana la plaza dedicada en mitad de calle Ollerías a Pepe Mena (posiblemente el tercer rincón de Málaga dedicado a este concejal en el callejero), la calle Alta debe su nombre a lo pronunciado de su trazado, pues hasta las motos renquean para coronarla, así que los que ya lucen canas, que abundan en el entorno, lo tienen crudo para subir y bajar la plaza.

El concejal del Centro y de la Vivienda de entonces, Diego Maldonado, señaló que estudiaría las peticiones de los vecinos después de reunirse con ellos.

Por desgracia, el estudio no trajo el resultado esperado y nueve años más tarde, el solar sigue criando malvas. A favor del Ayuntamiento hay que decir que la situación ha mejorado porque, en 2009, los terrenos casi podián tocarse con la mano y alguno los tocaban demasiado, por eso abundaban las quejas por la presencia de jeringuillas.
Era por tanto un peligro, sobre todo para los niños que correteaban por el solar, sin olvidar que una débil barandilla, por la que debajo cabía el Empire State, era la única protección de este terreno en cuesta.

En nuestros días el solar está vallado, también otro situado enfrente, así que el peatón que quiera ir de calle Ollerías a la calle Alta tendrá la sensación de entrar en la Estación Espacial Internacional, al ascender por una escalinata con enormes paredes metálicas.
Hablábamos de que el solar se ha quedado criando malvas, por lo tanto los vecinos ni cuentan con una plaza con parquecito infantil y bancos ni tampoco hay rastro de edificio alguno. En realidad, para ser precisos, está criando flores de varios colores, en especial amarillas y rosas, hasta formar una pradera suntuosa y mullida que, suponemos, oculta los desperdicios que haya podido absorber la parcela.

Si uno se asoma por las vallas metálicas tendrá una noción de primer orden de la fuerza de la Naturaleza. La primavera en technicolor.

Lástima que los vecinos no hayan alcanzado su sueño. Como en 2009 recordaba el concejal de IU, Antonio Serrano, el Ayuntamiento tiene «la potestad de cambiar el desarrollo de ese suelo» y, en una línea similar, el concejal Diego Maldonado, del PP, comentaba que «cuanto más espacio pudiéramos encontrar para equipamientos públicos, más felices seríamos todos».

De momento, lo único que tienen los vecinos de calle Alta son flores de temporada.

 

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