Un camino lleno de adelfas y acebuches corretea sobre el túnel de San José, con la presencia desde hace años de basura industrial.
El Camino de Casabermeja es ese vial que las mentes prodigiosas del Ministerio de Fomento ningunearon durante 20 años. Como saben muchos, el Ayuntamiento de Málaga tuvo que ponerle aceras y farolas para que los turistas que querían llegar al Jardín Botánico Histórico de La Concepción no perdieran la vida en el intento por un absurdo atropello.
Hoy es un camino seguro, y los visitantes que se dirigen hasta allí en la línea 2 de la EMT tienen la seguridad de que llegarán sanos y salvos a la antigua finca de los Loring, los Heredia y los Echevarría-Echevarrieta.
Un poco antes de llegar al jardín, un camino asfaltado y, afortunadamente, también con aceras conduce al antiguo psiquiátrico de San José, hoy conocido como el centro asistencial San Juan. Hace año y medio que en esta crónica hablamos de una vieja senda que correteaba por el campo vecinode las casas mata de San José y que todavía se puede visitar como quien recorre un auténtico yacimiento arqueológico del siglo XX.
Como curiosidad, el PGOU va a preservar por los siglos de los siglos este trozo de campo por la sencilla razón de que, bajo él, transcurre el túnel de San José, el que salva la finca de los hermanos de San Juan de Dios de una buena tajada de la A-7, y de terribles consecuencias para la tranquilidad del lugar. De hecho, los curiosos que consulten los planos del PGOU actual descubrirán que este tramo de campo está pintado de blanco al estar calificado de sistema general de interés territorial (vamos,que no se puede construir encima porque consta como autovía).
Y resulta extraño andar por esta senda perlada de adelfas y acebuches, al tiempo que se escucha un rumor que es como el de una día de resaca en el mar, para descubrir al final del corto paseo, cuando uno todavía se cree perdido en la Naturaleza, el rugiente paso de los coches de la Ronda Este, protegido, eso sí, por un quitamiedos y una valla metálica. Porque en realidad, el paseante está en todo lo alto del túnel de San José y no es ninguna buena idea continuar el paseo.
Lo que resulta desasosegante, pero no sorprendente, vista la pachorra con la que el Ministerio de Fomento actúa por estos lares, es que continúa la misma basura que en mayo de 2016, cuando tuvo lugar la anterior visita.
Y así, el campito está presidido por una suerte de túmulo arqueológico, que no es sino una nevera vieja semienterrada, que vaya usted a saber los años que lleva allí. También hay grandes topes de plástico y uno se acuerda de toda la basura industrial desperdigada por el Parque Periurbano de la Virreina, excedentes de las obras de la hiperronda que ni los responsables de la autovía ni el Ayuntamiento limpian porque quizás ninguno de ellos ha pisado ese sitio en su vida. Algo parecido debe de ocurrir con este campito, sucio pero preservado, sobre el túnel de San José.